Rafa Rius
¡Congratulémonos! Elevemos nuestras plegarias al cielo en acción de gracias porque ya tenemos aspirante republicano a la presidencia del Imperio. Donald Trump ha derrotado a todos sus rivales, se ha quedado solo en la carrera a la designación de su partido y en noviembre le disputará la Casa Blanca a Hillary Clinton. ¡Celebrémoslo como merece! Las lenguas pérfidas, que siempre las hay, alegan que su cerebro suena a hueco, huérfano de todo pensamiento racional y razonable, que su depósito de pensar está vacío y que por su cabeza de indescriptible peinado, sólo transitan absurdos y peligrosos disparates. Bueno sería no emitir juicios apresurados aunque solo fuera porque existe la probabilidad de que semejante personaje, dentro de unos meses esté al mando del ejército más poderoso del mundo, con capacidad para destruir hasta diez veces el planeta. Un malvado estúpido -o que juega a parecerlo- tiene mucho más peligro que un malvado inteligente.
¡Congratulémonos! Elevemos nuestras plegarias al cielo en acción de gracias porque ya tenemos aspirante republicano a la presidencia del Imperio. Donald Trump ha derrotado a todos sus rivales, se ha quedado solo en la carrera a la designación de su partido y en noviembre le disputará la Casa Blanca a Hillary Clinton. ¡Celebrémoslo como merece! Las lenguas pérfidas, que siempre las hay, alegan que su cerebro suena a hueco, huérfano de todo pensamiento racional y razonable, que su depósito de pensar está vacío y que por su cabeza de indescriptible peinado, sólo transitan absurdos y peligrosos disparates. Bueno sería no emitir juicios apresurados aunque solo fuera porque existe la probabilidad de que semejante personaje, dentro de unos meses esté al mando del ejército más poderoso del mundo, con capacidad para destruir hasta diez veces el planeta. Un malvado estúpido -o que juega a parecerlo- tiene mucho más peligro que un malvado inteligente.
Por otra parte, nuestro amigo Donald (el pato no, el otro) tiene la ventaja de no contar con el lastre de ninguna compleja ideología. Por no tener no tiene ni siquiera argumentos; le basta con un puñado de sencillos eslogans: para convencer a sus potenciales votantes no necesita más. Un ramillete de frases escandalosas pertinentemente colocadas en los momentos y lugares adecuados han sido suficientes. A falta de explicaciones de mayor enjundia, he aquí algunas de las verborragias más reveladoras:
* “Si gano las elecciones, devolveré a los refugiados sirios a casa”
* “México nos envía a la gente que tiene muchos problemas, que trae drogas, crimen, que son violadores”
*-” Construiré un gran muro en nuestra frontera sur y haré que México pague por él”
* “Este es un país en el que hablamos inglés, no español””
* Si yo llego a estar al mando, dudo que los terroristas del 11S hubiesen entrado al país”
* “No me gustan las mujeres cerdas, gordas, perras, patanes y animales asquerosos”
* “¿Cuándo fue la última vez que alguien vio ganarle, digamos, a China, en un acuerdo comercial? Nos matan. Yo le gano a China todo el tiempo. Todo el tiempo”.
* “El concepto de calentamiento global es mentira. Fue creado por y para los chinos, para volver a la industria manufacturera estadounidense no competitiva”
* “Se puede deportar hasta 11 millones de emigrantes y acabar con la ciudadanía por nacimiento”
* ”Es posible bombardear el ISIS hasta erradicarlo”
*Tenemos un problema. Tenemos que descubrir cuál es el problema. Y tenemos que solucionar ese problema”
* “Tristemente, el sueño americano está muerto. Pero si fuera elegido presidente, lo traería de regreso más grande, mejor y más fuerte que nunca y haríamos a Estados Unidos grandioso de nuevo”.
Trump, hijo de emigrantes, es antiinmigrantes, machista, misógino, homófobo, anticurrículo común en educación, pro abolición de la reforma sanitaria de Obama, antimatrimonio gay, antiaborto, anitiimpuestos, a favor de la tortura, anti China, anti México… y siempre actúa bajo sus propias reglas, unas reglas perfectamente creadas para satisfacer el feroz metabolismo de los medios que lo han encumbrado
Dos características psicológicas predominan en su personalidad: el narcisismo – no se cansa en todas sus intervenciones de repetir “soy un buen tipo”- y la paranoia –especialmente en lo que se refiere al peligro de México y China. Europa, ni la nombra. Así que, si Hillary Clinton no lo remedia, (¿?) con el TTIP en vigor y Donald Trump de presidente imperial, a partir de 2017 la situación puede ser catastrófica, no, lo siguiente.
[Tomado de http://www.radioklara.org/radioklara/?p=5608#more-5608.]
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