Andreu Barnils
En el mundo anglosajón se vive en estos momentos un auténtico auge scholar anarquista. El anarquismo está de moda y la cosa irá a más. Todo empezó en la década de los años noventa y la cosa se ha acelerado, y mucho, durante el siglo XXI. De todas las filosofías políticas es la que ha entrado con más fuerza en este siglo. El comunismo ya hace décadas que yace abatido, y el capitalismo, por decirlo suave, enseña en estos momentos su cara más fea. Manda, domina, gana, impone, pero no convence. Qué os tengo que ir a explicar: la gente está quemada, de todo. Por eso, supongo, está pasando un fenómeno que no había pasado nunca. Por primera vez el anarquismo está entrando en las universidades, copadas hasta hace poco sólo por marxistas y liberales.
Nunca como ahora, y sobre todo en inglés, se habían escrito tantos libros sobre el tema por parte de profesores universitarios. Noam Chomsky ya no es un lobo solitario. Vivimos desde hace una década un auge scholar espectacular: reputados profesores formados en Yale, como David Graeber, o doctorados de Oxford, como el israelí Uri Gordon, son ejemplos. ¿Estudios anarquistas en Oxford y Yale? Me pinchan y no me sacan sangre.
La diferencia entre los profesores anarquistas y el resto es que los primeros son activistas. Profesor en el aula, activista fuera. Graeber a Occuppy Wall Street, Gordon a Indymedia. En el estado entre los miembros de los indignados también se encuentran estos profesores-activistas con claros postulados libertarios, que después de dar clases se van a las plazas. También parece que, de manera muy débil aún, recupera terreno a los sindicatos. En Cataluña la libertaria CGT debe ser el único sindicato que gana adeptos, en parte gracias a huelgas como la de los autobuses de Barcelona de hace unos años, cuando CCOO y UGT dejaron tirados a los trabajadores. En Estados Unidos los sindicatos ácratas de los Wobblies tienen controlado las famosas cafeterías de Starbucks. Por algo se empieza...
Lo menciona mejor que yo el profesor de la Universidad de Leeds Nathan Jun: 'Tan solo veinte años atrás muchos académicos habrían considerado la erudición anarquista una búsqueda marginal, ya que el mismo anarquismo se había dejado de lado políticamente por oscuro e irrelevante. Sin embargo, desde finales de los años noventa eruditos de un amplio abanico de disciplinas comenzaron a tratar el anarquismo de forma más cuidadosa y desde entonces la disciplina ha florecido hasta convertirse en un campo de investigación independiente y en plena evolución, y que incluye trabajos recientes de Uri Gordon (Anarchy Alive, 2008); Simon Critchley (Infinitely Demanding, 2007); Paul McLaughlin, (Anarchism and Authority (2007), y el hombre alarga la lista hasta un largo etcétera.
El texto reproducido está extraído de la crítica que Jun hace de un libro de Angel Smith, profesor en la Universidad de Leeds que, editado en 2007, gira alrededor del anarquismo catalán: 'anarchism, Revolution and Reaction: Catalán Labor and the Crisis of the Spanish State, 1898-1923 'editado en el año 2007. David Graeber, que ayer citábamos, tiene un pequeño y brillante libreto titulado "Fragmentos of an Anarchist anthropology" donde habla de los 'affinity groups', los grupos de afinidad que se crearon en Barcelona durante los años veinte y que eran la forma en que se organizaban los hombres de acción. Quiero decir con esto que el reciente interés por el anarquismo, un auténtico boom en el mundo anglosajón, también incluye lógicamente el interés por el anarquismo catalán, uno de los más potentes que ha habido nunca en el mundo por una sencillísima razón: es de los únicos que ha tocado poder y que hizo intentos serios de gestionar una sociedad entera hace casi un siglo. En el mundo anglosajón hay interés por el tema y en librerías anarquistas de Nueva York, como la Bluestockings es normal encontrar libros al respecto, libros tan curiosos como la novela ensayo "¡pistoleros! The Chronicles of Garquhar McHarg" donde se habla de hombres que se llaman Archs, Seguí, Joan Rull ...
El anarquismo vuelve a sacar la nariz justo después de una crisis capitalista. Ya pasó después del crack de 1929, cuando las salidas a la crisis económica que asoló, como ahora, a millones de personas, fueron tres: el fascismo, el New Deal y el anarquismo catalán. Ha pasado un siglo, y en esta crisis vuelven a aparecer los tres movimientos. Hace un siglo ganó el New Deal. Ahora lo están intentando reinventar. Pero tan lentos, taaanto, que el resto va subiendo, y subiendo, y subiendo.
[Tomado de http://www.rojoynegro.info/articulo/ideas/el-anarquismo-del-siglo-xxi.]
