Apostillas Libertarias
[Nota previa de El Libertario: Desde México nos llega la información de la existencia de estos escritos, originados en la polémica sobre intentos de infiltración marxista en la escena anarquista mexicana, al parecer vinculados con la maniobra de hacer colar dentro del bagaje teórico-práctico central del anarquismo la prédica del "poder popular". Vale apuntar que aunque estos posts datan de entre fines del año 2014 y comienzos de 2015, el debate en que se insertan conserva vigencia no solo en su lugar de origen sino en otras partes del mundo.]
[Nota previa de El Libertario: Desde México nos llega la información de la existencia de estos escritos, originados en la polémica sobre intentos de infiltración marxista en la escena anarquista mexicana, al parecer vinculados con la maniobra de hacer colar dentro del bagaje teórico-práctico central del anarquismo la prédica del "poder popular". Vale apuntar que aunque estos posts datan de entre fines del año 2014 y comienzos de 2015, el debate en que se insertan conserva vigencia no solo en su lugar de origen sino en otras partes del mundo.]
I.- El poder popular de Jacobo Silva: introducción a la farsa
En octubre de 2013 salió a la luz, con un tiraje de 1,000 ejemplares, un texto de Jacobo Silva titulado El poder popular, en el que examina cinco experiencias que, a decir de él, representan en diferentes medidas el poder popular. Estas experiencias, en concreto, son la Comuna de París, la Revolución Española, La Revolución Rusa, el Ejército Negro y la Revolución China.
Grosso modo, Jacobo Silva explica por qué todas estas experiencias, y las que seguirá describiendo en los siguientes libros (en el prólogo anuncia que supera a Harry Potter y El señor de los anillos, pues son siete los libros que componen su saga), tienen como común denominador el poder popular. Para lo anterior intenta, de manera muy decadente, dar una definición del concepto. Señala cómo ha sido este concepto utilizado de diversas maneras significando si no opuestos, sí diferentes, lo cual lo lleva mañosamente a hacer uso de su primer recurso: expone cuatro definiciones específicas del poder popular:
Grosso modo, Jacobo Silva explica por qué todas estas experiencias, y las que seguirá describiendo en los siguientes libros (en el prólogo anuncia que supera a Harry Potter y El señor de los anillos, pues son siete los libros que componen su saga), tienen como común denominador el poder popular. Para lo anterior intenta, de manera muy decadente, dar una definición del concepto. Señala cómo ha sido este concepto utilizado de diversas maneras significando si no opuestos, sí diferentes, lo cual lo lleva mañosamente a hacer uso de su primer recurso: expone cuatro definiciones específicas del poder popular:
1.- Las bases programáticas del Partido Socialista Unido de Venezuela;
2.- la Declaración de principios de 2009 del Partido de la Revolución Democrática;
3.- la convocatoria a la constitución del Frente Popular Darío Santillán de Argentina; y
4.- la segunda Tesis para el cambio del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente.
Lo que resulta interesante de esta propuesta, es que el capítulo tiene por nombre “Tres sentidos del término”, que son la del PSUV, PRD y el FPDS. La cita de la Segunda tesis para el cambio del ERPI, no es otra cosa que pavonearse anticipadamente por su militancia en esa organización guerrillera. Pero más curioso resulta que quiera dar alguna definición con citas textuales que carecen de ella. Sólo el fragmento del texto del PSUV es el que sí propone una definición, no objetiva pero existente al fin: “la democracia Participativa y Protagónica conduce en su desarrollo y consolidación a la Democracia Socialista, que no es otra cosa que la construcción del Poder Popular”(15). Las demás, sólo dicen para qué, en lugar de qué es. Y evidentemente si miramos el panorama venezolano actual, donde Nicolás Maduro (en octubre del año pasado, también) llama “anarcosindicalistas populistas” a obreros de Siderúrgica de Orinoco (Sidor) que habían entrado en paro por inconformidades que tenían que ver con contratos colectivos y aumento de salarios. Después de llamarlos como los llamó, los señaló como “manipulados por el imperialismo” en la llamada guerra económica, y para rematar, exhibió obreros armados con la amenaza de que si continuaban en su lucha, tomarían las instalaciones con el apoyo del pueblo y obreros armados; después de ello, repito, no quedan muchas ganas de participar del poder popular propuesto por el PSUV.
