Rafael Iribarren
Ir al fondo de la invitación a Padrino.
Ir al fondo de la invitación a Padrino.
Todo lo que se diga de los sucesos de la sorda y oscura
confrontación interna chavista actual, en principio, puede ser cierto. En el
postchavismo en que estamos, en la lucha interna entre los chavismos por el
Poder no hay límites ni medidas. Hay de todo La generalización, la referencia
cuestionadora a lo procedimental, etcétera, a lo que sea; dan la comodidad de
que cualquier enumeración o circunstanciación
puede ser cierta. Pero con la derivación, bien frecuente y constante, de
que lo que se presenta “un análisis” de una situación; no pasa de ser una
narrativa o una enumeración de hechos y actuaciones, superficial, banal. Sin atisbos de las estructuras y dinámicas de lo que causa
lo que sucede; que se pretende analizar.
Con la “no muy común”, como él mismo la calificó en su
discurso, injustificable y lamentable participación del general Padrino López
como orador de orden en al AN el 5 de Julio sucede eso tal cual. El
cuestionamiento y rechazo de que ha sido objeto, desde la oposición; no se
conoce aún del que ha sido objeto desde los chavismos; que probablemente haya
sido más fuerte; como generalidad, es válido. Pero no apunta a las
circunstancias concretas, de fondo, de la confrontación interna entre chavismos;
de las que resultó y fue expresión esa participación.
A pesar de todo, un parlamento es la negación de lo
militar.
Aunque el parlamento hoy no sea tal, y que esté tan
devaluado como cualquiera de los otras estructuras político-institucionales del
país. Es un grotesco acto de
militarización, que un militar, sin ton ni son, sin una razón concreta
particular visible; haya sido impuesto como
orador de orden en una fecha histórica de contenido esencialmente civil
y de confrontación con el Poder como fue el 5 de Julio de 1811. En el recinto
en que está o debería de estar la representación absolutamente igualada de lo
civil, para procesar mediante el debate las diferencias y confrontaciones en la sociedad. Un recinto en que por
definición, “Parlamento”, o sea: debate, está negado lo militar que, por el
contrario y en esencia, se sustenta en la no-beligerancia, la jerarquía, el mando, la orden, la obediencia.
Además de que, ese orador, designado, según,
por ser el jefe del CEOFAN; sin más justificación;
político-institucionalmente, no es sino uno más, otro oficial, que cada año es
aleatoriamente designado para el cargo sustituyendo al anterior;
independientemente y en igualdad de condiciones, según, en méritos y capacidad;
que todos los anteriores y los futuros. Designado en su ocasión de entre
los varios cientos de generales que hoy tiene la FANB; que se
supone, en principio, todos con iguales méritos y capacidad; a los que Maduro,
a todos, ascendió recientemente; tal como el presidente rutinariamente hace
cada año con todos los oficiales; independiente o presumiblemente con base a
sus méritos y capacidades concretas.
Incluso en el supuesto de que personalmente el general Padrino, tuviera
méritos y capacidades profesionales destacables reconocidos, para tener ese
rango y para ser el actual jefe del
CEOFAN. Ese solo hecho no justifica
haber sido impuesto como orador el 5J; ni siquiera ante el rebaño mediocre en
que el chavismo tiene convertida la AN.
Padrino fue como invitado personal de Diosdado Cabello.
Según la información de
prensa, el general Padrino López fue a la AN, de hecho y aparte
formalismos, en condición de invitado de
Diosdado Cabello; de hecho, a título personal y/o a nombre de la
“derecha endógena”. Invitarlo no fue propuesto, ni considerado ni, menos
aprobado en plenaria; ni siquiera por la fracción mayoritaria psuvista.
Durante semanas no hubo plenaria porque, sin explicación,
simplemente, no fue convocada por Cabello.
Hasta que recién el 2 de julio, solo tres días antes, se informó a la
prensa nacional que sería orador de orden el 5. La sesión solemne de ese día
fue la primera en semanas. Según, entonces,
invitarlo, fue una decisión personal tomada por Cabello como presidente;
o, en tal caso en Directiva junto a sus otros dos miembros. A espaldas de la
plenaria, incluso, de los parlamentarios chavistas. Lo que, aparte de que sea o
no legal y reglamentario; es algo de lo que el general Padrino, se supone
estaba en cuenta. De que no fue invitado por el parlamento; ni siquiera por la
mayoría chavista de sus miembros; sino personalmente por su presidente o por la
Directiva de la AN que éste, como es sabido, maneja a discreción. En
condiciones, digamos, normales; y en el marco de la institucionalidad y hasta
de la jerarquía chavista, debía haberse inhibido de asistir. Vale recordar que
uno de los temas más traídos y llevados en las conspiraciones de varios años
del MBR-200 que remataron en el 4F; fue que la amante del presidente Lusinchi
usaba vestimenta militar en actividades públicas, aunque no oficiales; en las
que ella participaba, solo en razón de su vínculo personal con el Presidente.
