José Ángel Quintero Weir
En Homenaje al Maestro Wayuu José Domingo González, muerto por falta de medicamentos en Venezuela.
Ha muerto José Domingo González, maestro de la danza wayuu en la Escuela Ekirajüikai del reterritorializado espacio de lo que el poder municipal criollo llama “Barrio El Mamón”. Murió nuestro hermano, como dirían los alíjunas, de causas naturales, pues, él no andaba en las protestas que hoy llenan las calles de Venezuela, él murió porque su familia nunca pudo encontrar en Venezuela el medicamento (por lo que muchos hoy están en las calles), que alargaría su vida permitiendo que su enseñanza de la danza wayuu se distribuyera mucho más en el tiempo entre los niños y niñas wayuu, estudiantes de la escuela Ekirajüikai.
Casi al mismo tiempo, un encuentro de muy importantes filósofos e intelectuales se dieron cita en Caracas, convocados por el gobierno, con el oscuro propósito de justificar “filosófica, ideológica y políticamente, como humanista y de izquierda la entrega del Arco Minero del Orinoco a mafias rusas o chinas y que, ciertamente, pondrá fin a la vida de, por lo menos, ocho pueblos indígenas del sur-oriente del país.
Pero además, y casi al mismo tiempo, la Ministra de Pueblos Indígenas de Venezuela, wayuu que no habla el wayuunaiki porque ya no sabe si es wayuu o si es alíjuna, pero que puede ser wayuu y alíjuna al mismo tiempo, habla en nombre de los pueblos indígenas de Venezuela para justificar el Arco Minero, pero también la muerte por hambre de los wayuu que sufren la pérdida de su río en Colombia así como la totalidad de su territorio (por las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela, pero también por las FARC y el ELN), militarmente ocupado en Venezuela.
A los intelectuales, entre ellos Enrique Dussel, se le hizo entrega de una comunicación solicitándoles una palabra de solidaridad con los pueblos indígenas amenazados por el Arco Minero del Orinoco, sobre todo, porque asistían a un evento signado por lo que el gobierno ha llamado “Ecosocialismo y Descolonialidad”. Sólo les pedimos coherencia intelectual y política, nunca se les pidió que llamaran a protestas o que acompañaran a la MUD, ni siquiera a nosotros, que creemos en otro camino que no es precisamente el camino de la MUD. Sin embargo, el silencio de tales filósofos e intelectuales muy teóricamente descoloniales, es la expresión del ejercicio de la peor de las colonialidades: callar sabiendo, del etnogenocidio en desarrollo en defensa del poder.
De la Ministra Showsera no sumaremos nada, pues, se trata de la expresión del deterioro de nuestra propia lucha como pueblos, lo que nos averguenza; en todo caso, sabemos que nuestros pueblos nunca han sido suicidas y, por supuesto, no estamos en la disposición de entregar nuestras vidas sin luchar por ella; sobre todo, cuando vemos morir uno a uno de nuestros mas jóvenes maestros por falta de comida o de medicamentos.
No sabemos en qué va a parar todo esto en Venezuela, la verdad, no tenemos idea; de lo que sí estamos seguros es que, si sale o no este gobierno colonial y entreguista, intelectuales como Dussel o Atilio Borón, tendrán siempre la posibilidad de mirar a otro lado, que es como decir, cambiar su “objeto de estudio”. La Ministra Showsera de los “indígenas” de Venezuela, se habrá casado con algún jefe militar y vestirá sus mantas superbordadas para asistir siempre a reuniones oficiales o de muy alta alcurnia. Pero, nuestro maestro de Danzas wayuu, vivirá en nuestro corazón, y danzará por siempre la palabra de Juyá cuando al caer sobre la madre tierra mma, nos da la vida que, a pesar de todo, estamos siempre dispuestos a compartir con los alíjunas, así no logren entender lo que el mundo, desde siempre, les han intentado enseñar pero que no aprenden.
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