Revista Al Margen
Intérprete
de rancheras. Costarricense de nacimiento, mexicana por naturaleza y cantante
por instinto, Isabel Vargas, más conocida como Chavela Vargas, ha sido una de
las voces más viscerales y sinceras de Latinoamérica.
Amiga
íntima de Frida Kahlo, musa de Pedro Almodóvar y de los amantes de la ranchera,
durante su larga vida, a contracorriente de todo aquello que coartara su autonomía
personal, fue dejando tras de sí un rastro de profundo sentido de la libertad.
He aquí algunas de sus palabras:
“Lo supe
siempre. No hay nadie que aguante la libertad ajena; a nadie le gusta vivir con
una persona libre. Si eres libre, ése es el precio que tienes que pagar: la soledad”.
“El amor
es un paso. El adiós es otro... y ambos deben ser firmes, nada es para siempre
en la vida”.
“Nadie se
muere de amor, ni por falta ni por sobra”.
“Cuando
yo canto los que me escuchan sienten. Y lloran porque se dan cuenta de que
todavía son capaces de sentir. A pesar de los males del mundo”.
“Todo lo
he hecho a sabiendas y no me arrepiento de nada. Ni de lo bueno, ni de lo malo,
ni de los momentos felices, ni de las tristezas... Al final, tengo el alma
llena de paz y tranquilidad”.
“Hay que
llenar el planeta de violines y guitarras en lugar de tanta metralla”.
“Sólo de
borracho a borracho nos entendemos”.
“Me
encontraré a tú con tú con la muerte. No le tengo miedo; no le tengo miedo; le
tengo respeto. Señora aquí estoy, cuando usted quiera...”.
“Frida
esparcía ternura como flores, sí, como flores. Una gran ternura, una ternura infinita”.
“Moriré
un lunes, el día más aburrido pero no quiero cruces ni llantos. Que dejen descansar
a la Vargas”.
“Amantes
del mundo: a veces es más hermoso recordar que vivir”.
“Hay que
cuidar al mundo, proteger el amor, la paz, la justicia”.
“Al
entrar al escenario siento miedo. Pero algo encuentro o algo me encuentra a mí.
Antes de terminar la primera canción ya estoy en otro lado. Del lado de mi público”.
“Todo lo
he hecho a sabiendas y no me arrepiento de nada. Ni de lo bueno, ni de lo malo,
ni de los momentos felices, ni de las tristezas... Al final, tengo el alma
llena de paz y tranquilidad”.
“Ama sin
medida, sin límite, sin complejo, sin permiso, sin coraje, sin consejo, sin
duda, sin precio, sin cura, sin nada. No tengas miedo de amar, verterás
lágrimas con amor o sin él”.
“El amor
no existe, es un invento de las noches de borrachera”.
“La
música no tiene fronteras, pero sí un final común: el amor y la rebeldía”.
“Lo que
duele no es ser homosexual, sino que lo echen en cara como si fuera una peste”.
“En un
restaurante, una hermosísima señora se acercó a mí y me susurró: ¿Chavela,
cuándo nos acostamos? ¡Qué atrevida! Me encanta”.
“Yo
quiero que algún día se entienda que mi mensaje ya no es de la garganta, ya no
es de disco, ya no es de concierto: es la voz inmensa del individuo humano que está
callada, que no tiene nombre, que no puede llamársele de ninguna manera. Eso es
lo que yo siento, eso es lo que no me deja morir hasta que la gente sepa que mi
canto no es canto, que es algo más allá del dolor, más allá de la angustia, más
allá del saber, más allá de todo, del arte en sí mismo”.
[Publicado
originalmente en la revista Al Margen
# 104, Valencia (Esp.), Invierno 2017. Número completo accesible en http://www.rojoynegro.info/sites/default/files/revista104_revista72.qxd__0.pdf.]
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