Pequea
De un tiempo a esta parte, hemos presenciado un fenómeno que con regularidad nos ataca y poco a poco se naturaliza, hablo básicamente de la cooptación de discursos y la apropiación del movimiento contracultural, que se han transformado en la nueva estrategia con la cual el Capitalismo moderno, busca minimizar y dinamitar a sus propios enemigos. Cada día somos parte, del “discurso verde” de las palabras de inclusión, de cómo se pretende dar cuotas de participación a las mujeres en política, o de como los homosexuales se hacen parte del Estado. Vemos también como la socialdemocracia, hace eco de los discursos de “la calle” y mediante la implementación de reformas busca reconfigurar el plano político llamando, a la participación de los que antes eran excluidos.
De un tiempo a esta parte, hemos presenciado un fenómeno que con regularidad nos ataca y poco a poco se naturaliza, hablo básicamente de la cooptación de discursos y la apropiación del movimiento contracultural, que se han transformado en la nueva estrategia con la cual el Capitalismo moderno, busca minimizar y dinamitar a sus propios enemigos. Cada día somos parte, del “discurso verde” de las palabras de inclusión, de cómo se pretende dar cuotas de participación a las mujeres en política, o de como los homosexuales se hacen parte del Estado. Vemos también como la socialdemocracia, hace eco de los discursos de “la calle” y mediante la implementación de reformas busca reconfigurar el plano político llamando, a la participación de los que antes eran excluidos.
Más temprano que tarde, vemos como los otrora excluidos y marginados, comienzan a ser parte del Estado y también del mercado. El Capital comienza a aprehender, y cooptar a quienes no eran lo suficientemente “buenos” y con una velocidad estrepitosa lo diferente, comienza a ser rentable y mercantilizable; pareciera ser que el discurso “progre” se ha puesto de moda, y los que anhelamos justicia social somos cada vez más presentes en la retórica estatista.
Si bien para muchos, esta apretura de discursos resulta novedosa y casi revolucionaria, hay que entender que no es más que la dinámica interna del Capitalismo, la que se hace presente en esta “oleada progresista” todas estas muestras de aperturas, no son más que aperitivos, para que “la rabia” no les explote en la cara, a quienes perpetúan el sistema de dominación.
Si de algo debemos aprender del pasado, es de como el Capitalismo; a través de sus crisis cíclicas y permanentes a resultado victoriosa. Cabe recordar la cuestión social en Chile, como un periodo álgido y de profundas convicciones revolucionarias, donde los explotados a través de multitudinarias marchas y el boicot a la producción, hacían expreso su descontento y sus precarias condiciones de vida. ¿Pero qué resulto de todo eso? Si bien las condiciones laborales, mejoraron y se avanzó en la “normalización” de esas prácticas, si logramos ver más allá, comprenderemos que el descontento solo se aplaco y que el modelo económico-explotador siguió perdurando hasta nuestros tiempos.
El capitalismo es inteligente compañerxs, y debemos entender que su aparato institucional llamado Estado, no es más que un lacayo, fiel y servicial, y que cuando quieren trabajar con nosotros, no es más que para tenernos vigilados y domesticados. Por eso resulta inverosímil ver como a través del discurso, “los diferentes” “los parias” intentan ser parte del aparataje institucional, ocupando puestos de poder e incluyéndose en la burocracia, con el fin según ellos de cambiar las cosas desde dentro.
Otro punto que resulta llamativo, hace alusión a esta reconversión que ha tenido el neoliberalismo, cuando se apropia de los discursos de la calle, y básicamente hablo del discurso “verde” o el ambientalismo que pregonan actualmente ciertas multinacionales. Resulta interesante como el reciclar, el reutilizar y el ser amigable con el ecosistema, ha sido en cierto sentido apropiado por las grandes empresas; con campañas de “cero % plásticos” u otros slogans, nos hacen creer en la férrea convicción de estos grupos por tratar de hacer una vida más empática y equilibrada con nuestro entorno; pero sabemos muy bien como es la lógica de producción capitalista, y como es con la naturaleza. La voracidad, y el canibalismo para con los recursos naturales, tienen en peligro la subsistencia de ecosistemas, y de cadenas completas de animales, que día a día ven su extinción. El capitalismo no entiende el equilibrio puesto que, la ambición y el inmediatismo de obtener ganancias económicas no respeta los ciclos de la naturaleza.