Sin embargo, la línea del llamado Socialismo del Siglo XXI, que en 2005 puso tan de moda Hugo Chávez y ahora Maduro, y el marxismo anterior ha resultado similar. En la Rusia comunista, Lenin encarceló y asesinó, a todo aquél que no se alienara al régimen. Los señalamientos por traición estaban a la orden del día. Gastón Leval comenta:
"En 1920, cuando Pestaña (Ángel) llegó a Rusia, la revolución ya había sido sepultada. Los órganos de participación y gestación popular habían sido minimizados por los bolcheviques, cuando no aniquilados sin contemplaciones. Sindicatos, soviets, cooperativas, colectividades… todo ello se encontraba bajo el control directo y despótico del Estado" (En Lenin; sepulturero de la Revolución Rusa, página 6).
La ignominia stalinista no fue el inicio de la decadencia comunista en Rusia, únicamente logró visibilizar lo que Lenin había construido, la diferencia fue la división troskista. De la misma manera, la poca inteligencia de Maduro no evidencia una nueva decadencia del socialismo venezolano, sino que enfatiza la que Hugo Chávez proyectaba a través de todos los medios; así como la hostilidad hacia los contrarios.
Maduro también comparte algo con otra persona, con el autor mismo del Poder popular: Jacobo Silva. Pues ambos parecen desconocer lo que plantea el anarquismo, en cualquiera que sea su corriente. El actual dictador de Venezuela exigía a los obreros de Sidor mantener una postura clara, con el pueblo o con el imperialismo, pues el socialismo venezolano no permitía “medias tintas”. El anarquismo no plantea un camino medio recorrido, o un recorrido medio caminado, sino la libertad total organizada horizontalmente. Cuando Maduro exige posicionarse a un anarquista, está rebotando en el suelo, parece desconocer la postura que existe del ácrata hacia el poder ejercido desde abajo y desde arriba: ningún gobierno es bueno, ninguna autoridad es buena. Lo mismo sucede con Jacobo Silva, quien en su pequeño cuentachistes escribe, con respecto a la Revolución Española que:
"Otro punto débil se pone de manifiesto en el momento en que el gobierno se manifiesta dispuesto a cederles el mando y los dirigentes no se atreven a crear una autoridad anarquista que pueda dirigir el proceso conforme a sus planteamientos antiautoritarios, lo que habla de una falta de propuesta de los anarquistas catalanes acerca del ejercicio de la autoridad a nivel de toda la sociedad" (123).
Tratando de mantener la risa dentro, podemos ver en este fragmento que Jacobo Silva desconoce completamente la postura anarquista ante el ejercicio de la autoridad, del poder. Él, como comunista, cree que esto se trata de falta de organización, de seriedad y de propuesta.
Cuando Silva habla de la Revolución Rusa, ejerce una crítica bastante fuerte hacia el estalinismo: la destrucción de las comunidades agrícolas, la hostilidad hacia los anarquistas, la traición al ejército negro, la intolerancia y las ansias de poder. Sin embargo, ve en la Revolución Cultural china todo lo positivo que no encontró en Rusia. No necesitamos hacer una reflexión muy profunda en la lectura de su libro para comprender su maoísmo sustancioso.
La intención de Jacobo Silva con este libro parece ser la de crear una dinámica empática hacia todos. Al adherirse individualmente a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, cree poder ganarse el título del Guerrillero buena onda.
[Tomado de https://apostillaslibertarias.wordpress.com/2014/10/10/el-poder-popular-de-jacobo-silva-introduccion-a-la-farsa.]
II.- Contra el poder popular, contra la farsa marxista
Cuando Jacobo Silva escribió su libro (chafa e impreciso) Poder popular: estrategias revolucionarias I, sabía muy bien que publicarlo y vendérselo a los jóvenes entusiastas que comenzaban a conocer el anarquismo y regalárselo a los que ya tenían harto trabajo realizado a cambio de la esperanza de que “ahora sí puede cambiar todo”, era el negocio perfecto.
