Rafael Iribarren
.-* EN UN PUNTO MUERTO
Luego de varios años de inercia negativa,
la dinámica político-institucional del país hoy llegó a un punto muerto.
Ninguno de sus factores de poder determinantes está en capacidad de impulsar
ninguna activación de alcance en el cuadro de posiciones y relaciones
paralizadas mapeadas a partir de la ausencia y disposiciones últimas de Chávez
el 8D antes de su última ida a La Habana. Por el lado gubernamental no hay sino
una mínima gimnasia burocrática tratando
de mantener y mover básicamente la
gestión o de hacer ver como si se mueve. Por el otro, de la oposición, hay solo
el mismo ritornelo mediático sobre los problemas nacionales y la
gobernabilidad; ahora sobre el vacío de poder; el toma-y-dame de las mismas
denuncias sobre los derechos humanos, etcétera; sobre la inconstitucionalidad
del manejo chavista-cubano de la ida de Chávez, la desinformación sobre su
salud, etcétera; sobre la seguridad y las misiones. Mientras el país sigue en
la inercia de deterioro imparable, de decenios; desde quince años atrás, mas
marcada con el chavismo. En ese estancamiento aparte de no suceder nada nuevo;
de no provocar reacción alguna a escala; no hay nada que se parezca a alguna
forma de diálogo; ni al intento de alguna forma de consenso. que, según, sería
el desideratum de la coyuntura Los integrantes del “equipo político” recién
designado en La Habana, compiten en agresividad e intransigencia en todo. En el
cuadro nacional actual ningún consenso real es posible; ni dentro del chavismo,
ni dentro de la oposición; ni, menos, entre ambos. Entre gobierno y oposición,
salvo en aspectos muy críticos específicamente económicos, como el
desabastecimiento y el manejo de las divisas, no hay interlocución posible; no
hay intermediación. No puede haberla. Solo hay la polarización mediática de la
que ambos viven.
Sin nada que ver con teorías principios ni
doctrinas; ni con verdaderos “modelos” ni “proyectos”; sino con su sustancia
mesiánica autoritaria, y militarizante, para el “proyecto” de Chávez, el
consenso, el diálogo, son mortales; su negación absoluta. La sobrevivencia del
chavismo se cifra en su radicalismo retórico, en la intransigencia y la
polarización mediáticas. En la in-estructura que es el chavismo, el único
aglomerante es las relaciones, hoy ya mayormente pragmáticas y crematísticas,
directas con Chávez, las relaciones
radiales, directas con él, de las decenas y centenas de individualidades
grupos y mafias que lo constituyen; que existen y sobreviven precisamente por mantenerse en “el
proceso”.Cuando por lo demás, en el amplio e incoherente diapasón chavista de
posiciones políticas e ideológicas; de dogmatismos primitivismos oportunismo y
clientelismo; hay mas distancias y contradicciones reales, “internas”, que
entre la mayoría de ellos y la mayoría de los grupos partidos y mafias de
oposición. Sin embargo, nunca, y ahora menos, en el chavismo nadie se atrevió,
ni se atreve, ni siquiera a insinuar dialogar ni menos, que se busque algún
consenso en relación a nada con “el
enemigo” con “la derecha”,”internos”, como califican a todo quién no esté con Chávez..
