Leonardo Solórzano
"Puedes
arrancar al hombre de su país, pero no puedes arrancar el país del corazón de
un hombre"
John Dos Passos
En
los últimos años en Venezuela se ha producido una situación bastante crítica en
materia económica, política y social. Una de las consecuencias es la carencia
de empleos especialmente en jóvenes. Esta situación ha generado un sentimiento
de frustración lo que conlleva a los jóvenes a buscar oportunidades de
crecimiento profesional y económico emigrando a otro país. En esta línea de
pensamiento, voy a describir mi experiencia personal y profesional trabajando
en el sector público de Venezuela y como la situación laboral presentada fue
causante de la decisión dolorosa de emigrar en búsqueda de otras oportunidades
de crecimiento en el exterior.
La
oportunidad de trabajo que obtuve en el sector público fue en parte dado
gracias al "Amiguismo" término común en Venezuela donde a través de
contactos con personas bien sea de índole político o social se puede lograr
obtener un trabajo en este sector, mas no por procedimientos regulares de
reclutamiento ya que la meritocracia desapareció a raíz del radicalismo
político. Una vez que ingrese en la empresa pública, el primer consejo recibido
fue no hablar mal de la "Revolución Bolivariana", donde estaba
totalmente prohibido hacer críticas a las políticas del país. Realmente poseía
pocos conocimientos en política ya qué era un tema que no me parecía
interesante puesto que mi mayor motivación era desarrollar mis conocimientos y
habilidades como Ingeniero Civil.
Mi
primer día de trabajo consistió en una reunión con un Alcalde quien señalo su
preocupación por un proyecto de construcción de viviendas que llevaba 3 años
paralizado y que se necesitaba culminar en pocos meses puesto que se aproximaba
un periodo electoral donde él mismo se postulaba como candidato. Fue
impresionante sentir dicha responsabilidad con la poca experiencia que yo
contaba. Lo primero que pensé fue en apoyarme en la oficina técnica pero el
ambiente laboral de la oficina no era el que yo imaginaba, los trabajadores no
cumplían el horario establecido, los vehículos y bienes del estado eran de uso
personal, además que el cotilleo y la envidia era lo más habitual. Para salir
de ese ambiente toxico de oficina decidí acompañar a mis colegas en obra y como
si fuera poco también observe que no se cumplía con ningún tipo de normativa
técnica, ni de seguridad ocupacional, tampoco se contaba con una planificación
y la mayoría de las actividades se improvisaban sin supervisiones ni control.
El único objetivo era entregar viviendas que sirvieran para impulsar las
campañas políticas de la Revolución Bolivariana.
A
medida de que pasaba el tiempo conocí una variedad de prácticas irregulares
dentro de la empresa como: comercialización de materiales de construcción,
soborno de militares, alcaldes, ministros y hasta como se podía vender una casa
que era de interés social. Todos los empleados del sector público consideraban
la corrupción como una actividad habitual y hasta se le idolatraba a los más
corruptos quienes eran los que conseguían grandes sumas de dinero bajo estos
hechos. Yo particularmente solo quería poner en práctica mis conocimientos
técnicos y teóricos que recién adquiría de mi Universidad y todo lo demás me
resultaba incómodo. No obstante, conocí un pequeño grupo de profesionales que
poseían una amplia experiencia, algunos de ellos tenían más de 20 años
trabajando en obras públicas y conservaban intactos sus valores y su ética
profesional, con ellos me sentí más identificado y puede obtener los
conocimientos requeridos para desarrollar el proyecto que se me había asignado.
El plazo de tiempo señalado por el alcalde, (sujeto al proceso electoral) para
culminar el proyecto no era realmente el adecuado y suficiente para llevar a
cabo el proyecto correctamente bajo las normas y prácticas profesionales
coherentes por lo que no se pudo culminar las obras y el Alcalde perdió en las
elecciones regionales.
Las
consecuencias fueron inmediatas y enseguida comenzó a ponerse en marcha
"La Cacería de Brujas Revolucionaria" otro término común en Venezuela
en la cual sin derecho a réplica a las personas se les acusa de deslealtad,
traición a la patria, saboteador y hasta causante de Guerra Económica (término
común empleado por el gobierno venezolano para culpar o hacer responsable a
grupos de personas por su mala gestión política, encomia y social del país).
Observe como las personas corruptas eran premiadas y como se tildaba a los
demás trabajadores como "Enemigo público del estado". Fue un periodo
vergonzoso que me lleno de mucha rabia y frustración. Yo seguía sin entender
mucha de las situaciones que ocurrían y asumí que no podía seguir siendo parte
de un grupo de trabajo fundamentado en la política y prácticas de corrupción
por lo que decidí culminar mi contrato de trabajo ante de lo previsto.
Expuesto
lo anterior puedo asegurar que conocí la ineficiencia, la corrupción y la falta
de profesionalismo entiendo que algunos trabajadores solo conocían ese ambiente
toxico de trabajo y por tal motivo se sentían desmotivados, decepcionados y
cansados de la situación. Sin embargo, durante esta experiencia laboral también
fui parte de un grupo maravilloso de profesionales, que luchaban día a día por
mantener intactos sus valores éticos y que aun siendo apartados, humillados y
visto como un obstáculo, se mantenían firme trabajando y aportando
profesionalmente los conocimientos y habilidades. De ellos saque tantas cosas
positivas y obtuve nuevos conocimientos, buena retroalimentación y un ambiente
de compañerismo y quienes en parte me motivaron en buscar nuevas oportunidades
en otros países. Entendí que ellos se mantenían en su puesto de trabajo para
mantener a sus familias y que siendo infelices con su trabajo eran
inquebrantables moralmente. Aunque para el actual gobierno sean tildados de
"Saboteadores de la Revolución" considero que son las personas más
valiosas que quedan en el sector público.
Finalmente,
puedo decir que como toda experiencia en la vida, mi trabajo como ingeniero
civil en el sector publico en Venezuela fue buena, en primer lugar pude
reforzar todos aquellos valores éticos y morales que me fueron inculcados, en
segundo lugar, desde el punto de vista profesional, intenté poner en práctica
todo mi conocimiento aprendido en la universidad y darme cuenta de mucha fallas
que ocasionaban las malas prácticas profesionales. En la Revolución Bolivariana
el radicalismo sigue prevaleciendo por encima de los conocimientos y el sector
público no es más que un reflejo de ello. Ahora que he expuesto mis principales
motivos para buscar un mejor futuro fuera de Venezuela dejo a su criterio las
razones para juzgarme.
[Tomado
de https://www.aporrea.org/actualidad/a244353.html.]
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