Ruth Sánchez
En el siguiente texto defendemos el medio
televisivo como adecuado para la transmisión de nuestras posiciones
ideológicas, la necesidad de llenarlo de contenido al tiempo, que construimos
un espacio, formalmente, adecuado.
Reflexionamos sobre diferentes conceptos
(ideológicos, organizativos, discursivos etc) que han formado parte de la
concepción del programa“Rojo y Negro”. No es tanto una descripción del
mismo como una invitación a reflexionar sobre qué es o qué debería ser el
programa dentro de posiciones libertarias. Explicamos cómo hemos diseñado el
programa, cómo lo concebimos y cuáles son nuestros anhelos.
“Rojo y
Negro tv” comenzó a emitirse en enero de 2015, concretamente el martes y 13.
Hemos conseguido, desde entonces, realizar nuestro programa puntualmente todos
los segundos martes de cada mes avanzando, en cada cita, hacia nuestra idea
definitiva de consolidar un formato diferente en un paisaje bastante homogéneo.
Auspiciados por CGT, nuestro programa viene a sumarse a los intentos de otras
muchas organizaciones libertarias, anarquistas o sindicales por una parte, de
difundir la realidad, de informar sobre aquello que no existe en los medios del
sistema y por otra, de expresar opiniones y dar cabida a aquellas voces que no
tienen sitio en el panorama audiovisual.
La
elección del formato televisivo Y, ¿por qué es tan importante el medio? Otros
medios han servido con anterioridad para estos mismos fines y nos sirven aún:
los panfletos, la prensa escrita, las conferencias; también el cine y la radio.
Pero nosotras nos hemos decantado por el audiovisual, la televisión. El formato
televisivo -y no hablamos aquí de los canales de transmisión sino de su
lenguaje- es el más popular del momento. El más visto y el más fácilmente
entendible. Así que ¿por qué no utilizarlo en nuestro propio beneficio? Y sobre
todo ¿cuál es ese beneficio? El más inmediato es, desde luego, la libertad no
sólo de los temas elegidos – que a la
postre, y en estos primeros programas, no han sido tan extraños para el
panorama mediático- sino también el interés de ver diferentes y nuevas caras
sentadas en un plató opinando y debatiendo. También, porque es estimulante
escuchar voces distintas para temas distintos, es decir, prescindiendo de la
caterva de opinadores para todo y para cualquier cosa, todólogos, tal y como Carlos
Taibo los ha definido en su libro Contra los tertulianos sustituyéndolos
por invitados, que saben de lo que hablan y que aportan mucho más que su
opinión, cuyo debate está suscitado por el contexto, las diferencias lógicas de
pareceres y no marcado por tiempos televisivos más cercanos al espectáculo que
a un espacio de reflexión político y de actualidad. Así, hemos conseguido un
programa en el que otras voces tienen lugar pero además –y este es otro de los
beneficios- hemos logrado construir otro tipo de medio no sólo en lo que
concierne al contenido sino en cuanto a su forma.
Construyendo nuestra propia identidad
Cierto es
que hemos partido de un modelo ya probado y visto. Los referentes más
inmediatos que nadie niega podrían ser “La Tuerka” o cualquiera de los espacios
de debate en las cadenas generalistas que a su vez beben todos de la mítica “La
Clave”. Esta continuidad nos ha permitido captar la atención de un público
interesado en el contenido que le hemos ofrecido sin necesidad de que se
habituaran a un formato extraño porque sabían o intuían que les íbamos a hablar
de política, de actualidad y así lo hemos hecho. Sin embargo, hemos introducido
ciertas innovaciones formales para crear una nueva realidad en el panorama que
están íntimamente unidas a nuestra ideología y nuestra propia visión del mundo.
Hemos trabajado para conseguir una identidad propia que no deje lugar a dudas
en primer lugar, quiénes somos y en segundo lugar cuál es nuestra posición
ideológica. La elección de nuestro nombre “Rojo y Negro tv” continúa con la
tradición de la prensa escrita en el sindicato CGT –nos referimos al periódico Rojo y Negro- cuyo nombre ya de por sí
tiene claras connotaciones anarquistas.
No es
casual por tanto, la elección de dos presentadoras para el directo de plató y
de una más para la presentación de otro de los espacios. Queríamos desligarnos
de las presencias carismáticas dejando que el programa fuera conducido por
desconocidas y que se alternaran programa a programa, de tal forma, que el
espacio fuera reconocido e identificado por sí mismo y no sólo por las personas
que lo conducen. El anonimato o la colectividad no son del todo posibles para
estas labores, ni tienen que ser tampoco necesariamente buenos, pero con esta acción
buscamos resaltar la importancia de aquello que se dice por encima de quién lo
dice, la importancia, como en tantos otros grupos asamblearios, de no tener
líderes ni portavoces fijos, dejando translucir con esta elección lo esencial
del colectivo y su mensaje. Hemos, también, buscado ser cuidadosas con el la
forma del discurso empleado. Para ello hemos intentado utilizar siempre, también
en este texto, en el caso de los plurales no marcados, el femenino, un uso muy
extendido últimamente entre los colectivos libertarios o de activismo asambleario
y que nos sirve, mucho más que el hecho de utilizar los dos géneros, para
irrumpir de forma más violenta en el discurso y construirlo no ya de forma
igualitaria, sino reivindicativa, poniendo de relieve la discriminación o ausencia
de la mujer de manera más directa.
