Rodolfo Montes de Oca
… En las localidades
petroleras del occidente del país (Estado de Zulia), la presencia de
trabajadores centroamericanos, en especial guatemaltecos y nicaragüenses, trae
nuevas influencias, por lo que el carácter de las luchas parece dictarlo el
anarcosindicalismo norteamericano nucleado en torno a la IWW, aquí es donde
identificamos la tercera corriente. Con este grupo es el que se vincula José
Pío Tamayo [164] (1898-1935), una de las figuras asociada al anarcosindicalismo
venezolano de aquellos años. El cual instruía en la cárcel a los jóvenes
luchadores antigomecistas en el "socialismo de Bakunin y Marx”[165], hasta
pocos meses antes de morir en 1936.
Hay que resaltar que el
poeta y escritor venezolano José Pío Tamayo activo impulsor de las ideas
socialistas en estas tierras, entiéndase por estas las enseñanzas tanto de Marx
como de Bakunin y no solamente de las ideas marxistas como lo ha querido poner
la historiografía comunista de estos predios. Venezuela era un país germinal en
todos los aspectos, culturales, políticos y sociales, los individuos que
confluían en las ideas izquierdistas, por lo general no tenían una clara
separación o distinción entre las ideas marxistas y anarquistas, los actores de
la época no estaban al tanto de las interminables disputas ideológicas entre
una corriente y otra.
Al respecto, Rafael Elías
Rodríguez uno de los integrantes del grupo Eltonel de Diógenes del cual
participaba Pío Tamayo, en una carta dirigida al escritor Raúl Agudo Freites
escribirá:
“¿Que leíamos? De todo. Traíamos
libros de la biblioteca de Roberto, que eran en parte la de don Egidio. Y
también de la de don Bartolomé Losada. De vez en cuando Pío iba a Barquisimeto
y compraba libros- los pocos que se podían conseguiren la librería que fue del
escritor Antonio S. Briceño. Historia, literatura, filosofía, versos. Anatole
France y Maupassant, Baudelaire y Verlaine, Darwin y Le Bon, Barbusse y Gabriel
Miró, Jean Jaurés y Ferrer i Guardia. Y Tolstoi, el gran Tolstoi de las barbas
blancas y la pasión cristiana.
Así pasaron los años. En
1917, recuerdo, cayó en nuestras manos un programa de la revolución mexicana.
Llegó por correo, encartado y sin censura. Consumimos noches enteras
discutiendo sus puntos. Nos sentíamos todos solidarios del gran movimiento
realizado en la república hermana. Otra vez, también el recuerdo es nítido, Pío
trajo de Barquisimeto un libro de Kropotkin sobre la propiedad. Lo leíamos como
de costumbre. Pero no interesó sino a Pío y a mí. Lo discutíamos, como se dice
ahora, exhaustivamente. Y luego vinieron las noticias de la revolución rusa.
Pocas y confusas.”[166]
Reafirmando la presencia
del anarquismo en José Pío Tamayo, el profesor Domingo Alberto Rangel,
escribió:
“No tardarían en llegar
otros proletarios extranjeros a encenderle la lucecilla a sus hermanos de
Venezuela. Cuando el imperialismo da un salto cualitativo en Venezuela pasando
de los puertos y ferrocarriles al petróleo, entran por la barra del Lago de
Maracaibo los barcos que trasportarían los “jugos de la tierra” desde los
terminales de Cabimas, La Salina y Tía Juana hasta las refinerías de Aruba y Curazao.
Muchos de los marinos que operaban aquellos barcos eran norteamericanos que
pertenecían o habían pertenecido a la Internacional Workers of the World, la
famosa IWW., que constituyó la vanguardia mas férrea del proletariado en los
Estados Unidos.
