Pepi Fernández
En
estos tiempos que corren es necesario hablar de feminismo, empoderamiento e
igualdad. Es necesario hacerlo por cuestiones de justicia, de derechos, de
reconocimiento,.. Por qué históricamente las mujeres hemos estado relegadas a
un segundo plano, no hemos tenido ni voz ni voto, y cuando lo hemos alcanzado
siempre se ha considerado un valor secundario. Pero en el caso de las mujeres
gitanas eso no ha sido así históricamente, sino que nos han hecho ir a ello con
el paso del tiempo.
Echando
una vista al pasado, las mujeres gitanas siempre han tenido un papel
protagonista en sus comunidades, han sido parte vinculante de sus vidas y la de
su comunidad, tomando decisiones y trabajando a la par que el resto, los
supuestos poderosos, los hombres. Las mujeres gitanas no se vieron obligadas a
salir “fuera de casa” a trabajar por necesidad adquiriendo ese espacio como
propio a través del cual alcanzar algo de poder. Las mujeres gitanas siempre
han trabajado porque ha sido algo parte de sí, no solo por necesidad sino por
modelo de vida. Al contrario de lo que se piensa, muchas de las familias
gitanas, han sido y son matriarcales, y en pocas ocasiones a las mujeres se las
ha dejado de lado en la toma de decisiones importantes tanto para la familia
como para la comunidad. Cuando los grupos de familias gitanas iban andando de
pueblo en pueblo, ciudad por cuidad, yendo de un país a otro (bien por
iniciativa propia, bien por obligación debido a las pragmáticas que obligaban a
los gitanos a no permanecer más de un determinado corto tiempo en un mismo
lugar), las mujeres nunca iban detrás, ellas eran las primeras en formar parte
del grupo.
¿Porque
nos encontramos hoy en día que muchas de las mujeres gitanas no son participes
de sus vidas propias o de la rutina de su comunidad?
Para
empezar es necesario que hablemos siempre de las mujeres gitanas en plural, es
inconcebible que se nos relegue a las gitanas a una realidad común compartida
entre todas, a la creencia de que todas somos iguales y que seguimos el mismo
rol impuesto o vivimos una misma realidad. No hay mayor diversidad que la que
existe en el Pueblo Gitano, por tanto las mujeres gitanas somos lo más
heterogéneo que pueda haber.
Para
continuar, es importante seguir hablando de ese pasado. Ahora ya no para saber
la situación que vivían las gitanas de antes, sino para saber que, a lo largo
de los siglos, los mandatarios de turno han intentado exterminar al Pueblo
Gitano en muchas ocasiones, perpetrando varios genocidios ( les invito a leer
sobre lo ocurrido el 30 de julio de 1749, en lo que se conoce como La Gran
Redada) y promulgando pragmáticas que nos impedían permanecer tiempo en un
mismo lugar, hablar nuestra propia lengua, vestir nuestros ropajes
(concretamente las mujeres) o trabajar nuestro oficios entre otras muchas
cosas.
En
resumidas cuentas lo que pretendían era que asimilásemos la cultura
mayoritaria. Efecto de ello, entre otras cosas, fue adquirir el patriarcado, la
desigualdad y la imposición de unos roles sobre otros. De ahí que las mujeres
gitanas de hoy en día compartamos con el resto de mujeres del planeta el vivir
bajo una sociedad patriarcal, que se nos eduque para desempeñar un rol concreto
que nos hace estar bajo el hombre, que se nos inculque que debemos ser las
cuidadoras de la familia y que si necesitamos cambios sociales en un momento
determinado (decidido por el patriarcado) debemos ser las mujeres las que
seamos ese motor, de forma que se nos echa más presión encima, ya que si sale
algo mal, de nuevo las culpables vamos a ser las mujeres.
Las
mujeres gitanas vivimos una situación de múltiple discriminación, y la
discriminación conlleva violencia. Se nos discrimina por ser mujeres, viviendo
en una sociedad patriarcal sufrimos esa discriminación dentro y fuera de
nuestra comunidad. Se nos discrimina por ser gitanas, en muchas ocasiones se
nos limita el uso y disfrute de nuestros derechos como ciudadanas por
pertenecer a lo que el patriarcado llama “grupo minoritario”. Se nos discrimina
por no tener recursos económicos, por no tener unos determinados estudios o por
vivir en una determinada zona de una ciudad. Por esto, y por otras tantas
cosas, es necesario que las mujeres gitanas volvamos a ese feminismo que vivían
nuestras antepasadas.
Que
volvamos a renacer en esa sabiduría de las gitanas viejas, (como nosotras las
llamamos) para adquirir esos espacios, no solo de poder, sino de libertad que
nos fue arrebatada. Pero no todo vale, no me vale que me impongan el feminismo
clásico, blanco o de élites. No me vale recorrer caminos de otras, si aprender
de ello. Las gitanas feministas no queremos que se nos diga como tenemos que
proceder, no queremos que se nos indique que tenemos que “enseñar a nuestros
hombres”, frase muy usada y repetida por muchas mujeres payas (frase que por
cierto no puede ser más machista y paternalista).
No
queremos ni necesitamos indicaciones ya que estamos lo suficientemente
capacitadas como para empoderarnos. Necesitamos el apoyo y reconocimiento de
otras mujeres y por supuesto de hombres, gitanos y payos. Pero no necesitamos
que nos digan que tenemos que romper con nuestra cultura y costumbres, ni por
donde tenemos que ir y que tenemos que cambiar.
El
feminismo gitano o feminismo romaní requiere de que seamos las propias mujeres
gitanas las que lo llevemos a cabo, quienes alcemos nuestra voz y quienes
decidamos que queremos cambiar y que queremos mantener de nuestra cultura, ya
que somos feministas y gitanas, orgullosas de ambas cosas. Por esto y por
tantas otras cosas no hay que sorprenderse tanto de escuchar las palabras “gitana
feminista” juntas, ya que han ido ligadas siempre. ¡¡Ahora y siempre gitana y
feminista!!
[Tomado
de http://elmilicianocnt-aitchiclana.blogspot.com/2017/05/sorpresa-soy-gitana-y-feminista.html.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.