Pero en la oposición, que igual sobrevive
por la polarización; además de la incapacidad en que estaría de concretarlo; y
de la conflictividad interna que exacerbaría, ya crónica, tampoco es posible
ningún consenso real interno para ir a un consenso con el chavismo, con el
gobierno. Ni en las regiones en las que ganaba si el CNE hubiera contado solo
los votos verdaderos, salvo quizás en el Zulia Lara y Amazonas, en la oposición
nadie tiene un consistente soporte sociopolítico real; su base electoral es
determinantemente mediática; también clientelar. Por eso en ella, con razón por
lo demás, casi nadie reconoce a nadie realmente; sus acuerdos son
exclusivamente circunstanciales; casi absolutamente, electorales y clientelares,
solo candidaturales En ninguna instancia
“unitaria” de la oposición hay verdadero diálogo. No hay tal unidad Allí solo
hay negocios partidistas-financieros para armar combinaciones de franquicias
candidaturales. Imposible que haya
debate real, por ende, alguna forma de consenso significactivo; Aún sin la
implosión que previa a las elecciones locales, ya se activa; la retórica vacía a la que fue reducida la
unidad para el 07O y el 16D por la manipulación sectaria de los comandos
electorales mostraron y muestran, lo que es real y mayormente la oposición: con
excepciones, política y éticamente, pragmática, nada mejor ni diferente al
chavismo; además de sin casi ninguna capacidad real de incidir en el curso y
resultados de las situaciones cotidianas de los venezolanos; ni siquiera donde
ha gobernado. Menos aún en función de ir hacia una salida a la crisis nacional
actual. Si el único aglomerante del chavismo es Chávez; igual estar contra él,
es el único aglomerante de la oposición.
.-* DIALOGO, CONSENSO, ¿ENTRE QUIENES?
En la hipótesis de que fuera posible algún
consenso entre chavismo y oposición;
difícil hasta imaginarlo, pero en llegándose a dar, no resolvería tampoco nada
de fondo. Aparte o mas allá de lo aparentemente obvio, ¿consenso, entre quienes
sobre que, para qué, y como se concretaría?
Para el chavismo, la oposición es
puntofijismo capitalismo y neoliberalismo; es regresión; lo que es básicamente
cierto. Para la oposición, coincidiendo con lo que él mismo, pretende hacer
ver, el chavismo es revolución socialismo y comunismo, lo que es básicamente
falso; aparte de que es también regresión. Entre ambos, mas allá de las
retóricas opuestas, y del atrabiliarismo chavista, las diferencias reales,
concretas, política e ideológicas, no son muy mayores que las que, por ejemplo,
existen entre republicanos y demócratas en los EEUU, o, entre el PP y el PSOE
españoles, o entre los socialistas y los gaullistas en Francia. Pero, las
retóricas y los manejos mediáticos de ambos se montan sobre una supuesta
confrontación, supuestamente irreconciliable, según, “entre dos modelos”,
pretendidamente distintos, de régimen político, económico y hasta societario.
Sin entrar en el tema, ambos chavismo y puntofijismo, son variantes despóticas,
autoritarias; son dos minorías que soportan sus prácticas y expectativas de
ejercicio del poder sobre relaciones de representatividad perversas,
manipuladas, mediáticas; dentro del mismo capitalismo global y nacional; con
variantes solo en la orientación del manejo de la renta petrolera según el clientelismo
de uno o de otro, y diferencias solo de estilo en las retóricas y en el grado
de atrabiliarismo. Se trata de dos minorías que simbiotizadamente viven de la
polarización político-institucional inducida de consuno mediáticamente. De tal
forma que el diálogo, el consenso,despolarizantes, les son imposibles, sería su
liquidación, la negación; de ambos.
-*ELECCIONES LOCALES: TERCERA FASE DE LA
VICTORIA PERFECTA
Hechas las nacionales del 07O y las
regionales del 16D, del calendario original chavista para la “victoria
perfecta”, faltan las elecciones locales, para alcaldes y concejales; para las
que el CNE, esperando instrucciones precisas, solo recién finalizando Enero es
que terminó por fijar fecha; además de volver a rediseñar, a la cartilla del
chavismo, las circunscripciones electorales. Antes de ellas, antes de Julio, y
bajo la presión de hacerlas antes de un mayor deterioro o de un desenlace
definitivo del estado de Chávez, es
posible, que se hagan nuevas elecciones presidenciales. Obviamente, tanto las
unas como las otras, las locales, igual que en octubre y diciembre, y como las
nuevas presidenciales serán implementadas en función de la “victoria perfecta”,
aunque sin Chávez, o con él solo asomado mediáticamente; por el sistema montado
al efecto de garantizar la reelección indefinida, SAIME-CNE-TSJ-PR. Quiere
decir que igual que en las del 07O y del 16D, los resultados ya están cantados.