Cuando Jacobo Silva enuncia las formas del poder popular que podemos encontrar en la historia y en los referentes actuales, no podemos más que cuestionarnos su capacidad lectora y las lecturas que ha tenido.
El señoro nos dice (como que muy convencido de lo que escribe) que existe el poder popular ejercido en nombre del pueblo y el que es ejercido por el pueblo mismo.
El primero, dice, es aquel que ejerce una persona, partido, grupo o demás en beneficio propio, olvidando las necesidades de los demás; en tanto que el segundo, es el pueblo mismo que ejerce el poder en dirección de subsanar sus propias necesidades sin mediación alguna.
Aunque esto nos pueda parecer un análisis simple y acertado, aquí encontramos un grave error de conceptos que es menester subrayar.
Pongamos como ejemplo una oración cualquiera, alguna frase; ésta requiere un emisor, un mensaje, canal código, un contexto y un destinatario. En este espacio, por su carácter, camos a enfocarnos en su aspectos solamente: el emisor y el destinatario.
Una oración sin emisor ni destinatario no es una oración, si quiera llega a ser una articulación significativa porque tiene el curioso y pequeño detalle de no existir.
Lo mismo sucede con el poder, aunque se diga popular, éste no puede ejercerse sobre el vacío porque entonces perdería su naturaleza de poder ejercido. Por tanto, debe haber alguien sobre quien recaiga dicho ejercicio. En el primer caso que nos advierte Silva es evidente que la persona, partido o grupo harán su voluntad a costa de la voluntad de los otros, por lo que la descripción que hace Jacobo Silva de ese tipo de ejercicio del poder (que según su lógica también cuenta como poder popular, ¿quién lo entiende?) es válida (aunque con muchos huecos que habría que replantear, a su decir).
En la segunda forma de poder popular, nuestro amiguito erpista nos dice que ha sido ocupado y puesto en práctica por comunidades anarquistas como las de Aragón en 1936, o que la Comuna de París fue una representación fiel del poder popular, incluso que Makhno comparte con Mao haber ejercido el poder popular (en sus dos distintas vertientes, pero la misma cosa a fin de cuentas).
Al usar a personajes y construcciones libertarias para manejar ejemplos concretos de su llamado poder popular, lo que hace Silva en su libro es crear la falsa idea de que ellos (o en esas circunstancias) ejercieron el poder popular cuando, nadie más alejado del ejercicio de autoridad y del poder que los anarquistas, buscaban la destrucción de estos dos elementos que son la causa fundamental de todo cuanto nos pesa como personas.
En diciembre del año pasado, un compañero escribió las siguientes líneas desde su celda:
“[…] incluso guerrillas han contribuido con acciones por separado al conflicto y como siempre, hay quien busca sacar beneficios de ello, como es el caso de una guerrilla que se ha dado a la tarea de reclutar gente, incluso a algunos anarquistas, para ampliar su círculo guerrillero. Prometen entrenamiento en estrategias militares y lógicas de ataque, manejo de armas. Es preocupante que algunos anarquistas se dejen seducir y accedan a participar, yendo así en sentido contrario de las convicciones, o tal vez es falta de información. Las guerrillas son vanguardias especialistas que han aceptado la clandestinidad voluntariamente como forma de ataque”.
Esto es bastante bien conocido por todxs lxs compas que han sido buscados por el propio Jacobo Silva o por “negros” que han sido endulzados por la triste armonía de la desesperación y la altivez.
Los compañeros de la publicación Destruye las prisiones explican bastante bien en su artículo “La quimera del Poder popular: una forma de integración al sistema” http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/11114, cómo el poder popular, no sólo el de Jacobo Silva, sino en general, es un concepto irreconciliable con el anarquismo, y no porque éste se haya vuelto hermético o locuras similares que inventan los jacobistas, sino por lo que hemos expuesto anteriormente, y lxs compas de Destruye, señalan.
