Carlos Taibo
* Extraído del libro del mismo título, editado en Madrid, Libros de la Catarata, 2013.
Salta a la vista que asistimos a un reverdecer de las ideas y de las prácticas libertarias. Los movimientos correspondientes que muchoas veces han sido dados por muertos, muestran una sorprendente cao¿pacida de supervivencia que en último término bebe acaso de un hecho insorteable: nos hallamos ante una corriente del pensamiento y de la acción cuya presencia constante puede certificarse desde tiempos inmemoriales. El intereés por el anarquismo es cada vez mayor en un momento en el que la palabra crisis resuena por todas partes y, con ella, una conciencia creciente en lo que hace a la corrosión terminal del capitalismo y al colapso que bien puede ser su compañero. Y es que cada vez resulta más evidente que la trama discursiva del Capital -"no hay otra alternativa que la nuestra", nos dicen- se está viniendo abajo. Cada vez hay más gentes que se percatan de ello y qye demandan sin éxito alguna explicación sobre la presunta idoneidad de aquello que con toda evidencia no la tiene.
* Extraído del libro del mismo título, editado en Madrid, Libros de la Catarata, 2013.
Salta a la vista que asistimos a un reverdecer de las ideas y de las prácticas libertarias. Los movimientos correspondientes que muchoas veces han sido dados por muertos, muestran una sorprendente cao¿pacida de supervivencia que en último término bebe acaso de un hecho insorteable: nos hallamos ante una corriente del pensamiento y de la acción cuya presencia constante puede certificarse desde tiempos inmemoriales. El intereés por el anarquismo es cada vez mayor en un momento en el que la palabra crisis resuena por todas partes y, con ella, una conciencia creciente en lo que hace a la corrosión terminal del capitalismo y al colapso que bien puede ser su compañero. Y es que cada vez resulta más evidente que la trama discursiva del Capital -"no hay otra alternativa que la nuestra", nos dicen- se está viniendo abajo. Cada vez hay más gentes que se percatan de ello y qye demandan sin éxito alguna explicación sobre la presunta idoneidad de aquello que con toda evidencia no la tiene.
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