.- OLP, contra el paramilitarismo, base del proyecto cívico-militar madurista
Las OLP son de Maduro y el madurismo. De los militares. Concretamente son del régimen cívico-militar que se pretende conformar sobre la alianza del presidente Maduro el componente civil y la alta oficialidad no-4Febrerista; encabezada hasta ahora por López Padrino como líder del componente militar. No tienen nada que ver, o casi, con chavismos ni psuvismos. Ni siquiera con el gobierno en general. Descartadas las confrontaciones, por cuesta-arriba, costosas y riesgosas, política y militarmente; primero, con Obama; y luego con Guyana como motores propicios del proyecto cívico-militar en desarrollo; las OLP funcionan, o se quieren hacer funcionar, como soporte concreto de la retórica de “la guerra económica” el eje inicial de dicha estrategia.
A partir del balance militar-policial, y político-mediático, de la operación especial en la Cota 905; concretamente de depuración interna, chavista de base, de esa “zona de paz”; la cúpula cívico-militar madurista asumió generalizar su aplicación. Pero yendo más allá del operativo circunscrito que fue de saneamiento antidelictivo. Dándole un alcance político-estratégico nacional; de “lucha nacional de clases”, “antimperialista”; de “Liberación Nacional”. En la OLP, “Operación de Liberación del Pueblo”, desde el principio, el enemigo es externo; un invasor, un “infiltrado”; es el paramilitarismo; o sea, el uribismo, el “Plan Colombia”, Uribe; “la derecha, el Imperialismo”, según, “infiltrado” en los barrios urbanos y periurbanos de todo el país; no solo aunque principalmente en la frontera y a partir de ella; hace la guerra económica a nivel de base social; acapara, bachaquea, distribuye la droga, asesina policías funcionarios y soldados.
.- Un Estado de Excepción, innecesario, inútil, inexplicable.
Declarado expresamente, el Estado de Excepción, (EE), en San Antonio y Ureña es una OLP. O sea un evento estratégico en el desarrollo y la consolidación del régimen cívico-militar madurista. Se implantó y viene ampliándose partir de un incidente en la frontera; ni el primero ni particularmente grave; confuso, sin aclarar en qué consistió. Que, en tal caso, haya sido lo que haya sido, hubiera podido ser manejado y resuelto, o despachado, como lo han sido muchos otros.
Del supuesto o real ataque, concreto, de paramilitares a militares venezolanos; según, vinculado al narcotráfico; se intensificaron la retórica y la acción oficial a la dimensión de una OLP a gran escala; inicialmente en la parte más densa de la frontera; en cuatro municipios; luego en seis más. Ya, en perspectiva, aunque se percibe un brujuleo en la burocracia madurista; hacia el Zulia y el Apure; y, obviamente, será hasta Amazonas y Bolívar. O sea, hacia todas nuestras fronteras con Colombia y Brasil; en las que en general hay problemáticas diferentes sí, según el tramo, en intensidad y conformación socioeconómica y política; pero en sustancia la misma. Problemáticas más que conocidas y mapeadas; oficialmente y/o de hecho manejadas; productos de años, de decenios, de políticas permisivas y hasta de asociación de entes estatales fronterizos con factores de perversión de toda índole.
El EE en el Táchira, aparte pretextos y manipulaciones, no tiene ni explicación ni justificación. En cualquier caso es desproporcionada como pretendida respuesta; además de ineficaz, a los problemas fronterizos que no se solucionan militarizando más su manejo. Sino, determinantemente, en la medida de que la crisis nacional, nuestra, de este lado, se resuelva. Precisamente la discrecionalidad de su manejo, concretamente por la GNB, histórica y comprobadamente, ha sido un componente de su profundización.
.- Manipulación política de problemas que son nuestros, no de Colombia.
Maduro y el madurismo cívico-militar están implementando una estrategia política; manipulan, sin nada que ver con la solución real de ningún problema fronterizo. Decreta el EE por 60 días, extensibles otros 60; en cuatro municipios y luego a toda la frontera del estado; y sin ni siquiera llegar a los primeros dos meses; decreta su extensión indefinida. Todo sin explicación ninguna; declarando finalmente que se mantendrá mientras el gobierno colombiano no tome allá determinadas medidas concretas que el gobierno nacional exige. Cuando no solo se trata de problemas binaciones, sino que su causalidad básica está de este lado de la frontera. El bachaquéo es un problema nuestro, de gasolina y de productos; como es nuestra la irracionalidad cambiaria; y la tarifada permeabilidad fronteriza para todo tipo de tráfico, paramilitares y narcotraficantes. Como es nuestro el problema de los centenares de miles de colombianos indocumentados, incluso con decenas de años, y familia formada aquí; que lo son por las trabas y perversiones existentes, en los procesos de regularización de su residencia en Venezuela.
