Marcelo “Liberato” Salinas
(del Taller Libertario Alfredo López y el periódico anarquista ¡Tierra Nueva!)
* Sobre el desalojo en el vecindario Los Tanques en Guanabo, La “prensa independiente” y nosotros.
Días después de que Diario de Cuba, periódico que dice ser opositor al actual gobierno en Cuba, reportara el operativo de desalojo policial que sufrieron más de una veintena de vecinos de la comunidad de inmigrantes orientales Los Tanques, en la pequeña ciudad costera de Guanabo, dos compas de nuestro colectivo nos presentamos en el lugar de los hechos para constatar por cuenta propia lo sucedido en el lugar, dialogar con sus vecinos y contrastarlo con lo informado por el medio de información antes mencionado.
Luego de adentrarnos durante casi veinte minutos en el camino de una elevación ubicada en el extremo sur del centro urbano de Guanabo, llegamos a un asentamiento compuesto por varias decenas de construcciones precarias, levantadas sobre terreno de diente de perro, arrecife prehistórico de gran dureza. El asentamiento es desconocido por la mayoría de los habitantes en el centro urbano de Guanabo, donde vecinos que han vivido toda su vida allí nos dijeron no haber escuchado nunca el nombre de ese vecindario.
El paisaje social que teníamos delante se nos mostró similar al de cualquier colectividad precarizada, que crece en cualquiera de las grandes urbes modernas del capitalismo mundial, la única diferencia que vimos fue la pequeña magnitud del asentamiento y la baja densidad de la población allí instalada, muestra de que el proceso está en sus inicios, lo cual pudo ser la causa de por qué fue desmantelado el vecindario: evitar preventivamente su crecimiento, para garantizar antes del verano la “tranquilidad ciudadana” de los irresponsables vacacionistas que en cientos de miles afluyen a esta localidad a partir de mayo, en plan de distracción veraniega para masas.
Evitar a toda costa en Guanabo otros "llega-y-pon" como La Cuevita en Guanabacoa, El Callejón en el Reparto Eléctrico, Indaya en Marianao, El Mirador de San Francisco de Paula, El Puente Negro en Marianao, La Corea en San Miguel del Padrón y tantos otros asentamientos similares ya establecidos, por sólo citar algunos de la capital del país.
Después de circular por varias viviendas cerradas, encontramos una donde estaban sentados en su portal tres personas que a nuestro saludo de recién llegados nos respondieron con una cortesía que no escondía la tensa sorpresa. Comenzamos un diálogo cauteloso. Y ustedes a qué pertenecen…? Nos respondió un señor mayor a nuestra atropellada presentación. Somos luchadores de la calle…igual que ustedes… interesados en lo que ocurrió aquí… le dijimos. Ahhh…bueno… dijeron, casi en un tenue coro los tres vecinos, una muchacha, un joven y el señor mayor, un negro que en mi imaginación se me pareció a Lino Fernández, el líder de la comunidad del Realengo 18 de los años 30. Ahí comenzamos una animada conversación sobre lo ocurrido.
A grandes rasgos, lo que nos contaban, tristemente coincidía con lo que había reportado Diario de Cuba: “…el caserío amaneció cercado por más de 120 policías y militares de las tropas élites del ejército, llamados Avispas Negras, en camiones y carros patrulleros; una brigada de demoliciones con tres buldócer y carros grúas; médicos y enfermeras en ambulancias, el personal de la Vivienda y dirigentes del Gobierno, entre otros…Cuando amaneció, comenzó ante la vista de los indefensos pobladores uno de los más crueles y despiadados desalojos (…)".
Los vecinos con los que conversamos escuetamente nos confirmaron todo esto y se podía ver alrededor las huellas de construcciones recientes derruidas. Según el propio Diario de Cuba, citando a una “agencia independiente” llamada Hablemos Press, han ocurrido en lo que va de año más de 700 desalojos en todo el país, a los cuales el lenguaje estatal se denomina “extracciones”.