La cuestión organizativa
Otro
beneficio como equipo, comprometido ideológicamente y más allá del resultado
televisivo, es el reto de la organización horizontal. Todas hemos tenido, en
mayor o menor medida, unos referentes organizativos ligados a lo empresarial.
No en vano los medios de comunicación modernos ligan su vocación de informar
con la de difundir cobrando por la noticia, de ahí que, para su existencia, se
haga necesaria una cierta rentabilidad que paradójicamente permita su independencia
a la par que la lastra condicionándola a la ganancia. De hecho, así surgen las
grandes corporaciones mediáticas controladoras de nuestro ocio y de la
información que recibimos. También los pequeños medios, sean de
contrainformación o no, necesitan de esa misma rentabilidad. Salvo excepciones –Diagonal, La Directa etc- la mayoría de
los medios, también aquellos que no necesariamente tendrían que rendir cuentas
de la misma forma, –nos referimos aquí a los medios públicos- han optado por un
modelo de producción clásico, jerárquico y, en tanto que alienante, temeroso
del fracaso. Esto es necesariamente malo para la libertad de información y de
opinión, porque las plantillas se mueven por el miedo de no resultar lo
suficientemente productivas o de no ser complacientes con sus superiores.
También
existe la autocensura y el cuidado de no tocar ciertos temas peliagudos que, si
bien no harían descender el número de ventas, si podrían dificultar los
ingresos por publicidad. Existe un miedo constante a ser despedidas y la
libertad de prensa queda en entredicho por temor a perder el puesto de trabajo.
Las formas de organización del trabajo son las clásicas de la industria,
ideadas parala mayor
rentabilidad empresarial y, como no podía ser de otra forma, excesivamente
jerarquizadas. Así que, para nosotras ha sido interesante la búsqueda de cómo
prescindir poco a poco de las manías empresariales y poder conjugar lo mejor
del trabajo cualificado, segmentado por diferentes especialidades, con la horizontalidad
y el trabajo cooperativo.
La consolidación
Nuestro
reto ahora es sin lugar a dudas la difusión. Sin miedo al despido o a la poca
rentabilidad pero empeñadas, como activistas, en tener el mayor eco posible.
Por eso hemos elegido este medio, por eso nuestros antepasados ideológicos
escogieron los medios con más prevalencia de su tiempo porque querían,
queremos, por encima de todo, difundir nuestras ideas, agitar y construir
nuevas realidades. Sin querer llegar a los métodos del anarquista catalán Quico
Sabaté, que secuestraba y obligaba a sus rehenes a escuchar los panfletos y las
reivindicaciones libertarias.
Nos
gustaría poder llegar a más personas.Para ello, estamos obligadas a trabajar
aún más, a hacer crecer a Rojo y Negro tv para que se convierta en un referente
consolidado, en un medio alternativo de opinión y de interés. Pero esto no será
fácil. Nos dirigimos a un público muy crítico, poco dado a la complacencia y al
que poco le satisfacen los lugares comunes. No lo tenemos fácil ni siquiera en
nuestro propio entorno en el que nadie actúa a la voz de ya y en el que,
lógicamente, no vamos a entrar por la puerta grande y con el camino allanado.
Nuestro nombre, nuestras intenciones no son suficientes y tendremos que demostrar
nuestra coherencia e implicación antes de que nuestro público potencial nos dé el
visto bueno. Con esto ya contábamos y por eso no nos desanimamos.
La
próxima temporada que comenzará en octubre de 2015 será, sin duda, mejor porque
tendremos un rodaje, un equipo consolidado, formas de trabajo establecidas, en
suma, todo lo necesario para hacer un buen programa. Hay que tener en cuenta
que esta primera temporada pasada partimos de cero. Tuvimos que construir un programa
desde la base, con un equipo entusiasta pero
pequeño
que nos obligó a funcionar a contrarreloj para poder hacer un buen directo. Por
ello, es más que probable, que a partir de octubre de 2015 “Rojo y Negro tv” se
consolide y logre ser un referente para gran parte del movimiento alternativo y
de la contrainformación.
[Nota
final de El Libertario: para apreciar
las emisiones de “Rojo y Negro tv” ir a http://rojoynegrotv.org.
Hasta el momento hay allí disponibles 131 videos]
[Artículo
publicado originalmente en la revista Libre
Pensamiento # 83, Madrid, otoño 2015. Número completo accesible en http://librepensamiento.org/wp-content/uploads/2015/10/LP-83-_web.pdf#new_tab.]
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