Siendo más concreto; el grueso del contrabando de gasolina, se hace en cisternas, no en bidones; y es un negocio operado desde altos niveles de la burocracia gubernamental. Se parará, sí, mientras tanto dure el cierre; pero no se solucionará, se reactivará y seguirá, mientras siga la corrupción en PDVSA y en los altos mandos militares de la frontera. Y el bachaqueo en bidones; nada al lado del de cisternas; reprimido aunque no es ilegal; el de cisternas, pasa liso; no cesará, mientras el litro de gasolina aquí cueste 0,09 bs/lt y allá 1,5$-lt . Igual que la compra de billetes de 100 y 50Bs, y la manipulación del dólar en los departamentos fronterizos; no cesarán mientras aquí se mantenga el irracional y artificial régimen cambiario actual, siga la escacez y la inflación sea de tres dígitos Pues, dicho rápido; lo que hacen los compradores de billetes venezolanos en Cúcuta y Maicao; más rebuscadamente y a su escala; es exactamente lo mismo que hacen, en macro, las mafias cívico-militares chavistas y las trasnacionales contratistas del chavismo; que reciben y cobran en dólares a cambios regulados; y quintuplican y/o decuplican su valor en bolívares vendiéndolos en el mercado no-regulado. Lo mismo que hacen las mafias cívico-militares de la cabilla, el cemento, etcétera; del café.
Los problemas por los que, según, el madurismo cierra la frontera; son nuestros; causados aquí. En contra de lo que se pretende con la manipulación oscura que se hace de la presencia de siempre de colombianos en territorio venezolano; de siempre hermanados con los venezolanos. Y que ahora fascistizantemente se descalifica como supuestas “invasiones” y “oleadas”; como supuesta carga para nuestra economía y nuestra estabilidad y paz.
En tal caso, la retórica de que Colombia no hace lo que, según, le corresponde, ante nuestro bachaqueo y demás; es tan válida, y ni siquiera, como si ese país culpara a los EEUU de ser responsable del cultivo de droga en su territorio; y Venezuela de que el suyo es de tránsito del narcotráfico hacia él. Con todo y la escala y lo compulsivo de los tráficos de todo tipo y las, esas sí, oleadas, de ilegales desde México principalmente y desde Canadá; nunca se plantea cerrar esas fronteras.
.- Trump y Maduro, la misma manipulación subliminal de la xenofobia.
Tres cosas son claras en relación al EE y los problemas a los que declarativamente pretende responder. Una primera; que ni siquiera el bachaqueo masivo; menos la compra de billetes venezolanos, se solucionan, con la represión masiva, con el desmantelamiento de barrios y la deportación de miles de colombianos, aunque sean indocumentados; ni aunque estén infiltrados de paramilitares y narcotraficantes. Deportar y presionar a migrar en masa a los barrios binacionales, aparte de artificialmente crear crisis humanitarias; no toca a los verdaderos pranes de la perversión fronteriza que siguen igual “cubriendo su zona”, al contrario, les crea a los traficantes de cualquier tipo, más y más rentables posibilidades de negocios a partir de la mayor precaridad e indefensión en que queda la gente.
La segunda es la manipulación política que se hace de los problemas fronterizos. La de Maduro aquí es exactamente la misma que la de Trump de la frontera con Méjico. En el sentido político con que se maneja; en su concreción y en su supuesto impacto en la vida nacional; aquí, de las supuestas “oleadas de colombianos” y allá, de las de centroamericanos. Por una parte, que según, son “oleadas”; igual aquí que allá. Y por otra, que tienen, tan igual impacto en la vida nacional, que ameritan las mismas acciones extremas, radicales. Allá, para Trump, un muro a lo largo de toda la frontera; aquí, para Maduro, cerrarla completa igual.
