Carlos Solero
Hoy
lunes 17 de abril de 2017 en horas del mediodía se han cerrado para siempre en
la ciudad de Buenos Aires los ojos del Compañero Carlos Scharf (Puchero). Se
agotó la intensa vida de un militante anarquista cabal, un coherente entre el
decir y el hacer.
Lúcido
analista de la realidad social, apasionado lector de Mijail Bakunin, Piotr Kropotkin, Gustav Landauer, Albert Camus, Panait
Istrati, Manuel Rojas y muchos otros propagandistas y autores libertarios.
Puchero fue un obrero constructor naval que participó que participó activamente en la huelga
contra dictadura de los militares
Aramburu y Rojas. Antes, había padecido la cárcel durante los años del régimen
peronista. Siempre estuvo presente en las luchas contra el autoritarismo, formó
parte del Grupo Editor del periódico anarquista La Protesta.
También
impulsó la publicación de libros tales como La Prehistoria del anarquismo de
Angel J. Cappelletti, La revolución de Gustav Landauer, La estética anarquista
de Ressler y El discurso sobre la servidumbre voluntaria de Ettiene de La
Boettie.
Estas
líneas, no se pretenden ni siquiera como una semblanza del compañero Carlos
Scharf, son solo el recordatorio de un hombre de vida intensa que sembró ideas
de emancipación integral y luchó de manera inclaudicable contra el Estado y el
Capital. En síntesis, un militante anarquista que combatió contra el
capitalismo en todas sus versiones, contra sus imposturas y contra toda forma
de autoritarismo y de coartación de la libertad.
Almuerzo libertario - 4 enero 2017
Carlos Penelas
Gracias
a la generosidad del amigo y artista plástico Alfredo Plank conocí a Carlos
Scharf, más conocido como “Puchero”, una leyenda anarquista de la F.O.R.A.
Almorzamos
los tres en un bodegón del sur. Una pequeña isla donde pudimos hablar de
sueños, de estrellas y de mares. La poesía y la pintura nos llevaban a la
imaginación. Nos acompañaron, vinieron a nosotros Gorki, Panait Istrati,
Maeterlinck, Lanza del Vasto, Krishnamurti, Camus, Orwell, Rolland, Kropotkin,
Landauer, Rocker…y tantos compañeros de la Federación Libertaria y de la
F.O.R.A.
Historias,
anécdotas, huelgas, proclamas, insurrecciones, flotaban a nuestro alrededor,
nos hicieron evocar y sostener el ideal moral, el ideal de belleza, el ideal de
la humanidad.
Felizmente
existen seres como Plank o como Scharf con especial sensibilidad y grandeza que
convocan a la emoción y el estímulo. De allí esa capacidad de ver en lo
múltiple, en lo bello y en lo desdeñable, en la ingenuidad creadora y en la
fina ironía, en la sordera y la ignorancia que se adueñan del éxito y del
encumbramiento de seres inferiores. Por eso nuestras blasfemias contra las
doctrinas, las ideologías, el autoritarismo y la imbecilidad. Y hablamos
también de la vulgaridad que se apodera de cargos y homenajes.
Un
almuerzo que nos indicaba el camino, la realeza de espíritu. Un almuerzo que
despertó – una vez más – el entusiasmo casi sagrado o dionisíaco hacia la
Utopía.
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