Miguel Tauro
Escribo un poco convulsionado por lo que sucedió anoche en París. 7 atentados terroristas y un saldo, hasta estos instantes, de 131 muertos y más de 160 heridos, muchos de gravedad.
La Francia está de duelo, nosotros estamos de duelo. No sólo eso: el gobierno ha reconocido que estamos en guerra contra el Ejército Islámico, también conocido como ISIS o DAECH.
Yo creo que lo que sucede en el Medio Oriente y gran parte del Africa, los dos adherentes a la religión musulmana, es una Rebelión, una Rebelión que no merece nuestro respeto porque utiliza métodos primitivos, bárbaros, para combatir al Occidente, supuestamente integrado por potencias neo colonialistas.
Escribo un poco convulsionado por lo que sucedió anoche en París. 7 atentados terroristas y un saldo, hasta estos instantes, de 131 muertos y más de 160 heridos, muchos de gravedad.
La Francia está de duelo, nosotros estamos de duelo. No sólo eso: el gobierno ha reconocido que estamos en guerra contra el Ejército Islámico, también conocido como ISIS o DAECH.
Yo creo que lo que sucede en el Medio Oriente y gran parte del Africa, los dos adherentes a la religión musulmana, es una Rebelión, una Rebelión que no merece nuestro respeto porque utiliza métodos primitivos, bárbaros, para combatir al Occidente, supuestamente integrado por potencias neo colonialistas.
No es sólo que ellos se vengan del comercio de esclavos que practicó Europa hasta hace apenas 2 siglos, ni del saqueo del petróleo y los minerales preciosos que guardan esos territorios, por todos codiciados; sino que el fanatismo religioso los lleva a considerar a los otros como increyentes que merecen la muerte, y de la forma más cruel, horrorosa y espectacular que sea posible.
Así, se ha visto cómo ultiman a sus víctimas de un tiro en la nuca, o los degüellan, o los lanzan del décimo piso de un edificio, cómo destruyen monumentos arqueológicos para borrar toda huella de sus propias religiones, pero que cometieron el “pecado” de existir antes de Mahoma y del Islam.
Cómo secuestran a las mujeres cristianas o musulmanes chiitas y las venden como sirvientas esclavas a sus “combatientes”, que son cobardes que se enfrentan al enemigo y se quitan la vida, creyendo que en el paraíso les espera una vida de placeres y excesos.
Cómo asesinan a quienes se les rebelan o pretenden fugarse y a los que tuvieron la buena o mala suerte de ser homosexuales o lesbianas, o transexuales y bisexuales. O a los que no pueden dejar la costumbre de fumar o beber licor. En fin, quieren implantar una autoridad indiscutible por medio del terror.
DAECH no trae a la Humanidad ninguna emancipación, ni social ni nacional, sino un nuevo totalitarismo que copia lo peor del nazismo, del stalinismo y de las Cruzadas y la Santa Inquisición, felizmente todo perteneciente al pasado, un pasado que intenta resucitar.
Por eso, si bien nosotros no defendemos ninguna gran empresa capitalista transnacional, ni ningún Estado interesado en mantener sus garras en presas extranjeras, ni ningún partido político que viva de este sistema injusto y desigual, ni ninguna gran oficialidad militar que toque comisiones en la adquisición de las armas tan costosas actuales, sino simples ciudadanos que vivimos esencialmente de un salario o una pensión de jubilación, pero que nos negamos a vivir en un mundo donde la boca esté amordazada y donde haya que pedir permiso a la Autoridad religiosa para comer un alimento, beber algo agradable o incluso hacer el amor con quien nos de la gana.
Entonces para nosotros también esta guerra contra el terrorismo islámico de DAECH es justa, es nuestra guerra porque no podemos renunciar a la Libertad ni a la Justicia, ni por casualidad. A condición, claro está, que se respeten los fueros y derechos de las minorías religiosas y étnicas, como son el islamismo no integrista, el judaísmo, el budismo y las tendencias no católicas del cristianismo, así como a las ideologías que postulan un cambio radical y pacífico hacia un sistema económico-social que signifique un auténtico bienestar para los trabajadores y los pobres, deteniéndose el actual declive internacional hacia la miseria material y moral. En ningún caso apoyo a cualquier gobierno que tome el pretexto del terrorismo para apartarnos de la Democracia elemental que vivimos.
La Humanidad creo que tendría un porvenir si venciera la violencia ya endémica sin vulnerar los Derechos Humanos. De lo contrario, vamos a la desaparición de la especie por medio de una guerra general o de la destrucción del clima terrestre.
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