En los burdeles de
Ambrosio, en los garitos de Cabimas y en los lugares de trabajo, los marinos
difundieron las primeras inquietudes revolucionarias entre los trabajadores del
petróleo.” [167]
En otro texto, Rodolfo
Quintero dirá:
“El contacto con
trabajadores de grupos de estudiantes influenciados por las charlas del
“anarcocomunista” Pío Tamayo en los calabozos del Castillo de Puerto Cabello,
fueron los factores económico-sociales e ideológicos que signaron la propaganda
obrerista de los primeros tiempos”[168]
Los anarquistas fueron los
principales promotores de las primeras organizaciones proletarias dentro de los
campos petroleros. Un viejo obrero, Raúl Henríquez Estrella, recordaba en un
artículo haber recibido orientación anarquista en 1930:
“mis actividades políticas
y sindicales se desarrollaron mas o menos así: el español José Fernández,
tornero en el Táller Mecánico, marxista-anarcosindicalista en España, me
conquistó con sus ideas clasistas”.[169]
Al parecer esta es una
clásica expresión de nuestro “pasticho ideológico”[170] muy común en la cultura
sindical y política de la región. Ejemplos como estos serán recurrentes a lo
largo de la historia del anarquismo en Venezuela.
Para reforzar lo anterior
el catedrático Rodolfo Quintero escribió sobre uno de estos sindicalistas
anarquistas:
“Signado de anarquismo en
una gran parte; aun hubo gremios enteros que recordaban como sus líderes
precisamente a los españoles llegados en la época que me he referido, inclusive
en el Zulia también hubo campos petroleros, compañeros extranjeros; Mariano por
ejemplo, el viejo Mariano como le decíamos los obreros, como le decíamos todos,
fue una figura relevante en el trabajo de organización y agitación del
movimiento obrero desde luego inicial; era un obrero europeo traído por
contrato, como técnico para las compañías y así incorporado a la vida gremial de
la época.”[171]
Hay que acotar que en los
campos petroleros es donde se evidenciaba con mayor frecuencia las injusticias
del sistema y las desigualdades sociales, sobre todo por parte de los
inversionistas norteamericanos y su personal de confianza, sobre ello el
cronista y sindicalista Jesús Prieto Soto escribirá: “el afán de los “jefes
catires” era producir petróleo, petróleo y más petróleo. Lo que no fuese
petróleo no importaba”[172]; por su parte Bernardo Pérez Salinas escribirá
sobre las “tensiones de clase” dentro de los campos petroleros:
“El gesto despreciativo
hacia el venezolano, de la superioridad racial del que ostentaba, solo se
colmó, cuando la punta de la criollísima cuchilla marina empezó a encontrar en
muchos casos registrados, la trayectoria de las entrañas del rubio despótico e
insolente invasor… E sombrero de corcho, con faja de fierro y con la
intervención ofensiva a flor de labios “hijo de perra”, pronunciaba en ingles
“son of a bitch”. En los periódicos, muy a menudo había noticias como la
siguiente: “de trece puñaladas muere un alemán en
Lagunillas (abril 1, 1936)”[173]
Sin embargo algunos de esos
“gringos”, estimularon la formación de los primeros sindicatos
petroleros, tal y como lo reconoce el mismo Pérez Salinas en otro párrafo:
“En Mene Mauroa, en 1921,
un inglés llamado Mr. Robertson, durante las horas de comida se acercaba a los
trabajadores y les decía que ellos necesitaban un sindicato como los de
Londres, donde él era sindicalista”
Sobre “Mr. Robertson”,
Rodolfo Quintero al cual se refiere como “Mister Roberto” apuntará:
“Contactos con obreros de
las Antillas inglesas técnicos norteamericanos de mentalidad progresista
“Mister Roberto” era el más decidido, y venezolanos que habían participado en
la huelga declarada hacia algunos años en Mene Grande, culminaron en reuniones
clandestinas realizadas en el barrio “Corito” o disimuladas en una mesa del
“Hijo de la Noche” donde se resolvió crear una organización de lucha que a
plazo breve presentara un pliego de peticiones a las compañías.”[174]
Incluso varios autores como
el Proyecto Cultural Alas de Xue de Colombia, Angel Cappelletti y
Rodolfo Quintero afirman que en el Sindicato Petrolero Clandestino de
Venezuela (SAMOP) predominaban las tendencias anarquistas. SAMOP, son las
iniciales de la Sociedad de Auxilio Mutuo de Obreros Petroleros, organización
sindicales fundada en 1931 e impulsada por Rodolfo Quintero, que logró reunir a
5.000 obreros en su seno.
