Rafael Iribarren
Unas votaciones sin resultados oficiales.
El CNE a más de una semana de realizadas, y ya realizándose,
no ha dado resultados de las votaciones
para delegados del IIIer Congreso del PSUV. Previsiblemente, como en
otras ocasiones, no las dará nunca. Cabello dijo en algún momento que era
porque se estaba contando. Voceros chavistas hicieron públicas, sin referencia
a fuentes concretas, cifras globales, solo estimativas. Se hizo la idea que
entre las cúpulas chavistas hubo un cierto convenio en manejar públicamente que
la participación estuvo alrededor del 20% de los 7.253.691 votantes militantes
inscritos; o sea, unos millón y medio. La máxima cifra manejada por algún
chavista fue la de unos dos millones; que Maduro asumió en el congreso. Siendo
evidente que si en las cúpulas chavistas se convino manejar esa cifra global,ni
siquiera ese 20%lo asuma y anuncie el CNE; es que todavía está demasiado inflada; que, o no tiene
cómo justificarla, más o menos
creíblemente; o, que, por cualquier
circunstancia dentro de la lucha interna entre chavismos, prefiere no
involucrarse apareciendo favoreciendo a uno u otro. Mismos chavistas han
sostenido que no se llegó ni al millón de votos. Por lo demás los recorridos
hechos el domingo 20 por los centros de votación a cualquier hora, los mostraron vacíos. En relación a lo que un diputado
chavista de los más bocones, comentó que era porque la votación estaba “siendo
muyfluida” Lo que no concuerda con la generalidad de los comentarios recogidos
de mismos chavistas de base, de que no
habían votado y de que nadie fue a votar
aparte “la gente de los alcaldes y gobernadores”.
De tal forma que, no habiendo resultados oficiales;
asumiendo la estimación oficiosa de que habrían votado 1.500.000; más o menos, un 20% del listado;
comparativamente,sería un poco más del 40% de la votación que, según, esa sí
del mismo CNE, hubo en febrero del 2012 en
las Primarias de la MUD, que fue de 3.200.000.
La derecha endógena
convoca un congreso sin elección de nueva dirección y sin debate
A la convocatoria al IIIerC PSUV, según, se llegó por decisión autoritaria de la
derecha endógena chavista que controla la dirección nacional; y que la anunció
oficialmente en enero pasado. Lo que es muy importante tomar en cuenta, porque;
uno, se trata de una dirección absolutamente cuestionada internamente;
considerada ilegítima por las bases chavistas, incluso desde el momento en que
Chávez impuso sus principales integrantes; dos, lo anunció para este julio ya
confrontando abiertamente las políticas de diálogo del gobierno de Maduro; y,
tres, lo hizo pocos días antes de desatar, con los primeros muertos del SEBIN el 12F, su “ofensiva
fulminante antifascista”; que lo arrastró a la represión de varias semanas, por
la GNB, que produjeron las decenas de muertos, centenares de heridos y miles de
presos durante febrero y marzo; de los que es responsable. Al anunciarlo
los voceros del PSUV , dejaron claro que
en el congreso no se elegiría una nueva dirección; y que se desarrollaría en
tres días, con una asistencia y una agenda de acuerdo a la que era evidente que
no habría ningún tipo de debate. Según el calendario inicial de trabajo, cada
uno de los 906 delegados electos dispondría de un total de dos,(2) minutos para
participar. Solo días antes de su instalación este fin de semana, se anuncióque
se extendería tres días más; con lo que, hipotéticamente, el promedio de tiempo
de participación por delegado, en tal caso se duplicaría. Aunque en los dos
días que lleva, en la sala Rios Reyna del Teresa Carreño, hoy en El Poliedro y
en los que faltan; ninguna de las actividades ya cumplidas y anunciadas se
parecen a nada que pueda considerarse debate.
Un congreso para el madurismo y la derecha endógena
legitimarse mutuamente.
