Confederación Nacional del Trabajo
1. A veces oímos usar indistintamente las palabras:
enseñanza, aprendizaje, pedagogía, instrucción, cultura o educación, ¿Son lo
mismo?
En
principio, no. Hay matices.
Se llama enseñanza-aprendizaje
al proceso de interacción dinámica y transformadora entre alguien (algo) que
enseña y alguien (algo) que aprende. Fruto de esa interacción son los cambios
más o menos permanentes que se producen en ambos, pues también aprende el que
enseña.
Tradicionalmente,
enseñanza era sinónimo de instrucción. Prueba de ello, en 1900 se creó el
Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, antecedente del Ministerio de
Educación actual. La Instrucción es un proceso asimétrico: activo sólo para el
instructor y meramente receptivo o memorístico para el instruido, que ha de
adquirir los conocimientos o destrezas exactamente tal y como le son
presentados. Concibe al aprendiz como un recipiente a llenar de conocimientos
o, bien, una arcilla a moldear, generalmente, en un entorno académico o
escolar.
El aprendizaje
es un cambio cognitivo o conductual, relativamente permanente, fruto de la
experiencia con el medio externo o interno. No tiene por qué ser ni observable desde
fuera, ni consciente. Evolutivamente sirve para lograr una mayor adaptación al medio
físico o social. En interacción con la maduración de base genética, es factor
de desarrollo a lo largo de toda la vida. La mayor capacidad de aprendizaje de
una especie se debe a que su genética le da más posibilidades activas de
completar su desarrollo en adaptación al entorno. El humano orienta su adaptación
en mayor medida hacia el medio social, siendo éste su principal entorno de aprendizaje.
En el desarrollo, lo que no es producto de la herencia genética es fruto del aprendizaje
y la cultura.
La
educación es el resultado y la práctica de todo un proceso de enculturación a
lo largo de la vida. Es una influencia ordenada y ejercida sobre una persona.
En cada cultura era la acción ejercida por la generación adulta sobre la joven
para transmitirla y conservarla. Es un componente fundamental en la vida del
ser humano y de la sociedad. La educación transmite la cultura que también
puede evolucionar. La persona influye y es influida por los demás miembros de
su cultura.
La cultura
es el conjunto de saberes, creencias, formas de expresión, valores, normas, costumbres
y recursos que se heredan, utilizan, transforman y transmiten de unos humanos a
otros, o de una generación a otra.
Los
problemas para la subsistencia humana suelen ser universales (clima, agua,..),
pero la forma de resolverlos es lo que nos diferencia (cultura).
Se suelen
distinguir tres modalidades de educación [1]:
- Formal:Reglada,
en centros de formación intencional. Conduce a certificado o título con validez
académica. Ejemplo: Sistema
Educativo
Nacional.
- No
formal: Tiene estructura (programa). No suele conducir a certificación
académica. Intencional. En entidades de participación social, cultural o de
ocio. Ejemplo: Clases de castellano para trabajadores extranjeros en el
sindicato.
- Informal:
Enseñanza-aprendizaje en la vida cotidiana mediante interacción con familia, amigos,
medios de comunicación, compañeros,.... No estructurada. Frecuentemente inconsciente
y no intencional. Ejemplo: Interiorización del patriarcado a través de la película
“El Rey León”.
Actualmente
los límites que separan estas modalidades son difusos. Por último, pedagogía es
la reflexión científica sobre la educación y la enseñanza.
Los
esquemas mentales se modifican constantemente y a lo largo de la vida para incorporar
nueva información, construyendo un propio sistema de conocimiento para
comprender el medio cambiante y adaptarse a él. La forma tradicional de enseñanza
no favorece esa autoconstrucción.
2. ¿Hay una forma de aprender mejor que otra?
En
realidad, no. Pero sí hay contextos de enseñanza-aprendizaje más potenciadores
del aprendizaje que otros.
El
aprendizaje tiene que producir un cambio con utilidad adaptativa para la
persona y ello puede darse naturalmente por diferentes vías. Sin cambio, sin
transferencia a la vida cotidiana, no se puede hablar de verdadero aprendizaje.
Hay
diferentes modelos explicativos de cómo se producen nuestros aprendizajes:
- Conductismo
o condicionamiento: Asociación nueva entre un estímulo y una respuesta (El
perro de Pavlov); asociación nueva entre acción y consecuencia: la acción es el
medio para obtener una recompensa o evitar un castigo (Carnet por puntos).
- Aprendizaje
social o por modelado: Se presta atención a un modelo, se retiene y se reproducirá
lo memorizado cuando haya motivación para ello.
