Jorge Moas
Para hacer frente a la crisis económica actual, que ha acentuado los problemas de desigualdad, paro, precariedad y pobreza, y a la crisis ecológica, creada por los procesos agroindustriales que quiebran los ciclos de reproducción de la biosfera y ponenen peligro nuestra existencia como especie humana, la CGT, con tradición en la fundación y gestión de colectividades agrarias y campesinas, autogestionadas y libres, basadas en la solidaridad y la cooperación, en alianza con otras organizaciones sindicales afines, movimientos ecologistas, feministas, pacifistas, antiglobalización y de indignados, apuesta por el modelo agrario de la Agroecología, alternativo al modelo agroindustrial dominante, competitivo y depredador.
Una definición descriptiva de Agroecología, que, a su vez, engloba una definición alternativa de sustentabilidad, fundada en los modos de conocimiento campesino y de los pueblos originarios que todavía continúan existiendo en distintos lugares del mundo (estas formas de conocimiento son las que se utilizan, multiplican y potencian en el marco de la Agroecología), que defendemos, proponemos y a la que nos adherimos es la siguiente: “La Agroecología puede ser definida como el manejo ecológico de los recursos naturales a través de formas de acción social colectiva que presentan alternativas a la actual crisis de modernidad, mediante propuestas de desarrollo participativo... desde los ámbitos de la producción y consumo que contribuyan a encarar la crisis ecológica y social, y con ello restaurar el curso alterado de la ecoevolución social y ecológica... Su estrategia tiene una naturaleza sistémica, al considerar la finca, la organización comunitaria y el resto de los marcos de relación de las sociedades rurales, articulados en torno a la dimensión local, donde se encuentran los sistemas de conocimiento (local, campesino y/o indígena) portadores del potencial endógeno que permite potenciar la biodiversidad ecológica y sociocultural... Tal diversidad es el punto de partida de sus agriculturas alternativas, desde las cuales se pretende el diseño participativo de un desenvolvimiento endógeno... para el establecimiento de dinámicas de transformación hacia sociedades sostenibles”[1].
Para hacer frente a la crisis económica actual, que ha acentuado los problemas de desigualdad, paro, precariedad y pobreza, y a la crisis ecológica, creada por los procesos agroindustriales que quiebran los ciclos de reproducción de la biosfera y ponenen peligro nuestra existencia como especie humana, la CGT, con tradición en la fundación y gestión de colectividades agrarias y campesinas, autogestionadas y libres, basadas en la solidaridad y la cooperación, en alianza con otras organizaciones sindicales afines, movimientos ecologistas, feministas, pacifistas, antiglobalización y de indignados, apuesta por el modelo agrario de la Agroecología, alternativo al modelo agroindustrial dominante, competitivo y depredador.
Una definición descriptiva de Agroecología, que, a su vez, engloba una definición alternativa de sustentabilidad, fundada en los modos de conocimiento campesino y de los pueblos originarios que todavía continúan existiendo en distintos lugares del mundo (estas formas de conocimiento son las que se utilizan, multiplican y potencian en el marco de la Agroecología), que defendemos, proponemos y a la que nos adherimos es la siguiente: “La Agroecología puede ser definida como el manejo ecológico de los recursos naturales a través de formas de acción social colectiva que presentan alternativas a la actual crisis de modernidad, mediante propuestas de desarrollo participativo... desde los ámbitos de la producción y consumo que contribuyan a encarar la crisis ecológica y social, y con ello restaurar el curso alterado de la ecoevolución social y ecológica... Su estrategia tiene una naturaleza sistémica, al considerar la finca, la organización comunitaria y el resto de los marcos de relación de las sociedades rurales, articulados en torno a la dimensión local, donde se encuentran los sistemas de conocimiento (local, campesino y/o indígena) portadores del potencial endógeno que permite potenciar la biodiversidad ecológica y sociocultural... Tal diversidad es el punto de partida de sus agriculturas alternativas, desde las cuales se pretende el diseño participativo de un desenvolvimiento endógeno... para el establecimiento de dinámicas de transformación hacia sociedades sostenibles”[1].
En esta definición se incluyen los tres pilares principales sobre los que pivota la Agroecología:
-Ecológico y técnicoagronómico.
-Socioeconómico y cultural.
-Sociopolítico.
Estos tres pilares o dimensiones interactúan dialécticamente, de tal forma que si falta uno de ellos no existe verdadera Agroecología.
- Ecológico y técnicoagronómico
Constituye un sistema (conjunto de dependencias mutuas) en el que intervienen los colectivos humanos interactuando con los recursos naturales (sistema social en interacción con el sistema natural) con técnicas respetuosas con los agroecosistemas para la producción de alimentos, tomando en consideración el proceso histórico de dichos agroecosistemas. Se realiza un metabolismo por medio del trabajo humano, siempre soslayando la degradación de los recursos naturales.
- Socioeconómico y cultural
La Agroecología debe potenciar el bienestar de la sociedad desde la perspectiva de la circulación y el consumo, y en el contexto transformador de sus modos de “acción social colectiva” y participativa. De tal manera que funcionen los mecanismos de producción y reproducción económica y social, en un contexto de comunicación e interacción entre distintas zonas rurales.
- Sociopolítico
Desde esta dimensión, se construyen alianzas entre redes de productores y consumidores para lograr un comercio justo y solidario en el marco de la democracia participativa, para empoderarse ante la prepotencia de las grandes corporaciones transnacionales y las redes comerciales globales, que estas controlan, y así poder defenderse adecuadamente mediante estrategias y tácticas adecuadas que hagan cambiar las políticas agrarias dominantes, para lo cual es necesario constituirse en movimiento social, que luche al lado de los movimientos sociales urbanos: ecologistas, feministas, pacifistas, etc. y otras organizaciones como sindicatos, trabajadores de la tierra, campesinos y pueblos originarios[2].
Notas
[1] Sevilla Guzmán, E. De la Sociología Rural a la Agroecología, Barcelona, Icaria, 2006, pág. 202.
[2] Cf.: Sevilla Guzmán, E. Op.Cit., págs. 206-216.
[Publicado originalmente en el periódico Rojo y Negro # 290, Madrid, mayo 2015. Edición completa accesible en http://rojoynegro.info/sites/default/files/rojoynegro290_0.pdf.]
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.