Grupo Anarquista Pirexia
Partamos pues de un grupo de personas que
quieren organizarse en un contexto determinado. Atendiendo a la libertad, la
mejor forma de que, dentro del grupo, las personas sean libres, es que todas
ellas puedan tomar las decisiones que estimen conveniente en cada momento,
sobre lo que les afecta directamente y que puedan tomarlas en condiciones de
igualdad.
El anarquismo entiende como asamblea la reunión donde todas las personas afectadas por una
problemática determinada o personas que forman parte de una misma organización
pueden dar su opinión en igualdad y llegar a acuerdos de forma directa y sin
intermediari@s. Es la asamblea el único modelo que permite que en un grupo, todas
las personas se expresen en igualdad y puedan llegar a acuerdos y consensos.
Ejemplos podemos poner todos los imaginables,
porque habrá tantos grupos como necesidades tenga la gente de dar respuesta a
los problemas. Imaginemos un grupo de personas afectadas por la misma
problemática, la explotación laboral. Imaginemos un grupo de 50 trabajadores de
un taller que fabrica estructuras metálicas; imaginemos que esas personas están
sufriendo una situación de explotación laboral. Bien, según el modelo
organizativo que nos traemos entre manos, esas personas formarían un sindicato
de ramo, en concreto del ramo del metal. Comenzarían reuniéndose en asamblea y
exponiendo los problemas que sufren y las posibles soluciones que el grupo
podría dar a ese problema. En este caso, estaríamos hablando de
anarcosindicalismo, en concreto del componente más básico del
anarcosindicalismo, el sindicato de ramo.
Imaginemos otro ejemplo: un bloque de pisos, las
personas que en él habitan se reunirían en asambleas periódicas para tratar
todos los asuntos relacionados con el bloque y repartirse tareas, llegar a
acuerdos, etc. En este caso estamos hablando sencillamente de un grupo de
personas que comparte una vivienda.
Pongamos otro caso: el Grupo Anarquista Pirexia.
Las personas que formamos parte de dicho grupo nos reunimos en asambleas
periódicas y tomamos nuestros acuerdos en condiciones de igualdad. Es este un
caso de un grupo de afinidad,
específicamente anarquista, que atiende a la necesidad de difundir el
anarquismo (entre otras).
Hemos visto tres ejemplos diferentes en los
cuales se organizan las personas, en el primero de ellos, sencillamente se
comparte una problemática común, no todas las personas que trabajan en la
fábrica han de ser anarquistas, ni siquiera han de compartir ideología. Es su
condición de trabajadores explotad@s de esa fábrica la que les une y les hace formar un sindicato, no
se precisa nada más.
En el caso del bloque de viviendas es una
necesidad que podríamos denominar “geográfica”. Un grupo de personas comparten
un lugar común para vivir y necesitan llegar a acuerdos de la forma más libre e
igualitaria posible.
En el tercer caso hablamos de un grupo
específicamente anarquista, es algo más concreto, todas las personas que
formamos parte de dicho grupo somos anarquistas, pero además tenemos mucha
afinidad así que nos organizamos en un tipo de estructura llamada grupo de
afinidad, ya que es ésta la que mejor atiende a nuestras necesidades en
particular.
Lo que tenemos son tres ejemplos diferentes de
organización anti-autoritaria. También podríamos llamar a este tipo de
organización, expuesta en los tres ejemplos, democracia directa (en
contraposición a la representativa), organización de tipo horizontal y otros
nombres que recibe.
Voto y
organización
Entre los tres ejemplos hay diferencias en
cuanto a la organización. En el caso del grupo de afinidad anarquista, hablamos
de algo mucho más coherente con la idea libertaria. Las decisiones se toman por
unanimidad, no se utiliza el voto para que una mayoría no someta a una minoría,
si algún acuerdo no es aprobado por todas las personas que forman parte del
grupo, sencillamente ese acuerdo no se lleva adelante. Antes, puede ocurrir que
dicho acuerdo se vaya perfilando en asamblea hasta que tome una forma tal que
satisfaga a todas las personas. Se trata de no utilizar el voto jamás.
Eso sin embargo no serviría para el ejemplo de
un bloque de viviendas, donde la afinidad no tiene porque estar trabajada, si
en el bloque de pisos no se usase el voto más a menudo, al tener que funcionar
por unanimidad, mucha gente interrumpiría la actividad de la asamblea
sencillamente negándose a todo lo que no le interese. Sin embargo se recomienda
tratar de trabajar el consenso, el llegar a acuerdos, el perfilar las
propuestas en debate, siempre es preferible llegar a consensos y no tener que
recurrir a que una mayoría someta a una minoría a tomar un acuerdo que no les
satisface.
En el caso de la fábrica y el sindicato,
hablaríamos de lo mismo, se trata de llegar a consensos que satisfagan a todas
las personas, aunque también se usa el voto y se tienen menos escrúpulos en
ello que en el caso del grupo de afinidad. Lo que se suele hacer es que en
situaciones muy excepcionales, cuando es imposible llegar a acuerdos tras haberlo intentado, la asamblea
puede decidir utilizar la votación a mano alzada en ese caso concreto. De la
misma forma que en el caso del bloque de viviendas, se recomienda trabajar el
debate sano y en igualdad para alcanzar consensos, prescindiendo lo máximo
posible del voto.
Somos insistentes con el tema del voto porque,
el voto, favorece la creación de grupúsculos de poder dentro del grupo en
cuestión. Gente más afín que las demás pueden ponerse de acuerdo antes de las
asambleas para votar lo mismo y “acabar con el rival”. Se fomentan las
rivalidades y enfrentamientos, se genera desunión y malestar. Ahí no estaríamos
hablando de libertad, ni tampoco de igualdad, estaríamos hablando de una
especie de dictadura de la mayoría. Es por eso que recomendamos una y otra vez
el consenso, la búsqueda de unanimidad en asambleas, a través de la discusión y
el debate. Un entrenamiento permanente en la toma de decisiones en igualdad,
nos hace más libres, agudiza nuestra capacidad de reflexión y de síntesis,
nuestra capacidad de resolver problemas, tomamos conciencia de nuestra
responsabilidad… nos hace mejores, en definitiva.
Eso es algo que con voluntad y ganas puede
entrenarse en la práctica, la sociedad en la cual vivimos actualmente nos
empuja a lo contrario, a la competitividad, a la rivalidad, a pisotear a la
persona que tenemos al lado. Todo ese condicionamiento nos ha sido inoculado
desde la infancia. Es hora de trabajar y educarnos en lo contrario, en el apoyo
mutuo y en el diálogo, en el entendimiento, en relacionarnos con las demás
personas y no caminar como entes aislados, cada cual a lo suyo sin reparar más
que en sí mism@s.
Las personas que dominan nuestras vidas para su
beneficio particular nos quieren así, como entes aislados, egoístas, incapaces
de ponerse de acuerdo con l@s demás.
[Texto tomado de La Anarquía: organizándonos
en libertad. Aspectos básicos del Federalismo Anarquista, pp. 5-8. El
documento completo está en http://www.mundolibertario.org/archivos/documentos/GrupoAnarquistaPirexia_LaAnarquiacuteaorganizaacutendonosenLibertadaspectosbaacutesicossobreFederalismoAnarquista.pdf.]
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