Pero más aún en éstas que en las anteriores; los resultados cantados de
antemano tendrán que garantizarlos smarmáticamente, como siempre y a como dé
lugar el CNE; pues previsiblemente serán los últimos “triunfos” chavistas
explicables sobre la base del impulso polarizante, ya bien menguado, que ha
determinado la dinámica política nacional a partir del el Referendo Revocatorio
de agosto del 2004. Aunque según la muy brillante politología, de oposición;
coautora de la leyenda chavista; además del supuesto “efecto cascada” que,
según, seguirá dándose a pesar del metastático caos nacional; hay la matriz de
que la perspectiva o hecho de la muerte de Chávez potencia el apoyo electoral a
los candidatos chavistas; sean quienes sean. Sin entrar en el tema de si eso es
tan así; sobre tales dos elecciones próximas, especialmente sobre las
presidenciales, lo que está claro es que le resuelven es la crisis interna al chavismo; al menos
formal e inmediatamente; y bajan la presión de incertidumbre que pesa sobre el
régimen cubano del impacto de una posible discontinuidad del chavismo. Pero no
tienen nada que ver, nada, con la crisis nacional, que es de fondo,
estructural; y que solo circunstancialmente se escenifica o proyecta
electoralmente. Y no porque la ausencia de Chávez no afecte terminantemente la
continuidad y permanencia del chavismo en el Poder: Si con Chávez ya el
chavismo viene en picada a pesar de la exacerbación de su clientelismo y de
la mejicanización en que está la
política venezolana; sin él entra en barrena. La continuidad inmediata de un
gobierno de chavistas, garantizada samrtmáticamente, no de un imposible
“chavismo sin Chávez”, sino de un gobierno de chavistas sin él; pondrá de bulto
la profundidad estructural de la crisis
nacional; pondrá de bulto que el chavismo no ha sido y no es mas que una
proyección y desarrollo del puntofijismo; con quién el país entró en la
pendiente en que estamos. Y mostrará, que la salida a esa crisis estructural no
resultará de cambios electorales; ni siquiera
presidenciales; de cambiar un gobierno “malo” por uno “bueno”; sino a
partir de cuando desde las bases ciudadanas se impulsen verdaderos cambios en
las relaciones del Poder con la gente.
Por vocación, o idiosincrasia, por
mentalidad; y en honor a la verdad, por que es su rol y como tal lo ha asumido,
de “oposición perfecta”; la oposición va a las próximas elecciones
presidenciales, igual con el mismo aval reverencial al poder electoral
chavista; y, con su misma estrategia
pragmática de polarización, que tan lamentables resultados electorales le ha
dado, tanto éxito electoral y político
le ha dado al chavismo; y tantos desconcierto y frustración le ha provocado al
país; tanto al antichavista como al chavista. Quiere decir que las elecciones
presidenciales que vienen, serán la reproducción, seguramente hasta
dimensionadas, de las del 07O; la reposición de la primera fase de la “victoria
perfecta”. Y las locales, como estaba
programado, la tercera fase de esa “victoria perfecta”.
.-*.CONTINUIDAD CHAVISTA Y OPOSICIÓN
MEJICANA
La consigna chavista, “Chávez es el
socialismo”, es exacta. Y es exacta, porque realmente sin él no hay mas “socialismo”;
ni hay “socialismo siglo XXI”; ni
ninguno otro en Venezuela. Realmente el “Programa de la Patria”, “El Estado
Comunal” o de lo que se trata realmente, “la Nueva Geometría del Poder”; no es,
o no son, sin Chávez. Porque no son mas que marketing, presentaciones
diferentes, del proyecto de concentración total del poder, personal, absoluto,
pragmático, de control autoritario militarizante del país, a que se reduce “el
proyecto” chavista. Nada más allá. Lo más posible lo que viene es un gobierno de
chavistas presidido por Maduro; o vicepresidido con Chávez semipresente; que,
por no tener con qué, quizás resulte, hasta menos centralizado y autoritario,
aunque igual o mas mediocre e ineficaz y
corrupto que los presididos por el mismo Chávez. Y a pesar o por de la
militarización, sin capacidad de impulsar ninguna dinámica gubernamental real;
menos, hacia el montaje del regresivo sistema de control centralizado total,
que es la “nueva geometría del Poder”, a-histórica elucubración albanesa de
Chávez; y que ni siquiera él, en plenas facultades y condiciones, iba a poder
imponerlo al país.