Y la tercera, en la que no hay diferencia; es en la manipulación, subliminal, por Trump y la derecha republicana allá; y por Maduro y la burocracia fascistizante cívico-militar madurista aquí; en la manipulación de la xenofobia que hay en sectores y con variación de intensidad y sentido, en ambos países; aquí más difusa. La retórica anti-mejicana de Trump, va directamente a la subjetividad clase media conservadora norteamericana, activándose como xenofobia genérica, no solo anti-mejicana, sino en general; anti-latina, anti-afroasiática, etcétera. Buscando polarizar a su favor ese sector de la sociedad. Aquí igual; la retórica justificatoria de la OLP, en general, y concretamente la del EE; se soporta en un supuesto paramilitarismo; según, omnipresente; regado en todo el territorio, “infiltrado”, dicen, en todos los sectores y niveles y dimensiones de la vida nacional; y que sería el causante, activo y/o de soporte de todos los problemas; de la “guerra económica” la inseguridad y los crímenes, de la manipulación del dólar, de la escasez, de las colas. Igual que Trumpo allá, aquí, en función de polarizar en torno a Maduro y el madurismo cívico-militar, los segmentos más inconsistentes de nuestra subjetividad. Hoy, con las OLP; y particularmente desde el cierre de la frontera; de la manipulación madurista del tema; de los que la contabilidad y balances concretos se cuantifica en cantidad de supuestos paramilitares capturados se ha activado el anti-colombianismo. Tanto que es muy frecuente escuchar hablar de “paramilitar” como sinónimo de colombiano.
.- El “mensaje a García” de Daza: No se pueden suspender las parlamentarias
Se entiende que el EE en Táchira se vea como el “Dakazo” de las parlamentarias; según, para recuperar apoyo electoral perdido. Pues de bulto está, en la calle además de en las encuestas, que contando bien los votos los chavismos no tendrían ni el 30%; que perderían la AN. O como pretexto para suspenderlas. Pero bien vistas las cosas, la cuestión no parece ir por ahí. Por la mente de las burocracias chavistas no pasa la idea de perder la AN. Hasta en las bases, hay consciencia de lo mal que políticamente están; de cuanto han mermado sus bases populares y deteriorado el apoyo electoral concreto; sobre todo con la gestión de Maduro. Pero también saben que cuentan con el control absoluto del sistema electoral; con la leyenda de su maquinaria.; y sobre todo, con la matriz de opinión, avalada por las mismas oposiciones; de que a pesar de su deterioro,; de la crisis nacional profunda, del desastre en que estamos; y según dicha matriz, el chavismo todavía puede ganar; y hasta sin fraude electrónico, que, según éstas, “es imposible”; aunque no hay ninguna evidencia seria de que lo sea. Aquí vale e insistir en que, lo serio, es prever que la próxima AN igual, o casi, a la actual con la mayoría chavista, electa en el 2010; sobre un sistema electoral, hoy más perverso y fraudulento, que el de entonces. Por lo que en los chavismos, ni siquiera Maduro, que participa sin la ventaja que pretendía sobre los demás; nadie está por suspender las elecciones del 6D. Las declaraciones, de Roy Daza, del Parlatino; sin aparentemente nada que ver; son el “mensaje a García” de las altas burocracias chavistas. Según, una predicción; en realidad un anuncio anticipado; dijo que en diciembre los resultados serán algo así como un “cabeza a cabeza”.
Por lo demás; según expertos constitucionalistas, un Estado de Excepción, de acuerdo a la CBV, no puede implicar y hasta niega la suspensión de las elecciones. Aunque demostradamente el chavismo no tiene límites a la hora de violar cualquier norma o principio, ético moral o legal; y para eso están todos los poderes, comenzando por la AN y siguiendo con el TSJ; en el contexto internacional, de aislamiento y presión externos, incluso sub-hemisféricos en que está el madurismo; el costo político, interno e internacional lo colocaría al borde de un riesgo serio de desplome.
.-Ya sin chavismo. Cilia Flores próxima presidenta de la AN. Maduro a la reelección en el 2019. Tampoco tiene soporte la idea de algunos analistas de que con el conflicto fronterizo, se busca la unificación de los chavismos en torno a la jefatura de Maduro. Todas la burocracias chavistas; y las bases; saben que el chavismo se acabó. Que, el postchavismo que parecía su deriva luego de morir Chávez; no duró; saben que ya no hay ni chavismo ni chavismos. Que, salvo, dos o tres grupos que tienen una cierta estructura organizativa; lo que quedan son cascarones burocráticos vacíos, residuales; ya, sin ni siquiera la base clientelar que manejaron, como concesionarios de Chávez; que lo invocan a consciencia de que ya no significa nada, o casi. Todos saben en los chavismos que cada quién anda por su lado; casi todos, en general, en el aire; y fuera del juego de Poder en el que participan exclusivamente, el Madurismo y el 4-febrerismo, que son quienes tienen poder fáctico. La unidad del GPP; del PSUV con unos quince grupos, sin nada que ver entre ellos; y que cuantitativamente no compensa el desplome político y electoral del chavismo; resultó de la conveniencia de manejar mediáticamente la idea de la unidad; como refuerzo de la matriz de opinión de que, a pesar de todo, pueden ganar. Y para evitar disidencias electorales de grupos, con votación propia importante que separados como fueron en el 2010; dificultarían al CNE-SMARTMATIC cuadrar unos cómputos finales creíbles que permitan al PSUV tener la mayoría de la próxima AN.
