Marcelo “Liberato” Salinas (Integrante del Taller Libertario Alfredo
López, La Habana)
[El texto que sigue es parte de un
documento más extenso – Leche con jugo de
naranja. Diálogo de un anarquista del OC con sus amigos demócratas-
originado en un debate dentro de la Red Observatorio Crítico (OC) de Cuba
<observatoriocriticodesdecuba.wordpress.com>]
… No sentimos ninguna vergüenza en decir
que somos anti-democráticos, porque no nos reconocemos como tal dentro de las fantasías de los
ingenieros en realpolitik, que han
hecho escuela describiéndonos a los anti-democráticos, en las versiones más
condescendientes, como casos clínicos que eligen siempre la violencia en sus
relaciones, pequeños tiranos manipuladores, individuos desagradables y poco
dignos de confianza. Achatar las posturas antidemocráticas a esta caricatura
siniestra es una muestra concreta del inmenso poder aleccionador de masas de
las actuales satrapías académicas y universitarias globales y de la descomunal
capacidad de desarme intelectual del régimen de ocio televisivo igualmente
global.
… Somos antidemocráticos porque la
democracia con total elegancia y violenta serenidad ha aniquilado en las
últimas décadas, mejor que ninguna tiranía brutal, el tejido social que
necesita el mundo que propugnamos, sin dirigentes ni dirigidos, sin
representantes, ni representados y ha dado lugar a una política, una economía,
un arte, una ciencia separadas del resto de la vida, que han liquidado la
posibilidad de una comprensión global de nuestras decisiones y la conciencia de
sus consecuencias. La democracia ha sido fórmula aritmética de urgencia,
diseñada por elites emergentes para corregir las ineficacias de la
concentración técnica del poder absoluto en manos de un individuo y para
contener, por las buenas y por las malas, el impulso sordo de los humillados y
ofendidos a borrar las huellas de todo poder coercitivo, con el rotulillo
edificante pero melindroso de “demos-cracia”.
Somos antidemocráticos porque la
democracia en el legítimo empeño de evitar las dictaduras se ha convertido en
una maquinaria universal absoluta, a la que se le ha atribuido todo el fetichismo, dogmatización despótica y
culto a los especialistas que ello implica, con estrellas fulgurantes como
Norberto Bobbio o John Rawls. Insistimos en distanciarnos de la democracia
porque históricamente esta ha sido uno de los dispositivos con que el Capital y
el Estado han achatado la convivencia cotidiana a su nivel mínimo
imprescindible para que circulen libremente el capital y las mercancías.
El sistema democrático realmente
existente hoy presupone la ausencia estructural de diálogo entre los candidatos
a gobernantes y los gobernados, de los cuales el sistema democrático solo
espera que emitan un voto en total silencio y aislamiento dentro de una cabina
cortinada, como cuando se defeca en una letrina. La deliberación colectiva
entre iguales, el dialogo abierto que
permite la búsqueda colectiva, si no de la verdad, al menos de la decisión más
pertinente, es sustituido por el, cada vez más degradado, debate entre
candidatos, del cual se supone que salga una elección individual esclarecida,
lo cual casi irremediablemente se convierte en un contrasentido.
A diferencia del socialismo real, la
democracia hoy realmente existente es la única posible y su única función
permanente y tangible es impedir que gobierne el pueblo a través de la red de
asambleas locales multi-temáticas y soberanas, que podrían brotar casi
naturalmente en todos lados, si no existiera el universal dispositivo
policiaco-cultural de fomento científico de la abulia y la irresponsabilidad masiva sobre
la gestión de las condiciones de nuestra existencia.
No
pasamos por alto las notables diferencias entre democracias como la cubana, la
venezolana, la francesa o la norteamericana. Tomamos nota de que en muchísimos
aspectos es preferible que gobierne Antonio Rodiles a Raúl Castro; que en la
academia de las ciencias sociales presidan Marlen Azor y Aroldo Dilla a Thalía
Fung; que en la educación sea ministro Antonio Chaguaceda y no Hassan Pérez;
que en la economía paute normas Pedro Campos y no Marino Murillo, que en la
cultura reine el liberal Rafael Rojas a su hermano filo-trotskista Fernando
Rojas; que Yohanis Sánchez sea ministra de informática y Comunicaciones y no
Ramiro Valdez, pero todos ellos irremediablemente gobernarán, es decir
solamente refrescarán la pantalla de un programa que se mantendrá incólume,
sano y salvo, para seguir funcionando día y noche para todos aquellos que
quieran ser potenciales conductores de masas dispuestas a ser anestesiadas, con
la ilusión de que la democracia cambiará sus vidas sin esfuerzo, sin
responsabilidad alguna, sin involucramiento mítico, sin entrega amorosa
desinteresada, como han venido viviendo hasta ahora, producto de la alienación
instituida que ha convertido hasta el smog en pintoresca neblina.
… Frente a los actuales Lineamientos para la reorganización del capitalismo estatal
cubano y a las hojas de ruta para la instauración de una democracia cubana, modelo
funcional a un capitalismo transnacional siniestro, la fuerza más formidable
que podemos presentar los anarquistas y todos aquellos que pueden todavía
sufrir razonablemente nuestro país delirante, habitación aislada de este
hospital psiquiátrico global, es la voluntad mancomunada, fraternal, trabajosa
y libre de todos los que quieran reapropiarse de sus condiciones de vida, autogestionarla
asambleariamente, con paciencia y amor, para garantizar que ni los demócratas
de cuello y corbata ni los de bota y fusil encuentren espacio ni en nuestros
deseos, ni en nuestras vidas.
¡Patria sin Estado, pueblo organizado!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nos interesa el debate, la confrontación de ideas y el disenso. Pero si tu comentario es sólo para descalificaciones sin argumentos, o mentiras falaces, no será publicado. Hay muchos sitios del gobierno venezolano donde gustosa y rápidamente publican ese tipo de comunicaciones.