Convocar abrupta y autoritariamente, imponiéndolo de hecho,
y las condiciones de su desarrollo; como si Chávez siguiera vivo; un congreso
en el que no se renovará la dirección ni nacional ni a ningún nivel; y en el
que tampoco se debatirá nada y en ninguna forma; pero enmarcado en una lucha
interna sin cuartel por el Poder; no será para “un saludo a la bandera”.Sino
que tiene un propósito político concreto; clave. De acuerdo a algunas
opiniones, inicialmente el propósito, primario, de la derecha endógena de
convocarlo al rompe, habría sido, apareciendo como promoviéndolo, el de desconocer,
achatar el liderazgo de Maduro, equiparándolo al de la dirección nacional. Lo
que, según analizo en otros escritos, habría tenido que ser replanteado sobre la marcha,cambiado por la
orientación actual de concretar en el congreso una alianza con él y el
madurismo que gobierna. Una alianza, básicamente una negociación, un
intercambio de legitimación mutua, entre los dos principales chavismos; el
madurismo y el 4-febrerismo, o la derecha endógena. Las cúpulas chavistas que
manejan al PSUV a todos los niveles, controladas por ésta; además de reconocer
a Maduro como presidente constitucional; designándolo presidente, del
partido;lo reconocen,formalmente, como el líder máximo de todos los chavismos,
sucesor y continuador del “legado de Chávez”. Algo que realmente no tiene nada
que ver con la opinión general, tanto interna como externa. A cambio tal
reconocimiento, Maduro y el madurismo; y por proyección, el resto de las
cúpulas chavitas, psuvistas y
no-psuvistas; de hechoreconocen y legitiman a la actual burocracia partidista;
aunque cuestionada y descalificada en general por la mayoría de los chavismos
de base, e identificada internamente como “derecha endógena”; aceptándola como
legítima dirección del partido de “la revolución”, de “la revolución”.
Un congreso descalificado y deslegitimado por las bases
chavistas.
Desde que Jorge Rodríguez y Diosdado Cabello, y luego
Aristóbulo Istúriz, en enero, a nombre de la dirección nacional del PSUV
anunciaron que el congreso sería en
julio, la agenda y los procesos y condiciones
de selección de delegados; se
sucedieron continuadamente pronunciamientos de dirigentes y activistas
chavistas medios y de base, psuvistas y del Gran Polo Patriótico; rechazando y
cuestionando los aspectos concretos principales de dicha convocatoria. Entre
los aspectos de rechazo; ni siquiera de controversia porque la burocracia
chavista no se da por aludida; estuvieron y está , la exigencia de designar
nuevas direcciones a todos los niveles, especialmente al nacional; que haya
debate, particularmente sobre la corrupción y la gestión gubernamental; y que
la designación de delegados no sea por el método de la “cooptación”. Por parte
de los aliados del GPP el reconocimiento de su derecho a participar.Tales
cuestionamientos, recogidos en su parte fundamental en las cartas de Navarro a
la dirección nacional y al congreso mismo; lo niegan y deslegitiman
radicalmente, de fondo en su actual desarrollo.
Un congreso de burócratas y delegados cooptados por las burocracias chavistas
La respuesta, si puede llamarse así, a las exigencias de los sectores medios y de
base chavistas, ha sido y retórica y
evasiva; en nada participativa; al contrario. Se declara al PSUV como el más
grande partido de la historia nacional, con cerca de ocho millones de militantes;
el más unido democrático y “participativo” que ha habido, según, demostrado
precisamente en este proceso de selección de delegados al congreso; y,
según, el único en que hay verdadero
debate. Todo, dentro de la idea de que se trata de un congreso “histórico”; que
trazará las líneas de desarrollo de la revolución para los próximos 20 o 30
años.
Las cosas fueron al
contrario de tal retórica. Las UBCH, según, unas 13.700, habrían propuesto unos
22.000 pre-candidatos a delegados, de entre los que, la dirección nacional
descartó el 75% y “cooptó” solo 5.500, estos sí candidatos; entre lo que las
bases votaron finalmente por 537. El resto, hasta sumar 906, hacia 400
delegados, cerca del 45% del total, son
“delegados natos”. Lo que resulta en que ni los delegados cooptados ni los
natos, lo son por la voluntad soberana de las bases; sino impuestos y/o,
seleccionados, “cooptados”, por una dirección y una burocracia
partidista-gubernamental, cuestionada precisamente por mismas las bases a
nombre de las que ella impone sus candidatos.Para remate, gobernadores y
acaldes chavistas, junto a funcionarios que manejan nóminas gubernamentales; de
hecho con quinos, fueron quienes activaron y monitoriaron la votación de las
bases.
Como resultado de un proceso tan anti-participativo y oscuro
como el de una cooptación manipulada a discreción y sin consulta alguna por una
dirección cuestionada por las bases; no hay nada que explicar sobre la exigua
participación en las elecciones internas a delegados para el congreso. Y nada
que esperar ni que las bases esperen de él.
