Orlando Zabaleta
El Petro nació confuso. Los mitos y las especulaciones patrocinadas por el gobierno, los cambios de dirección en una propuesta desprovista de plan, el uso mediático-político para levantar expectativas, explican el embrollado laberinto de la biografía del Petro. Que si se minaba o no, que su venta atraería decenas de miles de dólares, recuerden la famosa preventa, el Petro acompaña las habituales promesas anuales de Maduro sobre la recuperación económica, se ha dicho que estabilizaría la economía y hasta que sustituiría al "dólar criminal".
El Petro nació confuso. Los mitos y las especulaciones patrocinadas por el gobierno, los cambios de dirección en una propuesta desprovista de plan, el uso mediático-político para levantar expectativas, explican el embrollado laberinto de la biografía del Petro. Que si se minaba o no, que su venta atraería decenas de miles de dólares, recuerden la famosa preventa, el Petro acompaña las habituales promesas anuales de Maduro sobre la recuperación económica, se ha dicho que estabilizaría la economía y hasta que sustituiría al "dólar criminal".
El Petro, con tanta marcha y contramarcha entre cantos hiperbólicos, tiene problemas de identidad: algunos niegan que sea realmente una criptomoneda, e incluso otros dudan de que sea una moneda. Para ir con paso seguro estableceré en primer lugar siete hechos sobre el Petro, y luego me referiré a la farsa que se armó con el medio petro de aguinaldo. Empecemos.
1) NO SE MINA: El Petro no es minado, que es el método con el que las criptomonedas regulan la cuantía de la emisión; por el contrario, la emisión de monedas (o sea, su oferta) la controla el gobierno.
2) EL PRECIO LO FIJA EL GOBIERNO: El valor del Petro no lo determina la oferta y la demanda de la moneda, sino que lo fija el gobierno a su libre voluntad. Tan es así que interesadamente Maduro mantiene (o mantuvo) dos valores para el Petro: uno para establecer el salario mínimo, que en la práctica solo establece la pensión de los jubilados (porque nadie trabaja por un salario mínimo tan miserable), o sea, uno que se emplea para pagarle poco a los jubilados. El otro valor del Petro se usa para tasar los pagos al Estado, o sea, se utiliza para cobrarle caro a los ciudadanos por los pasaportes, los servicios consulares o cualquier otro servicio. La propia viveza gobiernera.
3) EL ANCLA ES FALSA: El Petro de cobro del gobierno está "anclado"; por supuesto: en el sentido tan peculiar que tiene ese término en boca de Maduro y los maduristas (¡Vaya usted a saber cuál es!); está "anclado", dicen ellos, al precio de un barril de petróleo. Pero, aclaremos, no es que usted pueda exigir que le entreguen un barril de petróleo por cada petro que tenga, o que exista un gigantesco fuerte donde se guardan los barriles de petróleo que respaldan al Petro. No, el "ancla" es con respecto a un barril de petróleo que no se ha extraído, que aún está en el fondo de la tierra, lo que expresa la mentalidad irremediablemente rentista del que concibió la idea del "anclado".
4) EL DÓLAR ES LO QUE ESTÁ DETRÁS: Por supuesto, con esa saliva de loro no se puede considerar nada "anclado". Lo que en realidad sucede es que el Petro está amarrado al dólar. El gobierno fijó su valor el año pasado en 60 dólares (que era el precio del barril para ese momento) y, aunque el precio del crudo ha bajado desde aquel entonces, el Petro ha ignorado su "ancla" y sigue valiendo 60 dólares. Así que si el dólar sube con respecto al bolívar (lo que prácticamente sucede a diario) el Petro también. Esa dependencia petro-dólar es innegable (pero por aquí hay quien niega lo innegable). Sin embargo, suena más bonito y genera ilusiones decir que el Petro está "anclado" al barril de petróleo que decir que está anclado al dólar (aunque el dólar ya fue exonerado y rehabilitado por Maduro y pasó de ser un ente criminal a ser un ente bendito y hasta milagroso).
5) LA INEXISTENTE DEMANDA: El gobierno, pues, determina la emisión del Petro y define su valor, o sea, controla absolutamente la oferta y el precio. Pero no controla la demanda, porque la demanda no existe. El Petro no tiene un mercado secundario (un mercado donde se demande petros). Porque, piénselo bien, amigo lector, ¿quién querría comprar petros? ¿Para qué? Si usted intentó vender su medio petro a través de la inútil opción "Intercambio" –cotización– en el sistema Patria ya sabe que no hay tanta gente buscando petros, al menos gente con bolívares soberanos.
