Danilo Ahumada
La narración en el cine comienza con la puesta en duda de la realidad en tanto verdad interpretada por el autor. Entonces la película que escribe Oswaldo Bayer y dirige Héctor Olivera en el año 1974 es una ficción, una puesta en escena, un traspaso de lo real al lenguaje interpretado. Podríamos señalar entonces que no existe el ánimo de ficcionar elementos reales para hacer una película. En este caso Bayer juega un papel fundamental en intentar transcribir en imágenes sus investigaciones.
El autor pretende hacernos reflexionar sobre las contradicciones de clases; obreros enfrentados a estancieros y cómo, al final de la lucha, se imponen los intereses económicos, protegidos por el poder político, siendo más profunda que el sólo hecho de mostrar el asesinato masivo de obreros. La reflexión pasa a ser el objetivo central de la película, en tanto crítica a una época y al accionar de los militares, de los grupos económicos y del propio gobierno de turno. Esto nos permite entender su significancia documental, lo que se piensa de la historia y de su época específica. La reflexión de un tiempo único y de un autor.
La narración en el cine comienza con la puesta en duda de la realidad en tanto verdad interpretada por el autor. Entonces la película que escribe Oswaldo Bayer y dirige Héctor Olivera en el año 1974 es una ficción, una puesta en escena, un traspaso de lo real al lenguaje interpretado. Podríamos señalar entonces que no existe el ánimo de ficcionar elementos reales para hacer una película. En este caso Bayer juega un papel fundamental en intentar transcribir en imágenes sus investigaciones.
El autor pretende hacernos reflexionar sobre las contradicciones de clases; obreros enfrentados a estancieros y cómo, al final de la lucha, se imponen los intereses económicos, protegidos por el poder político, siendo más profunda que el sólo hecho de mostrar el asesinato masivo de obreros. La reflexión pasa a ser el objetivo central de la película, en tanto crítica a una época y al accionar de los militares, de los grupos económicos y del propio gobierno de turno. Esto nos permite entender su significancia documental, lo que se piensa de la historia y de su época específica. La reflexión de un tiempo único y de un autor.
Al ser pensada la obra audiovisual desde la condición de documental le entrega un peso histórico para el público el saber que lo que está viendo pasó realmente y no corresponde al mundo de la ficción, de la creación de un guionista o director.
Todos los esfuerzos de realización de esta película están puestos en contar algo verdadero, retratar lo más parecido los sucesos que pasaron en la Provincia de Santa Cruz, sus personajes y lugares.
En este contexto, el público adquiere un valor trascendental, la obra está realizada para contribuir a la recuperación de la memoria histórica, un público que comienza a entender que el cine y el oficio, cuando lo ve en pantalla, tiene varias funciones, tal como lo señala Guillermo González:
El cine tiene una función informativa, investigativa y reflexiva. El público le llama a este tipo de filme “reportaje” o “documental”, lo cual es de sumo interés ya que finalmente hace que una realización cinematográfica se transforme en un referente de la historia y sus significancias[5]
En "la Patagonia Rebelde", Luis Brandoni pasará a ser recordado como el Gallego Soto y Héctor Alterio como el Teniente Coronel Varela, como un retrato fotográfico para la gente que conoció esta masacre obrera sólo por medio de la película.
Bill Nichols[6] nos ayuda a comprender cómo el público recepciona un film histórico a partir de entender el mundo histórico como el universo unitario de historias que conforman una película y el mundo público como lo común que cualquier persona podría entender en la medida que lo sienta propio. El público nombra el film dirigido por Olivera y escrito por Bayer como una manera de conocer y acercarse a parte de la historia del movimiento obrero argentino.
Bayer no se limita sólo a contar la historia, sino que se basa en la extensa investigación que terminó con la publicación de los cuatro tomos que componen "la Patagonia Rebelde". El autor imprime su punto de vista en torno a un ámbito moral, ético y político y reconoce su intento por respetar la integridad de la historia que reconstruyó a partir de la investigación. Sólo la escena final se presenta como una excepción, allí Zavala (nombre del Teniente Coronel Varela en la obra cinematográfica) participa en una cena ofrecida por la Sociedad Rural y la Liga Patriótica, y es homenajeado por los estancieros que le cantan “For he’s a jolly good fellow”, escena inspirada en las crónicas de los diarios de homenajes que los estancieros ingleses hicieron a Varela. El autor propone, a través de un primerísimo primer plano, a Zavala experimentando cierta incomodidad al darse cuenta a quien ha servido.
