Juventud Anarquista - Lima
La Juventud Anarquista de Lima, colectivo de afinidad ácrata de la región dominada por el Estado peruano, expresa su saludo a lxs hermanxs libertarixs que día a día siguen luchando en todas las formas posibles por la destrucción revolucionaria del sistema y en favor de la construcción de una armonía social que no discrimine ni oprima a individuo alguno/a, bajo los principios del ideal ácrata: Antiautoritarismo, Autonomía, autogestión, apoyo mutuo, federalismo y acción directa, etc.
El momento actual nos muestra el surgimiento de un movimiento libertario con grandes proyecciones al futuro, gestado por lxs propixs anarquistas, que organizadxs o individualmente asumen no solo una conciencia sino una acción rupturista y agresiva contra el sistema de opresión y explotación imperante. Desde la trinchera de propaganda y difusión del ideal y practicas ácratas, nuestro granito de arena como un grupo más, como un(a) individuo más. La guerra social nos forja y nos acera en la convicción de luchar hasta el último puño por la emancipación social, sin pretensiones hegemonistas, si acaso organizados algunas veces como individuo-colectivo o como colectivo de individualidades, al servicio de una sola causa común: la libertad.
La Juventud Anarquista de Lima, colectivo de afinidad ácrata de la región dominada por el Estado peruano, expresa su saludo a lxs hermanxs libertarixs que día a día siguen luchando en todas las formas posibles por la destrucción revolucionaria del sistema y en favor de la construcción de una armonía social que no discrimine ni oprima a individuo alguno/a, bajo los principios del ideal ácrata: Antiautoritarismo, Autonomía, autogestión, apoyo mutuo, federalismo y acción directa, etc.
El momento actual nos muestra el surgimiento de un movimiento libertario con grandes proyecciones al futuro, gestado por lxs propixs anarquistas, que organizadxs o individualmente asumen no solo una conciencia sino una acción rupturista y agresiva contra el sistema de opresión y explotación imperante. Desde la trinchera de propaganda y difusión del ideal y practicas ácratas, nuestro granito de arena como un grupo más, como un(a) individuo más. La guerra social nos forja y nos acera en la convicción de luchar hasta el último puño por la emancipación social, sin pretensiones hegemonistas, si acaso organizados algunas veces como individuo-colectivo o como colectivo de individualidades, al servicio de una sola causa común: la libertad.
Sirva también esta ocasión para deslindar -y esto nunca será suficiente-, con cualquier pretensión de desviar nuestro camino, o de falsear nuestros principios. En cuanto a palabras y escritos hay montañas de tinta y papel, pero en cuanto a acciones y prácticas, aún estamos todxs demostrando lo que somos, qué queremos y hacia dónde vamos. Nuestra labor de lucha y revolución va desde nuestra propia individualidad, y abarca nuestros barrios, comunidades, espacios autónomos, proyectos auto organizativos y autogestionarios, acciones directas y toda forma o táctica libertaria que sea necesaria, las mismas que también se enfrentan a una permanente tensión contra factores que pueden ser perjudiciales o simplemente distractivos de este proceso de construcción-destrucción social.
Uno de esos factores es el autoritarismo, subyacente en individuos o grupos que se auto titulan “anarquistas”. Ante todo, asumimos que, como individuos nacidos dentro de un sistema de opresión y una sociedad plagada de injusticia y perversiones, llevamos también cargas y contaminación de esta sociedad clasista. Sin embargo, anarquista es la/el esclavx que al tomar conciencia de sus cadenas (físicas y mentales) lucha para destruirlas. En tal sentido, la forja de la rebeldía como actitud consciente de ruptura con el sistema establecido, implica superar como individuos todas esa herencia reaccionaria y actitudes que afianzan los patrones morales, las instituciones y el poder burgués. Esa lucha dentro de nosotrxs mismxs y con el exterior, se ve reflejada en cómo nos complementamos con nuestro entorno, como asumimos asociaciones libres con otras voluntades libertarias y como nos encauzamos hacia relaciones sociales en un sentido igualitario, solidario, fraterno y de tolerancia. Es decir, relaciones sociales horizontales o libertarias.
Lo contrario es el asumir actitudes propias del individualismo burgués, como la soberbia, el orgullo, la envidia, la intolerancia, el desprecio, etc., es decir, relaciones sociales verticales o jerárquicas, expresiones propias de individuos narcisistas, ególatras y autoritarixs.
