El Istmo en la encrucijada, Juchitán, Oaxaca, 26, 27 y 28 de
julio de 2013
Los días 26, 27 y 28 de julio, en la Casa de la Cultura de
Juchitán de Zaragoza, Oaxaca y en la ex hacienda del Gral. Charis Castro en la
Colonia Álvaro Obregón, campesinos, pescadores, académicos, estudiantes,
organizaciones y miembros de la sociedad civil, convocantes y participantes nos
reunimos en un mismo espacio para compartir nuestros saberes y nuestras
visiones para un mundo en el que el verde no se tiña de rojo y en el que la
forma de vida que nos enseñaron a vivir nuestros padres y nuestros abuelos
persista en el futuro.
Sabemos que las problemáticas de despojo del territorio y de
los recursos naturales, a lo largo de América Latina y de nuestro país,
corresponden a un capitalismo depredador y excluyente, que se materializa en la
imposición de megaproyectos para la producción minera o de energía eléctrica en
los territorios indígenas, como es el caso del despojo eólico en el Istmo de
Tehuantepec. Estos megaproyectos, que representan extraordinarias ganancias
para las empresas extranjeras y cuentan con la complicidad del gobierno
federal, estatal y municipal, violentan los derechos de los pueblos a vivir
desde su propia cosmovisión y amenazan con destruir su patrimonio biocultural.
El capitalismo corporativo, sumido en una grave crisis
mundial debido a su voracidad, ha encontrado nuevas formas para justificar este
despojo a los territorios indígenas: en todo el país, como en Centro y
Sudamérica, enarbola el discurso del calentamiento global para imponer
proyectos de generación de energía, eólicos, hidroeléctricos y biocombustible,
presentando estos jugosos negocios, basados en la corrupción y el engaño, como
proyectos verdes y de energía limpia que significan inversión para el
desarrollo y la generación de empleos.
Frente a este engaño mayúsculo, categóricamente declaramos
que no estamos en contra de la tecnología para generar energía mediante las
fuentes renovables; pero sí rechazamos su uso a favor del mero lucro de las
empresas y en detrimento de los pueblos y de su patrimonio biocultural. Y por
esa misma razón también nos oponemos a la liberación de semillas transgénicas
en el campo mexicano y a las empresas transnacionales que encabezadas por
Monsanto amenazan nuestros maíces criollos.
En el Istmo cultivamos una raza única de maíz llamada
zapalote chico (xhuuba huinii), con una domesticación de más de 2000 años, que
significan 350 generaciones de abuelos y padres que le han permitido adaptarse
a los fuertes vientos de la región. Esta raza de maíz es parte central de nuestra
comunalidad al estar integrada en nuestra alimentación, nuestro trabajo,
nuestros rituales, nuestra tierra y territorio. Por esto, exigimos al Estado
mexicano no conceder los permisos para la siembra del maíz transgénico a
nuestro país, que atenta contra el patrimonio de nuestros pueblos.
Reconocemos que para la defensa de nuestro territorio se
requiere profundizar la incorporación de diversos actores de la sociedad civil
y académicos en redes locales, regionales, nacionales e internacionales, a
partir de una mirada interdisciplinaria e intercultural. Así como priorizar la
revalorización de las prácticas comunitarias y de los conocimientos
ancestrales, que son el fundamento de la vida de los pueblos indígenas.
En este seminario se manifestó especialmente la necesidad de
fortalecer la participación de las y los jóvenes y las mujeres, ya que este
proceso de resistencia y construcción de alternativas requiere de comunidades
que generen instituciones comunitarias autónomas e incluyentes. Por esto,
proponemos la creación de una asamblea de jóvenes y estudiantes, que tenga como
tarea articularse con estudiantes de todos los niveles educativos, ya que ellos
son los herederos de nuestro patrimonio biocultural y su formación debe incluir
la importancia de la defensa de nuestros territorios.
