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Sideshowbob
La crisis aguda que
sufre el país (política, económica, social y cultural) agravada en los últimos
años por el despilfarro y la miseria dejada por la cultura petrolera, se
agudiza en una economía de puerto que entró en una crisis sólo conocida en su
magnitud por los policymakers – es
decir, los que manejan el coroto - y el
resto de nosotr@s desconocedores de la estadística real, estamos bombardeados de
propaganda oficial engañosa e incompleta, padecemos la catástrofe que no reflejan los medios oficiales y se
esconde en la base de datos de las altas oficinas del poder. Pero la burbuja no
puede inflarse eternamente, el descontento popular crece ante la escasez,
inflación, inseguridad, infraestructura decadente – y demás sinsabores que
todos conocemos. La crisis cada vez más parece estar a punto de explotar de una
u otra manera.
La protesta
estudiantil actual es reflejo importante de la agudización de la crisis social,
pues a lo largo de la historia de nuestro país (con sus momentos de auge y
momentos de apatía), han salido a exigir reivindicaciones sociales, protestan
con energía y se enfrentan al poder en clara desventaja, siendo reprimidos con
violencia. Hay una concepción sobre la identidad del movimiento llena
ciertamente de un misticismo, pero al fin y al cabo una identidad con la que se
identifica la población en general, pues “… es la juventud la que insurge
contra las cosas establecidas; es la que se da de cabezazos, de pedradas y, a
veces, de tiros contra lo que existe. Porque la juventud tiende a renovar el
mundo. Es por excelencia la encarnación de las energías de que disponen la
naturaleza y la historia para renovarse en todo sentido” (Aquiles Nazoa).
Pero la lucha de calle
también se agota si no va acompañada de propuestas. El gobierno sabe muy bien
jugar al desgaste, la provocación y a la intimidación, cuenta con los factores
mediáticos y policiales para controlar y reprimir la movilización popular, lo
que no quiere decir que debemos dejarnos intimidar y dejar de protestar, pero hay
que recordar que la calle no es la única acción política de la manifestación
social, involucra también un conjunto de actividades que son necesarias para
cultivar el movimiento y legitimar la lucha con la población, acciones que
conlleven a generar propuestas. Por ello no podemos poner al movimiento
estudiantil en un altar, hay críticas que son necesarias, para ir construyendo
una alternativa estudiantil que mancomunadamente con los demás sectores de la
protesta social, cree un opción sociopolítica fuerte que enfrente la opresión y
apunte a un mejor futuro. Y una crítica al movimiento estudiantil es una
crítica en general a la protesta social y sus diversos actores, pues tod@s como
víctimas de esta crisis, tenemos que criticar, inventar y reinventar nuestra
lucha.
Reflexión,
organización y acción directa
Mi propuesta a la
juventud que se defiende y a la colectividad en general es que debe organizarse
y empezar a crear una alternativa política que practique la acción directa y se
aleje de los dinosaurios políticos que tanto mal han hecho a nuestra sociedad
con su polarización (MUD-PSUV), pero acciones con ideas. Las molotov cuando
vienen acompañadas de debate y propuestas, le pegan más duro al poder y se
hacen más difíciles de vencer, por lo cual es necesario legitimar con ideas la
lucha y la acción directa. Las manifestaciones sociales requieren reflexión en
su por qué y para qué, una herramienta para ello es la realización de foros y
asambleas para discutir ideas, propuestas, razones de la crisis, formas de
denuncia, formas de protección y autodefensa ante la represión estatal y
paraestatal entre otros, esto es una de las partes quizá más difíciles, pues
ante la efervescencia actual se reflexiona poco y se quieren resultados rápidos;
y también nuestra sociedad de consumo estimula una supuesta satisfacción total
de necesidades mediante el consumo impulsivo, por ello se alimenta la cultura del
cambio “para ya”, lo que es imposible, en la práctica pues las transformaciones
sociales son procesos complejos y requieren propuestas concretas, bien
pensadas, acordadas horizontalmente, sin oportunistas y burócratas que se crean
los representantes de nuestra voluntad e ideas.
Hoy vivimos en una
estructura económica que genera desigualdad, donde la juventud debe
replantearse el sistema educativo y la tan nombrada “autonomía universitaria”,
pues la educación se ocupa en esencia de preparar trabajadores útiles al
mercado, a su forma de distribuir la riqueza, y a fijarse en el dinero como
única meta. Por ello son necesarias otros modos de organización social y
educación teórico-práctica que impulsen alternativas a la estructura económica
actual y sus visiones de la “riqueza” y el trabajo, conceptos que deben
replantearse y reinventarse si queremos una sociedad más justa.
Ideas diferentes el
mundo tiene desde que es redondo, por ello es necesario pensar por nosotros
mismos, aceptando la diversidad y rechazando el abuso. Empieza a organizarte y
activar tu comunidad, practicando la autogestión para no depender de ningún
poder o vanguardia que quiera “padrotear” las acciones. Debate, reflexiona y
protesta, los demás no lo harán por ti, hazlo tú mismo, organízate por la
defensa de tus derechos para romper los paradigmas del poder autoritario
imperante y las desigualdades sociales. Solidaridad, apoyo mutuo y acción
directa.
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