Eligio Damas
Pude mencionar en el título a unos cuantos, pero son tantos que no caben. Opté por Luis Britto García, quien es como una muestra bastante representativa. Como un ícono. Aunque siendo justo debo decir que él, de vez en cuando, se muestra muy expresivo cuando opta por ser crítico frente a cierto bando del sector oficial. Por ejemplo, cuando abordó lo relativo al entonces proyecto de Ley de Inversiones extranjeras, la cual hace posible que asuntos de nuestro casi exclusivo interés se diluciden en tribunales extranjeros y ahora mientras aparentemente se discute o conforma un proyecto de Constitución en la más absoluta privacidad, como si eso fuese solo del interés de un pequeño círculo de la tal ANC, se ha mostrado crítico y hasta contrario frente a quienes así han procedido y proceden. Pero ha sido como extremadamente cuidadoso de no relacionar esas conductas con el gobierno central. La impresión que uno se forja de las opiniones de Britto sobre esos particulares, es que pareciera dejar sentada la idea que, según él, en Miraflores y los altos mandos del PSUV no tuviesen injerencia en ello. Que esos atrevidos constituyentes actúan por sí solos. De eso se ocupan unos descarriados. Pero siendo así, no debería preocuparse, pues se trata de personas sin poder ni los votos necesarios para imponer su criterio. Si como él mismo dice, los personajes muy vinculados al poder central desconocen esos manejos en secreto. Pero eso queda desmentido cuando vemos que aquel proyecto se promulgo oficialmente como "Ley de Inversiones"; es decir en la ANC y Miraflores le dieron el visto bueno.
Pude mencionar en el título a unos cuantos, pero son tantos que no caben. Opté por Luis Britto García, quien es como una muestra bastante representativa. Como un ícono. Aunque siendo justo debo decir que él, de vez en cuando, se muestra muy expresivo cuando opta por ser crítico frente a cierto bando del sector oficial. Por ejemplo, cuando abordó lo relativo al entonces proyecto de Ley de Inversiones extranjeras, la cual hace posible que asuntos de nuestro casi exclusivo interés se diluciden en tribunales extranjeros y ahora mientras aparentemente se discute o conforma un proyecto de Constitución en la más absoluta privacidad, como si eso fuese solo del interés de un pequeño círculo de la tal ANC, se ha mostrado crítico y hasta contrario frente a quienes así han procedido y proceden. Pero ha sido como extremadamente cuidadoso de no relacionar esas conductas con el gobierno central. La impresión que uno se forja de las opiniones de Britto sobre esos particulares, es que pareciera dejar sentada la idea que, según él, en Miraflores y los altos mandos del PSUV no tuviesen injerencia en ello. Que esos atrevidos constituyentes actúan por sí solos. De eso se ocupan unos descarriados. Pero siendo así, no debería preocuparse, pues se trata de personas sin poder ni los votos necesarios para imponer su criterio. Si como él mismo dice, los personajes muy vinculados al poder central desconocen esos manejos en secreto. Pero eso queda desmentido cuando vemos que aquel proyecto se promulgo oficialmente como "Ley de Inversiones"; es decir en la ANC y Miraflores le dieron el visto bueno.
Por
supuesto, como dije al principio, esa curiosa manera de ubicarse no es
inherente sólo a Britto -que sabe eludir tido brete-, es un modo de
percibir la realidad y ubicarse relativamente extendido entre ciertos
intelectuales. Distinta a la de otros que en el primer lance se juegan a
Rosalinda. Es un poco o bastante quizás, parecida a la muy acendrada
idea, según la cual, la posición o visión supuestamente antiimperialista
de alguien, digamos del gobierno de Venezuela, debería obligarlo a uno a
solidarizarse con quien se manifieste como tal, sin importar lo que
haga, hasta ser en la práctica lo contrario de lo que pregona. Como que
la supuesta intención y el discurso son suficientes. Uno que no es tan
ilustrado como esos intelectuales, no obstante observa como esa conducta
tiene sus resultados y estos están a la vista.
No es igual el trato que en las distintas instancias y hasta espacios oficiales u oficiosos se da a esos intelectuales que no vinculan al poder central con el correspondiente a los poco cuidadosos de las formas. Miremos alrededor como hay tantos árboles caídos y estantes vacíos.
Hay quienes atribuyen todas las dificultades a la "Guerra Económica", lo que significa asumir el discurso oficial. Bienaventurados al reino del señor o los señores. Es posible que tengan la razón, pues son en exceso agudos y miran hasta por la más mínima rendija y no se quedan en el mundo de las apariencias. A estos les están abiertas, de par en par, las puertas del cielo. Otros, más comedidos, no necesariamente por ser más ilustrados, acuciosos y despiertos, saben que hay culpas y culpables también en el bando oficial, pero no es bueno señalar eso y menos mencionar a nadie en particular. En este caso se lanza la crítica hacia donde menos resistencia o capacidad de respuesta hay y si se hace hacia terrenos de nadie mejor aún. Eso no genera roces, para no decir choques y confrontaciones, no deseados. Con dejar constancia del mal proceder es suficiente y a "quien le cae la chupa que le caiga", como decíamos en mi pueblo.
