Luis Vásquez
En ningún lugar del planeta es justificable la escasez de elementos
básicos en la vida de las personas, muchos menos en un país que ocupa el primer
lugar con la mayor reserva de petróleo del mundo y uno de los primeros en
producción y exportación. No pretendo exponer aquí una investigación sobre el
tema, me limito a escribir lo que mis experiencias arrojan. La ausencia de lo
que las familias buscan en el mercado es una situación repetida desde gobiernos
anteriores hasta el presente proceso "revolucionario". Significa una
exposición clara y precisa del capitalismo y su significado. En gobiernos
anteriores y en el actual la alianza entre empresas y Estado es el arma mortal
para hacer presión sobre el pueblo, que siempre pierde.
Hoy es fuerte la
ausencia de rubros como; azúcar, carne, pollo, leche, papel higiénico, crema
dental, entre otros. Y peor todavía para quienes vivimos en pueblos y ciudades “de
menos importancia”. El gobierno alega que los medios de difusión privados en
conjunto con los empresarios promueven las escasez de alimentos, cosa que no
pongo en duda, también dice que la genta hoy en día compra mucho más de lo
necesario, que tampoco dudo, pues ante consumismo desenfrenado no tendría nada
que contraponer a esto. Pero entonces por qué el gobierno no ha generado
políticas de abastecimiento más allá de Mercal y de PDVAL, aunque ya la gente
se resignó a calarse colas enormes y de horas para comprar el rubro, que de
paso es importado, lo que da a preguntar ¿es justo y necesario importar
alimentos como carne y pollo? Independientemente de los acuerdos internaciones
que tenga este gobierno no es justificable la importación de pollo y carne,
como si no hubiese materia prima para la cría y producción dentro del país que mejore
la economía local de los productores nacionales y facilite el consumo moderado.
La oposición dice que el control de precios por diez años, medida que
fue implementada en el 2003 para combatir los efectos del paro petrolero,
aumenta desenfrenadamente la escasez de alimentos debido a que: “han
destruido la capacidad de las empresas para invertir y para tener más días de
inventario. Prácticamente nos prohíben ampliar en inventario. También están los
conflictos laborales”, yo me
pregunto qué control de precios existe en el país, cuando a cada rato todo va
subiendo y subiendo.
Lo irónico del asunto es que todo ocurre en un país mega-consumidor de
cigarrillos, cervezas, alcohol en general ¿Por qué es que no falta nunca tabaco
o cerveza? ¿Ha ocurrido que hubiese un fin de semana o feriado largo sin
abastecimiento de bebidas o cigarrillos? ¡Faltarán harina, crema dental, azúcar,
pero los vicios no!
El ciudadano acostumbrado a ese consumo
exagerado, comprando más de lo que necesita, usando sin reutilizar, al
presentarse situaciones de escasez tiende a desesperarse, criticar, pero no
hace nada. Se nos ha olvidado de dónde venimos, que es posible otra vida sin
los imperativos del consumo, que no tenemos por qué ser borregos obedientes a
quien pastorea y bajando la cabeza ante sus mandatos. Quienes luchamos día a
día por un mundo nuevo nos preocupamos por estas situaciones y, sacando lo
positivo del asunto, siempre digo en la calle; “si no hay azúcar utiliza el
papelón, si falta harina de maíz, coma cereales o casabe, una excelente opción,
si no hay carne, aliméntese de vegetales, si no hay crema de dientes use
bicarbonato con limón, y si no hay papel higiénico, ¡busca alternativas!”.
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