J.R. López Padrino
La nueva razzia intimidatoria y represiva por parte del escuálido intelectual de Maduro y su narco-generalato es una muestra más de la ignominiosa miseria humana del régimen. Allanar moradas y trasladar a detenidos políticos al filo de la madrugada, secuestrar a ciudadanos, reprimir a madres que protestan por la escasez de alimentos y medicinas, confinar presos políticos en centros de reclusión de delincuentes comunes, despedir de trabajadores (SENIAT, SIDOR, PDVSA, Petrocasa) por haber firmado la solicitud del referéndum revocatorio, representan medidas infames, desesperadas de un régimen acorralado por una colosal crisis ética, moral, económica, social y política. Constituyen violaciones de las garantías constitucionales y libertades democráticas consagradas en la Carta Magna. Es la puesta en escena de la siniestra opereta represiva de las dictaduras del Cono Sur del siglo pasado: hacer del miedo un instrumento fundamental para imponer docilidad y por ende garantizar el nuevo orden social y la gobernabilidad.
La nueva razzia intimidatoria y represiva por parte del escuálido intelectual de Maduro y su narco-generalato es una muestra más de la ignominiosa miseria humana del régimen. Allanar moradas y trasladar a detenidos políticos al filo de la madrugada, secuestrar a ciudadanos, reprimir a madres que protestan por la escasez de alimentos y medicinas, confinar presos políticos en centros de reclusión de delincuentes comunes, despedir de trabajadores (SENIAT, SIDOR, PDVSA, Petrocasa) por haber firmado la solicitud del referéndum revocatorio, representan medidas infames, desesperadas de un régimen acorralado por una colosal crisis ética, moral, económica, social y política. Constituyen violaciones de las garantías constitucionales y libertades democráticas consagradas en la Carta Magna. Es la puesta en escena de la siniestra opereta represiva de las dictaduras del Cono Sur del siglo pasado: hacer del miedo un instrumento fundamental para imponer docilidad y por ende garantizar el nuevo orden social y la gobernabilidad.
El hijo bastardo del tte coronel pretende sembrar el miedo y el terror en amplios sectores que lo adversan con la esperanza de quebrar el espíritu de lucha y deseo de cambio que hoy muestran los venezolanos. El “desgobierno” bolivariano recurre a una agenda represiva muy afín con la impuestas por el régimen de Recep Erdogan, quien bajo el pretexto de luchar contra “el golpismo” ha cerrado más de 100 medios de comunicación, acusando a miles de intelectuales de traición a la Patria y encarcelando a más de 60.000 personas en Turquía. Las coincidencias represivas entre ambos regímenes no son azarosas, se trata de proyectos totalitarios que mediante los fusiles, las bayonetas, y los cañones pretenden imponer dictaduras que pasan obviamente por un severo control social.
Escuchar a los bellacos del régimen pontificar el terror despótico como clave para garantizar su legitimación es una prueba inequívoca de su deriva totalitaria. Son los nuevos artífices en envenenar y envilecer la conciencia ciudadana a través de la mentira y la manipulación emocional, son los excelentes discípulos de Joseph Goebbels del siglo XXI. Escamotean la realidad y la sustituyen por falacias que a diario publicitan en su siniestro aparato de propaganda.
Los venezolanos nos enfrentamos a un proyecto autoritario, carente del más mínimo talante democrático, cuya inspiración ideológica es la tesis doctrinaria del "amigo y enemigo" del jurista nazi Carl Schmitt (1932). Doctrina a la cual invocan a fin de profundizar el control social que ejerce un “Estado represor omnipotente”, que justifica cualquier tipo de violencia, incluso el exterminio del enemigo interno (entiéndase disidencia política) a fin de garantizar la gobernabilidad.
El precario sustento de este retorcido proyecto de albañal ha sido posible gracias a la existencia de un despreciable narcogeneralato y un putrefacto poder judicial. A través de los milicos han impuesto una represión despiadada contra toda muestra de disidencia y mediante el hamponato con toga del Tribunal Supremo de Justicia el control total de la administración de justicia.
El fachochavismo se ha convertido en un semillero de dogmáticos fanatizados, en donde el cinismo, la falacia y el desprecio por los derechos humanos se han transformado en sus paradigmas hegemónicos.
Es pertinente insistir que el ascenso y la consolidación del nazi-fascismo histórico del siglo pasado fue en gran medida gracias a la complicidad de la comunidad internacional. Hoy día, vemos con angustia la indiferencia de algunas naciones y el servilismo de otras frente al nuevo Fuhrer-Duce venezolano y su fascismo tropical que ha emergido en nuestros confines territoriales.
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