En concreto y para cerrar el tema. Las parlamentarias y sus resultados en votos y diputados electos, ya no son problema ni para Maduro ni para las otras burocracias chavistas. Todo está cuadrado; nada indica que los resultados no sean como está programado; negociado; internamente y con la MUD y algunas disidencias. Particularmente para Maduro, lo de la AN es tema agotado; tanto que optó por postular por una circunscripción sin riesgo, Cojedes, a “su mejor hombre”; a su mujer, la propia Cilia Flores; de forma que nadie pretenda ni siquiera considerar que no sea ella la próxima presidenta parlamentaria. En tal caso, sobre las consideraciones supra; de verse como un “dakazo” el cierre de la frontera; será en relación a la reelección, en el 2019. Cancelada como él cree que está, la posibilidad de revocatorio presidencial ahora mismo en el 2016; la mira de Maduro y el madurismo está puesta en echar las bases y garantizarse la reelección dentro de cuatro años. Lo que suponen ejecutar, previamente, dos “sacudones” suspensivos inevitables; previsiblemente simultáneos, aunque depende, en el 2017; las elecciones municipales y las regionales.
.- Régimen cívico-militar; sin caudillo pueblo ni ejército; de Maduro y las FANB no-4febreristas.
Los ya para tres años en Miraflores; usando a discreción el presupuesto nacional para convertirse en líder y al madurismo en una dimensión política de base, real; han sido un fracaso y un desperdicio absolutos. Al contrario el chavismo en general que, aunque desconcertado, inicialmente lo asumió por ser la voluntad de Chávez; que se hizo una expectativa condescendiente y le respondió; en contra de lo que era de esperar, de transmutarse en chavismo-madurismo; hoy en el país lo que domina es el antichavismo; y el antimadurismo en el chavismo que aún queda. Maduro y el madurismo no tienen, no han logrado una base sociopolítica mínima, un apoyo social real con que insistir en imponer su hegemonía y mantenerse en el Poder. Menos con la pretensión de implantar el Plan de la Patria de Chávez; que mismo con él era un delirio. No tienen ni base social ni músculo ni capacidad político-organizativa para nada que se parezca a gobernar; ni siquiera mal. Y no porque las oposiciones, que están tan en el aire como los chavismos; alguna de sus versiones, puntofijistas todas, sean problema ni, menos un enemigo real. Al contrario; el cumplir su rol en la polarización, han sido clave en la estabilización en el Poder, antes, de Chávez; ahora de Maduro.
Sin embargo, el único problema político-institucional importante que Maduro afronta, interno, digamos, en los chavismos, es el 4-febrerismo; tan sin base social propia como los demás, pero con el poder fáctico que significan más de la mitad de las gobernaciones, y la mayoría de las alcandías en manos chavistas. Y que controla la burocracia del PSUV; una corporación cívico-militar, clientelar y mafiosa, que políticamente no le dice nada al chavismo de a pie; pero que todavía es la principal referencia político-institucional del país; con la capacidad clientelar propia, que le dan los presupuestos regionales y municipales que manejan; y su propia corrupción.
Sin hablar de crisis; noción insuficiente para referirse a la postración total, al desmoronamiento en que está el país; la lógica hasta de sobrevivencia, indicaría que Maduro y el madurismo se movieran hacia una apertura, hacia el diálogo y algunos consensos; hacia una transición. Hacia compartir el Poder. Pero eso, por lo visto, no esté entre los escenarios que manejan. Por dos razones básicas; una, porque saben, sobre la experiencia de diciembre del 2013; que cualquier mínimo gesto o intento de abrirse y bajar el volumen de su retórica pseudorevolucionaria los someterá al fuego cruzado, pesado, desde todos puntos del reguero chavista. Y la otra; más difícil y dura; es que el núcleo más iridiscente de la subjetividad chavista-madurista-marxista-leninista, albanesa, nucleado en la Escuela Nacional de Planificación de La Rinconada; que inspira e insufla el delirio de Maduro; no renuncia a utilizar el Poder que tiene y la renta petrolera de que dispone, para construir el Socialismo Siglo XXI en Venezuela. Sobre la base de una economía marxista.