- Cognitivismo:
A través de los procesos mentales como percepción, atención, memorización,
olvido, resolución de problemas, lenguaje, etc.,
-Constructivismo/interaccionismo:
Los esquemas mentales se modifican constantemente y a lo largo de la vida para
incorporar nueva información, construyendo un propio sistema de conocimiento
para comprender el medio cambiante y adaptarse a él. La forma tradicional de
enseñanza no favorece esa autoconstrucción, por receptiva y memorística, pero
la forma libertaria y racionalista, sí lo es, por significativa y estimulante
del autodescubrimiento. En el socioconstructivismo, el apoyo al aprendizaje se
centra en todas aquellas tareas que actualmente conseguimos hacer con ayuda,
para lograr próximamente la autonomía en ellas. Las expectativas sobre el
desarrollo potencial de una persona son determinantes. (Si no se espera que
alguien con discapacidad pueda llevar una vida independiente difícilmente lo conseguirá).
3. ¿Puede un Sistema Educativo Nacional compensar
la desigualdad de oportunidades sociales?
Salvo excepciones,
no puede.
El
Sistema Educativo Nacional (SNE) surgió en la Revolución Francesa: Decidir el
Estado el qué y el cómo tenían que aprender los ciudadanos obligatoriamente.
Uniformador y meritocrático resolvía una necesidad del Nuevo Régimen: que la
población llegada del campo a la incipiente Revolución Industrial tuviera el
adiestramiento necesario para desempeñar su rol social de obrero en las
fábricas, aunque apareciera mezclado con Ilustración.
En el SNE
no es posible, en términos generales, un verdadero aprendizaje significativo, ya
que ni el aprendiz, ni el enseñante tienen autonomía para organizarse en
función de sus necesidades y posibilidades.
Ciertas
ideologías políticas –supuestamente de izquierdas- abandonaron el ideal de Revolución
Social, eligiendo como sucedánea la educación mediante un SNE, pues bastaría para
compensar las desigualdades sociales, teniendo el reformismo continuo como
ideal. No es así: cuanto más largo es el itinerario obligatorio en el Sistema
Educativo mayor desnivel se va produciendo entre el alumnado, como consecuencia
de factores externos e internos al centro escolar. Las excepciones confirman la
regla del objetivo clasificatorio del sistema.
La
ampliación actual de la obligatoriedad disminuye el nivel de motivación y lo
que podría ser una oportunidad de desarrollo se identifica con una imposición
frente a la que rebelarse en el microsistema escolar, compensando con extrema
sumisión en el macrosistema: éste es el día a día en las aulas. Hoy, para
criaturas y adolescentes, se ha quedado como casi la única vía de
socialización, junto con las nuevas tecnologías. Una burbuja social que deviene
en factor decisivo del comportamiento social de las generaciones así educadas,
sin ir más lejos, para una progresiva pérdida de conciencia de clase, orientadas
por expectativas cada vez menos realistas, por encima o por debajo, para llevar
al fracaso
4. ¿Qué es el fracaso escolar?
Un
término ambiguo y tópico: ¿fracaso del escolar o de la escuela?
Para los
enseñantes es no haber alcanzado unos objetivos mínimos por factores individuales:
dificultades de aprendizaje, insuficiencia de habilidades instrumentales mínimas
para aprender o escaso interés.
Para la
juventud y sus familias es no conseguir la calificación requerida para pasar a otro
nivel, lo que retrasa la salida del sistema, atribuido más al entorno del
centro educativo.
Para la
Administración es una estadística con la que introducirnos las inacabables
reformas y contrarreformas de las leyes educativas que ignoran a los miembros
de las comunidades educativas. Cambiar todo para que todo siga igual, o peor.
El
fracaso escolar es un término teórico, pero no es un hecho, razón por la que
lleva a estériles debates introducidos por quien tiene interés en llevarnos a
su propio terreno. De existir el fracaso escolar, la lucha contra él habría de contextualizarse
en la lucha contra el fracaso humano de este sistema socioeconómico.
El
sistema capitalista se nutre de un desarrollo desigual y su herramienta
educativa le sirve bien, normalmente. El fracaso escolar no es un problema,
sino una necesidad para la clase dominante. Igual que el despido es esencial
para los patronos.
Perplejos,
los docentes “progresistas” de la enseñanza pública no entienden cómo, a pesar
de sus esfuerzos, el resultado es contrario a su ideal ilustrado pues,
finalmente, el mundo para su alumnado es lo que muestra una pantalla plana. De
existir el fracaso escolar, la lucha contra él habría de contextualizarse en la
lucha contra el fracaso humano de este sistema socioeconómico que prevé para
nuestro país cierto nivel de instrucción requerido por el sector laboral en la
próxima década [2]: 15% de los empleos para personas sin cualificación, 85% de
empleos para quien tenga formación equivalente a FP de grado medio o bachillerato.