Lo que no dicen, ni se esfuerzan por explicar estas “agencias independientes” es por qué se han producido esta cantidad de desalojos, ni comparan estas supuestas cifras con años anteriores, lo que parece ser una apuesta más al golpe de efecto sobre el lector que al análisis del hecho, sin precisar el origen de la información.
Luego de adentrarnos durante casi veinte minutos en el camino de una elevación ubicada en el extremo sur del centro urbano de Guanabo, llegamos a un asentamiento compuesto por varias decenas de construcciones precarias, levantadas sobre terreno de diente de perro, arrecife prehistórico de gran dureza. El asentamiento es desconocido por la mayoría de los habitantes en el centro urbano de Guanabo, donde vecinos que han vivido toda su vida allí nos dijeron no haber escuchado nunca el nombre de ese vecindario.
El paisaje social que teníamos delante se nos mostró similar al de cualquier colectividad precarizada, que crece en cualquiera de las grandes urbes modernas del capitalismo mundial, la única diferencia que vimos fue la pequeña magnitud del asentamiento y la baja densidad de la población allí instalada, muestra de que el proceso está en sus inicios, lo cual pudo ser la causa de por qué fue desmantelado el vecindario: evitar preventivamente su crecimiento, para garantizar antes del verano la “tranquilidad ciudadana” de los irresponsables vacacionistas que en cientos de miles afluyen a esta localidad a partir de mayo, en plan de distracción veraniega para masas.
Evitar a toda costa en Guanabo otros "llega-y-pon" como La Cuevita en Guanabacoa, El Callejón en el Reparto Eléctrico, Indaya en Marianao, El Mirador de San Francisco de Paula, El Puente Negro en Marianao, La Corea en San Miguel del Padrón y tantos otros asentamientos similares ya establecidos, por sólo citar algunos de la capital del país.
Después de circular por varias viviendas cerradas, encontramos una donde estaban sentados en su portal tres personas que a nuestro saludo de recién llegados nos respondieron con una cortesía que no escondía la tensa sorpresa. Comenzamos un diálogo cauteloso. Y ustedes a qué pertenecen…? Nos respondió un señor mayor a nuestra atropellada presentación. Somos luchadores de la calle…igual que ustedes… interesados en lo que ocurrió aquí… le dijimos. Ahhh…bueno… dijeron, casi en un tenue coro los tres vecinos, una muchacha, un joven y el señor mayor, un negro que en mi imaginación se me pareció a Lino Fernández, el líder de la comunidad del Realengo 18 de los años 30. Ahí comenzamos una animada conversación sobre lo ocurrido.
A grandes rasgos, lo que nos contaban, tristemente coincidía con lo que había reportado Diario de Cuba: “…el caserío amaneció cercado por más de 120 policías y militares de las tropas élites del ejército, llamados Avispas Negras, en camiones y carros patrulleros; una brigada de demoliciones con tres buldócer y carros grúas; médicos y enfermeras en ambulancias, el personal de la Vivienda y dirigentes del Gobierno, entre otros…Cuando amaneció, comenzó ante la vista de los indefensos pobladores uno de los más crueles y despiadados desalojos (…)".
Los vecinos con los que conversamos escuetamente nos confirmaron todo esto y se podía ver alrededor las huellas de construcciones recientes derruidas. Según el propio Diario de Cuba, citando a una “agencia independiente” llamada Hablemos Press, han ocurrido en lo que va de año más de 700 desalojos en todo el país, a los cuales el lenguaje estatal se denomina “extracciones”.
Lo que no dicen, ni se esfuerzan por explicar estas “agencias independientes” es por qué se han producido esta cantidad de desalojos, ni comparan estas supuestas cifras con años anteriores, lo que parece ser una apuesta más al golpe de efecto sobre el lector que al análisis del hecho, sin precisar el origen de la información.
