Periódico
El Amanecer (Chile)
* Texto difundido a raíz de las movilizaciones
en Chile en protesta por el intento de modificar la edad para tener derechos
legales a la jubilación laboral.
Ustedes han trabajado. Ustedes han sido engañados. No
es tan grave. Una segunda oportunidad se les presenta. Hoy se manifiestan para
conservar su jubilación a los sesenta años. Quisieran no continuar trabajando.
Sin embargo, ya han trabajado. Han esperado a que tal cosa se acabara.
Finalmente, se acabó. Y con ello, ustedes mismos.
Si ustedes tienen hoy cerca de sesenta años, en el 68
tuvieron unos veinte. Lo vieron, supieron que otros mundos eran posibles,
distintos a éste que fue edificado con su participación. Pero lo olvidaron, han
fingido que lo olvidaron. Ustedes han hecho como si trabajar fuera digno,
soportable, interesante o simplemente humano. Las generaciones que les han
seguido han imitado su resignación, y más grotescamente: su entusiasmo.
Una segunda oportunidad les es ofrecida. Ustedes saben
en carne propia que no quieren seguir trabajando. Que a final de cuentas no han
trabajado sino bajo obligación, y que ustedes se han creado, como ciertas, las
ilusiones necesarias. Dejen sus ilusiones atrás, en caso de que las tuvieran.
Aún hay tiempo. Tienen los medios para hacerlo. A sus sesenta años, ustedes no
están completamente agotados. El gobierno y la dominación han desarrollado un
cierto terror hacia esto. Ellos querrían que ustedes volvieran a trabajar por
cinco años más, que ustedes quedaran realmente vacíos. Antes de arrojarlos a la
naturaleza.
Los gestores de la sociedad les temen. Ellos temen
que, si siguen vivos, deserten. Ustedes tienen los medios para hacerlo. Incluso
más que cuando tenían veinte años, probablemente. Ustedes tienen los medios
para desertar, al precio de renunciar a la adhesión al orden social que los ha
consumido. Desertar quiere decir: agenciar las condiciones de florecimiento de
relaciones menos mutiladas que aquellas que comanda la dominación mercantil
(hostilidad bulliciosa, incomprensión sistemática de hombres y mujeres,
ausencia tanto de comunidad como de intimidad y amistad verdaderas, forclusión
de la violencia, de la locura, del sufrimiento).
Ustedes tienen una última oportunidad para no traicionarse, para vivir, al fin. Es aquella que consiste en abandonar el barco. En cierto sentido, es nuestra última oportunidad. Un mundo que se dirige hacia el precipicio quiere asegurarse de no que no se vaya solo. Quiere arrastrarnos en su curso hacia el abismo. Está dispuesto a todo para impedir, para aniquilar, toda secesión social. No obstante, ésta es la única aventura a la altura de la vida que nos resulta abierta, por ahora.
El caos será nuestra huelga general.
[Tomado
de https://periodicoelamanecer.wordpress.com/2017/12/20/nunca-se-es-demasiado-viejo-para-desertar/#more-3386.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.