Humberto Decarli
El reciente episodio político ocurrido en España tiene sus particularidades por sorpresivo y con un desenlace inesperado. La moción de censura contra Mariano Rajoy y su gabinete prosperó y fue destituido por un mecanismo formal muy típico de los regímenes parlamentarios europeos que ha funcionado en Madrid luego de la etapa franquista. Es la primera vez que ocurre desde la muerte del caudillo del Ferrol y además, debuta un presidente del gobierno sin ser diputado.
Motivos de la destitución
El subterfugio para defenestrarlo fue un evento de corrupción donde el tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, estuvo involucrado directamente y el juez del caso determinó la inconsistencia del testimonio de Rajoy en el proceso. Es un evento propio de las democracias representativas donde la corrupción forma parte estructural del modelo político. Se ha discutido mucho de la descomposición de la política cuando los partidos, en muestra palmaria de la decadencia de la representación, se convierten en entidades de negociación económica, financiera, clientelismo, nepotismo y mentalidad de secta. El Partido Popular, una organización fundada por el franquista cercano a Fidel Castro, Manuel Fraga Iribarne, es una expresión de esa política entendida como un pragmatismo guiado por intereses de sus facciones integrantes.
El reciente episodio político ocurrido en España tiene sus particularidades por sorpresivo y con un desenlace inesperado. La moción de censura contra Mariano Rajoy y su gabinete prosperó y fue destituido por un mecanismo formal muy típico de los regímenes parlamentarios europeos que ha funcionado en Madrid luego de la etapa franquista. Es la primera vez que ocurre desde la muerte del caudillo del Ferrol y además, debuta un presidente del gobierno sin ser diputado.
Motivos de la destitución
El subterfugio para defenestrarlo fue un evento de corrupción donde el tesorero del Partido Popular, Luis Bárcenas, estuvo involucrado directamente y el juez del caso determinó la inconsistencia del testimonio de Rajoy en el proceso. Es un evento propio de las democracias representativas donde la corrupción forma parte estructural del modelo político. Se ha discutido mucho de la descomposición de la política cuando los partidos, en muestra palmaria de la decadencia de la representación, se convierten en entidades de negociación económica, financiera, clientelismo, nepotismo y mentalidad de secta. El Partido Popular, una organización fundada por el franquista cercano a Fidel Castro, Manuel Fraga Iribarne, es una expresión de esa política entendida como un pragmatismo guiado por intereses de sus facciones integrantes.
Si bien es válida la justificación para el voto de expulsión del gobierno, no es menos cierto que fue una jugada habilidosa donde convergieron varias circunstancias destinadas a execrar al sucesor de Aznar de la presidencia española. El partido socialista no tenía suficientes parlamentarios para alcanzar su propósito y apeló a una coalición heterogénea para lograrlo. Se unió a Izquierda Unida, Podemos y los partidos regionales a quienes Rajoy persiguió. La resultante fue la procedencia de la moción y la salida de este último político, quien incluso renunció a la presidencia de su partido y anunció su retiro del activismo.
El gobierno del P.P.
La diversidad del electorado español dio como muestra una ingente dificultad para alcanzar la mayoría absoluta en el parlamento y elegir presidente del gobierno pero en la última elección el P.S.O.E. decidió apoyar a Rajoy para formar un gobierno de coalición en una demostración contundente de pragmatismo, lo cual fue adversado por Pedro Sánchez.
Mariano Rajoy tramitó la recesión acontecida en el país y tuvo varios trimestres creciendo pero el último del año 2017 terminó en una caída del 3% del Producto Interno Bruto. También el desempleo es elevado respecto a las demás naciones europeas. Tuvo muchos enfrentamientos con los sindicatos por su visión liberal de la economía y la política pero donde demostró poco tino fue en el tratamiento del problema catalán. Su reacción fue de intemperancia acompañada de la represión contra los independentistas contando para ello con el apoyo de los socialistas y los conservadores Ciudadanos. Fue una reacción severa defendiendo una constitución rígida que no permite la secesión a pesar de ser España un Estado multinacional. No se puede obviar que tal cuerpo normativo fue producto de los pactos acaecidos después de la muerte de Franco.
