Rafael Iribarren
.-*Lo que no es esta campaña / El chavismo no es la
izquierda
No es cierto que en esta campaña hay que optar entre la
izquierda y la derecha. Ni el chavismo y su candidato son izquierda y, menos,
la izquierda; ni la oposición y su candidato son derecha, y tampoco, la derecha.
De entrada hay que decir, que no se es de izquierda porque
se ataque al Imperio y al capitalismo; se pretenda estar construyendo un
socialismo, se cargue una gorra con la cara de el Ché y se le pida la bendición
a Fidel. Y menos, porque lo dijo Chávez.
La retórica chavista pretende que el chavismo es izquierda,
pese a que buena parte de sus dirigentes, mayormente militares aunque también
de los civiles, los que mas poder y posiciones tienen, son notoriamente
reaccionarios y fascistizantes. A buena parte de los candidatos a gobernadores
impuestos por Chávez y hoy en ejercicio, las mismas bases chavistas del PSUV y
el GPP, los acusaron de reaccionarios, de derecha; además de corruptos; como
acusan igual a Cabello y a Jorge Rodríguez y a muchos otros en todo el país. El
mismo Chávez; que aunque no se identificaba claramente como de izquierda,
aunque frecuentemente atacaba a ‘’la derecha’’, practicó una concentración y
acumulación personal de poder; cuando luego del siglo de autoritarismos y totalitarismo,
según de izquierda, que fue el Siglo XX; precisamente la concentración de
Poder; ha marcado la regresión y la fascistización, de cualquier proceso
político por muy progresista y revolucionario que haya sido en sus orígenes. Y
sin ir más allá, y, ‘’en tiempo real’’, nada tan derechizante como la campaña
chavista, de Maduro, en la que se llama, por devoción religiosa, y por pagar
‘’los favores recibidos’ al ‘’Cristo de los Pobres’’, a ‘’San Hugo Chávez’’ que
‘’está a la diestra de Dios Padre’’, a votar por su hijo, por su apóstol.
Cierto que en el chavismo hay gente y agrupaciones de
izquierda; honestas y consecuentes. Y que se han mantenido apoyando a Chávez
por estar contra del puntofijismo; y por moverse en la onda popular de masas
que fue el chavismo. Gente de izquierda que siempre fue utilizada como señuelo
por él; pero que igual, siempre fue excluída maltratada descalificada y
combatida dentro de las conformaciones oficiales chavistas. Una gente de
izquierda, siempre excluida de la definición de políticas y la toma de
decisiones; que nunca, ahora tampoco, tuvo presencia ni peso real dentro de un
chavismo cada vez mas militarizado mas excluyente elitesco y fascistizante. Una
gente de izquierda cuya presencia en el chavismo, ni cuantitativa ni
cualitativamente, da como para caracterizarlo como de izquierda. Ni siquiera,
para hablar de que en él hay o se identifica una izquierda, una corriente o
tendencia concreta que merezca tal calificación.
.-* Ni la oposición es la derecha
Tampoco la oposición en genérico, es ni la derecha, ni de
derecha. Desde mismo la Independencia y
la Federación; hasta el hundimiento del puntofijismo y el surgimiento del
chavismo; pasando por el trienio adeco y el pacto de Punto Fijo; en Venezuela
nunca ha habido base para una derecha; ni siquiera moderada. Como se evidencia
en esta segunda parte de la campaña
presidencial; la mayoría del antichavismo a pesar de la polarización, lo que
rechaza es el autoritarismo la concentración del Poder la arbitrariedad y la
militarización de la gestión pública; la excusión y el desconocimiento de la
condición y los derechos ciudadano a
quienes no lo apoyan. La mayoría del antichavismo está por el cambio; y, en
contra del regreso a cualquier variante de puntofijismo. Estando
sociopolíticamente conformada, aparte por mas clase media que el chavismo, tan
igualmente plural y policlasista que éste; movida por las mismas expectativas
tan progresistas y si se quiere de izquierda que él.
