L.
Encinas, G. Palomo y J.A. Rocío
El magonismo, corriente de pensamiento indígena-libertaria
iniciada por Ricardo FloresMagón (RFM) [8], es un movimiento social que desde principios del
siglo XX impulsa al pueblo mexicano a hacer la revolución social. El calificativo
magonista no siempre gustó a los libertarios mexicanos, mucho menos al propio RFM:
“ Los miembros del Partido Liberal Mexicano no somos
magonistas, somos anarquistas” [9]. Sin embargo, fijándonos en las declaraciones
de sus seguidores actuales nos acercamos a la influencia que este personaje ha tenido,
y aún mantiene, entre los luchadores indígenas contemporáneos: “RFM procede
del indigenismo y gracias a su formación en la ciudad se nutrió con otras
realidades que enriquecieron su pensamiento: anarquismo, socialismo... Reivindicamos
no sólo su pensamiento sino también sus valores, su calidad como ser
humano” [10].
La génesis del magonismo está condicionada por
dos partes fundamentales: un periódico, Regeneración, fundado en 1900, a través del cual pudieron difundir
sus ideas y algunas instrucciones los principales magonistas y sobre todo RFM y
una organización, el Partido Liberal Mexicano, llamado a constituirse en 1905.
El magonismo de ser inicialmente liberal se transforma
en anarquista o socialista libertario y como componente fundamental siempre
tuvo la forma de vida de los pueblos indios, basada en la ayuda mutua, la
propiedad comunal y la organización tradicional.
A través de muchas de sus acciones, proclamas, artículos,
programas, rebeliones, asambleas, el magonismo, se muestra como un movimiento vinculado
a la tradicional lucha de resistencia de las naciones indígenas. Esta
vinculación entre resistencia indígena y magonismo es parte de una tradición
socialista y se presenta determinada por el comunalismo de los pueblos indios.
El magonismo, que es una expresión de lo que en Europa se ha llamado socialismo
–en su concepción novecentista- ha levantado como una de sus demandas
principales, la recomunalización, la restitución de tierras comunales a los
pueblos y el respeto a la diferencia que representan los pueblos indios en un
contexto cada vez más mestizo y occidental.
Entonces, el magonismo se nutre fundamentalmente de
tres corrientes: el liberalismo mexicano, el anarquismo europeo y la comunalidad
indígena. La influencia de la vida comunitaria indígena en el pensamiento de Ricardo
Flores Magón es evidente. En su artículo “ El pueblo Mexicano es apto para
el comunismo” [11], señalaba:
«En México viven unos cuatro millones de indios,
que hasta hace veinte o veinticinco años vivían en comunidades, poseyendo en
común las tierras, las aguas y los bosques. El apoyo mutuo era la regla de esas
comunidades, en las que la autoridad sólo era sentida cuando el agente de la
recaudación de rentas hacía su aparición periódica o cuando los rurales
llegaban en busca de varones para hacerlos ingresar por la fuerza al
ejército. En estas comunidades no había jueces, ni alcaldes, ni carceleros, ni ninguna
polilla de esa clase. Todos tenían derecho a la tierra, al agua para los
regadíos, al bosque para la leña y a la madera para construir los
jacales.
Los arados andaban de mano en mano, así como
las yuntas de bueyes. Cada familia laboraba la extensión de terreno que
calculaba ser suficiente para producir lo necesario, y el trabajo de
escarda y de levantar las cosechas se hacía en común reuniéndose toda la
comunidad, hoy para levantar la cosecha de Pedro, mañana para levantar la
de Juan y así sucesivamente. Para fabricar un jacal, ponían manos a la
obra todos los miembros de la comunidad.
Estas sencillas costumbres duraron hasta
que, fuerte la autoridad por la pacificación completa del país, pudo
garantizar a la burguesía la prosperidad de sus negocios. Los generales de
las revueltas políticas recibieron grandes extensiones de terrenos; los
hacendados ensancharon los límites de sus feudos; los más viles politicastros
obtenían como baldíos terrenos inmensos, y los aventureros extranjeros obtuvieron
concesiones de tierras, bosques, aguas, de todo, en fin, quedando nuestros hermanos
indios sin un palmo de tierra, sin derecho a tomar del bosque ni la más pequeña
rama del árbol , en la miseria más abyecta, despojados de todo lo que era de
ellos».