La cuestión no es sobre por qué votó tan poco la base chavista; sino
sobre, por qué habría de hacerlo.
El III er Congreso psuvista, imagen de alta resolución
del chavismo.
Desde el 2005 y el 2006 se evidenciala merma creciente de
las bases chavistas; su desmotivación y clientelización crecientes; y la
dependencia cada vez mayor del chavismo del fraude electoral; del CNE-SARTMATIC
para legitimar su permanencia en el poder. Estas votaciones internas incluso con la sobrestimación, sin resultados
oficiales; muestran sus reales
dimensiones y calidad concretas actuales. Aparte cualquier análisis; un millón
y medio, que hubieran votado; de un listado de siete y medio millones de
“militantes inscritos” seria el 20%. Y, no más del 8% de la población electoral nacional. El
chavismo de base, realmente, no es más que un
8% máximo del país. En relación a lo que,Jaua en unas curiosas declaraciones
sobre “lo más que habrían votado…”, aceptando
la realidad; sostuvo que sin embargo, tal resultado “está bien”, pues,
según, el núcleo concreto de activistas del PSUV, ¿”la vanguardia”?, sería de
unos 300.000. Si de tales bases votantes consideramos su condición tarifaria y
clientelar; que fue una votación amarrada y “quinada”, además, por
delegados “cooptados”; disponemos de una
imagen de alta resolución del chavismo psuvista. O, de los chavismos que
todavía se suman dentro del PSUV; hoy como siempre, una entelequia; aparte los
que siguen esperando para agruparse en esa otra entelequia que es y siempre fue
el GPP.Y de que haya alguna intención, de, en tratar de convertir tales
entelequias en alguna forma de estructura partidista concreta que al menos se
parezca a lo que es u n partido..
La realidad es que lo único que hoy posibilita una cierta
identidad común a los chavismos, psuvistas y polo-patriotistas; a cada grupo y
a ambos como suma; aparte la retórica chavista cada vez más vacía; es el
gobierno, la burocracia, y el aparato clientelar nacional; el manejo de la renta
y el presupuesto nacionales y de la violencia institucional; hasta ahora,
determinantemente bajo control del madurismo. Porque ya ni siquiera los
discursos anti-puntofijistas y anti-oposición, ni anticapitalista ni
antimperialista, funcionancomo inductores unitarios; ensordinados tales
discursoscomo están por la crisis nacional total, la incapacidad absoluta y la omnipresente corrupción de la
burocracia gubernamental y partidista, cívico militar chavista. Y por la lucha
interna a muerte, sobre todo entre los dos principales chavismos psuvistas que
tienen las mayores cuotas de poder. Y que escenifican en el congreso su teatral
alianza. Un triunfo completo de la derecha endógena que amarra a Maduro a su
estrategia y a través de él se legitima.
Diosdado en Guayana, la segunda fase de la “ofensiva
fulminante antifascista”.
No es un detalle, que el día en que Diosdado Cabello, el
sábado 26 proclamó a Maduro por aclamación presidente del PSUV; los
trabajadores de SIDOR en asamblea masiva, en buena parte de chavistas, en el
“Portón 3” de Matanzas; convocaron una marcha para el lunes 28, tercer día del
congreso; una marcha masiva de rechazo y condena a Diosdado Cabello y a sus agresiones y amenazas fascistizantes. Y para exigir la
firma de su contrato, vencido y congelada su discusión desde hace cuatro años;
tres con Chávez, y el último con Maduro. Ni puede verse como coincidencia que
Cabello, precisamente en la semana previa al congreso en que se aclamaría, y se
aclamó, a Maduro; se haya presentado en
Guayana con el general Padrino López, a provocar descalificar y amenazar a los trabajadores sidoristas movilizados por
su contrato; rechazando, obviamente a nombre del gobierno, sus exigencias
salariales. Igual que se presentó, sin nada que ver, en el Zulia y Táchira en
Enero; con actuaciones y retóricas similares, provocando situaciones que se continuaron con la conflictividad y
movilizaciones locales, dimensionadas nacionalmente luego, el 12 de febrero con
los muertos del SEBIN y los heridos y presos de la GNB de ese día; inicio de la
“ofensiva fulminante antifascista”; el golpe chavista contra Maduro de la
“derecha endógena” que “se frenó” en marzo. Por lo visto, propiamente, de su
primera fase; de la que una segunda, estaría impulsándose, precisamente en Guayana; ahora no contra los estudiantes y
vecinos; sino contra los trabajadores. A los que, por cómo van las cosas,
consciente o inconsciente, y voluntaria o involuntariamente, volverá a tocar a
Maduro reprimir; y cargar con los muertos heridos y presos que haya.