Es cierto que en la oposición, en sus cúpulas y dirección,
han predominado factores de derecha y derechizantes; factores de poder,
mediáticos y financieros, que han sido determinantes; que se hicieron del
control y manejo de la campaña presidencial del 2012 hasta sectarizarla y
pervertirla como lo hicieron; hasta el
impacto lamentable que en la subjetividad nacional tuvo, no tanto sus
resultados en sí, sino su desenlace. Sin embargo, ya no por la MUD y el Comando
Venezuela; esta campaña actual está siendo llevada, por otra gente y de otra
manera; y hasta con un discurso diferente
del candidato, aunque es el mismo; saliendo la gente del bajón anterior, del
que él, Capriles, fue corresponsable junto a su comando de entonces, su partido
y los factores de poder, reaccionarios, sí de derecha, que hegemonizaron excluyentemente y se robaron la campaña. Si la campaña
presidencial para octubre, sí fue derechizante, mesiánica, y con un contenido
neoliberal ex profeso mal disimulado; esta campaña es diferente; es incluso, si
se quiere, izquierdizante; hasta el
punto de que chavistas la han
calificado de copia de la suya; mientras que puntofijistas la han calificado de
populista. En mucho, ambos con razón. Lo concreto e importante, no es garantía
de nada, es que esta campaña es diferente y no está siendo manejada por misma
gente anterior ni de igual manera; y, aunque con el mismo candidato, con un
discurso diferente.
Indicativo es que ambas campañas, más porque es inevitable
que sea así, que por limitaciones de tiempo, etcétera; es que tienen el mismo
modelo y similar calendario de movilizaciones. La acusación que ya se le ha
hecho a Maduro de un discurso pragmático, válida ciertamente; aunque no es la
peor que habría que hacerle; igual cabe hacerla a Capriles: su discurso es
pragmático. Y, para ambos, es imposible
de otra manera; como, el contexto político-institucional en que se da la
campaña, la realidad y su dinámica concreta lo evidencian. A pesar de la
retórica utopista y mesiánica chavistas; de la delirante pretensión de imponer
el imposible ‘’Estado Comunal’’; la concreción de los programas reales que en
perspectiva postelectoral, con variantes casi solo formales, será básicamente
la misma, sea Maduro, sea Capriles, el próximo presidente. Igual que si fuera
Chávez.
.-* Lo que sí es esta campaña / La ciudadanización de la
beligerancia social
No siendo esta campaña una confrontación entre ‘’la izquierda y la derecha’’; tampoco lo es
entre ‘’comunismo y democracia’’ ni entre ‘’capitalismo y socialismo’’; ni
‘’entre capital y trabajo’’ ni entre ‘’burgueses y proletarios’’. Con cualquier
resultado, la perspectiva concreta de gobierno en cuanto a los problemas
nacionales, es casi la misma con variaciones de retórica estilo y acento en la
orientación del clientelismo; y en cuanto a la a exclusión y el autoritarismo con que se maneje el Poder. El
contenido real de esta campaña, a pesar de los chavistas y del fantasma de
Chávez; y también a pesar de la oposición y de sus cúpulas puntofijistas; es
que en ella la gente, ya mayormente antichavista a conciencia vuelve a activar
electoralmente su beligerancia contra el Poder. El Poder, aparte cualquier
retórica aparte cualquier retórica y manipulación mediática; y aún cuando no
sepan ni cómo ni qué hacer con él; el Poder del Estado Burgués que es el que
hay en Venezuela; hoy y aquí, está en las manos del chavismo, o, mas
precisamente, en las manos de los chavismos, de las varias cúpulas chavistas
que hay, ahora sueltas; tan burguesas
empresariales y capitalistas como las cúpulas de la oposición.