Las naciones
indígenas que desde tiempos antiguos
habitan el actual territorio mexicano han
sido actores directos de las grandes convulsiones
sociales que han sacudido al país. Desde
aquel momento en que el primer conquistador,
Hernán
Cortes,
llegó a estas tierras,
la mayoría de los pueblos indios ofrecieron
una necesaria, tenaz y violenta resistencia
cuyo fin fue y ha sido conservar y recuperar
tierras, bosques, costumbres y la propia vida.
La comunalidad,
como costumbre de los pueblos indios y campesinos,
propone la propiedad social, formas de
representación directa y asamblearias,
así como un aprovechamiento del trabajo
y los recursos donde la noción de mercancía
es excluida y constituye también una forma
de entender el funcionamiento del mundo como
resultado de la intervención colectiva de
hombres y fuerzas sobrenaturales. "La Costumbre" significó un obstáculo para el expansionismo colonial español y, ya después de la Independencia, para el proyecto de Estado nacional y de modernización capitalista que impulsaron Porfirio Díaz y sus colaboradores, en cuya oposición se forjaron Ricardo Flores Magón y otros líderes libertarios del cambio de siglo hasta la Revolución Mexicana.
Entre 1910 y
1920 México fue sacudido por una serie
de luchas y revueltas conocidas como Revolución
Mexicana, que intentaron transformar el
sistema político y social creado por Porfirio Díaz. La Revolución
Mexicana, que contribuyó a formar el México
contemporáneo, no tuvo un carácter
homogéneo, sino que consistió en una
serie de revoluciones y conflictos
internos, protagonizados por distintos jefes políticos y militares
que se fueron sucediendo en el gobierno de la
nación: León de la Barra, Madero, Huerta,
Carranza, Gutiérrez, y Carranza de nuevo gracias al apoyo de Obregón. En estas luchas intestinas es fundamental el papel
de Emiliano Zapata y Pancho Villa, que han
pasado a la historia como principales representantes
de las aspiraciones del campesinado y
los pueblos indígenas mexicanos.
Ambos, sobre
todo el primero, deben mucho, tanto
ideológica como políticamente, a los primeros grandes unificadores
de las luchas indígenas, campesinas y obreras:
los militantes del Partido Liberal
Mexicano y los hermanos Flores Magón en
particular.
Notas:
[8] Ricardo Flores Magón (RFM) nace en septiembrede
1874 en San Antonio de Eloxochitlán (Estado de Oaxaca, México). A pesar de su
ascendencia indígena y humilde sigue sus estudios en México DF donde se
iniciará en la política, al igual que sus hermanos Enrique y Jesús, a través de
la lucha contra el dictador Porfirio Díaz. Crea en 1900 el periódico Regeneración y es uno de los principales
animadoresde la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano (JO del PLM).
Sale exiliado a EE.UU. en 1904, sin poder pisar de nuevo territorio mexicano. Muere,
en extrañas circunstancias, el 21 denoviembre de 1922 en el penal de
Leavenworth (Kansas) donde había sido recluido desde 1918 tras lanzar un
manifiesto exhortando a la lucha de todos los anarquistas del mundo (Colectivo
Libertario Germinal. El Movimiento Magonista. Ricardo Flores Magón.
Teoría y Praxis. Ed. El Grito delPueblo. Cáceres, 2003).
[9] Flores Magón, R. “La libertad burguesa”. Regeneración, nº 211, 6 de noviembre de
1915.
[10] Palomo, G. y Salguero, J. M. “Entrevista
y charla con Miguel y Leonor del Consejo Indígena Popular de
Oaxaca-Ricardo Flores Magón (CIPO-RFM)”. 12de febrero de 2005. Cáceres.
Extracto en periódico CNT de
abril de 2005.
[11] Periódico Regeneración, 2 de septiembre
de 1911.
[Sección inicial del artículo titulado “Comunismo
libertario y autonomía indígena”, que en versión original en extenso es
accesible en https://www.academia.edu/3610216/Comunismo_libertario_y_autonom%C3%ADa_ind%C3%ADgena?email_work_card=view-paper.]
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