Sin embargo, en definitiva, la señora Ibañez, con
disfrazarse de verde militar, no hacía propiamente daño a la FAN; quizás ni
siquiera violaba ninguna norma en concreto. Meterse en un vestuario, sin más,
para hacer el papel de Manuela Sanz, “la libertadora”, en ese caso, del
Presidente Lusinchi; realmente no tenía ninguna incidencia concreta en la
institución. Aparte lo teatral, aunque irritante que resultaba, y lo indicativo que era del ya avanzado
deterioro ético y político-institucional
del puntofijismo. Pero que el general Padrino en su condición de jefe del
CEOFAN, haya aceptado realizar la actuación que no le corresponde de
representante y vocero de la FANB; atendiendo una invitación no institucional, de hecho, personal; a
partir de la afinidad que haya con Cabello, aunque circunstancialmente sea
presidente de la AN; sí es bien cuestionable institucionalmente. Y
significativo y bien oscuro políticamente; por la motivación y propósito por la
que se le hizo la invitación. Más aún y precisamente, porque, con el pretexto
de la efeméride, haya sido en la
circunstancia del momento anual de ascensos, pases a retiro y designación de
nuevo ministro y altos mandos de la Defensa.
La vocera de la FANB es la ministra Meléndez.
La máxima representación político-institucional y jerárquica
de las FANB la tiene, hoy, la Ministra de Defensa Contralmirante en Jefe,
Carmen Meléndez; ratificada en el cargo por el presidente Maduro. De forma que,
aparte la no-pertinencia ya referida de
que un militar, el que sea, sea el orador de orden en la AN; y aparte la
manipulación burocrática hecha por
Cabello para hacer pasar la invitación baipaseando hasta a los parlamentarios
chavistas; si realmente se trataba de que los parlamentarios escucharan y que
desde el parlamento el país oyera la voz
más representativa de los militares venezolanos; incluso de los militares
chavistas; entonces era ella, la ministra Meléndez, quién tenía que haber
estado en la tribuna de oradores de orden el 5J. No el jefe del CEOFAN que es
un ente adscrito y/o de un rango inferior al Ministerio de la Defensa. Y que su
titular es jerárquicamente inferior a la
ministro. Incluso, si al caso vamos; si de jerarquía y representatividad
militar se trata; el actual titular del MIJP, Rodríguez Torres, para la fecha
del 5J era, en funciones de gobierno, el general activo de más alto rango; que
tenía y en este momento aún tiene, el de ministro; al mismo nivel que la
ministro Meléndez. Ministro, o sea, también superior al de jefe del CEOFAN
Luego, y en tal caso, él hubiera sido más representativo que el general
Padrino. Y si del contenido y la calidad política del discurso se trataba; del carácter chavista de
las FANB, de la “unidad cívico-militar”, del “enemigo interno”, y demás temas
de la retórica chavista. Entonces, precisamente por su carácter político;
siendo militares activos; chavistas declarados ambos; por su jerarquía en el
régimen chavista; los ministros de Defensa y de Interior y Justicia, eran los
más adecuados.
Dos escenarios explicativos de la invitación a Padrino.
En relación a la motivación real, al propósito concreto, de
invitar específicamente al general Padrino; caben dos escenarios. Uno, que no
estando decidida aún, digamos, en firme, la ratificación de Meléndez en
Defensa; Cabello y la “derecha endógena” lo habría hecho para promoverlo, o
imponerlo, como ministro; saliéndole al paso a otras posibles candidaturas;
particularmente a la de Rodríguez Torres; que desde tiempo atrás es mencionado
como candidato. Dos; que ya se supiera de la ratificación de la ministra; por
lo que se trataba, entonces, era de descalificarla como la más capaz e indicada
para la ocasión. Y de descalificarla, obviamente y en consecuencia, como
ministra; descalificando de paso a Maduro en sus designaciones. Ambos
escenarios, se formulan sobre la base concreta de la manipulación ostensible;
de, siéndolo o no; que según algunos que lo conocen, no lo es; hacerlo
aparecer, al general Padrino, como cabellista, como una ficha de Cabello;
básicamente para reforzar la imagen que trata de proyectar, de que es la cabeza
del “ala militar del chavismo”; verdadero y único sucesor 4febrerista de
Chávez. Y que es a quién toca asumir la misión histórica de preservar su
“legado”.
No es ministro, pero es el exponente de la “nueva doctrina
militar”.
Cuarenta y ocho horas después de la sesión del 5J en la AN,
la promoción del 84 a la que pertenecen, Padrino, Rodríguez Torres, Carmen
Meléndez; y también Ameliach; pasó a
retiro. En el acto oficial, Maduro ratificó a Carmen Meléndez como ministro;
mientras que al general Padrino expresamente le pidió que siguiera en el
CEOFAN; y, hasta los momentos, aunque sin referirse expresamente a ello,
mantiene a Rodríguez Torres en el MIJP. Ameliach, uno de las cabezas de la
“derecha endógena”, antimadurista; en Valencia
le dedicó su programa radial semanal
inmediato siguiente, al discurso de Padrino. Aparte de varios clichés
obligados referidos a su contenido, a la
historia y la coyuntura actual de la revolución; etcétera; a los elementos
clave de la retórica chavista, la unidad cívico-militar, el carácter chavista
de los militares, etcétera. Definió el contenido del discurso del jefe del
CEOFAN, como “la nueva doctrina militar venezolana”; que, según, junto al “Plan
de la Patria”, constituye la base del futuro y garantía de desarrollo de la
revolución. Al menos hasta ahora; habrá que esperar. Pero, a todas luces, entre
la proyección de Padrino como el exponente de esa “nueva doctrina militar”; por
parte de un los principales jefes del
antimadurismo chavista. Y su pase
a retiro y no designación como ministro por Maduro; mientras mantiene a
Meléndez en Defensa y a Rodríguez en Interior, parece haber un desfase
bien importante.
Caracas Julio de2014.-
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