Se estableció a través de un amplio debate que para
fortalecer el derecho a la libre determinación y autonomía de los pueblos,
resulta fundamental fortalecer el derecho propio sin necesidad de la presencia
del Estado, y hacer valer el respeto a los procedimientos de consulta y toma de
decisiones en el ámbito comunitario, mismos que constituyen una práctica
ancestral de los pueblos indígenas, así como luchar porque los resultados de
estas consultas sean considerados vinculantes.
En la medida en que los pueblos indígenas se encuentran
insertos en un sistema legal, las instituciones comunitarias deben de integrar
el litigio estratégico particular y general en los niveles local y regional.
Por ello la consulta para el consentimiento previo, libre e informado debe constituirse
como un proceso de verdadera participación en el que se define qué se va hacer,
cómo se va hacer, quién lo va hacer y qué efectos va a tener; todo ello con
información previa, de manera libre y sin acciones de mala fé. De esta manera
el derecho a la consulta previa, libre e informada debe ser una herramienta que
se puede utilizar, si se requiere, como estrategia en el proceso de defensa y
construcción de alternativas propias.
Frente al hecho de que las Manifestaciones de Impacto
Ambiental aprobadas por la SEMARNAT resultan cuestionables, y dado que las
compañías y el gobierno las realizan de manera interesada, sin tomar en cuenta
los saberes ancestrales de la población y la importancia de la riqueza
biocultural del Istmo de Tehuantepec, el seminario concluyó que una tarea
prioritaria es la realización de un estudio global de impactos ambientales en
toda la región del Istmo de Tehuantepec identificada por su potencial
eoloeléctrico. Para este fin, se propuso la creación de un grupo independiente,
multidisciplinario y altamente calificado que contraste sus resultados y
análisis con los estudios oficiales.
De entrada, considerando que la superficie potencialmente
afectada alcanzará 6600 Km2, lo que representa casi el 40% del territorio del
Istmo, se subrayó el hecho de que el debilitamiento de las actividades
relacionadas con la forma de vida tradicional y de obtención de recursos como
la pesca y el cultivo de la tierra, significa una flagrante violación al
derecho humano al trabajo, en la medida en que impactará en el desplazamiento
forzado de la población. Por esta razón una de las líneas de trabajo inmediatas
derivadas del seminario será fortalecer las estrategias legales que permitan
establecer, documentar y cuantificar los mecanismos y niveles de violación de
los derechos de los pueblos indígenas.
Con la certeza de que a los pueblos y comunidades nos asiste
la razón histórica en la defensa de nuestro territorio, declaramos el propósito
de retroalimentar nuestras visiones y luchas para fortalecer un corredor de la
resistencia contra los megaproyectos de despojo.
Además de fortalecer las alianzas y lazos fraternos con
todas las organizaciones y colectivos que dentro de la región se oponen
dignamente al despojo de nuestros territorios, declaramos nuestro interés de
promover la organización de una red nacional e internacional de solidaridad con
los pueblos en resistencia del Istmo de Tehuantepec. Como parte de las primeras
acciones de esta red nos interesa intercambiar experiencias y coordinación de
las policías comunitaria de Álvaro Obregón con las que existen en otras partes
del país.
Compañeros y compañeras: La digna resistencia de los pueblos
se ha mantenido pese a los gigantescos recursos que las empresas
transnacionales y los gobiernos entreguistas han puesto en juego para doblegar
la defensa de nuestro territorio y de nuestro modo de vida. El sentir de los
participantes en este seminario es que ha llegado el momento de acompañar esta
resistencia firme con una propuesta regional para que nuestros territorios
florezcan a partir de nuestra propia visión de futuro, sustentada en la
comunalidad y la autodeterminación.
Se trata de poner en la agenda inmediata, entre otros temas,
la evaluación de los recursos naturales que encierran nuestros territorios y las
posibilidades de ordenamiento para su manejo sustentable; pero también de
empezar a trabajar sobre las vías para garantizar la producción alimentaria de
base agroecológica en las comunidades.
Hemos defendido nuestro derecho a decirle NO al megaproyecto
eólico de destrucción de la vida comunitaria y nuestro patrimonio biocultural.