El nuevo Den Xiaoping español
La longevidad política del dirigente chino del partido comunista fue épica. Tres veces sobrevivió a purgas maoístas y terminó dominando la escena política china incluyendo el proceso de adecuación a la economía de mercado manteniendo la dictadura de su partido, evidenciada con la masacre de Tiananmen.
En la nación hispánica hay un émulo de su actuación. Se trata de Pedro Sánchez, quien después de la derrota de Rodríguez Zapatero asumió el liderazgo del P.S.O.E., pero los socialistas bajo su dirección sufrieron dos derrotas impresionantes lo cual hizo descender su valor como dirigente y fue relevado. Cuando se planteó la alianza con los del P.P. se opuso tenazmente y posteriormente revivió reasumiendo la cabeza de esa organización. Adicionalmente, con el resultado de la moción de censura resucita como el ave fénix.
Perspectivas inmediatas
El cambio gubernamental es lampedusiano porque no existen diferencias de fondo sino de estilo entre las políticas del Partido Popular y las del P.S.O.E. No habrá modificación de las medidas de corte neoliberal aplicadas por Rajoy y que al final no resultaron exitosas, al menos en cuanto al paro y al crecimiento de la economía se refiere. El socialismo español es harto pragmático y no representa nada nuevo en la escena hispánica. No fue accidental su incorporación al gobierno del presidente destituido ni tampoco su apoyo incondicional a la represión realizada a los catalanes enmarcadas en medidas rabulescas tomadas por el alto tribunal español. Tampoco fue casual la caída por corrupción del gobierno de Felipe González en el pasado ante Aznar ni el de Rodríguez Zapatero ante Mariano Rajoy por la misma situación de ineficacia y descomposición.
El gabinete anunciado es de gran impacto mediático como senda para paliar la escualidez de los escaños del socialismo en el poder legislativo pero no es de descartar que en cualquier momento los partidos nacionalistas le pasen factura y lo hagan caer. En todo caso, debe llamar a elecciones en un plazo no mayor a un año.
En cuanto a Venezuela no hay un cambio respecto las relaciones y la condena por violación de derechos humanos y naturaleza dictatorial del madurismo pero la vicepresidenta designada por Sánchez, Carmen Calvo, fue auspiciadora de Rodríguez Zapatero como intermediario en el fementido diálogo formulado en varias oportunidades.
Panorama político español
El bipartidismo (P.P.-P.S.O.E.) que dominaba la escena por muchos años ha cedido en algo ante Podemos y Ciudadanos. No obstante, son reproducciones del socialismo y del Partido Popular en otra escala. Podemos se ha visto perjudicado por su relación pública con el gobierno de Chávez y Maduro, a quienes asesoraron a través de una fundación (Celag) donde Juan Carlos Monedero jugó un rol importante conjugosos honorarios mediante. Todavía, a través de Alfredo Serrano Mancilla, se mantiene tal función con los resultados catastróficos en el plano económico venezolano. Ciudadanos comenzó con buen pie en el segmento conservador pero se ha detenido como lo demuestran sus dígitos electorales reducidos en los comicios de 2017 en más de 300 mil.
La Izquierda Unida ha llegado al límite de su competencia generando un largo estancamiento ni siquiera estimulado con la coalición con Podemos cuyos resultados comiciales fueron pobres. Los demás partidos relevantes con los regionales, quienes seguramente forzarán al nuevo gobierno a tomar decisiones sobre Catalunya y el país Vasco, dejando pender una espada de Damocles sobre el actual gabinete.
Colofón
No hay ninguna luz en el espectro político español respecto al profundo túnel de la coyuntura económico social de España, país ubicado en la retaguardia de la Unión Europea. El cuadro organizado no simboliza nada nuevo sino la praxis tradicional fundamentada en la corrupción y el clientelismo. Un renacimiento del movimiento de los indignados, perdido al electoralizarse, o algún equivalente, es la única opción para darle un golpe de timón al devenir hispánico.
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