Del mismo modo, el periódico El Amanecer, se encarga explicar, también, por qué resulta una barrabasada la lucha anarquista por el poder popular en su artículo “Desmitificando la trampa del poder popular, una crítica desde la anarquía“ https://periodicoelamanecer.wordpress.com/2012/12/25/desmitificando-la-trampa-del-poder-popular-una-critica-desde-la-anarquia.
Ahora mismo estamos encontrando organizaciones en donde la precencia jacobista se encuentra de maneras mucho más claras.
En colectivos que se hacen llamar anarquistas pero que participan con un discurso marxista-leninista e incluso reivindican vilmente el supuesto poder popular de esta manera, como hemos encontrado en las propias redes sociales.
Lo anterior, sumado a incontables argumentos sobre “la necesidad” de unificar “a las masas” para derrotar “al enemigo en común”, pretenden hacerle creer a los anarquistas más jóvenes o a colectivos que no encuentran otra salida que la federación (siempre hay otras salidas más loables), buscan reencontrar y hasta saludar de compañerxs a los colectivos e individuos marxistas-leninistas y hasta maoístas.
Con un discurso marxista-leninista y un caminar ambigüo entre distintos actores de esta ideología, está por crearse una federación preocupante. Lo que en un principio parecía un puñado de jóvenes cooptados por el Comité Cerezo o Jacobo Silva (que a pesar de sus diferencias ideológicas los rojos siempre encuentran la diplomacia para atacar a los negros), ahora parece uno de los más grandes intentos por cooptar a un número mayor de colectivos que tienen trabajo y sensatez, pero que quieren trabajar en vinculación a lo largo de este territorio ocupado por el Estado mexicano, sea como sea, y lo que les ha llegado actualmente, es la propuesta marxista de Jacobo Silva disfrazada de anarquismo.
La difusión de estas denuncias públicas han llevado a que los dirigentes (sí, puede hablarse de dirigentes en tanto que en realidad no es una estructura anarquista, sino marxista, además de que éstos se plantean como tal) denuncien ante las autoridades de las redes sociales a individuos para que no puedan publicar más sobre lo que ocurre con respecto al doble discurso.
Algunos dirán que Apostillas Libertarias se encuentra dentro de la Federación Anarquista de México por hacer estos señalamientos; no es así, a nosotros no nos interesa formar parte de ninguna federación anarquista o no, mucho menos marxista disfrazada. Lo que nos interesa es combatir a todo poder: capitalista o “proletario”, “burgués” o marxista.
Hacemos nuestras las palabras escritas en el "1er Mensaje de la Declaración de Guerra permanente" http://www.proyectoambulante.org/index.php/noticias/nacionales/item/5831-contrainfo:
“[…] hacemos pública nuestra postura, porque no queremos buscar modelos socialistas que conduzcan a la creación de un nuevo estado bajo la parafernalia de la democracia participativa, porque no vamos a hacerle el trabajo ‘político’ a organizaciones guerrilleras Marxistas-Leninistas-Maoístas, (EPR-ERPI) Porque el poder no se socializa si no que se destruye, porque los procesos autónomos en América Latina nos han enseñado que dejarse convencer por esta “nueva tendencia libertaria” seria nuestro acabose y muerte del anarquismo, porque por el simple hecho de normalizar la palabra PODER en el lenguaje libertario nos repugna, porque el poder colectivo no es ausencia de poder, porque el capitalismo colectivo no significa ausencia de capital, porque el marxismo es el resultado del empobrecimiento político, porque no puede existir reconciliación cuando caminamos por senderos totalmente opuestos, porque poder en política siempre aludirá a PODER SOBRE, porque un poder popular no va a ser menos prepotente y autoritario tan solo porque lleve la consigan del “poder del pueblo”. El anarquismo no es poder popular, nunca lo fue y nunca lo será”.
¡Muerte a todos los Estados!
¡Contra el poder popular!
¡Marxismo leninismo, la otra cara del fascismo!