Emprendamos ahora la tarea de construir desde abajo y con la fuerza de las
comunidades una propuesta propia: un plan alternativo de desarrollo para la
región istmeña, que tenga como eje la reproducción y fortalecimiento de
nuestros modos de vida, de nuestra cultura y nuestro territorio.
EXIGIMOS
- La suspensión del Proyecto eólico en el Istmo de
Tehuantepec,
- La no criminalización de los defensores de derechos
humanos y comunitarios
- La liberación de nuestros compañeros Alejandro Regalado
Jiménez y Arquímedes Jiménez, quienes permanecen como rehenes en las cárceles
del estado, por la resistencia contra el megaproyecto eólico
- Cese al hostigamiento y las ordenes de aprehensión contra
del compañero Carlos Sánchez Martínez de la APPJ
- No más amenazas de muerte contra los compañeros y
compañeras de la Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la
tierra y el Territorio.
La tierra, el mar y el viento no se venden, se aman y se
defienden
¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aún el
calor de la Tierra?
Esta idea es desconocida para nosotros.
Si no somos dueños de la frescura del aire
ni del fulgor de las aguas, ¿cómo podrán ustedes comprarlo?
Jefe Seattle
Asamblea de Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la
Tierra y el Territorio, Asamblea del Popular del Pueblo Juchiteco, Asamblea del
Pueblo de San Dionisio del Mar, Asamblea de Álvaro Obregón, Policía Comunitaria
"Gral. Charis", Consejo de Ancianos de Álvaro Obregón, Comisariado de
Bienes Comunales de San Mateo del Mar, Representantes de Bienes Comunales de
Santa María Xadani, Movimiento de Resistencia Contra las Altas Tarifas de Santa
María Xadani, Radio Comunitaria Stiidxa Guidxi de Santa María Xadani,
Representantes de Bienes Comunales de Unión Hidalgo, Consejo Ciudadano Indígena
Zapoteca de San Blas Atempa.
Organizaciones sociales-civiles y redes: Fondos de Acción
Solidaria, Comisariado del Ejido Jacúme de Baja California, Sección 22,
Sindicato Mexicano de Electricistas, Servicios para una Educación
Alternativa-EDUCA A.C., Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio-RMALC,
Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan A.C., Unión de Comunidades
Indígenas de la Zona Norte del Istmo UCIZONI A.C., Fundar Centro de Análisis e
Investigación, Serapaz A.C., Tequio Jurídico, A.C., red de Derechos Humanos
"para Todos Todo” Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Universidad del
Medio Ambiente, Terra Peninsular, Caleidoscopio, Coordinadora de Colonias
Unidas, Asamblea Departamental de Huehuetenango, Guatemala, C.A, Inicia, Cuarto
Oscuro, Alianza de mujeres indígenas, La Colmena, APPO, Espacios para la
Defensa, el Florecimiento y apoyo Comunitario, A.C. Organizaciones de Promoción
al Desarrollo A.C., Centro Regional de Derechos Humanos. "Bartolomé
Carrasco Briseño” A. C., Red de Etnoecología y Patrimonio Biocultural, Red
Nacional de Resistencia Civil, Observatorio Latinoamericano de Geopolítica,
Investigadores/Estudiantes: Universidad Autónoma de
-Guerrero, Roberto Diego Quintana, Scott Robinson, (Universidad Autónoma
Metropolitana), Alejandro Castaneira Yee ben (Universidad Iberoamericana),
Colmex, Rodrigo Yedra ( UNAM), Lourdes Alonso Serna (UMAR), Lucia Vidales(UNAM
ENAP),Eckart Boegue (Red de Etnoecológia y Patrimonio Biocultural), César
Ramírez Miranda, Jorge A. Acosta Calderón (Universidad Autónoma Chapingo),
Antonio Sandoval (ENAH-INAH), Guillermo Padilla (Prújula), Ricardo Verdum
(Instituto de estudios Socioeconómicos, Brasil), Scott Sellwood (Universidad de
Carolina del Norte)
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