Arvind Dilawar
En agosto de 2018, casi un año después de que el huracán María había destruido la red eléctrica de Puerto Rico y dejó a sus 3,4 millones de habitantes en la oscuridad, voceros del gobierno de la isla anunciaron un acontecimiento memorable: las luces estaban de vuelta. La compañía eléctrica estatal hasta tuiteó la foto de una familia sonriente que decían ser la última en recibir energía.
Pero Cristina Nieves, una activista de la población de Mariana, no celebrró. Ella y su pequeña comunidad serrana situada cerca de la costa sureste ya habían recobrado la electricidad por su cuenta. Cansada de esperar por las inciertas reparaciones del gobierno, ella trabajó con un grupo de organizadores anarquistas del continente para instalar una pequeña red de energía solar, un grupo entre más de una docena de otros similares actuantes en todo el país. Cuando los electricistas llegaron, Mariana ya estaba dos meses delante de ellos.
En agosto de 2018, casi un año después de que el huracán María había destruido la red eléctrica de Puerto Rico y dejó a sus 3,4 millones de habitantes en la oscuridad, voceros del gobierno de la isla anunciaron un acontecimiento memorable: las luces estaban de vuelta. La compañía eléctrica estatal hasta tuiteó la foto de una familia sonriente que decían ser la última en recibir energía.
Pero Cristina Nieves, una activista de la población de Mariana, no celebrró. Ella y su pequeña comunidad serrana situada cerca de la costa sureste ya habían recobrado la electricidad por su cuenta. Cansada de esperar por las inciertas reparaciones del gobierno, ella trabajó con un grupo de organizadores anarquistas del continente para instalar una pequeña red de energía solar, un grupo entre más de una docena de otros similares actuantes en todo el país. Cuando los electricistas llegaron, Mariana ya estaba dos meses delante de ellos.
El movimiento que se desarrolló como resultado del segundo mayor apagón de la historia mundial permite que se observe el escenario cívico y político de un lugar donde las instituciones gubernamentales, inmersas en la quiebra y corroidas por ineficiencias varias, fracasaron de una manera devastadora. Se evidencia también una dura realidad que perdura un año después de aquel huracán: muchos puertorriqueños todavía están, de alguna forma, a su cuenta y riesgo. Por ocho meses después de la tormenta, los residentes de Mariana vivieron sin condiciones estables de electricidad, refrigeración o lavandería. "La gente estaba en su límite, psicológica y físicamente", declara Nieves.
Ella y su compañero impulsaron el Proyecto de Apoyo Mutuo, para coordinar tareas de limpieza, preparar comidas y verificar cómo estaban las edificaciones después de la tempestad. La iniciativa llamó la atención de un grupo del continente llamado Mutual Aid Disaster Relief MADR (Ayuda Mutua de Asistencia en Catástrofes), cuyos miembros fundadoresdieron asistencia en New Orleans tras el huracán Katrina. Para Jimmy Dunson, cofundador de MADR, los esfuerzos de Nieves resonaron en la organización anarquista' de su propio grupo, revolucionario con más orientación hacia lo constructivo que hacia la protesta. Los voluntarios y voluntarias de MADR ya estaban en Florida, dando asistencia después del huracán Irma, cuando sus familias y amigos advirtieron sobre la grave situación en Puerto Rico. Ellos juntaron dinero a partir de sus propios recursos y solicitaron donaciones para comprar purificadores de agua, equipo de energía solar y pasajes aéreos a la isla.
"Fue bastante sorprendente cuando aparecieron en nuestra población, y ellos continuaban volviendo", dice Nieves. Las dos organizaciones distribuyeron agua y comida, proporcionaron cuidados básicos de salud, y emplazaron un proyecto crucial: la instalación de una micro red de energía solar en Mariana, un sistema eléctrico autosostenible perteneciente a la comunidad y por ella administrada.