Y el sistema educativo tiene que proporcionar ese 15% de fracasados para las necesidades
del capitalismo del año 2020-25. Y como las previsiones son cambiantes esperemos
que no lleguen a necesitar un 50% porque los enseñantes serán obligados a contribuir
a ello.
5. ¿Qué tratamiento ha de darse a las creencias en
la enseñanza pública?
Las
creencias, como los pensamientos y emociones forman parte del ámbito privado de
las personas, por tanto, no tienen por qué ser compartidas. Ciertas creencias
compartidas por un conjunto de personas pueden configurar una religión. El
conjunto de sus adeptos y, sobre todo su clero, suele ser denominado iglesia.
La
enseñanza pública la constituyen todos los recursos -antes estatales- de
titularidad pública que han de dar respuesta a las necesidades de los usuarios
de la misma para alcanzar los objetivos del Sistema Educativo.
Los
objetivos del Sistema de Educativo no son privados, sino públicos y civiles. En
sentido estricto, el Sistema Educativo Nacional, nacido a la vez que la
separación Iglesia-Estado no debería tener objetivos, ni recursos educativos
orientados a la adquisición de creencias personales concretas que, sin embargo,
sí pueden formar parte de la educación familiar.
La
separación Iglesia-Estado y la libertad religiosa (para practicar otra religión
o ninguna) fueron soluciones “constitucionales” que no se aplican con
coherencia y equidad en muchos ámbitos, especialmente en el educativo, en el
que, ni se aplican. Libertad religiosa es también el derecho a no practicar ninguna
religión y a que no se les destinen recursos públicos.
No hay
nada de vulneración de la libertad religiosa en el hecho de que no exista la
asignatura de religión en el curriculum oficial. Aún reconociendo que las
personas son libres de recibir catequesis -igual que de ir al cine-, es llamativa
la insistencia para que ello ocurra en un centro educativo que no es
confesional.
El
laberinto de contradicciones de los representantes del Estado y las
instituciones que gobiernan, llevan a absurdas excepcionalidades: los
profesores de religión no entran por oposición o concurso público; absurdos
como tener que pagar indemnizaciones (con dinero público) por despidos que
realizan desde su poltrona los obispos.
Ejercer
una opción religiosa y practicarla públicamente es un derecho preferente que se
paga bien, así, la camaleónica Iglesia Católica se siente muy cómoda con el
trato del Gobierno del PSOE que pospuso la Ley de Libertad Religiosa de su
programa electoral, hasta pasar la visita del Papa, que no se tramitará en esta
legislatura y tampoco en la próxima porque a la Conferencia Episcopal le parece
“persecución religiosa”.
Dudosa la
independencia del Gobierno del PSOE respecto a la Iglesia Católica cuando declara
la Jornada Mundial de la Juventud y la enésima visita del Papa como evento de interés
especial, sufragando las Administraciones Públicas el 50% de los costes, y desgravando
el 80% de las donaciones que se hagan (decenas de millones de euros sustraídos a
capítulos prioritarios en tiempos de paro y crisis).
La
Iglesia Católica sabe que dar oficialidad a la asignatura de religión católica
abre campo a las otras tres confesiones con currículo autorizado, pero no le
preocupa porque tiene seguro el control de un mercado español de aparente libre
competencia basado en:
- Una
asignatura de religión en el currículum, de obligada oferta desde infantil a bachillerato,
incluso en los centros aconfesionales públicos. No inspeccionable como el resto
de las enseñanzas.
-
Idearios católicos que son sufragados con fondos públicos en la mayoría de centros
privados.
- Un
derecho de veto o boicoteo del resto del curriculum que no le gusta, como la
asignatura de Educación para la Ciudadanía.
La educación
en la fe es catequesis eclesiástica proselitista que no debe impartirse en las
aulas del sistema educativo reglado, debe quedar fuera del currículo y de la
evaluación.
Si la
religión es “materia escolar ordinaria por ser exigencia de la escuela”,
entonces el profesorado debe ser seleccionado por la administración con los
mismos criterios y procedimientos que el resto de las materias. Así, el estudio
del hecho religioso como elemento cultural sería explicado sin confesionalismos,
según la metodología científica, a cargo de profesorado seleccionado por la administración
educativa, en función de su ciencia y respetando su libertad de conciencia y
cátedra.
El
estudio laico e interdisciplinar en la escuela ha de incluir la crítica de las
religiones, desvelando y cuestionando sus perversiones: fundamentalismos,
dogmatismos, integrismos, sexismos, manipulaciones, que desembocan en violencia
contra sus detractores, pero no necesita constituir una asignatura específica.
6. ¿Todos los sindicatos vendel mismo modo el tema
de la enseñanza de la religión sostenida con fondos públicos?