Lo anterior viene a cuento por tantas cosas anteriores, pero particularmente por lo que dijo LBG en "José Vicente hoy" [ver https://www.aporrea.org/ddhh/n334142.html], como que "Venezuela ha sido objeto de un cerco financiero por parte de Estados Unidos y de una oleada de terrorismo económico por la devaluación del bolívar. Los venezolanos podemos tomar acciones para frenar la especulación, los oligopolios que desaparecen los productos, el contrabando de extracción; debemos centrarnos en ese nivel interno".
Todo eso parece muy bien, inobjetable. Pero como todo tiene su defecto. Se parece demasiado al discurso oficial. La causa de todos nuestros males está en eso que dice Britto García, no hay nada que objetarle al gobierno. Es más, no reclama a este ninguna acción, no le endilga ninguna responsabilidad, sino se limita a decir que "_los venezolanos_ podemos tomar acciones". De este lado no hay culpas ni culpables.
Eso se parece mucho a lo que responde Aristóbulo Istúriz a los docentes cuando le reclaman el cumplimiento con lo establecido en la contratación colectiva, que todas sus dificultades están sujetas a la "Guerra Económica", al incumplimiento de quienes con el gobierno firmaron aquello de los "Precios Acordados" y en consecuencia los maestros venezolanos deben dedicarse, no a enseñar a sus muchachos, sino estar en la calle combatiendo a los especuladores. Si no lo hacen entonces es su culpa que el salario no les alcance y vayan al cielo a quejarse, no ante mí, piensa el Ministro de Educación. Es decir que las escuelas y maestros asuman el rol del SUNDEE.
Cuando Britto, que no es bruto, dice ""No podemos remediar ese cerco financiero de Estados Unidos, pero tenemos poderosos aliados, como Rusia y China, que son determinantes en el Consejo de Seguridad", entiendo que el "no podemos", esta vez no está dirigido a la gente de la calle sino al gobierno, pero elude decirlo y reclamarlo. Es como demasiado cuidadoso y uno en verdad, no sabe exactamente si cuida sus relaciones con quienes tienen el mando o teme la reacción de esa multitud a quien parece dirigirse. Por supuesto, uno sabe que Britto es escritor, artista de la palabra y por ello es artista en lo de decir las cosas como quien no las dice. También reconoce que su responsabilidad es enorme y eso le obliga a cuidar las formas.
Pero LBG, pese todo, va más allá, señala cosas que son evidentes y que todo el mundo dice, como que "Venezuela no está en bancarrota. El país tiene reservas internacionales, pero, además de eso, nuestros precios petroleros repuntaron cerca de los 70 dólares con los que se puede obtener cerca de 40 mil millones de dólares para atender las necesidades fundamentales y seguir impulsando la productividad. Es absolutamente falso que Venezuela está bancarrota". Si somos cuidadosos, podemos detectar sin duda que está haciendo un reclamo no a "los venezolanos" que padecen un cúmulo de calamidades por la "Guerra Económica", la ineficiencia y corrupción, de adentro y fuera, sino a quienes gobiernan solo que no hace señalamientos específicos. Sus razones tendrá Britto, a quien tenemos por es demasiado inteligente, de un mirar amplio y profundo.
Lo malo de este proceder, como excesivamente cuidadoso, es que quienes tienen mucha responsabilidad en eso no se sienten aludidos, menos por voces tan altas como la de Britto y otros tantos; y lo que es peor, puede inducir a la multitud también a mostrarse demasiado complaciente y conforme. ¡Esto es como muy grave!... Y es más grave cuando recuerda voces altas y miradas escrutadoras como la de mi amigo Vladimir Acosta que, sabiendo bien lo que sucede, ha optado no hacer lo de Britto García y otras tantos, sino por guardar silencio. Claro, el silencio suele ser un discurso estentóreo a veces, pero sólo llega a pocos oídos y no a "los venezolanos".
[Tomado de https://www.aporrea.org/actualidad/a271819.html.]
No es igual el trato que en las distintas instancias y hasta espacios oficiales u oficiosos se da a esos intelectuales que no vinculan al poder central con el correspondiente a los poco cuidadosos de las formas. Miremos alrededor como hay tantos árboles caídos y estantes vacíos.