Aunque Chávez nunca se planteó ni sucesión
ni transición, a pesar de su ausencia y de la perversión e incapacidad de su
gobierno, no hay en la perspectiva inmediata ninguna posibilidad concreta de ruptura de la continuidad del régimen,
chavista. Esa perspectiva de continuidad inmediata está garantizada
determinantemente por la existencia de la oposición mejicanizada, “perfecta”
que hará su papel igual que si estuviera Chávez; con una estrategia mediática
electoralista y candidatural, partidizante; como la que ha hecho y ha asumido
hasta ahora; y para la que en honor a la verdad, está. Y porque es su rol.
.-* SIN CHAVEZ, EL POSTCHAVISMO/
POSTPUNTOFIJISMO
Siendo Chávez el único aglomerante tanto
del chavismo; como de la oposición; la unidad de cada uno de ambos ismos y su
existencia misma como tales, apoyándolo o rechazándolo, se mantiene solo por
él; su desaparición es el fin. La desaparición de Chávez, es el fin del chavismo;
y es el fin del puntofijismo; el inicio del postchavismo y del
postpuntofijismo. La polarización,
promovida sistemáticamente a cuatro manos, ha sido la determinante de la
dinámica político-institucional nacional los últimos quince años. Y aunque socio-políticamente
esa polarización ya no es significativa, con cada vez más costosa y
cuestionada, sigue siendo activada mediáticamente en función electoral. Desde
1998; pero terminantemente desde 2004, la gente vota por Chávez y contra
Chávez; aunque con una tendencia creciente de rechazo tanto a él como a la
oposición, que se expresa en el crecimiento de los sectores descalificados como
ni-ni, que los rechazan a ambos; y en una abstención persistente de un tercio
de los electores; aunque incuantificable consistentemente mientras no haya un
CNE al menos mínimamente confiable. Y que hay que esperar que sea muy alta, la
abstención, en las eventuales elecciones presidenciales, tanto o mas que la que
hubo el 16D en las regionales. Por lo que, hasta con menos manejo smartmático
por parte del CNE, pero con menos votantes, Maduro, no es imposible que gane
hasta más cómodamente que Chávez en octubre; no es descartable que resulte con
mas apoyo electoral relativo que él.
Inmediatamente, y en relación a las nuevas
elecciones presidenciales, el chavismo, estando Chávez vivo aunque inactivo,
previsiblemente logrará mantenerse electoralmente unido votando, hasta ahora,
por Maduro. Pero no será así para las locales en las que la implosión, que ya
comienza a activarse, será incontenible e inocultable. Se verá en la calle;
como el 07O cuando millones de chavistas no querían votar. El día mismo de las
votaciones presidenciales será igual, a pesar, de la “maquinaria chavista”, y
de las totalizaciones que el CNE manipulará para garantizar los resultados ya
cantados; como los garantizó en octubre
y diciembre pasados.
No será lo mismo, al contrario, para la
oposición. Ni siquiera la definición del candidato presidencial y la
posibilidad concreta de una campaña unitaria, las tiene ni claro ni fácil. La
descalificación y el desprestigio de la MUD y sus integrantes, individualidades
y organizaciones; la confrontación y el cuestionamiento cruzado y el
zancadilleo generalizados, determinan que sea cuesta arriba, no ya que haya un
solo candidato unitario, sino hasta que haya alguno verdaderamente unitario.
