José Rafael López Padrino
La creación del Centro Estratégico y de Seguridad y Protección de la Patria (CESPPA) por parte del régimen del ungido de Miraflores representa un paso más hacia la consolidación del Estado militar bolifascista. Su reactivación con otro nombre, pues una instancia similar había sido creada por el fallecido comandante galáctico (Centro de Estudio Situacional de la Nación, 2010), representa una nueva faceta de la Doctrina de la Seguridad Nacional Bolivariana (DSNB), cuyas raíces doctrinarias se remontan a las dictaduras del Cono Sur del siglo pasado.
La DSNB representa un ideal reaccionario que contempla la militarización integral de la sociedad y el asalto por parte del gorilato uniformado a sectores de la vida nacional ubicados fuera del área reconocida como su actividad profesional específica, es decir la defensa de la Patria. Parten de la falsa premisa de que el estamento militar es la única fuerza organizada con capacidad integradora en lo político, económico y lo social. Justifican maniqueamente la usurpación de los espacios de poder por razones demagógicas como la tan cacareada “salvación nacional”.
La puesta en servicio del CESPPA es una expresión más de la DSNB y responde coyunturalmente a una contraofensiva del régimen destinada a imponer y consolidar el Estado militar. El CESPPA utiliza la rígida lógica militar de la dicotomía "amigo-enemigo" y contemporiza el viejo concepto del filósofo y jurista nazi Carl Schmitt del “enemigo interno” a fin de justificar el uso de la fuerza para su eliminación. Con el CESPPA todos los ciudadanos estamos en riesgo de sospecha, porque todos somos enemigos en potencia del régimen bolifascista.
El régimen igualmente justifica por razones de seguridad de Estado la utilización de métodos ilegítimos -hostigamientos, detenciones arbitrarias y torturas- a fin de inducir el miedo o terror en la población civil para garantizar la estabilidad del régimen. Terrorismo de Estado destinado no solo a identificar y destruir al enemigo interno (disidencia política), a disuadir a los enemigos potenciales, sino convencer al ciudadano común de que su integridad personal está en función de su incondicionalidad frente al régimen.
A través del CESPPA el heredero designado pretende ejercer el monopolio de la opinión pública, al coartar la libertad de expresión y de información. Buscará criminalizar la opinión e imponer su verdad Goebbeliana, inhabilitada para convivir con las verdades de los otros.
La putrefacta y tramposa revolución bolivariana habla de socialismo pero promueve una estadolatria autoritaria y excluyente que conculca los derechos a los trabajadores y profundiza un perverso control social ejercidopor la bota militar. Es un falso socialismo que criminaliza y judicializa la protesta social y ahora también la opinión ciudadana e institucionaliza el terror y la represión en nombre de una bastarda revolución que práctica viejos y nuevos abusos de la coerción política.
La creación del Centro Estratégico y de Seguridad y Protección de la Patria (CESPPA) por parte del régimen del ungido de Miraflores representa un paso más hacia la consolidación del Estado militar bolifascista. Su reactivación con otro nombre, pues una instancia similar había sido creada por el fallecido comandante galáctico (Centro de Estudio Situacional de la Nación, 2010), representa una nueva faceta de la Doctrina de la Seguridad Nacional Bolivariana (DSNB), cuyas raíces doctrinarias se remontan a las dictaduras del Cono Sur del siglo pasado.
La DSNB representa un ideal reaccionario que contempla la militarización integral de la sociedad y el asalto por parte del gorilato uniformado a sectores de la vida nacional ubicados fuera del área reconocida como su actividad profesional específica, es decir la defensa de la Patria. Parten de la falsa premisa de que el estamento militar es la única fuerza organizada con capacidad integradora en lo político, económico y lo social. Justifican maniqueamente la usurpación de los espacios de poder por razones demagógicas como la tan cacareada “salvación nacional”.
La puesta en servicio del CESPPA es una expresión más de la DSNB y responde coyunturalmente a una contraofensiva del régimen destinada a imponer y consolidar el Estado militar. El CESPPA utiliza la rígida lógica militar de la dicotomía "amigo-enemigo" y contemporiza el viejo concepto del filósofo y jurista nazi Carl Schmitt del “enemigo interno” a fin de justificar el uso de la fuerza para su eliminación. Con el CESPPA todos los ciudadanos estamos en riesgo de sospecha, porque todos somos enemigos en potencia del régimen bolifascista.
El régimen igualmente justifica por razones de seguridad de Estado la utilización de métodos ilegítimos -hostigamientos, detenciones arbitrarias y torturas- a fin de inducir el miedo o terror en la población civil para garantizar la estabilidad del régimen. Terrorismo de Estado destinado no solo a identificar y destruir al enemigo interno (disidencia política), a disuadir a los enemigos potenciales, sino convencer al ciudadano común de que su integridad personal está en función de su incondicionalidad frente al régimen.
A través del CESPPA el heredero designado pretende ejercer el monopolio de la opinión pública, al coartar la libertad de expresión y de información. Buscará criminalizar la opinión e imponer su verdad Goebbeliana, inhabilitada para convivir con las verdades de los otros.
La putrefacta y tramposa revolución bolivariana habla de socialismo pero promueve una estadolatria autoritaria y excluyente que conculca los derechos a los trabajadores y profundiza un perverso control social ejercidopor la bota militar. Es un falso socialismo que criminaliza y judicializa la protesta social y ahora también la opinión ciudadana e institucionaliza el terror y la represión en nombre de una bastarda revolución que práctica viejos y nuevos abusos de la coerción política.
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