Rubén Alexis Hernández
Ya no sorprenden las constantes agresiones del terrorismo
israelí a mujeres, niños y ancianos palestinos, a quienes masacra cada vez que le
viene en gana, pero lo que sí indigna es la indiferencia de millones y el
silencio de la llamada comunidad internacional, incluidas organizaciones,
instituciones y Gobiernos considerados izquierdistas y humanistas. ¿Estarán
esperando a que Israel arrebate el poco
territorio que “pertenece” a Palestina para “solidarizarse” con su pueblo?,
¿tanto poder ha llegado a tener el sionismo?, ¿qué pasa con el pueblo israelí
decente, que no reacciona contra el guerrerismo y la política cada vez más
ultraderechista de su Gobierno?
La reciente masacre de civiles palestinos, quienes son
terroristas según el Gobierno de Israel, tuvo como “motivo” principal el
secuestro y asesinato de tres jóvenes israelíes, hechos supuestamente
ejecutados por miembros del movimiento Hamas:
“Sólo tuvimos la afirmación de que habían sido secuestrados.
Pero ¿realmente fue así? ¿Y por qué se mantuvieron en silencio los
secuestradores? Y si se mantenían en silencio, ¿cuál era entonces el objetivo
del secuestro? ¿Era «nada más que eso», para matar gente y ya? Según el sitio
[alemán] Spiegel Online, no existía nada que indicara la identidad de los
secuestradores, no existía ninguna «prueba concreta» que acusara al Hamas.
Posteriormente, el Hamas negó toda responsabilidad en el secuestro. Hasta
nuestros medios de prensa alineados estimaban que era evidente que «los
acontecimientos» se producían en el momento políticamente más conveniente para
el primer ministro israelí Netanyahu, según TAZ. «El secuestro de los tres
jóvenes se produjo en el momento más propicio para Israel», señalaba el Zürcher
Tagesanzeiger citando a un experto (…)”
http://www.voltairenet.org/article184699.html.
En realidad Israel, al mejor estilo de Estados Unidos, sólo
busca justificaciones idóneas para continuar con su política exterior
hegemónica y terrorista, y es bien posible que las mismas autoridades israelíes
estén involucradas en lo sucedido con dichos jóvenes. Y tristemente el pueblo
palestino continúa sufriendo la bestial arremetida del sionismo, ansioso por
controlar más y más territorios necesarios para asentar a colonos israelíes, y
para acceder con facilidad y escasa inversión a recursos minerales y
energéticos. Tengamos en cuenta, en este último aspecto, que Palestina cuenta
con una importante reserva de gas, específicamente en la costa de Gaza.
Ante la indiferencia y el silencio cómplice de la comunidad
internacional respecto al continuo terrorismo del Estado israelí contra sus
vecinos, urge que los ciudadanos del mundo preocupados por la opresión que a
diario padecen millones de humanos,
reaccionen enérgicamente contra el sionismo y su principal operador político-territorial
(obviamente Israel). En principio debemos estar siempre informados de lo que
sucede tanto en Palestina como en otras partes del mundo donde el sionismo
interviene de una u otra manera, y respaldar el boicot económico propuesto por
palestinos y por algunas organizaciones y activistas en defensa de la causa
palestina. Esta medida consiste, entre otras cosas, en no comprar productos
elaborados o comercializados por empresas sionistas y por aquellas vinculadas
de alguna forma con el sionismo. Boicot contra decenas de empresas israelíes y
contra unas cuantas transnacionales: Nestlé, Coca-Cola, Mc-Donald´s, entre
otras.
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