[Tomado de https://apostillaslibertarias.wordpress.com/2015/07/16/contra-el-poder-popular-contra-la-farsa-marxista.]
Cuando Jacobo Silva enuncia las formas del poder popular que podemos encontrar en la historia y en los referentes actuales, no podemos más que cuestionarnos su capacidad lectora y las lecturas que ha tenido.
El señoro nos dice (como que muy convencido de lo que escribe) que existe el poder popular ejercido en nombre del pueblo y el que es ejercido por el pueblo mismo.
El primero, dice, es aquel que ejerce una persona, partido, grupo o demás en beneficio propio, olvidando las necesidades de los demás; en tanto que el segundo, es el pueblo mismo que ejerce el poder en dirección de subsanar sus propias necesidades sin mediación alguna.
Aunque esto nos pueda parecer un análisis simple y acertado, aquí encontramos un grave error de conceptos que es menester subrayar.
Pongamos como ejemplo una oración cualquiera, alguna frase; ésta requiere un emisor, un mensaje, canal código, un contexto y un destinatario. En este espacio, por su carácter, camos a enfocarnos en su aspectos solamente: el emisor y el destinatario.
Una oración sin emisor ni destinatario no es una oración, si quiera llega a ser una articulación significativa porque tiene el curioso y pequeño detalle de no existir.
Lo mismo sucede con el poder, aunque se diga popular, éste no puede ejercerse sobre el vacío porque entonces perdería su naturaleza de poder ejercido. Por tanto, debe haber alguien sobre quien recaiga dicho ejercicio. En el primer caso que nos advierte Silva es evidente que la persona, partido o grupo harán su voluntad a costa de la voluntad de los otros, por lo que la descripción que hace Jacobo Silva de ese tipo de ejercicio del poder (que según su lógica también cuenta como poder popular, ¿quién lo entiende?) es válida (aunque con muchos huecos que habría que replantear, a su decir).
En la segunda forma de poder popular, nuestro amiguito erpista nos dice que ha sido ocupado y puesto en práctica por comunidades anarquistas como las de Aragón en 1936, o que la Comuna de París fue una representación fiel del poder popular, incluso que Makhno comparte con Mao haber ejercido el poder popular (en sus dos distintas vertientes, pero la misma cosa a fin de cuentas).
Al usar a personajes y construcciones libertarias para manejar ejemplos concretos de su llamado poder popular, lo que hace Silva en su libro es crear la falsa idea de que ellos (o en esas circunstancias) ejercieron el poder popular cuando, nadie más alejado del ejercicio de autoridad y del poder que los anarquistas, buscaban la destrucción de estos dos elementos que son la causa fundamental de todo cuanto nos pesa como personas.
En diciembre del año pasado, un compañero escribió las siguientes líneas desde su celda:
“[…] incluso guerrillas han contribuido con acciones por separado al conflicto y como siempre, hay quien busca sacar beneficios de ello, como es el caso de una guerrilla que se ha dado a la tarea de reclutar gente, incluso a algunos anarquistas, para ampliar su círculo guerrillero. Prometen entrenamiento en estrategias militares y lógicas de ataque, manejo de armas. Es preocupante que algunos anarquistas se dejen seducir y accedan a participar, yendo así en sentido contrario de las convicciones, o tal vez es falta de información. Las guerrillas son vanguardias especialistas que han aceptado la clandestinidad voluntariamente como forma de ataque”.
Esto es bastante bien conocido por todxs lxs compas que han sido buscados por el propio Jacobo Silva o por “negros” que han sido endulzados por la triste armonía de la desesperación y la altivez.
Los compañeros de la publicación Destruye las prisiones explican bastante bien en su artículo “La quimera del Poder popular: una forma de integración al sistema” http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/11114, cómo el poder popular, no sólo el de Jacobo Silva, sino en general, es un concepto irreconciliable con el anarquismo, y no porque éste se haya vuelto hermético o locuras similares que inventan los jacobistas, sino por lo que hemos expuesto anteriormente, y lxs compas de Destruye, señalan.