A pesar de la oposición; de sus cúpulas
empresarial-partidistas, de su disminuida MUD y el candidatural
partidista-empresarial que es; a pesar del candidato, que es el mismo; esta
campaña es diferente y tiene un contenido y alcance socio-político
diferentes. La trampa que hizo montar
Chávez y su sistema para la reelección indefinida, (SAIME-CNE-PR-TSJ), mediante
su plan-calendario para la ‘’victoria perfecta’’; en la que metió a la oposición
desde agosto pasado; y que luego de muerto, han tenido que re-programar sobre
la marcha, apretándolo; si ciertamente la puso en ‘’tres y dos’’, y Capriles,
que no quería, tuvo que volverse a lanzar; terminó entrampando al mismo
chavismo: El trampero cayó en su propia trampa. Increíblemente, incluso ya en
campaña, Jorge Rodríguez, jefe del comando y varios otros dirigentes chavistas,
y el mismo Maduro; han repetido y repiten,
sobre su certeza de que Capriles retiraría su candidatura. Su fatua
prepotencia, no les permite captar ni entender cómo; que a pesar de ser una campaña obscenamente diseñada por el
CNE a la medida de la coyuntura chavista; en desventaja e incertidumbre
absolutas, el antichavismo se haya y esté reactivado, ahora con mucho alcance e
intensidad y calidad política con que lo hizo cuando las espectaculares
primarias de febrero del 2012. Por lo visto, en las cúpulas chavistas,
subestimando y desconociendo la calidad política del venezolano, había la
certeza de que lo inmediato y compacto de la campaña iba a impedir una respuesta
importante del antichavismo. Pues se volvieron a equivocar. Como en las primarias, y a pesar
de todo, como en agosto, la respuesta antichavista actual, otra vez,
cualitativa y cuantitativamente, arropa a la chavista. Y aunque siendo
nuevamente Capriles el candidato, con
estilos y contenidos diferentes no
arrancó de cero; y sin los peores protagonismos individuales y grupales
de la oposición, que hubo en la campaña de agosto; y con otro comando; lo
determinante de la fuerza con que la gente se está movilizando electoralmente,
es que la unidad total ahora si se dio, ahora con la tarjeta única, que
haciendo desaparecer electoralmente los partidos, dimensiona nacionalmente la
beligerancia de la gente; despartidiza y ciudadaniza la beligerancia,
circunstancial y coyunturalmente antichavista;
pero de fondo antiautoritaria, antipoder.
.-* También se inicia el postchavismo-postpuntofijismo
Resulte lo que sea luego del 15A estas elecciones marcan el
fin del cuadro político-institucional conformado desde mediados de la década de
los ochenta del siglo pasado; desde cuando a partir de la creciente
movilización nacional contra el puntofijismo, se fueron creando las condiciones
para el surgimiento y la conformación del chavismo, derivadoación y continuidad
de aquel. Incluso antes de la desaparición de Chávez, el chavismo en mengua
continuada tendía a su fin, marcado por los procesos electorales del 2012 y
2013; y al que pretendió frenar con la huída hacia adelante que fue la
‘’victoria perfecta’’ para la implantación del ‘’Estado Comunal’’, o, ’’La
Nueva Geometría del Poder’’. El Estado Comunal, regresivo y primitivizante, ya
era inviable con él vivo; sin él, ni siquiera los gestos de intentarlo
implantarlo podrán concretarse. Cancelándose imparablemente tal huída hacia
adelante, única posibilidad, digamos, ‘’teórica’’, de sobrevivencia del
chavismo; dentro de la diáspora que será a corto plazo; ya estamos en el
post-chavismo.
Correlativamente, la limitada, y mas mediática que concreta,
recomposición del puntofijismo, a partir del 2009, con sus viejos y nuevos
partidos y liderazgos, básicamente mediáticos, tuvo su mejor momento y alcance
con la MUD y las elecciones primarias de febrero del 2012. Alcance achatado y
pervertido, uno, por los sectarismos partidistas antiunitarios, los
protagonismos partidista-financieros y el peso de los de poder tradicionales,
dominantes en la MUD; y, dos, por la manipulación de que fue objeto la
subjetividad antipuntofijista por Capriles mismo como candidato y por su oscuro
comando de campaña. Pues, lo que resultó en octubre con las elecciones
presidenciales; y, luego y derivadamente en diciembre con las regionales,
determinaron la cancelación de dicha, ya de por sí limitada, recomposición del
puntofijismo. Con los desastrosos resultados de las elecciones del 2012; en
Venezuela finalmente entramos en el post-puntofijismo.
