Periódico Solidaridad Obrera
Han
pasado 50 años del Mayo francés del ’68 y es previsible que se publiquen muchos
artículos para repasar que fue de aquella “segunda revolución francesa”, que se
repasen sus reivindicaciones y que se hable de algunos de los protagonistas que se erigieron como líderes. Nosotros no seremos menos.
Durante
esos días París era el punto donde otros movimientos sociales de distintas
partes del mundo dirigían su mirada. La educación universitaria había dejado de
ser el privilegio de adinerados y en la capital francesa, a finales del mes de
marzo, el movimiento estudiantil, en un firme posicionamiento de rechazo a
cualquier tipo de autoridad y de tabús morales, empezó unas protestas que poco
después se extendieron a clase obrera. Las reivindicaciones estudiantiles
salieron de las aulas, llegaron a los centros de trabajo y se organizó una
huelga general donde 10 millones de trabajadores ocuparon los centros de
producción. Era una lucha contra el poder establecido donde el discurso
antimilitarista, en plena Guerra de Vietnam, también estaba presente y convivía
con el feminista, el ecologista, el del derecho a la libertad sexual o el del
respeto a las minorías, entre otros, sentando las bases de unas exigencias que
hoy se asumen políticamente, pero donde cinco décadas después aún hay mucho
camino por recorrer.
Ciertamente,
terminó siendo sofocada, pero afortunadamente sus humos aún impregnan cierto espíritu
combativo francés, pues ocasionalmente se deja ver convirtiéndose en un lastre
ante las pretensiones de sus sucesivos gobiernos por implantar las recetas
neoliberales.
¿Qué fue de sus protagonistas más emblemáticos y de
las reivindicaciones?
El
personaje más mediático fue Daniel Cohn-Bendit, bautizado como «Dany el Rojo»
por su ideología –entonces supuestamente anarquista– y por su color de pelo.
Descendiente de alemanes, tuvo que irse de Francia y no se le permitió volver hasta
pasados 10 años. En 1994 se presentó por el partido ecologista alemán a las
elecciones europeas y obtuvo un escaño. De hecho, presidió ese grupo
parlamentario hasta 2014. Para argumentar su apuesta por las urnas confesó que
haber «dejado de creer en la revolución» y que en 1999 ya se había autodefinido
como «libertario liberal». Recientemente llegó incluso a hacer campaña por el hoy
presidente francés, Emmanuel Macron.
Otro de
aquellos personajes fue Alain Geismar, por aquel entonces un profesor maoísta
que era secretario del Sindicato Nacional de la Enseñanza Superior. Después de
Mayo del 68 fundó Izquierda Proletaria, organización que defendía la revolución
espontánea. En 1990 ascendió a Inspector General de Educción y dos años después
se le nombró consejero del alcalde de París. Geismar llegó a apoyar a
Strauss-Kahn, candidato socialista a las presidenciales, si bien quien terminó
como presidenciable fue Ségolène Royal.
Para
completar la troika hay que hablar también de Jacques Sauvageot, que tardó
mucho menos en querer saborear las mieles políticas. Estudiante de La Sorbona,
fundó la Juventud Comunista Revolucionaria y por aquel entonces era vicepresidente
de la Union Nationale des Étudiants, un sindicato estudiantil. Hasta en dos
ocasiones, en1969 y 1974, llegó a presentarse a unas presidenciales, pero ante
su fracaso tuvo que presentarse a las elecciones europeas, ocupando un escaño desde
1999 a 2004 por la Liga Comunista Revolucionaria.
El caso
de estos tres personajes corrobora el sabido riesgo de dejar que salgan líderes
durante las movilizaciones populares. Afortunadamente queda el legado positivo
de aquellos días y el de miles de franceses que los vivieron. Lejos de desistir,
su recuerdo debe incitarnos a seguir luchando por sus aspiraciones, pues no han
sido alcanzadas plenamente y desde entonces han surgido otras muchas, todas
ellas indispensables para
seguir reivindicando una revolución social.
[Publicado
originalmente en el periódico Solidaridad
Obrera # 370, Barcelona, abril 2018.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.