Los efectos de la perversión de la campaña oposicionista para el 7O; de la
manipulación sectaria que las cúpulas y comandos electorales hicieron de la
espectacular conciencia unitaria antichavista que entonces se activó
nacionalmente; con el tiempo se han profundizado. Hoy en el antichavismo domina
el resentimiento la frustración y el escepticismo. De tal forma que para las elecciones locales, se mantendrán muy pocos de los
acuerdos negociados y amarrados bajo la impronta de la polarización general,
del triunfalismo que hubo a partir de las primarias. La beligerancia de base y
de los liderazgos locales despolarizados le quitará perspectiva y soporte, a
pesar de las franquicias partidistas, al turbio entramado candidatural armado
en febrero por la MUD y los comandos partidistas de oposición.
En las nuevas elecciones presidenciales,
igual polarizadas que las de octubre, no hay perspectivas de que el país, la
gente, como ha sido desde el 2006, le siga ganando espacio al chavismo en la esfera de lo
político-institucional. Pero en las elecciones locales, es éste quién estará en desventaja; no ante
la oposición, sino ante la gente, ante las bases chavistas y no-chavistas en
general despolarizadas, que se activarán en función de imponerle a las cúpulas
y burocracias partidistas nacionales, oficialistas y oposisionistas, sus
verdaderos líderazgos locales.
.-*
DESPOLARIZACIÓN EN LAS ELECCIONES LOCALES
La crisis nacional, y el punto muerto en
que hoy está, marcado por la sobrevenida gravedad de Chávez, se estructura a
partir del desfase absoluto entre lo socio-político y lo
político-institucional; entre la gente y el Poder; a pesar de la
representatividad mediante la que los factores de poder las cúpulas y las
burocracias partidista-empresariales de todo signo, manipulan las
subjetividades nacionales. La manipulación electoral, clientelizada, que
produce la polarización circunstancial, busca presentar como estables y permanentes
las estructuraciones y alianzas circunstanciales de poder, proyectándolas hacia esas subjetividades para
hacerlas percibir como inevitables, sin opción En las dos elecciones próximas,
en mucho, resultará así en las presidenciales; pero no, casi para nada
en las municipales.
En el marco de la crisis nacional y en su proyección, no se va a salir con la
elección de otro Presidente y otros centenares de alcaldes y miles de
concejales; con salir de Chávez y su chavismo, reponiendo alguna variante de
puntofijismo con alguno de sus candidatos eternos o sucesores. Pero la
despolarización que previsiblemente
habrá en las elecciones locales, la incontenible beligerancia de las
bases tanto chavistas como antichavistas que inevitablemente se desencadenará;
constituirán un momento clave de desfase y disidencia generalizados de las
bases de todo signo y vinculación política
frente a las cúpulas y burocracias partidistas-empresariales de todo
signo. Alianzas uniones acuerdos y coincidencias de chavistas y antichavistas,
fuera de control burocrático, en función electoral municipal y/o de las
alcaldías, serán mas norma que excepción. Lo a-normal serán las formulas
candidaturales partidstas-empresariales. .
Esa despolarización que previsiblemente
habrá en las elecciones locales, con el debate que implicará y que deberá
haber, es en la perspectiva concreta inmediata, el mas importante impulso hacia
encontrar una verdadera vía y una salida al estancamiento y a la crisis nacional. Se invoca el consenso,
el diálogo; pero es entre las cúpulas los cogollos y los factores de poder.
Cuando el diálogo que puede destrabar y desmontar los nodos rígidos de las
estructuras actuales de poder, es el diálogo ciudadano, de la gente; el diálogo
que conduzca a consensos ciudadanos; a la activación de la soberanía ciudadana;
a la ciudadanización de la gestión pública; a la despolarización; un diálogo
despartidizado, deselectoralizado.
.-* NI CHAVISMO NI PUNTOFIJISMO SON OPCIÓN
Las dos subjetividades que en los
venezolanos han sido inducidas, en mucho por manipulación mediática y
clientelar; sin especificidad sociopolítica consistente; ni “de clase” ni
territorial-cultural, se referencian en dos opciones, falsas desde el punto de
vista de potencialidad que la sociedad
avance hacia una mayor libertad justicia y potencialidad social, ciudadana.