En el mundo anglosajón se vive en estos momentos un auténtico auge scholar anarquista. El anarquismo está de moda y la cosa irá a más. Todo empezó en la década de los años noventa y la cosa se ha acelerado, y mucho, durante el siglo XXI. De todas las filosofías políticas es la que ha entrado con más fuerza en este siglo. El comunismo ya hace décadas que yace abatido, y el capitalismo, por decirlo suave, enseña en estos momentos su cara más fea. Manda, domina, gana, impone, pero no convence. Qué os tengo que ir a explicar: la gente está quemada, de todo. Por eso, supongo, está pasando un fenómeno que no había pasado nunca. Por primera vez el anarquismo está entrando en las universidades, copadas hasta hace poco sólo por marxistas y liberales.
Nunca como ahora, y sobre todo en inglés, se habían escrito tantos libros sobre el tema por parte de profesores universitarios. Noam Chomsky ya no es un lobo solitario. Vivimos desde hace una década un auge scholar espectacular: reputados profesores formados en Yale, como David Graeber, o doctorados de Oxford, como el israelí Uri Gordon, son ejemplos. ¿Estudios anarquistas en Oxford y Yale? Me pinchan y no me sacan sangre.
La diferencia entre los profesores anarquistas y el resto es que los primeros son activistas. Profesor en el aula, activista fuera. Graeber a Occuppy Wall Street, Gordon a Indymedia. En el estado entre los miembros de los indignados también se encuentran estos profesores-activistas con claros postulados libertarios, que después de dar clases se van a las plazas. También parece que, de manera muy débil aún, recupera terreno a los sindicatos. En Cataluña la libertaria CGT debe ser el único sindicato que gana adeptos, en parte gracias a huelgas como la de los autobuses de Barcelona de hace unos años, cuando CCOO y UGT dejaron tirados a los trabajadores. En Estados Unidos los sindicatos ácratas de los Wobblies tienen controlado las famosas cafeterías de Starbucks. Por algo se empieza...
Lo menciona mejor que yo el profesor de la Universidad de Leeds Nathan Jun: 'Tan solo veinte años atrás muchos académicos habrían considerado la erudición anarquista una búsqueda marginal, ya que el mismo anarquismo se había dejado de lado políticamente por oscuro e irrelevante. Sin embargo, desde finales de los años noventa eruditos de un amplio abanico de disciplinas comenzaron a tratar el anarquismo de forma más cuidadosa y desde entonces la disciplina ha florecido hasta convertirse en un campo de investigación independiente y en plena evolución, y que incluye trabajos recientes de Uri Gordon (Anarchy Alive, 2008); Simon Critchley (Infinitely Demanding, 2007); Paul McLaughlin, (Anarchism and Authority (2007), y el hombre alarga la lista hasta un largo etcétera.
El texto reproducido está extraído de la crítica que Jun hace de un libro de Angel Smith, profesor en la Universidad de Leeds que, editado en 2007, gira alrededor del anarquismo catalán: 'anarchism, Revolution and Reaction: Catalán Labor and the Crisis of the Spanish State, 1898-1923 'editado en el año 2007. David Graeber, que ayer citábamos, tiene un pequeño y brillante libreto titulado "Fragmentos of an Anarchist anthropology" donde habla de los 'affinity groups', los grupos de afinidad que se crearon en Barcelona durante los años veinte y que eran la forma en que se organizaban los hombres de acción. Quiero decir con esto que el reciente interés por el anarquismo, un auténtico boom en el mundo anglosajón, también incluye lógicamente el interés por el anarquismo catalán, uno de los más potentes que ha habido nunca en el mundo por una sencillísima razón: es de los únicos que ha tocado poder y que hizo intentos serios de gestionar una sociedad entera hace casi un siglo. En el mundo anglosajón hay interés por el tema y en librerías anarquistas de Nueva York, como la Bluestockings es normal encontrar libros al respecto, libros tan curiosos como la novela ensayo "¡pistoleros! The Chronicles of Garquhar McHarg" donde se habla de hombres que se llaman Archs, Seguí, Joan Rull ...
El anarquismo vuelve a sacar la nariz justo después de una crisis capitalista. Ya pasó después del crack de 1929, cuando las salidas a la crisis económica que asoló, como ahora, a millones de personas, fueron tres: el fascismo, el New Deal y el anarquismo catalán. Ha pasado un siglo, y en esta crisis vuelven a aparecer los tres movimientos. Hace un siglo ganó el New Deal. Ahora lo están intentando reinventar. Pero tan lentos, taaanto, que el resto va subiendo, y subiendo, y subiendo.
[Tomado de http://www.rojoynegro.info/articulo/ideas/el-anarquismo-del-siglo-xxi.]
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