Anónimx
El
Salvador no es uno de los países que dé las condiciones adecuadas de
subsistencia para todxs, menos a la clase proletaria y de bajos recursos
económicos, no todxs pueden asistir a un centro educativo a recibir “educación”
y si tienen la oportunidad, lo hacen con muchas dificultades como la carencia
de una alimentación que les mantenga saludables, ropa, zapatos y material
didáctico necesario para hacer del proceso de aprendizaje algo enriquecedor,
además del acecho a su seguridad de parte de los grupos delincuenciales; todo
esto es el ambiente común en el que viven muchas niñas y adolescentes, expuestas
vulnerablemente a la pobreza y obligadas a contribuir económicamente a sus
hogares.
Expuesta
ya la situación a la que a diario se enfrentan niñas, adolescentes y mujeres,
debemos tener en cuenta también el sistema patriarcal al que todxs estamos
sometidxs, en donde el género femenino lleva las de perder, mientras que el
género masculino tiene que estar reafirmándose constantemente bajo roles
violentos que no precisamente responden a las conductas naturales del ser
humanx.
Recientemente
se dio a conocer a través de los medios de comunicación el caso sobre una red
de trata de personas, esto quiere decir que operaban en distintas zonas del
país. Entre los clientes y por lo tanto impulsadores de esta red se encuentran
dos personajes pertenecientes a los medios y un burgués del ámbito empresarial,
pagaban por tener relaciones sexuales con niñas y adolescentes menores de 18 años,
a las que la ley considera como menor incapaz y por lo tanto no tienen la
potestad de ejercer consentimiento.
La trata
de personas consiste en la utilización de seres humanxs como mercancía para
propósitos de esclavitud laboral, sexual, mental, extracción de sus órganos y
así obtener lucro de dichas actividades. Es la expresión moderna de la
esclavitud, donde se demuestra una vez más la corrupción del poder que da la
clase y el género, además de darnos una prueba de que el estado no funciona, puesto
que es capaz de violar sus mismas leyes para proteger a lxs poderosxs, tanto
así que a los infractores de la ley que prohíbe relaciones sexuales con menores
de edad se les impuso un delito no existente.
Ahora
bien, las reacciones de la sociedad no se hicieron esperar, como siempre
culparon a las víctimas de lo sucedido; que por qué aceptaron, que ya sabían a
lo que iban, que si mantienen relaciones sexuales ya no son más unas niñas. Se
les olvidó completamente que la cosa era un delito, no pensaron en que estas
redes engañan no solo a niñas, también a mujeres, ofreciendo trabajos que no
existen para llevarlas a lugares de donde posteriormente no podrán escapar,
además obligadas ante la necesidad de mantenerse a sí ismas y a su familia acceden a ejercer el trabajo
sexual, no es que les encante, que estén emancipadas y cómodas con su sexualidad,
es que no tienen ni siquiera su bachillerato terminado para tener un trabajo
que pague la remuneración mínima, no tienen familia, un hogar al que regresar y
recibir la calidez de un: ‘’buenas tardes hija, ¿Cómo estuvo tu día en el
instituto?, aquí está la comida’’, es una realidad cruel y dura que muchas
mujeres no pueden ver desde su burbuja de comodidad, que muchos hombres desde
su apática actitud machista no comprenden y justifican estas y otras
violaciones a nuestros derechos humanos.
Si bien
un documento y la edad no deben ser impedimentos para tomar nuestras propias
decisiones como seres individuales, debemos ver estas situaciones como la consecuencia
de un sistema patriarcal que no permite que los y las niñas tengan acceso a una
educación integral que a su vez les permita conocer sus derechos sexuales y
reproductivos, las formas en que pueden proteger sus cuerpos y no tener que
verse en la necesidad de utilizarlo como herramienta de un trabajo que no
desean ejercer; como consecuencia de un sistema capitalista que valora a las
personas según lo que tienen y según lo que ganan, que tiene que obligarnos a
ser esclavxs de trabajos muy mal pagados para poder tener acceso a los bienes
que deberían ser de todxs.
El Estado
a través de sus instituciones promueve todas estas prácticas patriarcales, no
es ninguna casualidad que los puestos de poder sean ocupados
mayormente
por hombres y de sobra sabemos que el hecho de que una mujer llegue al poder no
es sinónimo de la búsqueda de equidad y amparos que, lastimosamente, son
necesarios para nosotras bajo este sistema, aunque nuestro objetivo es y debe
ser destruirlo.
¡Muerte
al Estado y al patriarcado!
[Publicado
originalmente en la revista Aurora #
10, San Salvador, enero 2017. Número completo accesible en https://concienciaanarquista.noblogs.org/files/2017/02/RevAuroraN10.pdf.]
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