Un PSUV cada vez menos chavista; unos chavismos cada vez
menos psuvistas.
La relación de simultaneidad y protagonismos, entre la
movilización masiva de trabajadores en Guayana,de rechazo, con nombre y
apellido a Cabello; y la proclamación por aclamación de Maduro, por él como
vicepresidente en el congreso del PSUV; por una parte muestra en lo que
realmente se concreta la unidad, no del
“chavismo” que ya no existe, sino de algunos chavismos. Y por otra, apunta a la
que en un futuro, previsiblemente inmediato, será su relación, del PSUV, con
las dinámicas sociopolíticas en
desarrollo.
La retórica es que del congreso el PSUV como dimensión
político-organizativa del chavismo sale más unido y fortalecido y con mayor definición acerca de
la revolución, la construcción del socialismo, etcétera. Luego de cinco días de
retórica y gigantografías; lo que en realidad resulta, su verdadero objetivo
concreto, con la proclamación de Maduro como presidente del partido, es solo la
alianza entre los dos principales chavismos, el madurismo y la derecha
endógena; con la participación de otros chavismos, psuvistas, menos
importantes; atenidos a dicha alianza pero sin peso en ella. Una unidad entre
dos cúpulas que no significa ninguna
variante de unidad general del chavismo; ni de los chavismos. Al contrario, Los
delegados al congreso, como muestran los números hechos arriba, de la muy baja
votación el 20J; no representan sino una parte bien minoritaria del chavismo o
los chavismos medios y de base. De forma que las bases chavistas en general se
identifican con los resultados y su alcance, en igual proporción y densidad con
que participaron.
Como ha sido evidente aunque inicialmente controlado, desde
la muerte de Chávez; y abiertamente desde las elecciones locales de diciembre
pasado; más allá de la indispensable para sobrevivir; no hay tal unidad
chavista. Al contrario, al gobierno de Maduro, sectores chavistas,
particularmente la derecha endógena, encabezada por Cabello y Ameliach;
continuadamente lo ha saboteado y colocado en situaciones comprometidas de alto
costo político. Hasta el congreso su estrategia fue poner a Maduro y al
madurismo“en tres y dos”, empujándolos a situaciones críticas, armadas
expresamente para forzarlo a posiciones
opuestas a la que ha pretendido que sean sus políticas. Desde su proclamación
como presidente del partido, puesto de igual a igual con su dirección nacional
controlada por antimaduristas; y como un miembro más, en minoría;
necesariamente se le hará más difícil y políticamente muy costoso, no asumir y
encabezar la ejecución de sus decisiones. Por ejemplo e inmediatamente, la de
irse a fondo contra los trabajadores y el movimiento sindical, como promueve la
derecha endógena.
Sin resultados oficiales; y sin que se conozcan las listas
de candidatos y de delegados; no se conoce cuántos de los cooptados
electos y de los natos, son
sindicalistas o trabajadores. Lo que sí es evidente es que ni los trabajadores
de Guayana, ni los de ningún sector de la economía no estuvieron en la
proclamación por aclamación de Maduro en el Teresa Carreño. Los discursos y la
retórica del congreso no tienen nada que ver con las luchas y movilizaciones
por sus derechos y reivindicaciones laborales. Y, previsiblemente, se verá, con
la realidad nacional. Este desentendimiento entre las cúpulas chavistas y el
país, ya casi total; que hasta Hinterlaces tiene que registrar; viene
acumulándose de atrás y es de fondo; previsiblemente va a profundizarse y a
intensificarse; a partir y a raíz de este IIIerCongreso; con su caída, de
Maduro, en la trampa de la derecha endógena, de legitimarse convirtiéndolo en
su máximo representante; al ser ella quién lo proclama. En contra de lo que se
pretende, o parece, con la retórica y
la gigantografía; el PSUV representará cada vez menos a los chavismos. Mientras
que los chavismos se deslindarán cada vez más del PSUV.
Caracas 28.07.14
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