Hay quienes atribuyen todas las dificultades a la "Guerra Económica", lo que significa asumir el discurso oficial. Bienaventurados al reino del señor o los señores. Es posible que tengan la razón, pues son en exceso agudos y miran hasta por la más mínima rendija y no se quedan en el mundo de las apariencias. A estos les están abiertas, de par en par, las puertas del cielo. Otros, más comedidos, no necesariamente por ser más ilustrados, acuciosos y despiertos, saben que hay culpas y culpables también en el bando oficial, pero no es bueno señalar eso y menos mencionar a nadie en particular. En este caso se lanza la crítica hacia donde menos resistencia o capacidad de respuesta hay y si se hace hacia terrenos de nadie mejor aún. Eso no genera roces, para no decir choques y confrontaciones, no deseados. Con dejar constancia del mal proceder es suficiente y a "quien le cae la chupa que le caiga", como decíamos en mi pueblo.
Lo anterior viene a cuento por tantas cosas anteriores, pero particularmente por lo que dijo LBG en "José Vicente hoy" [ver https://www.aporrea.org/ddhh/n334142.html], como que "Venezuela ha sido objeto de un cerco financiero por parte de Estados Unidos y de una oleada de terrorismo económico por la devaluación del bolívar. Los venezolanos podemos tomar acciones para frenar la especulación, los oligopolios que desaparecen los productos, el contrabando de extracción; debemos centrarnos en ese nivel interno".
Todo eso parece muy bien, inobjetable. Pero como todo tiene su defecto. Se parece demasiado al discurso oficial. La causa de todos nuestros males está en eso que dice Britto García, no hay nada que objetarle al gobierno. Es más, no reclama a este ninguna acción, no le endilga ninguna responsabilidad, sino se limita a decir que "_los venezolanos_ podemos tomar acciones". De este lado no hay culpas ni culpables.
Eso se parece mucho a lo que responde Aristóbulo Istúriz a los docentes cuando le reclaman el cumplimiento con lo establecido en la contratación colectiva, que todas sus dificultades están sujetas a la "Guerra Económica", al incumplimiento de quienes con el gobierno firmaron aquello de los "Precios Acordados" y en consecuencia los maestros venezolanos deben dedicarse, no a enseñar a sus muchachos, sino estar en la calle combatiendo a los especuladores. Si no lo hacen entonces es su culpa que el salario no les alcance y vayan al cielo a quejarse, no ante mí, piensa el Ministro de Educación. Es decir que las escuelas y maestros asuman el rol del SUNDEE.
Cuando Britto, que no es bruto, dice ""No podemos remediar ese cerco financiero de Estados Unidos, pero tenemos poderosos aliados, como Rusia y China, que son determinantes en el Consejo de Seguridad", entiendo que el "no podemos", esta vez no está dirigido a la gente de la calle sino al gobierno, pero elude decirlo y reclamarlo. Es como demasiado cuidadoso y uno en verdad, no sabe exactamente si cuida sus relaciones con quienes tienen el mando o teme la reacción de esa multitud a quien parece dirigirse. Por supuesto, uno sabe que Britto es escritor, artista de la palabra y por ello es artista en lo de decir las cosas como quien no las dice. También reconoce que su responsabilidad es enorme y eso le obliga a cuidar las formas.
Pero LBG, pese todo, va más allá, señala cosas que son evidentes y que todo el mundo dice, como que "Venezuela no está en bancarrota. El país tiene reservas internacionales, pero, además de eso, nuestros precios petroleros repuntaron cerca de los 70 dólares con los que se puede obtener cerca de 40 mil millones de dólares para atender las necesidades fundamentales y seguir impulsando la productividad. Es absolutamente falso que Venezuela está bancarrota". Si somos cuidadosos, podemos detectar sin duda que está haciendo un reclamo no a "los venezolanos" que padecen un cúmulo de calamidades por la "Guerra Económica", la ineficiencia y corrupción, de adentro y fuera, sino a quienes gobiernan solo que no hace señalamientos específicos. Sus razones tendrá Britto, a quien tenemos por es demasiado inteligente, de un mirar amplio y profundo.
Lo malo de este proceder, como excesivamente cuidadoso, es que quienes tienen mucha responsabilidad en eso no se sienten aludidos, menos por voces tan altas como la de Britto y otros tantos; y lo que es peor, puede inducir a la multitud también a mostrarse demasiado complaciente y conforme. ¡Esto es como muy grave!... Y es más grave cuando recuerda voces altas y miradas escrutadoras como la de mi amigo Vladimir Acosta que, sabiendo bien lo que sucede, ha optado no hacer lo de Britto García y otras tantos, sino por guardar silencio. Claro, el silencio suele ser un discurso estentóreo a veces, pero sólo llega a pocos oídos y no a "los venezolanos".
[Tomado de https://www.aporrea.org/actualidad/a271819.html.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.