Desiderio
Martín
Los “criminales de la vida”, reunidos en
Davos, han acuñado ahora este slogan... si no fuera dramático, tramposo y un
desprecio a la inteligencia humana y a la ética, como chiste negro, sería
fantástico.
Comencemos por una pregunta: ¿quién sustenta
la vida en este planeta y hace que la misma sea posible, a pesar de la intervención
del mercado capitalista?
La ONG Oxfam—Intermón, en el informe
anual que realiza cada año como lectura real de la realidad a la “cumbre de los
criminales de la vida en Davos”, señala que...“la desigualdad económica está
fuera de control... En 2019, los 2.153 milmillonarios que hay en el mundo
poseían más riqueza que 4.600 millones de personas.
Esta enorme brecha es consecuencia de un
sistema económico fallido y sexista que valora más la riqueza de una élite privilegiada,
en su mayoría hombres, que los miles de millones de horas del esencial trabajo
de cuidados no remunerado o mal remunerado que llevan a cabo fundamentalmente
mujeres y niñas en todo el mundo.
Cuidar de los demás, cocinar, limpiar y
recoger agua y leña son tareas diarias esenciales para el bienestar de la sociedad,
las comunidades y la economía. La pesada y desigual responsabilidad del trabajo
de cuidados que recae sobre las mujeres perpetúa tanto las desigualdades económicas
como la desigualdad de género”...
La organización social y la división internacional
del trabajo, del capitalismo, claro está, ha condenado e instalado en la parte
más baja de la escala económica, a las mujeres y las niñas, especialmente aquellas
que están en situación de pobreza o pertenecen a colectivos excluidos, que
dedican al trabajo de cuidados no remunerado 12.500 millones de horas diarias,
e incontables horas más a cambio de sueldos de pobreza. Su trabajo es sin embargo
imprescindible para nuestras comunidades. Sin embargo, esta es la base sobre la
que se asienta la prosperidad de las familias, así como la salud y la productividad
de la mano de obra.
Oxfam ha calculado que este trabajo aporta
a la economía un valor añadido de, al menos, 10,8 billones de dólares. Se trata
de una cifra enorme que, sin embargo, es una subestimación muy por debajo del
valor real. A pesar de ello, las personas más ricas, en su mayoría hombres,
acaparan la mayor parte de los beneficios económicos.
La Vida no es que parezca sustentada por
los trabajos de CUIDADOS, donde las mujeres son las principales sustentadoras,
sino que si este trabajo dejara de hacerse el capitalismo quebraría.
Esta brecha entre la economía que “cuenta”
y la verdadera economía, la de los cuidados (la que no cuenta), solo es consecuencia
de un sistema económico político que no cubre las necesidades de las personas y
a la vez, es un sistema sexista y patriarcal. Un sistema económico y político
que solamente acumula la riqueza producida por las personas, asalariadas
formales o informales en su inmensa mayoría, en manos de una élite rica,
poderosa y sin ninguna humanidad, sobre la explotación y sobreexplotación de
esas clases asalariadas y del trabajo invisibilizado de las mujeres y de las
niñas, vulnerando sistemáticamente sus derechos fundamentales, laborales y sociales.
Los grandes gurús de los Fondos de
Inversión, de las grandes multinacionales de la comunicación, los banqueros, el
FMI, la OMC, la Comisión Europea, los dirigentes del mundo rico (Trump, Macron,
Merkel...), tienen en su “agenda de Davos” un gran reto, “salvar al capitalismo
del capitalismo”, pues el grado de desigualdad y el destrozo del planeta, les lleva
a la conclusión de que puede que “el chollo” les estalle en plena cara.
Nada nuevo debemos esperar de quienes
solamente necesitan del convencimiento y consentimiento de las mayorías
sociales, de que esta vez sí van a “ser buenas personas y tratarán de repartir
y joder menos el planeta”... Sarkozy, ante la debacle de su gran estafa del
2007, también se comprometió a “refundar el capitalismo” y 13 años después, la
barbarie ha crecido y el destrozo aumentado.
Del capitalismo solamente podemos salvarnos
nosotras las personas con nuestros propios cuidados y el cuidado del planeta,
generando y poniendo en práctica una economía alternativa autosuficiente y
sostenible y autogestionada, Que desplace a la economía extractivista y
depredadora que el capitalismo es.
[Publicado originalmente en el periódico
Rojo y Negro # 342, Madrid, febrero
2020. Numero completo accesible en http://rojoynegro.info/sites/default/files/rojoynegro%20342%20febrero.pdf.]
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