Estxs falsxs compañerxs que ejercen relaciones sociales verticales, no serán ni lxs últimxs, como tampoco han sido lxs primerxs de una –afortunadamente minúscula- recua de infelices creaturas de una sociedad autoritaria, que han creído que solo bastaba ponerse la etiqueta “anarquista” para auto investirse de una nueva autoridad sobre otrxs individuxs y asumirse como lxs vicarixs de la nueva verdad revelada de la “anarquía”, para auto adjudicarse además, el poder de repartir excomuniones a diestra y siniestra, y juzgar quien es o no “anarquista” lejos de un criterio práctico y principista. La pequeña burguesía siempre se verá así de ridícula en su intento de camuflarse como rebelde… y podrán ser “rebeldes” si esa imagen les gusta proyectar, pero JAMAS serán REVOLUCIONARIXS, porque eso ningun(x) vicarix autoerigidx lo determina, sino los actos que cada unx en lo interno y en lo externo desenvuelve y tienen repercusión en la destrucción cotidiana de toda forma de poder.
Podrán engañar a algunxs que no conocen sus mañas, pero no a todxs. Que pontifiquen desde sus púlpitos “asamblearios” de esas asambleas verticales, amañadas (que les sirven para legitimarse como amantes ocultos de la institucionalidad), que a nadie engañan esxs “pontífices” seudo ácratas. Lxs “papas” del anarquismo no tienen cabida en ningún proyecto libertario. Nuestro rechazo es contundente entonces a toda forma de autoritarismo individual y de grupo, de aquellxs individuos que, quizás cegadxs por sentirse superiores intelectualmente o por tener mayor logística y recursos que otros, asumen que pueden dirigir o centralizar en su “cúpula de amigxs” las acciones espontáneas de otros colectivos o de todo un movimiento.
La tentación partidista es una constante tensión en un movimiento rebelde. Cuando no se ha sepultado irreversiblemente toda forma de neo idolatría, cuando la rebeldía no es a la vez iconoclasia, la sociedad vieja se refugia en el viejo o nuevo caudillismo para ganar la dirección de un movimiento rebelde, y en el, lxs pretendidxs pastores iluminados solo buscan borregos de sacrificio para su rebaño.
Aunque estxs especímenes autoritarixs aún están lejos de una capacidad partidista de “partir” o “dirigir” un movimiento en gestación, es necesario evidenciar y DESLINDAR de tales prácticas que ya preanuncian a tales personajes. Esta mención valga para aquellxs “compañerxs de viaje” que estuvieron a nuestro lado y cuya inconsecuencia o la consecuencia nuestra en cuanto a ideales y acciones llevó a distanciarlxs de nuestros espacios o distanciarnxs de su presencia, por ser esta nociva, tóxica y totalmente incongruente con los principios anarquistas. Nuestro deslinde es por tanto un acto principista, no un ataque a la individualidad, sino a todas esas actitudes y prácticas farsescas que pretenden pasar caudillismo como voluntarismo, libertinaje como libertad, sexo libre (otra variedad burguesa del sexismo) como amor libre, “amiguismo” como afinidad anarquista, y partidismo como principismo, etc. Entre estos hay abismos de distancia, como entre la anarquía y lo que con sus actos han venido evidenciando dichxs “compañerxs de viaje” o "falsxs compañerxs".
Y esta es también una advertencia a esos otros “compañeros de viaje” que aún andan por allí camuflados, abrigando algún deseo aun oculto de aproximación a un movimiento solo para satisfacer apetitos íntimos de caudillaje, protagonismo, venganza, lumpenaje o depravación burguesa, tentación totalitaria en lo político, hegemonismo, partidismo, etc. Afortunadamente, ya tales individuos son identificables y aunque se junten para seguir medrando y saboteando proyectos libertarios, no lo lograrán. Sus rostros y actos están casi todos al descubierto. Al menos lo suficiente como para poder distinguir y separar el trigo de la paja.
Ridículos pues, se ven ciertos autoritarios sexistas y “machitos” matones, disfrazándose de “antipatriarcales”, cual sepulcros blanqueados para engañar a hermanxs de buena fe que recién se acercan a estos ámbitos a imbuirse del ideal ácrata, y que no conocen su pasado reciente o sus tropelías constantes que incluso van de posiciones políticas de obstrucción y sabotaje a otros colectivos y proyectos, hasta las individuales agresiones físicas y psicológicas hacia otrxs hermanxs anarquistas y hasta a sus propias parejas e hijxs.