Trabajando junto a constructores civiles locales, electricistas e incluso bomberos, los voluntarios y voluntarios superaron la carencia de puertos que estaban sin mano de obra y la destrucción de carreteras para traer al sitio un panel solar, un banco de baterías y un depósito de almacenamiento para proteger el equipo de futuras tormentas. El costo total fue de 60.000 dólares, recaudados por medio de donaciones. La red eléctrica ahora provee energía a una escuela abandonada transformada en cocina comunitaria, lavandería y oficina, donde los residentes pueden cargar sus aparatos y herramientas electrónicas. El sistema no alcanza viviendas individuales, pero su diseño modular puede ser expandido o transportado a donde haya mayor necesidad.
Veinte millas al noroeste, voluntarios y voluntarias instalaron un sistema más pequeño en Caguas, una ciudad ubicada en el corazón de la isla. A pesar de los intentos de bloqueo policial, los residentes locales ocuparon un edificio, transformado en el Centro de Apoyo Mutuo. "Hay más de una docena de centros de apoyo mutuo en varios lugares de Puerto Rico", afirma Dunson, "y si recaudamos más recursos, vamos a trabajar con cada uno de ellos para instalar sistemas fotovoltaicos similares".
Aunque ha habido poco proselitismo en Mariana, se sienten en el aire ideas radicales. "Hemos hablado de autonomía", dice Nieves, "y hemos hablado de auto-organización". Ella utiliza el término autogestión, que anarquistas han defendido desde la época de Pierre-Joseph Proudhon, el filósofo francés del siglo XIX, primero en declararse un anarquista. ¿El movimiento es apoyado por las autoridades? "Esa pregunta presupone que el gobierno y la policía locales están involucrados y activos", dice Nieves con una risotada.
En otros lugares de la isla, la acción del Estado fue clara. Dunson describe un incidente en octubre de 2017: llegando en diversos vehículos, incluyendo un coche blindado, la policía condujo un golpe nocturno en una iglesia que MADR estaba usando como base de operaciones en Guaynabo, un municipio al oeste de San Juan. De acuerdo con Dunson, los policías afirmaron que estaban atendiendo a un llamado de "denuncia de secuestro" e interrogaron a los voluntarios y voluntarias bajo la mira de armas, preguntándo si estaban montando bombas, involucrados con el movimiento Antifa [activismo contra la extrema derecha en Norteamérica] o propiciandondo el derrocamiento del gobierno de Estados Unidos. Después de registrar sus pertenencias sin consentimiento, Dunson afirma, los policías expulsaron al grupo de la iglesia, amenazando con arrestarlos si regresaban allí.
Aunque Dunson reconoce que las autoridades a veces asistieron a MADR proporcionando comida, agua y otros suministros para que sus voluntarias y voluntarios los distribuyesen, él argumenta que el gobierno está mal preparado para dar asistencia en catástrofes. La red eléctrica estatal, por ejemplo, acabó cayendo en una gran degradación que, pues incluso luego que el huracán pasó, hubo al menos dos importantes interrupciones de energía tras reparaciones que más parecían remiendos.
"El gobierno tiene acceso a una amplia cantidad de dinero y suministros", dice él, "pero aunque todos en la estructura estatal tuvieran la mejor de las intenciones, debido a su naturaleza jerárquica, ellos no tendrían la fluidez y la flexibilidad que tienen las iniciativas cuya naturaleza es más de base." Dunston cita denuncias de suministros pudriéndose en las oficinas gubernamentales y acusaciones de que tanto agencias de la isla como autoridades federales estadounidenses acumularon materiales de construcción absolutamente necesarios para la población.
Crease o no lo que dicen los anarquistas, inevitablemente otro huracán servirá para poner a prueba lo que afirman.
[Artículo publicado originalmente en inglés por la revista Newsweek https://www.newsweek.com/puerto-ricans-restore-power-after-hurricane-maria-1114070?amp=1&__twitter_impression=true. Traducido por la Redacción de El Libertario a partir de la versión en portugués accesible en https://noticiasanarquistas.noblogs.org/post/2018/09/25/organizadores-anarquistas-porto-riquenhos-tomaram-o-poder-em-suas-proprias-maos-apos-o-furacao-maria.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.