6) FUNCIONES QUE DEBE CUMPLIR EL PETRO O ¿PARA QUÉ LE SIRVE?: Como unidad de cuenta el Petro podría funcionar. Como todos sabemos el bolívar no sirve para llevar cuenta de nada: es difícil que cualquier precio fijado en bolívares sobreviva dos días. Si usted deja pasar un año para pagar el condominio de su apartamento, fijado en bolívares, la cantidad total a pagar es ridícula. Con una moneda en caída acelerada como el bolívar soberano, no pagar o retardar los pagos es buen negocio. Así que fijar esos cánones en petros es mucho más inteligente que fijarlos en bolívares; ah, pero si se puede hacer en dólares es mejor.
Como reserva de valor, o sea, para ahorrar sin que lo guardado pierda valor, el Petro también puede servir, pero el sentido práctico dice que mejor que tener un petro es tener 60 dólares. Los dólares son fáciles de cambiar (aceptados en todas partes) y usted puede vender rápidamente una porción de esos dólares (diez, veinte, treinta) según su preferencia y su necesidad. Si el lector forma parte del gran universo de los que tienen todavía el medio petro en su billetera Patria sin haber podido cambiarlo ni gastarlo (no había en Traki nada que le interesara), podrá calibrar la diferencia.
Para graduarse de moneda el Petro debe cumplir también las labores de medio de compra y de medio de pago. En esa ocupación el Petro está muy flojo. El gobierno sabe que esta carencia afecta la nula demanda de petros. ¿Para que buscarlos si no puedo comprar mercancías, ni pagar un servicio ni saldar una deuda con ellos?
7) IMPONER LA DEMANDA: Entonces el gobierno intenta crear la demanda de petros. O sería más preciso, el gobierno pretende imponer la demanda. No sirve el teatro de emitirlo y comprarlo él mismo. Así hizo con los petros que dio a los pensionados el año antepasado: los tentó para que lo ahorraran y como casi nadie lo hizo, el mismo gobierno compró la inmensa mayoría de los petros. Pero esos actos televisivos (el gobierno sería el único emisor y el único comprador del Petro), buenos para los creyentes maduristas, son irrelevantes y no lograrán darle sustancia de moneda al Petro.
Así que Maduro establece usos (o pagos) optativos u obligatorios para el ente virtual que inventó: se pagarán en petros el petróleo, la gasolina de expendio internacional en la frontera, el combustible de los aviones de las líneas internacionales, los servicios de institutos como el SAIME, el SAREN, el SAPI y el INEA; también comenzarán a cobrar en petro el Instituto Nacional de Aeronáutica Civil Venezuela, la Bolivariana de Aeropuertos, Bolipuertos y el Instituto del Aeropuerto Internacional de Maiquetía.
La farsa de la demanda en la calle
Y por eso, para crear demanda de petros, el gobierno dio el aguinaldo de medio petro a casi seis millones de venezolanos (pensionados y funcionarios públicos). El gobierno emitió los petros y en diciembre los dio de aguinaldo, la gente compró mercancías con moneda virtual a los comercios afiliados a los sistemas Petro, al día siguiente los vendedores recibían el monto en bolívares (o sea, el gobierno compró los petros) y los comerciantes estaban muy contentos porque la operación les produjo un inesperado y sustancial aumento de sus ventas decembrinas.
Pero desde que arrancó 2020 los pagos dejaron de llegar. Los comerciantes quedaron ensartados mientras el índice inflacionario daba un salto más alto que el de costumbre. Sabían que por cada día que pasaba los bolívares que recibirían valdrían menos (que en Venezuela la inflación es bolívares es mayor que la inflación en dólares). Esta suspensión de los pagos no tiene que ver con la suspensión del sistema de Biopago (según el gobierno para "mantenimiento" y mejoras), independientemente de la interrupción se debió retribuir los petros que el comercio ya había aceptado. Ahora la sorprendente noticia es que ¡el pago a los comerciantes será en petros! O sea, que solo podrán salir de los petros devolviéndoselos al gobierno en impuestos y servicios. Los pequeños y medianos comerciantes no podrán pagar a sus proveedores o rehacer el inventario. Fueron estafados. Los negocios, además de pagar impuestos, deben cubrir gastos con los proveedores, salarios, mantenimientos, servicios profesionales, etc.
El gobierno cree que con realizar una representación o farsa de la demanda es suficiente para fortalecer la moneda. Es otra más de sus grandes tragicomedias para seguir hablando del Petro. Los comercios no volverán a aceptar petros más nunca. El Petro sigue sin tener una demanda real. Como solo sirve para pagarle al gobierno impuestos, servicios y petróleo, el Petro hará un ciclo desde el gobierno hasta el mismo gobierno, pasando por el que fue obligado a usarlo.
Y es lógico que sea así, porque sigue sin conseguirse una razón para desear tener petros.
[Tomado de https://www.aporrea.org/actualidad/a286277.html.]
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