Descartada toda posibilidad de alianza o consenso, con las oposiciones, obviamente; con empresarios y demás; pero también con la mayoría de los mismos chavistas, con todos los otros; Maduro no maneja sino un escenario; el de su alianza y/o asociación personal, autocrática, con las FANB como base de un régimen cívico-militar; anticapitalista, revolucionario, etcéteras. Y, de eso es que se trata. De una versión recortada o mocha, un bonsái, digamos; del ceresoliano-degolliano “caudillo-pueblo-ejército” de Chávez. Ahora, o, “por ahora”, sin caudillo ni pueblo; Aunque no con el “ejército” propiamente; pero sí, con las cúpulas militares; con los altos mandos no-4-febreristas que es lo que hoy tienen mando de tropa y el manejo del gobierno..
.- El Estado de Excepción, como la Toma de San Cristóbal en el 2014: una prueba de fuerza.
En tal escenario es donde hay que entender el EE, el cierre de la frontera y la escalada caliente sin sentido con Colombia. Para Maduro, retórica y mediáticamente, la OLP, es una línea de acción de largo alcance; ha hablado de 10 años, y de 20; es “estratégica”; la base de “una nueva política”, que, según, producirá cambios profundos en la realidad nacional. Comenzando por imponer la paz en la frontera y desde allí a todo el país,. Nada que ver con el 6D; ni con ganar las parlamentarias ni justificar su suspensión. Y, así es como hay que entenderlo; aparte los juicios de valor que nos merezca; y de su viabilidad.
Para la OLP en los diez municipios tachirenses están movilizados, según, cerca de 5.000 efectivos. (Desde hoy en los tres del Zulia, 3.000 más). No solo, casi, de la GNB sino sobre todo del Ejército. No es un detalle; primera aplicación, a escala, del Decreto 0861 de Mindefensa; con la GNB solo como un componente más. Una movilización sin precedentes en este tipo de operación fronteriza; no-bélica; previsiblemente en expansión. Aunque sin apoyo aéreo ni blindado, es una prueba o despliegue de fuerza, de poder. De Maduro y el madurismo; de la jefatura cívico-militar actual; de la alta oficialidad, ascendida y puesta a mandar y gobernar por por él; no-4-febrerista; según, madurista. Una prueba de fuerza proyectada hacia lo interno. Circunstanciadamente ante y hacia Colombia; y temáticamente ante el paramilitarismo y Uribe; que, según, son “el enemigo”. Pero, en realidad es, primero ante y hacia el chavismo, o, hacia los chavismos; particularmente hacia el 4-febrerismo que es el verdadero problema; y luego hacia el país, incluidas las oposiciones.
La coyuntura es más compleja y hasta inversa, que la de febrero-abril del 2014; cuando Maduro, agarrado fuera de base por sus propios “hermanos en Chávez”; tuvo que enfrentar el golpe antimadurista, 4-febrerista, de la “contraofensiva fulminante antifascista” anunciado por Ameiiach. Golpe, el verdadero; que logró parar con la toma militar de San Cristóbal, comandada no desde el Alto Mando; sino desde Interior y Justicia, personalmente por Rodríguez Torres, entonces ministro; entonces sí, con un sorp’rendente despliegue aéreo y blindado. En esa ocasión igual se habló de plan externo de desestabilización, etcétera; de para militares y demás; pero ni se cerró la frontera ni se declaró Estado de Emergencia. Y se concretó en la capital del estado; nada que ver con la frontera. Las diferencias de protagonismos y retóricas; y de las características de las fuerzas movilizadas y los operativos implementados; son adjetivas con respecto a lo sustancial de ambas operaciones. Tanto la Toma Militar de San Cristóbal entonces, como el cierre de la frontera ahora; son lo mismo; una prueba de fuerza de Maduro y el madurismo cívico-militar demostrando quién tiene el poder fáctico. La diferencia, clave para visualizar claramente la dirección concreta de cada una de esas operaciones; pero que no cambia su contenido real; está en que en el 2014 sí hubo una amenaza real de golpe contra Maduro; interna, chavista; sin nada que ver con el exterior. Fue una reacción concentrada; hasta defensiva, o de contra-ataque. Mientras que ahora, al contrario es un impulso; un despliegue; hasta disuasivo. No hay amenaza ni peligro real, concreto, ni interno ni, tampoco externo. Lo que hay, sí, es un enemigo interno; el mismo 4febrerismo del año pasado; que, aunque menguado y sin las pretensiones de entonces; ni la agresividad; sigue existiendo; todavía con poder fáctico; de forma que en cualquier paso de luna puede activarse.
