Sofía Comuniello
Explicar
la presencia del mal en el mundo es
un indispensable pretexto de las religiones para justificarse: enfermedades,
desgracias personales,
catástrofes naturales siempre se
han interpretadas como causadas por espíritus que se catalogan
de crueles y
malvados, pero no solían ser
elevados a la categoría de encarnación divina del mal puro.
Las
religiones griega y romana no conocían al
Diablo; entre los 400 dioses celtas no había
sitio para el Maligno; lo mismo encontramos en
las religiones africanas no
influidas por los misioneros; igual
entre los aborígenes de América del
Norte; ni tampoco en el
sintoísmo, budismo, taoísmo. En
los libros sagrados hebreos – la Torah - Satán nunca
aparece como líder de un imperio del
mal que ha declarado la guerra a Dios y a
la humanidad.
Esto
sólo ocurre en el cristianismo. Quien sentó las bases de la satanología cristiana
fue el autor del Evangelio de Juan, sus
cartas y el Apocalipsis. Es Juan quien lo
nombra señor del mundo y
causante de todas las acciones
malas. Pero la llegada del
Hijo de Dios quebrantó este dominio diabólico. Como agregado infame, una de las más terribles sentencias de su Evangelio es la afirmación de que los judíos son hijos del diablo. Si no tuvieron bastante con ser acusados de deicidio, el Jesús de Juan les impreca del siguiente modo “procedéis
del diablo, que es vuestro
padre”, lo cual dio carta blanca a los
cristianos para perseguirlos,
diezmarlos y humillarlos
durante siglos.
El
enfrentamiento entre el Bien y el Mal, heredado
de las leyendas judías del siglo I a.n.e.,
ha marcado al cristianismo en sus diversas sectas y capillas hasta extremos increíbles. Ahora bien, ¿de dónde vino este dualismo?
La demonología judía bebió
profusamente de la visión persa del mundo
de los espíritus: demonios, ángeles y arcángeles nacen
en el Irán de religión mazdeista hacia el 500 a.n.e., como parte de la febril imaginería
concebida por el profeta Zoroastro o Zaratustra, un hombre del que se sabe muy poco pero que cambió el politeísmo
imperante en esa región por el culto a Ahura
Mazda, el señor único. He aquí
el comienzo del monoteísmo.
Para no eliminar a los viejos
dioses los convierte en emanaciones
de Ahura Mazda, y esos son los ángeles. Entre ellos, los dos más poderosos: el bueno Spenta Manyu y el malo Angra
Manyu. Al principio ambos eran la cara y la cruz de la moneda pero Angra acabó por convertirse en un antidiós, el enemigo declarado de Ahura Mazda.
Es
entonces Angra Manyu la primera
de las prefiguraciones de Satán y fue parte de esa herencia que el mazdeísmo legó
al cristianismo primitivo, que no despreció para nada tan útil personaje y es
así como a lo largo de los siglos lo ha cultivado y colmado de terroríficos
atributos.
Si criticas al cristianismo está bien... pero si criticas a los que lo inventaron te metes en un buen aprieto. Hablo de los judíos, obviamente. Critica al invento, pero también a los inventores, puesto que no tenían ninguna buena intención al hacerlo. Impusieron esa religión con engaños y ríos de sangre en todas partes desde Europa hasta América.
ResponderEliminarEl cristianismo ha sido la base de la globalización moderna, esa que tanto critica la gente, incluyendo muchos buenos cristianos.
Al darles a todos el mismo dios (más el mismo dios malo) sentaron las bases para desconectar a los pueblos de su espiritualidad nativa y venderles basura. Todos, todos perdieron, hasta los que comúnmente se cree los perpetradores de todo esto (los europeos), cuando en realidad fueron las primeras víctimas (las prohibiciones y persecuciones al paganismo en la última etapa del Imperio Romano fueron el pistoletazo de salida).
El daño que ha hecho y sigue haciendo el judaismo para gentiles mal llamado cristianismo es enorme, casi incalculable.
También cabe mencionar al islam, una variante del judaísmo para gentiles aun más severa que el mismo cristianismo. A los europeos nunca pudieron hacerles aceptar, ni aun con todas las torturas del mundo, que los semi-castren (circuncisión). A sus primos semitas sí. De todas formas, todos los abrahamismos han sido y son un cáncer en este planeta, así que lo mejor es abandonar sus iglesias y sus estúpidas costumbres y cuentos mal adaptados y volver a las fuentes originales ;)