Incluso podríamos ir más allá y ver que en algunos casos, estas campañas no son más que voladeros de luces, puesto que en veces, estas multinacionales, que nos venden el cuento de lo “verde y eco-sustentable” perciben regalías, o bajas arancelarias en sus impuestos, con el fin de propagar este “mensaje” por cuanto no es más que una ilusión muy bonita para el acto final, que es perpetuar este sistema llamado Capitalismo.
Es por lo mismo, que debemos entender, que la institucionalización de las demandas de la calle, no son en realidad más que aspirinas, que mientras la perpetuación de la dominación y la explotación del hombre por el hombre, se hagan presente, nada de lo que anhelamos se concretara, puesto que el Capitalismo es inteligente y con sus cantos de sirena, pretenderá hacernos quedar dormidos.
Simplemente, ¡NO LES CREAS!
[Tomado de https://lapeste.org/2014/05/capitalismo-estado-e-inclusion-una-mentira-dificil-de-tragar.]
Si bien para muchos, esta apretura de discursos resulta novedosa y casi revolucionaria, hay que entender que no es más que la dinámica interna del Capitalismo, la que se hace presente en esta “oleada progresista” todas estas muestras de aperturas, no son más que aperitivos, para que “la rabia” no les explote en la cara, a quienes perpetúan el sistema de dominación.
Si de algo debemos aprender del pasado, es de como el Capitalismo; a través de sus crisis cíclicas y permanentes a resultado victoriosa. Cabe recordar la cuestión social en Chile, como un periodo álgido y de profundas convicciones revolucionarias, donde los explotados a través de multitudinarias marchas y el boicot a la producción, hacían expreso su descontento y sus precarias condiciones de vida. ¿Pero qué resulto de todo eso? Si bien las condiciones laborales, mejoraron y se avanzó en la “normalización” de esas prácticas, si logramos ver más allá, comprenderemos que el descontento solo se aplaco y que el modelo económico-explotador siguió perdurando hasta nuestros tiempos.
El capitalismo es inteligente compañerxs, y debemos entender que su aparato institucional llamado Estado, no es más que un lacayo, fiel y servicial, y que cuando quieren trabajar con nosotros, no es más que para tenernos vigilados y domesticados. Por eso resulta inverosímil ver como a través del discurso, “los diferentes” “los parias” intentan ser parte del aparataje institucional, ocupando puestos de poder e incluyéndose en la burocracia, con el fin según ellos de cambiar las cosas desde dentro.
Otro punto que resulta llamativo, hace alusión a esta reconversión que ha tenido el neoliberalismo, cuando se apropia de los discursos de la calle, y básicamente hablo del discurso “verde” o el ambientalismo que pregonan actualmente ciertas multinacionales. Resulta interesante como el reciclar, el reutilizar y el ser amigable con el ecosistema, ha sido en cierto sentido apropiado por las grandes empresas; con campañas de “cero % plásticos” u otros slogans, nos hacen creer en la férrea convicción de estos grupos por tratar de hacer una vida más empática y equilibrada con nuestro entorno; pero sabemos muy bien como es la lógica de producción capitalista, y como es con la naturaleza. La voracidad, y el canibalismo para con los recursos naturales, tienen en peligro la subsistencia de ecosistemas, y de cadenas completas de animales, que día a día ven su extinción. El capitalismo no entiende el equilibrio puesto que, la ambición y el inmediatismo de obtener ganancias económicas no respeta los ciclos de la naturaleza.
Incluso podríamos ir más allá y ver que en algunos casos, estas campañas no son más que voladeros de luces, puesto que en veces, estas multinacionales, que nos venden el cuento de lo “verde y eco-sustentable” perciben regalías, o bajas arancelarias en sus impuestos, con el fin de propagar este “mensaje” por cuanto no es más que una ilusión muy bonita para el acto final, que es perpetuar este sistema llamado Capitalismo.
Es por lo mismo, que debemos entender, que la institucionalización de las demandas de la calle, no son en realidad más que aspirinas, que mientras la perpetuación de la dominación y la explotación del hombre por el hombre, se hagan presente, nada de lo que anhelamos se concretara, puesto que el Capitalismo es inteligente y con sus cantos de sirena, pretenderá hacernos quedar dormidos.
Simplemente, ¡NO LES CREAS!
[Tomado de https://lapeste.org/2014/05/capitalismo-estado-e-inclusion-una-mentira-dificil-de-tragar.]
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