En
absoluto, para contradicciones, las de los sindicatos de la enseñanza. Mientras
que en CNT se mantiene una postura coherente entre el nivel pedagógico y laboral
de esta cuestión, la casi totalidad de sindicatos, entran en contradicciones
gran tamaño: algunos piden estabilidad laboral para los adoctrinadores de
religión (sin oposición), a la vez que firman algunos manifiestos laicistas
(FETE-UGT y CCOO); USO afirma que el Estado se ahorra dinero con la concertada;
CSIF dice que le vale el Concordato porque ¡la Santa Sede tiene personalidad jurídica
internacional!; STEs, que manifiesta su oposición a la religión en la escuela,
cuelga en la web manifiestos laicistas pero: ¡está en contra de que los
pobrecitos adoctrinadores tengan que renovar anualmente su contrato!
El actual
Concordato con la Santa Sede representa un delito político y administrativo de
primera magnitud que nos ha dejado colgados en el túnel del tiempo del
nacional-catolicismo con el que están de acuerdo ciertos sindicatos de la
enseñanza.
7. ¿Es posible hoy la educación libertaria?
La
educación libertaria es una utopía que se realiza todos los días. En pedagogía,
la utopía es necesaria pues ningún proyecto ha de darse por acabado, ni
considerarse absolutamente perfecto, es un proceso sin fin que las personas y
generaciones futuras seguirán construyendo o creando para responder mejor a sus
necesidades y circunstancias de vida, como hicieron: la Escuela Moderna, La Ruche,
Las Escuelas Racionalistas, el orfelinato de Cempuis Bonaventure,.... Y como siguen
haciendo Paideia o los grupos y ateneos libertarios y los sindicatos de la CNT
desde hace más de un siglo.
Del mismo
modo que la autodenominación “anarquista” o “anarcosindicalista” no tiene porqué
ser ajustada a la realidad, hay miles de experiencias educativas impregnadas
hasta la médula de elementos libertarios, aunque sus protagonistas no sean
verdaderamente conscientes de ello y no se reconozcan en la denominación. La
educación libertaria es capaz de brotar natural y espontáneamente en diversos
lugares y tiempos, sin aparente conexión entre ellos y sin que perciban sus protagonistas
que tienen entre sus manos una práctica de corte libertario, llegando a ello,
simplemente, por reflexión colectiva.
La
creación de escuelas al margen del sistema, aunque constituyan un movimiento transnacional
importantísimo de gran influencia, cuya importancia y existencia se quieren
enterrar en el mundo académico y
mediático,
pueden, con todo, no ser la mayor aportación del anarquismo a la educación sino
su concepto de organización libertaria: la organización libertaria ya sea, un
sindicato, ateneo, grupo, ... es concebida principalmente como una comunidad de
aprendizaje para la transformación social: Aprender individualmente y como
grupo todo tipo de autogestión, funcionamiento antiautoritario, apoyo mutuo,
cultura propia, democracia directa, etc,... de forma intencional e integral, mediante
la práctica cotidiana en el seno de la misma, esforzándose en superar prejuicios.
Su acción educativa implica un deber militante y el deber militante implica una
acción educativa, de ahí el elevado grado de autodidactismo, por ejemplo.
Aunque
difícil, es posible tener prácticas educativas cercanas a la inspiración
libertaria en los centros educativos convencionales: Hay muchos ejemplos de
ello, cuando se hace una verdadera comunidad educativa.
8. ¿Cómo reconocer una práctica educativa
libertaria?
Es
integral, autogestionaria, antiautoritaria, solidaria, armónica con la
naturaleza, comprometida con la transformación social, coherente entre medios y
fines, colectivista, coeducativa, cooperativa, diversa, placentera, con
autodisciplina para beneficio de la colectividad, pero sin dilución de la
individualidad. Es rebelde contra cualquier forma de opresión, coacción o
adoctrinamiento. No se adapta al orden establecido por la religión, el Estado,
la familia y la cultura oficial de los medios. Potencia el impulso natural hacia
la libertad interior y exterior, desde el favorecimiento de la razón, la iniciativa,
la responsabilidad y el respeto a la convivencia. Huye de la homogeneidad,
respeta el ritmo individual de aprendizaje. No acepta programas establecidos.
Cada una
de estas características sería condición necesaria, pero no suficiente. Por
ejemplo, una educación antiautoritaria no es sinónimo de libertaria, si
constituye una burbuja que se aísla de un mundo injusto, desigual y falto de
libertad.
Notas:
[1] Coombs, Phillip Hall; The world
educational crisis; a systems análisis. New York, Oxford University Press,
1968. International Conference on the World Crisis in Education, Williamsburg,
Virginia, 1967.
[2]
Ministerio de Educación de España, Pacto Social y
Político por la Educación, Madrid, 22 de abril de 2010.
[Texto
de folleto del mismo título, que está disponible en http://cnt.es/sites/default/files/preguntas_y_respuestas_sobre_el_laberinto_educativo_0.pdf.]
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