.- De la “victoria perfecta” contra “la trilogía del mal; a la OLA contra Uribe y el paramilitarismo.
A partir del impacto que le significaron las primarias de la oposición del 2012 Chávez tomo la angustiosa consciencia del declive en que estaba el chavismo y la certeza de que a corto plazo podía ser sacado del Poder. Un tema que traté en anteriores análisis; que están en mi blog. Ante esa perspectiva, diseñó la estrategia de la “victoria perfecta”, para garantizar, mediante el CNE-SMARTMATIC, con tres triunfos electorales sucesivos, el “Estado Comunal”, un régimen cívico-militar extremo; con la implementación del “Plan de la Patria”, mediante el que concentraría máximamente el Poder y se mantendría indefinidamente en él. No es el tema; pero viene a cuento porque la estrategia inicial de Maduro ante estas parlamentarias del 6D fue básicamente la misma; y aunque resulte increíble, igual de delirante; sobre tener, el madurismo, la mayoría calificada de la AN. Como he señalado y es notorio, no logró implementarla; aunque inicialmente habló también de la “victoria perfecta; a partir de cuya frustración fue que se planteó como “plan B”, la estrategia, no-electoral, de la OLP. Pero del esquema estratégico básico de Chávez, a más de la retórica, sigue en la idea de concentrar máximamente el Poder, como régimen cívico-militar; de identificarse como la izquierda de la revolución, nacional y continental y mundial; que hoy se tensa militarmente, con la OLA en la frontera; ante la supuesta amenaza inminente de una derecha externa, mundial; y nacional; a la que responden Uribe y “el paramilitarismo”.
Antes de arrancar aquella última campaña presidencia, en función de una meta-polarización, Chávez inventó “la trilogía del mal”; Capriles Machado y López; “la derecha”; una dercha interna; inexistente pero indispensable para su polarización de clases; proyección de la mundial, del imperialismo. Y que la manera de frenarla y de que los EEUU, no se cogiera la Faja del Orinoco y todo lo demás, era que se votara masivamente, volvió a los 10 millones, para que él, según, el gran líder de la izquierda mundial, siguiera en el Poder indefinidamente. La polarización que tocaba asumir los venezolanos, entonces; no era entre chavismo y puntofijiismo, entre gobierno y oposición, como se planteaba electoralmente; sino entre él, cabeza de la revolución bolivariana, del socialismo siglo XXI; etcétera; y el imperio norteamericano, el capitalismo mundial.
Pues; además de la idea del “largo plazo”, de la “etapa histórica”; de las mismas del “Estado Comunal” y el “Plan de la Patria”; de lo cívico-militar; etcétera; Maduro y el madurismo siguen manejando que Venezuela está amenazada inminentemente por la derecha; mundial, y continental; ya no tanto nacional; agotado como está el potencial polarizante, y devaluada la retórica contra Capriles Machado y López; cuyo asqueante proceso ya no da más. Sino por “la derecha perfecta”; la de Uribe y los paramilitares. Por Uribe que siempre está y estará a mano; disponible; y dispuesto; con el que siempre podrá armarse algún golpe, con aviones my todo; algún magnicidio o atentado; creíble, porque eso es lo de él; la guerra económica, la desestabilización… el bachaqueo. Y por ese ahora omnipresente, omni-infiltrate paramilitarismo, que da para todo; deben ser decenas de miles. Desde para acusarlo de andar orinándose por todas las calles para que yedan y las matas se sequen; hasta de ser el que montó el asesinato de Serra; y arma las colas en todas partes; pasando por ser quien tumba las torres de alta tensión y desconecta la refrigeración de los containers de PDVAL para que se pudra la comida y echarle la culpa al gobierno. Y, naturalmente, quién tiene montado, siempre a punto, el magnicidio.
Caracas septiembre de 2015.
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