Por sus frutos se les conoce. Sus actos hablan por ellos. Y un sólo acto vale más que mil discursos. Así ocupen sus días y noches en teclear en las redes sociales, en lugar de propagandas favorables a la construcción y propuestas libertarias, por el contrario, constantes invectivas cargadas de odio, de ironía difamante hacia quienes no son “sus amigxs”, y de autocomplacencia y fútil patería (floro monse) a sus ayayeros. Pero, así como fácil se reconoce al criminal que grita “al criminal”, fácil sus actos privados han trascendido y lxs han desenmascarado.
Sin embargo, no seremos jueces de nadie, porque creemos firmemente en la capacidad de lxs individuxs de asumir con valentía UNA AUTOCRÍTICA SINCERA DE SUS PROPIOS ACTOS y reconciliarse con los ideales y con otrxs individuxs a quienes se hubiera agredido. Pero que sea por CONVICCIÓN y no por CONVENIENCIA.
Entretanto, creemos que debemos ejercer nuestra LIBERTAD de marcar nuestras distancias, de excluir de nuestros espacios y actividades y asociaciones a quienes ya han demostrado en los hechos y palabras carácter autoritarios, agresivo, violento y proclividad al sabotaje a otros colectivos y compañeros. Pero básicamente porque NO MUESTRAN VOLUNTAD DE ENMENDARSE y siguen justificando lo injustificable de sus acciones.
El principio federativo alude a la asociación libre de los individuos y el criterio de afinidad excluye entonces a todo AUTORITARIX, sea individual o grupal. Mal puede entonces, la/el propix autoritarix criticar a sus víctimas que recurran a la autodefensa en su contra. Nadie les obligó a esas actitudes soberbias, verticales y autoritarias que los descartan como “compañerxs”. Solo ya nadie quiere ni su presencia ni su agresión en nuestros espacios anarquistas, y si esta se produce, ya no se responderá con pasividad, sino con AUTODEFENSA. Entre tanto, seguiremos con nuestra labor callada y pujante, sin alharacas, ni bombos ni platillos que adviertan al enemigo de nuestras acciones y proyecciones de difusión y concreción del ideal ácrata, en función de construir un movimiento libertario pujante, y de esclarecimiento de las conciencias, y de la iluminación del camino hacia la libertad nuestra y de nuestra comunidad.
Sed vigilante y cuídate, hermanx anarquista, de aquellxs que pretendan falsear el ideal. Sed vigilante y cuídate del amante de la etiqueta, de la exageración, de la sobrevaloración, que enmascara intereses fútiles. Que no los engañen cuando llamen a su negocio de lucro personal “autogestión”. Que no los engañen cuando llamen a sus empresas verticales, “cooperativas”, ni cuando disfracen a sus partidos como grupos de acción directa, o a sus clubes de amigos como grupos de afinidad. El proceso mismo va decantando a las individualidades diletantes, disolventes, traicioneras y partidistas, que creen que en el anarquismo podían reproducir posiciones de liderazgo, de caudillismo y falsear la gestación del movimiento o socavarlo con sus ineptos sabotajes de secta. A esxs solo le queda agitar en medio de sus manotazos de ahogadxs, convocatorias grandilocuentes pero estériles, como sus discursos y sus proyectos, donde el autoritarismo y el mercantilismo les gana.
El autoritarismo ramplón y reaccionario no tiene cabida en este movimiento. Ya esxs individuxs se han aislado solxs, y como tales perecerán sus proyectos seudo "libertarios". Por esta ocasión también manifestamos e invocamos a lxs compañerxs a un adecuado uso de las redes sociales en favor de la difusión del ideal libertario, y a evitar caer en el espectáculo de la falsa, en la difamación fácil de otrxs compañerxs, sin base ni prueba alguna. No caer tampoco en el falso “debate” de chat, en el ingenuo alarde en el ciberespacio en que se ceba el soplonaje muy atento a cualquier “metida de pata” radical. No queremos, no consideramos que existan anarquistas de salón, de café, ni de bar, ni de chat… y menos que la “revolución” se planee o venga “desde las redes sociales”. Anarquismo no es ni matonería con la/el compañerx, ni perorata y medias tintas ante el enemigo: Es ante todo conciencia, consecuencia y acción revolucionarias.
[Tomado de https://www.facebook.com/juventudanarquistalima/posts/1973745059556344.]
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