Miguel Ángel Peralta (desde la cárcel de Tlaxiaco, Oaxaca)
Nuestra lucha en Eloxochitlán parecerá muy pequeñita a lado de otras luchas que se gestan en Oaxaca, en el país o en el mundo. Pero de igual manera es digna ya que combatimos y resistimos contra el enemigo: el Estado y sus lacayos.
En Oaxaca saludamos y caminamos junto a nuestrxs hermanxs Ikoots y Biniza que resisten en el Itsmo contra los eólicos y el despojo de su territorio incluyendo el viento; a los pueblos que levantan la voz para que no sean inundados por la presa El paso de la Reyna; a quienes se niegan a que se vuelva a explotar la mina de AHMSA en Santa María Zaniza; a nuestrxs amigxs de Xanica, a lxs okupas de la finca Alemania que han logrado recuperar sus tierras y que se oponen a que su agua sea vendida en espacios de “desarrollo” turístico (Huatulco); a las voces que se alzan poco a poco en los pueblos aledaños de Cuicatlán en la Cañada contra empresas canadienses que quieren explotar sus cerros que contienen oro; a la banda libertaria que de antaño resiste en la ciudad cantera y sus alrededores.
En México de igual forma a lxs seris que se rebelan contra el Estado y gritan que el agua es un bien común; a lxs guerrerxs de Óstula que luchan por sus recursos naturales y contra el narcogobierno; a lxs totonacas y nahuas de la Sierra Norte de Puebla y al consejo Tiyat Tlali que alzan el puño contra las empresas chinas, contra las hidroeléctricas, el fracking; a los pueblos de Morelos que se niegan a ser despojados de sus territorios para construir gasoductos; a lxs wirrarikas que han resistido al despojo de sus lugares sagrados; especialmente a lxs compas libertarixs que resisten día a día en la selva de asfalto, construyendo espacios autónomos, compartiendo sus conocimientos, truequeando, saltándose la barda, creando sus formas de vida individual y colectivamente sin patrón ni partido que dicte el rumbo a seguir; a la banda enahana; compas un abrazo.
En el mundo saludamos a lxs mapuches que ancestralmente pelean por su territorio y que cotidianamente combaten contra los carabineros; a lxs compas griegos que se rebelan contra el capitalismo, improvisan y buscan nuevas formas de economías solidaria y autogestiva; a lxs amigxs franceses de la ZAD que con mucha rabia se niegan al proyecto del aeropuerto Notre-Dam des Landes.
A lxs sin techo, sin territorio, sin papeles, a lxs presxs polítcxs del mundo... que resisten contra el capitalismo, el poder y sus múltiples formas.
¡Junto a ustedes caminamos!
Caminamos, luchamos y resistimos contra un grupo de malhechores con poder que se hacen pasar por víctimas cubriéndose de diferentes formas: se dicen demócratas, iluminados que traen el “progreso y desarrollo”, creyentes y respetuosos de sus prójimos, defensoras de derechos humanos y profesionistas dedicados.
Me pregunto ahora si entonces ¿la democracia significa imponer una forma de gobernar a través de partidos políticos? ¡ Ah! sí eso es, y por eso son claros demócratas.
Nada que ver esa forma de gobierno con lo que nosotrxs creemos y, como nos organizamos, consensando en asambleas de barrios, agencias y comunidades, sacando acuerdos en conjunto, no imponiendo.
Su desarrollo y progreso es al interior de sus familias, adquiriendo casas, terrenos, autos de lujo, viajes al extranjero, casas en el extranjero…
Se dicen profesionistas porque el conocimiento que les vendieron en Universidades privadas lo utilizan para reproducir el tráfico de influencias en dependencias del gobierno local y federal, gestionando proyectos y pues ya saben que el que parte y reparte se queda con la mayor parte. Se saben de cabo a rabo el tejemaneje de la cuestión, y a través del municipio el negocio es mucho mayor.
¿Defensa de los derechos humanos? Si los derechos humanos son violentar a las personas, ahora hasta utilizando la patrulla de la policía estatal para amedrentar a la gente de la comunidad que “defienden”; si defender es destruir el tejido comunitario, torturar a las personas que no compartimos su proyecto polítiquero y por pertenecer a la asamblea comunitaria; si defender es catear casas en los barrios como en el Cebollín contratando al ejército federal, entonces sí que me queda claro de que derechos humanos hablamos, de esos que les sirven a la gente de arriba, de poder para justificar sus abusos y acciones.
La resistencia que vamos desgranando muy a nuestro modo es por y para que se respeten nuestras formas comunitarias, asamblearias donde nuestra voz se hace valer en colectividad; contra la explotación de los pocos recursos naturales que conservamos, como el rio Petlapa porque nos los han saqueado, nuestro bosque, nuestras montañas que protegen el espacio que habitábamos y compartíamos antes de que ustedes defensores nos agredieran, nos hostigaran, nos despojaran.
Frente a esos despojos, desde nuestra forma de organizarnos hasta de nuestro espacio, cada paso lento que damos en esta lucha nos vamos identificando, reconociendo, auto adscribiéndonos como gente N´guixo que camina con nuestrxs hermanxs que están en otras luchas. Esto apenas empieza.
¡Sus rejas nunca nos callaran!
¡Que galope el río y retumbe el palpitar de las montañas!