Chavismo y puntofijismo, supuestamente, socialismo o comunismo, y democracia,
aunque no idénticas, no son sino variables de la misma concepción autoritaria
del ejercicio del Poder; excluyentes ambas mesiánicas ambas regresivas ambas;
ambas real o pretendidamente legitimadas sobre las mismas relaciones de
representatividad de la democracia liberal-burguesa. Por constitución por
esencia y por autodefinición, ambas son incapaces de impulsar ni mínimamente.
la dinámica del país en una dirección progresiva; mas allá de utilizar el Poder
para consolidarse y mantenerse indefinidamente en él; sobre la base de alguna
variable de clientelismo y de de alguna
retórica ideologizante.. Aparte la presión
y la compulsión, de lo apremiante de las circunstancias actuales;
ninguno es preferible al otro; en ningún sentido real y en definitiva, ninguno
es menos o más que el otro. La cuestión no está en si es uno u otro; en por
cual optar; porque ninguno es opción real; ni siquiera electoralmente; menos en
perspectiva.
.-*POR UN PROCESO CIUDADANO CONSTITUYENTE
La idea de una constituyente, no es
chavista; ni fue Chávez quién la planteó. Se volvió a plantear en el país en
diferentes sectores desde los años ochenta; y no solo en la izquierda y los
sectores progresistas Llegó a haber un consenso nacional de su necesidad
incluso en las cúpulas puntofijistas. Chávez lo que hizo fue armarse
electoralmente de esa bandera e implementarla a la cañona recién electo, bloqueando la posibilidad, que
era de lo que se trataba, de una “constituyente originaria” por cierto, con muchos de esas mismas cúpulas
puntofijistas en el marco de la profunda postración terminal de los liderazgos
y partidos de la vieja política. Hoy hablar de una constituyente es anatema; y
supuestamente hacerle el juego al chavismo que sí la querría; lo que no es
cierto. La realidad es que hoy por hoy, en la crisis profunda en que está el
chavismo, al igual que el puntofijismo; en ambos ismos se rechaza la idea.
Principalmente porque la beligerancia sociopolítica actual imposibilitaría una,
u otra, constituyente “derivada”, bajo control y dirección burocráticoa y
resultado de relaciones de representatividad, como todas las que hemos tenido,
incluida la del 99; y como obviamente y en tal caso sería la que convocaría,
sea el chavismo, sea el puntofijismo, sea por ambos en consenso.
A partir de ninguna vínculo de
representatividad, ni siquiera con la retórica vacía de que es “participativa y
protagónica”, se resuelve la crisis nacional, que es estructural, profunda, de
constitución como sociedad bien específica pero
contextualizada en la globalidad
actual. Al contrario las correlaciones de representatividad, ejecutivas y
legislativas que hemos tenido en las últimas décadas; han propiciado el ahondamiento en una u otra
dirección, de la exclusión entre las dos subjetividades que hoy hay en
Venezuela
Cualquier consenso no le sirve a la mayoría
de los venezolanos de hoy. Aunque sí a las minorías. El consenso que realmente
viabilizaría un impulso nacional con y hacia una verdadera inclusión total y la
fusión sostenida hacia una subjetividad plural diversa y sin bordes, posible y
deseable, entre las dos subjetividades actuales, resultará solo de un gran
debate nacional; de un gran debate masivo total, con la participación real,
nada que ver con el bufonesco “parlamentarismo de calle” chavista; de todos los
sectores y niveles; sin acotamientos ni agendas pre-impuestos; en el que
participen, realmente, centenares de miles, millones de venezolanos, que tienen
con qué y qué decir sobre sus problemas, sobre los de la sociedad como
totalidad y su inserción en la globalidad mundial El consenso útil resultará de
un debate y un diálogo constituyentes; de
un debate ciudadano, popular, total, básica y primariamente sectorizado, parroquializado y regionalizado. De una
constituyente originaria, como no fue la del 99, manipulada por Chávez y sus
aliados y consejeros puntofijistas de entonces. Un proceso popular ciudadano
constituyente desarrollado por la gente de todos los sectores y niveles; pero,
aunque incluidos como ciudadanos que son, no bajo la rectoría de reales, o
supuestos especialistas ni luminarias de ningún signo.
