Carlos Peláez
Yo sólo quería escribir un artículo que explicara concisamente cómo la deforestación tiene a Haití sumido en la pobreza, para vernos en ese espejo. Todos los años, Suramérica pierde una superficie boscosa mayor a la del estado Barinas (4 millones de hectáreas) y en Venezuela la cultura de “quemas” tiene amenazado de muerte al bosque deciduo tropical, uno de los ecosistemas más importantes y únicos del planeta. De hecho, somos el único país de la región amazónica que aumentó su tasa de deforestación [ver http://provita.org.ve/noticias/DefAmaz2015].
El rol de la deforestación
Haití llega al siglo XX con 60% de sus bosques intactos. El 40% faltante se fue entre la actividad agrícola y la exportación de madera hacia Europa, promovida por los primeros gobiernos haitianos que necesitaban divisas rápidamente. Adicionalmente la tenencia de la tierra estaba completamente difuminada, nada era de nadie y todo era de todos. El gobierno y sus fuerzas públicas ocupadas en la política, dando golpes de estado y ejerciendo venganzas. El mínimo aparato productivo al servicio de pagar deudas y enriquecer gobernantes. Y las exportaciones haitianas manejadas (oficialmente) desde Washington.
Yo sólo quería escribir un artículo que explicara concisamente cómo la deforestación tiene a Haití sumido en la pobreza, para vernos en ese espejo. Todos los años, Suramérica pierde una superficie boscosa mayor a la del estado Barinas (4 millones de hectáreas) y en Venezuela la cultura de “quemas” tiene amenazado de muerte al bosque deciduo tropical, uno de los ecosistemas más importantes y únicos del planeta. De hecho, somos el único país de la región amazónica que aumentó su tasa de deforestación [ver http://provita.org.ve/noticias/DefAmaz2015].
El rol de la deforestación
Haití llega al siglo XX con 60% de sus bosques intactos. El 40% faltante se fue entre la actividad agrícola y la exportación de madera hacia Europa, promovida por los primeros gobiernos haitianos que necesitaban divisas rápidamente. Adicionalmente la tenencia de la tierra estaba completamente difuminada, nada era de nadie y todo era de todos. El gobierno y sus fuerzas públicas ocupadas en la política, dando golpes de estado y ejerciendo venganzas. El mínimo aparato productivo al servicio de pagar deudas y enriquecer gobernantes. Y las exportaciones haitianas manejadas (oficialmente) desde Washington.
Claramente Haití no tenía una fuente de dólares como la venezolana, lo que produjera tenía que trabajarse. Pero las naciones más estables del mundo son precisamente las que tienen recursos limitados ¿Por qué Haití no retomó el camino luego de la retirada estadounidense? Ya tenían un precedente de recuperación, los haitianos sí sabían trabajar. Las ciudades crecieron, requirieron recursos, principalmente energéticos.
Pero en un país pobre, sin grandes ríos y sin petróleo, las crisis energéticas se resuelven con carbón vegetal. La extrema pobreza energética llevó a sus habitantes rurales a cortar los árboles para hacer carbón y suplir sus necesidades energéticas y las de la ciudad. Sólo 10% de los habitantes de Haití tenían electricidad. La demanda de carbón era tal, que los campesinos desenterraban los tocones de los árboles para hacerlos carbón, imposibilitando absolútamente la recuperación de los bosques. La realidad es que poco a poco Haití se quedó sin árboles. Al día de hoy la superficie forestada de Haití no pasa del 2%. De resto son colinas secas, máximo cubiertas de gramíneas pobres, como pasa cerca de Valencia y Maracay. Y si en algún momento se montó algún gobierno dispuesto a recuperar el país, era imposible.
Recuperar un país tropical sin árboles es imposible
Sin árboles no hay suelo. Si usted tiene un conuco, al tercer año esa tierra ya no sirve. Debe reforestarla para que el suelo se recupere e ir talando parche por parche. Si usted deforesta toda la colina, todo el suelo se pierde, ahí no crece nada ni que le ponga fertilizante hasta las metras. Toda la tierra agrícola de haití se perdió así. Haití exportaba cosechas, y eso se acabó. Sin árboles no hay agua. Si usted vive en una montaña que no tiene bosque, la lluvia se escurrirá, y la poca agua que quede en el suelo se evaporará rápidamente. Haití se quedó sin pozos, sin embalses, sin hidroeléctricas, sin sistemas de riego. Sin agua. Sin árboles el suelo se desestabiliza. Las montañas se vienen abajo con las lluvias, los huracanes destruyen ciudades y pueblos, los embalses se llenan de sedimento, las carreteras se interrumpen.
En Haití ni siquiera hay pescadores. La cantidad de sedimento que arrastran los ríos (o mejor dicho, las torrenteras de lluvia, porque los ríos se secaron) se calculan en 36 millones de toneladas al año. Este sedimento tapió los arrecifes que sirven de guardería a las pesquerías, y de los azules mares haitianos no se saca un pescado. ¿Y el turismo?… Bueno, ¿usted iría a Haití de vacaciones? En haití se han hecho muchos programas para promover el turismo y la industria. Han beneficiado a algunos, pero hasta que no haya árboles no habrá servicios,la pobreza será extrema y la violencia también.
Haití es patrimonio latinoamericano
Haití fue el primer país de Latinoamérica que obtuvo su independencia y ayudó a los demás a conquistarla, muy particularmente a Venezuela. Creo que Latinoamérica tiene una deuda moral con Haití. Ojalá se encuentre la manera de sacar a ese país del hueco. Todo el mundo con dos dedos de frente está de acuerdo: El primer paso es reforestar. Así como Haití marcó la pauta independentista, ahora parece marcar la ambiental. Cada vez que voy a Maracay, veo como los incendios consumen nuestros bosques y me aterra lo que nos espera. Los incendios forestales en Venezuela son antropogénicos [ver http://contrapunto.com/noticia/10-mitos-graves-sobre-los-incendios-forestales-en-venezuela], no existe la fulana “temporada de quemas”, sean accidentales o provocados, la culpa es siempre humana.
¿Cuál es la vulnerabilidad de Venezuela?
Nuestras tierras agrícolas dependen de los bosques, mucha gente vive de sus conucos. Nuestra población vive casi toda en zonas susceptibles a deslaves. Tenemos una activa flota pesquera. Nuestra electricidad depende de nuestras cuencas hidrográficas. Nuestra agua potable depende de que el agua de lluvia se canalice de manera manejable… Y cuando se acabe el petróleo, sólo nos quedará el turismo. Esto es sólo por encimita, ni siquiera me voy a meter con las implicaciones de cambio climático de la deforestación o con la cantidad de medicinas que se pueden sacar aún del bosque.
No puedo evitar pensar que la única razón de que no estamos como los haitianos es que tenemos ese tanque de combustible debajo de nuestros pies, y eso me hiela la sangre, porque no es eterno. Pero independientemente de todo esto, los bosques son maravillosos, hogar de millones de especies y seres vivos a los cuales deberíamos ser capaces de respetar por puro principio.
Debemos mirar a Haití como un ejemplo. Como nación, debemos desear y ayudar a reforestarlo y darle nueva vida, así sea solo como un experimento del cual tomaremos lecciones para nosotros mismos.
[Tomado de http://www.contrapunto.com/noticia/deforestacion-y-sus-consecuencias-el-espejo-haitiano-58488.]
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