Yo creo que fuimos muy benévolos con Varela. En el final aparece que él se da cuenta para quién hizo la represión. Ahora yo no sé si puso esa cara, o si no sonrió contento que los ingleses le cantaran porque es un buen compañero. La idea era que con esta escena los militares aprendieran a quien sirven, pero lamentablemente no lo hicieron. Años más tarde vino la Dictadura y los militares siguieron sirviendo a los grupos económicos. [7]
Es importante señalar que este no era el final propuesto por Bayer. El autor pensó en otro fragmento del libro que mostraba a las prostitutas de Río Gallegos negándose a atender a los militares y gritándoles en la cara “asesinos de obreros”. Sin embargo, los militares de aquella época consideraron que esta escena atentaba contra la honra de los uniformados y deciden censurarla. Es precisamente esta censura que sufrió, tanto la obra escrita, como cinematográfica, la que nos permite reforzar la idea de que “La Patagonia Rebelde” representa mucho más que una obra audiovisual, es un documento histórico que nos ayuda a entender la Argentina de los años veinte, pero también la de los años setenta.
La película fue terminada el 1974, se presentó ante un comité de censura, quien la rechazó de plano y no se pudo exhibir en los cines. Perón era el único que podía autorizar su estreno. Al verla argumentó que la película no se basaba en hechos reales porque el culpable de la masacre obrera no era Varela, sino que el tío de quien era en ese entonces el Comandante en Jefe del Ejército, el General Anaya. Pasan algunas semanas sin noticias positivas, hasta que Perón lee el diario la Nación y en primera página aparece hablando el General Anaya, señalando que el Ejército responde a sus mandos naturales. Perón se molestó, diciendo ”quién se cree este tipo, a quién va responder si no a sus mandos naturales”, entonces llamó al jefe de difusión y ordenó el estreno de "la Patagonia Rebelde" en todos los cines del país “yo le voy a demostrar quién manda” señaló. Cuando murió Perón, durante el Gobierno de Isabel, hizo retirar la película obligatoriamente. No la prohibieron, pero a la productora la obligaron a retirar la película porque si no vendrían represalias, y desde ese momento la película no se dio más. Se había sacado de circulación por métodos mafiosos, jamás por la justicia, nunca pudo demostrar el ejercito que en la película existiera una sola escena falsa. Olivera y yo aparecimos en las listas de la Triple A. Nos expulsan del país, nos dan 24 horas para hacerlo, de lo contrario nos matan. Olivera se queda en Buenos Aires, la película desaparece, yo me voy al exilio a Alemania y se reestrena 10 años después cuando asume Alfonsín. [8]
Encontramos así, en “La Patagonia Rebelde”, un referente del cine latinoamericano, un documento de memoria y de archivo que, por más de 30 años de existencia, ha operado denunciando a una época e interpelando al público a reflexionar sobre los hechos que terminaron con cientos de obreros asesinados.
A modo de conclusión, podemos señalar que el autor nos interpela utilizando dos modos narrativos y somete al lector/espectador a esta doble función, a fin de expresar de maneras distintas una misma idea, a saber, la recuperación de la memoria histórica. Desde esta idea, el autor invita a una reflexión, llegando a dos públicos distintos; el lector y el espectador, sensibilizándolos con su discurso, expresando con imágenes en movimiento y con palabras escritas una sola cosa: no se puede borrar la memoria.
Notas
[5] Navarro, Sergio; Cepeda, Rodrigo; Doll, Edgar; Gónzalez, Guillermo; Jacobsen, Udo: El Chacal de Nahueltoro: Emergencia de un nuevo cine chileno. Santiago de Chile 2009. P 38
[6] Nichols, Bill, La Representación de la realidad, Barcelona 1997
[7] Entrevista realizada a Osvaldo Bayer. Junio 2010, Buenos Aires, Argentin
[8] Entrevista realizada a Osvaldo Bayer. Junio 2010, Buenos Aires, Argentina
[Nota final de El Libertario: Para ver el film completo ir a https://www.youtube.com/watch?v=RkLWt-719O4.]
[Fragmento de un trabajo más extenso, accesible en http://colegiodeperiodistasquinta.cl/la-significancia-documental-en-el-filme-la-patagonia-rebelde-por-danilo-ahumada-flores.]
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