Del mismo modo, el periódico El Amanecer, se encarga explicar, también, por qué resulta una barrabasada la lucha anarquista por el poder popular en su artículo “Desmitificando la trampa del poder popular, una crítica desde la anarquía“ https://periodicoelamanecer.wordpress.com/2012/12/25/desmitificando-la-trampa-del-poder-popular-una-critica-desde-la-anarquia.
Ahora mismo estamos encontrando organizaciones en donde la precencia jacobista se encuentra de maneras mucho más claras.
En colectivos que se hacen llamar anarquistas pero que participan con un discurso marxista-leninista e incluso reivindican vilmente el supuesto poder popular de esta manera, como hemos encontrado en las propias redes sociales.
Lo anterior, sumado a incontables argumentos sobre “la necesidad” de unificar “a las masas” para derrotar “al enemigo en común”, pretenden hacerle creer a los anarquistas más jóvenes o a colectivos que no encuentran otra salida que la federación (siempre hay otras salidas más loables), buscan reencontrar y hasta saludar de compañerxs a los colectivos e individuos marxistas-leninistas y hasta maoístas.
Con un discurso marxista-leninista y un caminar ambigüo entre distintos actores de esta ideología, está por crearse una federación preocupante. Lo que en un principio parecía un puñado de jóvenes cooptados por el Comité Cerezo o Jacobo Silva (que a pesar de sus diferencias ideológicas los rojos siempre encuentran la diplomacia para atacar a los negros), ahora parece uno de los más grandes intentos por cooptar a un número mayor de colectivos que tienen trabajo y sensatez, pero que quieren trabajar en vinculación a lo largo de este territorio ocupado por el Estado mexicano, sea como sea, y lo que les ha llegado actualmente, es la propuesta marxista de Jacobo Silva disfrazada de anarquismo.
La difusión de estas denuncias públicas han llevado a que los dirigentes (sí, puede hablarse de dirigentes en tanto que en realidad no es una estructura anarquista, sino marxista, además de que éstos se plantean como tal) denuncien ante las autoridades de las redes sociales a individuos para que no puedan publicar más sobre lo que ocurre con respecto al doble discurso.
Algunos dirán que Apostillas Libertarias se encuentra dentro de la Federación Anarquista de México por hacer estos señalamientos; no es así, a nosotros no nos interesa formar parte de ninguna federación anarquista o no, mucho menos marxista disfrazada. Lo que nos interesa es combatir a todo poder: capitalista o “proletario”, “burgués” o marxista.
Hacemos nuestras las palabras escritas en el "1er Mensaje de la Declaración de Guerra permanente" http://www.proyectoambulante.org/index.php/noticias/nacionales/item/5831-contrainfo:
“[…] hacemos pública nuestra postura, porque no queremos buscar modelos socialistas que conduzcan a la creación de un nuevo estado bajo la parafernalia de la democracia participativa, porque no vamos a hacerle el trabajo ‘político’ a organizaciones guerrilleras Marxistas-Leninistas-Maoístas, (EPR-ERPI) Porque el poder no se socializa si no que se destruye, porque los procesos autónomos en América Latina nos han enseñado que dejarse convencer por esta “nueva tendencia libertaria” seria nuestro acabose y muerte del anarquismo, porque por el simple hecho de normalizar la palabra PODER en el lenguaje libertario nos repugna, porque el poder colectivo no es ausencia de poder, porque el capitalismo colectivo no significa ausencia de capital, porque el marxismo es el resultado del empobrecimiento político, porque no puede existir reconciliación cuando caminamos por senderos totalmente opuestos, porque poder en política siempre aludirá a PODER SOBRE, porque un poder popular no va a ser menos prepotente y autoritario tan solo porque lleve la consigan del “poder del pueblo”. El anarquismo no es poder popular, nunca lo fue y nunca lo será”.
¡Muerte a todos los Estados!
¡Contra el poder popular!
¡Marxismo leninismo, la otra cara del fascismo!
[Tomado de https://apostillaslibertarias.wordpress.com/2015/07/16/contra-el-poder-popular-contra-la-farsa-marxista.]
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