Para nosotros activistas sociales, anarquistas, estos desalojos forman parte del proceso de reorganización del capitalismo estatal en Cuba, que implica un mayor control estatal sobre poblaciones, que en los últimos veinte años han renovado el éxodo por cuenta propia hacia los núcleos urbanos que sufren con menos rigor la decadencia y el retroceso socioeconómico de localidades, municipios y regiones enteras en el país.
Territorios victimizados por un poder urbanista, centralizador, modernista, industrialista, que en muchos aspectos ha mejorado las condiciones de vida de grandes franjas poblacionales, como otra forma de perfeccionar el control social del territorio, no sólo para enfrentar la voracidad yanqui, sino también para dotar de potencia al Estado como gran empresario monopólico desarrollista.
Ese fue el sueño compartido por miles de jóvenes pequeño-burgueses, urbanos e ilustrados, desde la revolución de 1933 en adelante. Un sueño que se forjó al calor del vergonzoso dominio de los monopolios yanquis en Cuba durante medio siglo y con la falsa idea de que para derrotar al enemigo hay que organizarse como él. Ese ideal pequeño-burgués sólo concibe el socialismo como un Estado que se comporta como un potente millonario filantrópico y excéntrico, que garantiza condiciones de vida mínimas entre sus empleados más disciplinados y dependientes, pero impide cualquier atisbo de proyección que simplemente prescinda de sus atribuciones. Para ellos el socialismo no es la socialización de la responsabilidad y el control del pueblo trabajador sobre las condiciones que garantizan nuestra libertad e independencia personal y comunal, para ellos el socialismo no es la salida del imperio del trabajo asalariado, servilismo de alquiler, al servicio del mejor postor, que crea moral de vasallos, para ellos el socialismo es un capitalismo maquillado con buenas intenciones.
Los dueños del periódico Diario de Cuba son partidarios de un tipo de régimen similar al que hemos intentado describir antes y que ya venimos sufriendo los sectores populares en Cuba desde antes de 1959. Su discrepancia con los actuales gobernantes de la isla consiste básicamente en que ellos piden que otros grupos de poder, dentro y fuera del país, puedan acceder al control de ese Estado y, sobre todo, que se beneficien también de la explotación a los dóciles trabajadores cubanos. A eso ellos le llaman la “democratización del sistema”, que incluye la preocupación por hechos como los ocurridos en El Tanque, para desacreditar más a la actual casta dirigente y presentarse como los nuevos salvadores de los más desfavorecidos en Cuba.
Más allá de esas pequeñas discrepancias, a nosotros pueblo, Diario de Cuba y el resto de las “agencias independientes” no nos ofrecerán nada más. En nuestras manos está emprender la organización propia, la capacidad de respuesta solidaria popular, frente a lamentables hechos como los ocurridos en el vecindario El Tanque.
Pero no nos engañemos, no podemos quedarnos sólo en acciones de respuesta a los desmanes del sistema que se perfecciona. Debemos avanzar hasta formular un proyecto de Cuba popular, solidaria y comunizada, donde no sea necesario el éxodo de las pequeñas comunidades hacia las periferias de las grandes urbes; donde no sea necesaria la destrucción masiva de la naturaleza como soporte criminal de una sociedad para masas, alimentadas por un Estado próspero y controlador.
Debemos avanzar hacia una sociedad donde no haya polos de riqueza burguesa construidos sobre fortunas de explotación, estafa y sumisión, con cámaras, cercas y cuerpos de seguridad compuestos por jóvenes desarraigados, salidos de asentamientos marginales como El Tanque. Eso no lo logrará cabalmente ni el actual gobierno cubano, ni sus opositores, campeones de la democracia; seremos nosotros, pueblo cubano organizado quienes debemos, podemos y tenemos que hacerlo. Nos va el futuro y la vida en ello. PUEBLO ORGANIZADO, PATRIA SIN ESTADO.
Para acompañar este proceso y aprender todos juntos, aquí estamos los compas de ¡Tierra Nueva!, con el resto de los “luchadores de la calle”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.