Rodolfo Quintero y Leonardo
Rodríguez, el primero protagonista y el segundo cronista, nos comentaran sobre
SAMOP y su funcionamiento:
“Acorde el carácter de las
uniones referidas encontramos la Sociedad de Mutuo Auxilio de Obreros
Petroleros (SAMOP) fundada en 1932. De manera silenciosa los promotores de la
sociedad, empleados de la Venezuela Oil Concessions en Cabimas, elaboraron un
proyecto de estatutos y de pliegos de reivindicaciones.
“En un amplio local situado
en Ambrosio, donde funciona un casino de Santos Matute Gómez denominado “Foreig
Club” se realizó la reunión de instalación de la SAMOP con la asistencia de mas
de cinco mil obreros. He aquí algunos de los nombres de los componentes de su
primera junta directiva: presidente: Rodolfo Quintero; Vicepresidente, Víctor
Vegas; Secretario de Organización: Francisco Sotillo (trinitario); Secretario
de Actas, Rafael Grillet; Secretario de Propaganda, El Negro Colina”[175] Para
su funcionamiento se crearon Comités de Empresas en cada una de las compañías y
Sub-comités en los diferentes departamentos. Luego se hacen esfuerzos concretos
por constituir una asociación similar en Lagunillas. Semanas más tarde a la
fundación, con la participación de los trabajadores de la Venezuela
Oil Concessions, Lago
Petroleum Company y Venezuela Gula Company, los directivos del SAMOP se
dispusieron a entregar sus peticiones después de crear fondos de resistencia y
prepararse para la huelga en reuniones secretas. La expulsión de los activistas
por las compañías petroleras y la prisión de Quintero por parte del representante
gubernamental, ante la alarma de las compañías por el violento crecimiento disolvieron
este movimiento.”[176]
Hay que reseñar claramente
que SAMOP, no era una instancia anarcosindicalista, esto queda al descubierto
cuando acudiendo al texto anterior, se resalta el carácter jerárquico y de
organización piramidal que tenía la sociedad mutualista. Pero renegar que dentro
de ella confluían las individualidades anárquicas, sería un grave error. Sobre
todo, cuando dichas aseveraciones provienen de su principal animador, Rodolfo
Quintero. Al respecto este autor, en otro texto, vuelve a mencionar al
anarquista Mariano:
“Inclusive en el Zulia
también hubo campo petrolero, compañeros extranjeros, Mariano por ejemplo, el
viejo Mariano, como le decían los obreros, como le decíamos todos, fue una
figura relevante en el trabajo de la organización y agitación del movimiento
obrero desde luego inicial; era un obrero europeo traído por contrato como
técnico para la compaña y así incorporado en la vida gremial de esta época.”[177]
Alguien muy respetado por
su rigor como cronista del movimiento
obrero venezolano, Bernardo
Pérez Salinas, nos dice:
“Huyendo de la represión
desatada, llegaron a la zona del Mar Caribe grupos de anarcosindicalistas y
socialistas españoles que trataban de establecerse en estos países”.[178]
Más adelante Pérez Salinas
dirá:
“Es cuando se empieza a
hablar acerca de las ideas socialistas y acerca de las ideas comunistas. A mí
siempre me interesa deslindar, porque la gente enreda.
Deslindar qué es socialismo
y qué es comunismo; son dos cosas distintas, no es lo mismo, eso tiene que
quedar claro. Había la gente con la idea socialista, había la gente con la idea
comunista, había la gente con la idea anarquista. Entonces no predominaba
ninguna”.[179]
Inclusive en el mismo texto
Pérez Salinas afirmará:
“Había gente también ya
metida dentro del movimiento sindical con un ideario anarco-sindicalista, a
veces muy vago, pero lo tenían. Yo era uno de estos, yo estaba muy influido por
esa cosa.”[180]
De aquellos años 20,
Rodolfo Quintero escribirá:
“En más de una ocasión me
reuní con algunos de estos anarcosindicalistas. Los gremios de panaderos,
tranviarios, telefónicos y otros organismos denominados de ‘mutuos auxilios’,
fueron seriamente infiltrados por las ideas de Proudhon y Bakunin”.[181]
Es de suponer que si
aquellos gremios fueron "infiltrados” por los anarcosindicalistas, fue
porque los razonamientos y la argumentación ofrecida por ellos, tenían cierta
cabida dentro del proletariado venezolano.
