J.R. López Padrino
La "Ley contra el odio, por la convivencia pacífica y la tolerancia" que aprobó la espuria Asamblea Nacional Constituyente (ANC) el 8/10, constituye una nueva herramienta de control social por parte del régimen dictatorial del ungido Maduro. Este nuevo bodrio jurídico representa una medida reaccionaria destinada a criminalizar a la disidencia política. Además, de ilegítima, ya que solo la Asamblea Nacional es la instancia con competencia constitucional para la legislación penal, llama la atención la severidad de las penas establecidas en la ley (prisión de 10 o 20 años), algo que en derecho penal comparado podría, incluso, equipararse con penas contempladas por crímenes como el asesinato.
La "Ley contra el odio, por la convivencia pacífica y la tolerancia" que aprobó la espuria Asamblea Nacional Constituyente (ANC) el 8/10, constituye una nueva herramienta de control social por parte del régimen dictatorial del ungido Maduro. Este nuevo bodrio jurídico representa una medida reaccionaria destinada a criminalizar a la disidencia política. Además, de ilegítima, ya que solo la Asamblea Nacional es la instancia con competencia constitucional para la legislación penal, llama la atención la severidad de las penas establecidas en la ley (prisión de 10 o 20 años), algo que en derecho penal comparado podría, incluso, equipararse con penas contempladas por crímenes como el asesinato.
Es evidente que esta nueva Ley de impronta facha, utiliza el "odio" como excusa para dotar a un Estado opresor de los recursos jurídicos necesarios para mayores abusos y violaciones de los derechos humanos. El iletrado de Maduro recurre una vez más al control social para arremeter contra todo vestigio de disidencia y reforzar la construcción de dicotomías irreconciliables (buenos-malos, patriotas-antipatriotas) que hacen que la cultura del odio, la violencia y la eliminación del oponente ideológico constituyan sus referencias paradigmáticas. La sistemática denigración del disidente político por parte del régimen ha conllevado a crear una identidad social odiada y despreciable que justifica su aniquilación física. El fachochavismo ha colocado en primer plano la utilización del odio y la violencia como métodos para zanjar los conflictos sociales, presentando a la disidencia no sólo como equivocados sino como inmorales apátridas a los cuales hay que destruir
Aunque el fachochavismo y su renacido populismo asumió el poder proclamando la restauración del Estado de Derecho -violentado muchas veces por los gobiernos previos-, sin embargo, lejos de ello, se ha dedicado a la institucionalización del odio, de la represión, de la criminalización de la protesta popular, la tortura y la muerte. La aplicación de medidas draconiana como la "Ley contra el odio, por la convivencia pacífica y la tolerancia", así como el uso de la justicia militar persiguen imponer la subordinación y la pasividad frente a los atropellos del proyecto hegemónico bolivariano. La actual narco-dictadura persigue convertirnos en sujetos aterrorizadas que elogian a sus represores, en hambrientos habitantes agradeciendo las limosnas de un Estado opresor, en vulgares delatadores que se vanaglorian de sus fechorías delincuenciales.
Escuchar hablar sobre la "Ley contra el odio, por la convivencia pacífica y la tolerancia" aprobada por la ANC nos retrotrae al mundo Orwelliana (1984, George Orwell). Bajo el pretexto de "combatir" el odio y promover la tolerancia, se profundiza el odio y se promociona la intolerancia. Padecemos las consecuencias de esa sociedad retratada por Orwell, la cual hunde sus raíces en el totalitarismo más extremo, donde se distorsiona el lenguaje, se profundiza el control social, y se elimina al disidente. Ejemplos del neo-lenguaje Orwelliano-bolivariano lo constituyen: un Ministerio de la Suprema Felicidad Social que justifica y celebra las penurias y dificultades que sufre la gente; un Ministerio de Justicia y Paz que se encarga de la represión y muerte de todo aquel que no comulga con el proyecto hegemónico bolivariano; un Ministerio de la Alimentación que promueve la escasez de alimentos, así como la hambruna que sufren millones de venezolanos; un Ministerio de la Información dedicado a manipular la información, a fin de que esta coincida con la historia oficial; Un Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología que lejos de educar y desarrollar el conocimiento científico y tecnológico, siembra la ignorancia y aniquila la ciencia y la tecnología en el país.
La "Ley contra el odio, por la convivencia pacífica y la tolerancia, es una bazofia jurídica de inspiración facha que promueve el odio, la violencia y la intolerancia. Es un buen ejemplo de lo pueden producir los demonios de la barbarie del siglo XXI.
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