Humberto Decarli
Estuve hoy 15 de febrero en la Plaza Altamira hasta aproximadamente las siete y media de la tarde/noche. Observé que siendo un sábado a esa hora había muchos estudiantes, jóvenes y motorizados, desde aproximadamente el Hotel Caracas Pálace hasta una cuadra al sur de la Torre Británica en Altamira Sur. Había un ambiente de combatividad pero sin organización. Sin volantes, pocas pancartas, pocas publicaciones y escasa agitación. Las pocas consignas eran: "Este gobierno va a caer" cantada; "No me da la gana, es una dictadura igualita a la cubana"; "Quienes somos, estudiantes, qué queremos, libertad"; "El pueblo, unido, jamás será vencido"; "El pueblo, arrecho, reclama sus derechos" (estas dos últimas perduran de mi época estudiantil contra los gobiernos adeco-copeyanos).
Son estudiantes sin experiencia política y de lucha de calle pero igualmente han salido a desafiar las balas de los "tontons macoutes-C.D.R." gubernamentales. La Guardia Nacional está lista para intervenir y a cada rato hace amagos para espantar a la gente que corre pero igualmente regresa. También es interesante resaltar la inexistencia de manipulación de los partidos políticos ni de dirigentes nacionales, lo cual es altamente satisfactorio. Tampoco, afortunadamente, hay consignas electorales porque no hay carnaval comicial en este año. Hay iniciativa porque se siente la indignación por la escasez, el desabastecimiento, la inflación, la inseguridad y la espantosa represión ejercida por los "patriotas de los colectivos", suerte de bandas de malandros financiadas y armadas por el comité político-miltar gubernamental.
Me agrada la capacidad de movilización pero la pregunta es ¿puede perdurar? ¿Estamos en presencia de una primavera como la del mundo árabe? ¿Es el despertar de la gente venezolana? Sería apriorítico responder en este momento. Lo seguro es la continuación de la inflación, represión, escasez, desabastecimiento, inseguridad, etc. Y el Estado no tiene cómo responder porque siendo una economía importadora, no tiene dólares porque los dispusieron sin pasar por el Banco Central y las divisas que entraron y fueron liquidadas por CADIVI, una tercera parte se las llevaron las empresas de maletín - Giordani dixit - sin que ni siquiera haya un chinito privado de libertad como se dice eufemísticamente. Para colmo, Irán arregló su problema con Occidente al aceptar la supervisión de su programa nuclear y le están desmontando las sanciones económicas y para el mes de mayo pasará a exportar 1,6 millones de barriles diarios como para desbancar el mercado. Difíciles momentos para el gobierno militarista venezolano. Les queda sólo el ejercicio de la fuerza apelando a lo que Foucalt denominó el poder disciplinario o la coercibilidad directa.
Estuve hoy 15 de febrero en la Plaza Altamira hasta aproximadamente las siete y media de la tarde/noche. Observé que siendo un sábado a esa hora había muchos estudiantes, jóvenes y motorizados, desde aproximadamente el Hotel Caracas Pálace hasta una cuadra al sur de la Torre Británica en Altamira Sur. Había un ambiente de combatividad pero sin organización. Sin volantes, pocas pancartas, pocas publicaciones y escasa agitación. Las pocas consignas eran: "Este gobierno va a caer" cantada; "No me da la gana, es una dictadura igualita a la cubana"; "Quienes somos, estudiantes, qué queremos, libertad"; "El pueblo, unido, jamás será vencido"; "El pueblo, arrecho, reclama sus derechos" (estas dos últimas perduran de mi época estudiantil contra los gobiernos adeco-copeyanos).
Son estudiantes sin experiencia política y de lucha de calle pero igualmente han salido a desafiar las balas de los "tontons macoutes-C.D.R." gubernamentales. La Guardia Nacional está lista para intervenir y a cada rato hace amagos para espantar a la gente que corre pero igualmente regresa. También es interesante resaltar la inexistencia de manipulación de los partidos políticos ni de dirigentes nacionales, lo cual es altamente satisfactorio. Tampoco, afortunadamente, hay consignas electorales porque no hay carnaval comicial en este año. Hay iniciativa porque se siente la indignación por la escasez, el desabastecimiento, la inflación, la inseguridad y la espantosa represión ejercida por los "patriotas de los colectivos", suerte de bandas de malandros financiadas y armadas por el comité político-miltar gubernamental.
Me agrada la capacidad de movilización pero la pregunta es ¿puede perdurar? ¿Estamos en presencia de una primavera como la del mundo árabe? ¿Es el despertar de la gente venezolana? Sería apriorítico responder en este momento. Lo seguro es la continuación de la inflación, represión, escasez, desabastecimiento, inseguridad, etc. Y el Estado no tiene cómo responder porque siendo una economía importadora, no tiene dólares porque los dispusieron sin pasar por el Banco Central y las divisas que entraron y fueron liquidadas por CADIVI, una tercera parte se las llevaron las empresas de maletín - Giordani dixit - sin que ni siquiera haya un chinito privado de libertad como se dice eufemísticamente. Para colmo, Irán arregló su problema con Occidente al aceptar la supervisión de su programa nuclear y le están desmontando las sanciones económicas y para el mes de mayo pasará a exportar 1,6 millones de barriles diarios como para desbancar el mercado. Difíciles momentos para el gobierno militarista venezolano. Les queda sólo el ejercicio de la fuerza apelando a lo que Foucalt denominó el poder disciplinario o la coercibilidad directa.
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