¡Presos a la calle, que ha llamado la concha del caracol!
Nuestra lucha en Eloxochitlán parecerá muy pequeñita a lado de otras luchas que se gestan en Oaxaca, en el país o en el mundo. Pero de igual manera es digna ya que combatimos y resistimos contra el enemigo: el Estado y sus lacayos.
En Oaxaca saludamos y caminamos junto a nuestrxs hermanxs Ikoots y Biniza que resisten en el Itsmo contra los eólicos y el despojo de su territorio incluyendo el viento; a los pueblos que levantan la voz para que no sean inundados por la presa El paso de la Reyna; a quienes se niegan a que se vuelva a explotar la mina de AHMSA en Santa María Zaniza; a nuestrxs amigxs de Xanica, a lxs okupas de la finca Alemania que han logrado recuperar sus tierras y que se oponen a que su agua sea vendida en espacios de “desarrollo” turístico (Huatulco); a las voces que se alzan poco a poco en los pueblos aledaños de Cuicatlán en la Cañada contra empresas canadienses que quieren explotar sus cerros que contienen oro; a la banda libertaria que de antaño resiste en la ciudad cantera y sus alrededores.
En México de igual forma a lxs seris que se rebelan contra el Estado y gritan que el agua es un bien común; a lxs guerrerxs de Óstula que luchan por sus recursos naturales y contra el narcogobierno; a lxs totonacas y nahuas de la Sierra Norte de Puebla y al consejo Tiyat Tlali que alzan el puño contra las empresas chinas, contra las hidroeléctricas, el fracking; a los pueblos de Morelos que se niegan a ser despojados de sus territorios para construir gasoductos; a lxs wirrarikas que han resistido al despojo de sus lugares sagrados; especialmente a lxs compas libertarixs que resisten día a día en la selva de asfalto, construyendo espacios autónomos, compartiendo sus conocimientos, truequeando, saltándose la barda, creando sus formas de vida individual y colectivamente sin patrón ni partido que dicte el rumbo a seguir; a la banda enahana; compas un abrazo.
En el mundo saludamos a lxs mapuches que ancestralmente pelean por su territorio y que cotidianamente combaten contra los carabineros; a lxs compas griegos que se rebelan contra el capitalismo, improvisan y buscan nuevas formas de economías solidaria y autogestiva; a lxs amigxs franceses de la ZAD que con mucha rabia se niegan al proyecto del aeropuerto Notre-Dam des Landes.
A lxs sin techo, sin territorio, sin papeles, a lxs presxs polítcxs del mundo... que resisten contra el capitalismo, el poder y sus múltiples formas.
¡Junto a ustedes caminamos!
Caminamos, luchamos y resistimos contra un grupo de malhechores con poder que se hacen pasar por víctimas cubriéndose de diferentes formas: se dicen demócratas, iluminados que traen el “progreso y desarrollo”, creyentes y respetuosos de sus prójimos, defensoras de derechos humanos y profesionistas dedicados.
Me pregunto ahora si entonces ¿la democracia significa imponer una forma de gobernar a través de partidos políticos? ¡ Ah! sí eso es, y por eso son claros demócratas.
Nada que ver esa forma de gobierno con lo que nosotrxs creemos y, como nos organizamos, consensando en asambleas de barrios, agencias y comunidades, sacando acuerdos en conjunto, no imponiendo.
Su desarrollo y progreso es al interior de sus familias, adquiriendo casas, terrenos, autos de lujo, viajes al extranjero, casas en el extranjero…
Se dicen profesionistas porque el conocimiento que les vendieron en Universidades privadas lo utilizan para reproducir el tráfico de influencias en dependencias del gobierno local y federal, gestionando proyectos y pues ya saben que el que parte y reparte se queda con la mayor parte. Se saben de cabo a rabo el tejemaneje de la cuestión, y a través del municipio el negocio es mucho mayor.
¿Defensa de los derechos humanos? Si los derechos humanos son violentar a las personas, ahora hasta utilizando la patrulla de la policía estatal para amedrentar a la gente de la comunidad que “defienden”; si defender es destruir el tejido comunitario, torturar a las personas que no compartimos su proyecto polítiquero y por pertenecer a la asamblea comunitaria; si defender es catear casas en los barrios como en el Cebollín contratando al ejército federal, entonces sí que me queda claro de que derechos humanos hablamos, de esos que les sirven a la gente de arriba, de poder para justificar sus abusos y acciones.
La resistencia que vamos desgranando muy a nuestro modo es por y para que se respeten nuestras formas comunitarias, asamblearias donde nuestra voz se hace valer en colectividad; contra la explotación de los pocos recursos naturales que conservamos, como el rio Petlapa porque nos los han saqueado, nuestro bosque, nuestras montañas que protegen el espacio que habitábamos y compartíamos antes de que ustedes defensores nos agredieran, nos hostigaran, nos despojaran.
Frente a esos despojos, desde nuestra forma de organizarnos hasta de nuestro espacio, cada paso lento que damos en esta lucha nos vamos identificando, reconociendo, auto adscribiéndonos como gente N´guixo que camina con nuestrxs hermanxs que están en otras luchas. Esto apenas empieza.
¡Sus rejas nunca nos callaran!
¡Que galope el río y retumbe el palpitar de las montañas!
¡Presos a la calle, que ha llamado la concha del caracol!
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