.-* DEBATE CONSTITUYENTE APARTE VOTACION Y
ABSTENCIÓN
Las elecciones se harán; es un hecho; y eso
está bien. Aparte de ser un hecho, es bueno que las haya aunque fraudulentas,
smartmaticiadas; y aunque el autoritarimo chavista como todo autoritarismo, las
usa para legitimarse. Siempre, salvo cuando son partidizadas y burocráticamente
cerradas, “internas”, controladas y filtradas, como en Cuba en China, son
ocasión para que la disidencia las aproveche en algún grado, a pesar del
ventajismo del fraude y los resultados previamente cantados, para mostrar que
una parte o la mayoría de la sociedad,
rechaza al régimen autoritario. La manipulación por parte del autoritarismo en
el Poder es obvia; pero así la
manipulación que hace la disidencia; aquí, la que hace la oposición para crear
falsas expectativas de resultados o efectos que se sabe no habrá. En la CBV, como en casi todas las
constituciones del Mundo se establece que la soberanía reside en el Pueblo,
quién la ejerce mediante el voto. Aunque en ella se colgaron los zarcillos de
“participativa y protagónica”; es igual para puro establecer la
representatividad, la cesión de la soberanía ciudadana en que se sustentan
todas las variantes de autoritarismo, de despotismos; como el actual chavista y
como los que teníamos antes de 1989; legitimados siempre sobre la base de
relaciones de representatividad, a partir del ejercicio del “voto universal
directo y secreto”.Demostrándose que el voto, especialmente en sociedades de
escaso desarrrollo sociopolítico, como la nuestra, ya hoy, no ni es ni puede
ser ni la única ni la principal forma de ejercer el pueblo, los ciudadanos, su
soberanía
En las elecciones locales de Julio próximo,
como en las nuevas presidenciales que previsiblemente y cuando sea que las
haya, habrá mucha abstención; más que en las anteriores del 07O y el 16D; y
aunque igual mucha gente votará; lo hará menos que entonces. Los resultados
incluso fraudulentos que cante el CNE mostrarán la clásica torta estadística de
tres grupos de entre 30% y 40% los tres; tres minorías; dos de quienes habrán
votado por las opciones principales y una de quienes que no votaron; que se
abstuvieron. Los polítologos y encuestadores en nómina o contratados de los factores de poder, han
establecido la matríz de que “lo político” “lo éticamente responsable” es
votar; y que no hacerlo, abstenerse, es “lo antipolítico” es irresponsable,
inmoral, etcétera. La realidad es que inconciencia e irresponsabilidad la hay
tanto entre quienes se abstienen como entre quienes votan; que en ambos casos
se trata del ejercicio de un derecho. Cierto que parte de la abstención es por desentendimiento; pero mayor y
esencialmente es política; resulta del rechazo conciente, político, al proceso
mismo en el que, con suficientes razones, no se cree; del que por experiencia
no espera nada o casi nada.
Quiere decir lo anterior que el alcance de
las referidas próximas elecciones locales no ha de medirse por los índices de
votación y abstención que haya; ni, tampoco siendo una votaciones smaticiadas,
por los votos y candidatos electos de una u otra postulación. A partir de la
crisis imparable del chavismo y del puntofijismo que explosionará en ellas;
como nunca antes se hace posible un debate nacional amplio profundo; un debate
constituyente enmarcado en el post-chavismo/post-puntofijismo, que apunte hacia
la conformación de correlaciones sociopolíticas que sí se dinamicen en la
dirección de ir transformando de fondo, ciudadanizando, las relaciones de Poder
existentes; las relaciones entre la gente y el Poder.
Caracas enero del 2013. .
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