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Galpones vacíos, polvo, telarañas, máquinas apagadas, vestuarios desolados, baños sucios y un silencio sepulcral; así nos describió cómo se encuentra una ensambladora de vehículos en Venezuela, el dirigente sindical Christian Pereira, Secretario General del Sindicato de la FCA Venezuela.
“Hay un desconcierto total, estas empresas sólo les importó la renta petrolera, en los mejores años hicieron de todo, menos invertir en el país, menos planificar un industria fuerte, rentable y sostenible en el tiempo; ante la hecatombe de los ingresos de las divisas petroleras, las automotrices han reducido al mínimo sus operaciones, algunas ya ni operan, otras se marcharon y a partir de allí es la situación de los trabajadores, caótica, desesperanzada, nuestros ingresos por el subsuelo”, agregó.
Galpones vacíos, polvo, telarañas, máquinas apagadas, vestuarios desolados, baños sucios y un silencio sepulcral; así nos describió cómo se encuentra una ensambladora de vehículos en Venezuela, el dirigente sindical Christian Pereira, Secretario General del Sindicato de la FCA Venezuela.
“Hay un desconcierto total, estas empresas sólo les importó la renta petrolera, en los mejores años hicieron de todo, menos invertir en el país, menos planificar un industria fuerte, rentable y sostenible en el tiempo; ante la hecatombe de los ingresos de las divisas petroleras, las automotrices han reducido al mínimo sus operaciones, algunas ya ni operan, otras se marcharon y a partir de allí es la situación de los trabajadores, caótica, desesperanzada, nuestros ingresos por el subsuelo”, agregó.
“Las automotrices han abandonado a sus trabajadores, no les importa si su salario les alcanza, si comen o si su seguro médico está activo. Quieren que nos vayamos sin pagarnos nada por años de trabajo. No tenemos ni para pagar un servicio funerario entre 700 trabajadores, no se cubre y el proveedor nos eliminó el servicio” expresó Pereira en referencia al servicio de socorro colectivo en caso de fallecimiento de un trabajador o alguno de sus familiares.
“En Venezuela el gobierno les otorgaba a las ensambladoras más de dos mil millones de dólares al año y hoy en los años de vacas flacas, prefieren sacrificar a las vacas antes de impulsar una reactivación por cuenta propia.”
“De la gran industria automotriz en Venezuela sólo quedan ruinas, los intentos por reimpulsar la producción se desvanecen porque los empresarios y las comercializadoras sólo les importan los beneficios adicionales que puedan obtener y no se discuten planes de inversión, mejoras tecnológicas, ni mucho menos un proyecto de industrialización y en eso soy tajante, no es cuestión de seguridad jurídica, de facilidades, tuvieron mucho apoyo, porque se les dio en el control de cambio más de veintitrés mil millones de dólares y nos tienen en el abandono.”
[Tomado de https://www.aporrea.org/actualidad/n321067.html.]
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