Más adelante y en el mismo
texto, Quintero apunta:
“La primera gente
extranjera que llegó eran anarcosindicalistas, le metían a uno a Bakunin más
que a Marx por los ojos, porque eran italianos y españoles, que eran los dos
sitios de Europa donde el anarcosindicalismo llegó a tener más fuerzas. Eran
individuos peleadores, que no querían conciliación de clases. Los anarquistas
decían inclusive que los marxistas eran gente de conciliación; luchaban contra
el Estado. Dejaron una siembra que yo diría positiva en un noventa por ciento,
porque formó los primeros cuadros sindicales aquí”.[182]
Notas:
[164] José Pío Tamayo nació
el 4 de marzo de 1898 en El Tocuyo (Estado Lara). Poeta y líder revolucionario,
uno de los principales promotores de las ideas de izquierda radical en la
Generación del 28, participo en grupos como el Tonel de Diógenes y de
publicaciones como Venezuela Libre, Avispas, Nueva Prensa, Revista
Universitaria, Siluetas, Élite y Mundial. Organiza la Unión de Obreros de Venezuela en Barranquilla
(Colombia) y en Panamá la Huelga de Inquilinos. Es detenido en los sucesos de
la Semana del Estudiante en 1928, es preso del Castillo Libertador. Muere el 5
de octubre de 1935 en Barquisimeto (Estado. Lara)
[165] RODRÍGUEZ, Leonardo
(1988). La clase obrera en el tiempo de Gómez 1908-1935. Publicaciones
El Pueblo.
[166] AGUDO FREITES, Raúl
(1969). Pío Tamayo y la Vanguardia. Ediciones UCV.
[167] MESA, Salóm (1987). La
Vida me lo dijo, Elogio a la anarquía. Editorial Hermanos Vadell. Valencia,
Venezuela.
[168] SOTO PRIETO, Jesús.
La lucha obrera por nuestro petróleo.
[169] SOTO PRIETO, Jesus.
op, cit.
[170] Forma hilarante de
referirse a las confusiones ideológicas y contradicciones de ideas y hechos
entre muchos militantes de diferentes corrientes en estas tierras.
[171] FARIAS, Eduardo
(1990). 1928. Responden los protagonistas. Fondo Editorial Tropykos.
Caracas, Venezuela.
[172] SOTO PRIETO, Jesús. La
lucha obrera por nuestro petróleo.
[173] PÉREZ SALINAS,
Bernardo. Tras las huellas del sindicalismo. Cuadernos Obreros de Acción
Democrática.
[174] SOTO PRIETO, Jesús.
La lucha obrera por nuestro petróleo.
[175] SOTO PRIETO, Jesus.
op.cit.
[176] RODRÍGUEZ Leonardo
(1988). La Clase Obrera en el tiempo de Gómez, 1908-1935. Publicaciones
El
Pueblo.
[177] FARIAS, Eduardo
(1990). 1928, responden los protagonistas. Fondo Editorial Tropykos.
Caracas, Venezuela.
[178] LARES, Fermín. El
movimiento sindical y la lucha política en Venezuela 1936-59. Monte Ávila e
Instituto
Nacional de Altos Estudios
Sindicales, INAESINO.
[179] LARES, Fermín.
op.cit.
[180] Ibidem
[181] GODIO, Julio (1980).
El Movimiento Obrero en Venezuela 1850-1944. Editorial Ateneo de Caracas.
[182] QUINTERO, Rodolfo.
Historia del Movimiento Obrero en Venezuela, en P. Gonzáles Casanova, Historia
del Movimiento Obrero en
América Latina.
[Párrafos tomados del libro
Contracorriente. Historia del Movimiento Anarquista en Venezuela (1811-1998),
Madrid, LaMalatesta/El Libertario, 2013, pp.99-105.]
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