Si el chavismo y el mesianismo autoritario fascistizante de
Chávez se conformó ‘’surfeando’’ en la perversión puntofijista, y en la
manipulación mediática y polarizante de su negación; correlativamente, el
puntofijismo, primero sobrevivió aunque ‘’boquiando’’ durante los primeros años
de Chávez; para luego intentar recomponerse, montándose en el antichavismo
creciente, en la negación mediática, igual polarizante, de su perversión. De
tal forma que el fin del uno conlleva e implica ineluctablemente el fin del
otro. Estar en el post-chavismo, entonces, es estar en el post-puntofijismo. Se
cierra políticamente el Siglo XX.
.-* Hacia la despolarización
Y, sobre la polarización, habría que decir que bien
probablemente, estas elecciones presidenciales sean la últimas en que la
polarización sea importante. Ella fue, nada original por cierto, básicamente
inducida mediáticamente a cuatro manos, por el chavismo y por el puntofijismo.
Su punto más alto fue cuando el RR de agosto del 2004; desde entonces ha
mantenido una tendencia decreciente, aunque en momentos menos que en otros.
Mismo para la última reelección de Chávez, al PSUV le costó forzar a que
quizás, hasta un tercio del chavismo votara; tenía la actitud de abstenerse; y
el 7O se estaba absteniendo aunque finalmente remolcado, votó. Como no votó y
se abstuvo cerca de un 40% en las elecciones regionales de diciembre.
Constatablemente, en los últimos procesos electorales, la
despolarización, por estar en el Poder, ha afectado más al chavismo que a la
oposición. Más tienden a abstenerse los chavista que los antichavistas. El
agravamiento de la crisis nacional, y el deterioro de las condiciones de vida
de la gente, la decepción el rechazo a la militarización, a pesar del
clientelismo masivo de las misiones; la corrupción; junto al impacto de la
unidad oposicionista; tiene el efecto polarizante, circunstancial electoral, de
motivar a participar contra el chavismo; mayor que la motivación a apoyarlo.
Sin embargo, siendo inevitable la implosión de éste, contenida cada vez mas
dificultósa y costosamente desde tiempo atrás por Chávez; y a pesar, de la importante experiencia
unitaria actual; porque la crisis no comienza con Chávez; también la implosión,
o más propiamente, la re-dispersión de la oposición puntofijista, es imparable.
Si hay realmente las elecciones locales en julio, se verá como tanto las bases
chavistas como las antichavistas, despolarizadamente, desconocerán las decisiones
sobre candidaturas locales que las direcciones partidistas pretendan
imponer
.-* Los resultados vuelven a estar cantados. Pero la gente va
a votar
SAIME-CNE-PR-TSJ, obviamente actuarán igual que siempre,
y como en los estos últimos procesos.
Partiendo, como nadie seriamente a demostrado que no; de que técnicamente pueden hacer el fraude que se requiera para
garantizar los números al chavismo, ya cantados; que para eso están; la
decisión que les falta tomar entonces es sobre cuánto fraude es necesario y hay
que hacer. Si solo el suficiente para que, razonable y creíblemente Maduro
resulte ganando a Capriles; si mas bien, tanto como para que Maduro tenga los
8,5 millones que Chávez tuvo en octubre, y
para que Capriles tenga más o menos los mismos 6,5 millones. O si,
‘’yéndose por la calle del medio’’, le ponen a Maduro los mas de 10 millones
que nunca se atrevieron a ponerle a Chávez. Lo que sí parece evidente, se ve en la calle, es que, si
hipotéticamente no es posible el fraude y se cuentan solo los votos
verdaderos, y Maduro gana de verdad; pues será por muy poco margen. El espíritu
de Chávez, ni siquiera sentado como se pretende que está ‘’a la diestra de Dios
Padre’’, va a hacer el milagro de que los ocho y tantos que, en buena parte
remolcados, votaron por él el 7O; lo vuelvan a hacer ahora por Maduro. Y, mucho
menos, que, además 2 millones más lo hagan.
Aparte que en el chavismo el visibilizarse electoralmente mucho menos
que el antichavismo, parece indicativo de que
la tendencia a abstenerse en él será alta, quizás similar a la de
diciembre.
Sin embargo, el antichavismo, la gente, está movilizada y va
a votar. A pesar del fraude y del ventajismo de los que es víctima y está
consciente, y a pesar del escepticismo,
va a votar; seguramente tanto como en octubre. Y, no por caprilismo ni por
Capriles, que se considera está haciendo su papel. Sino porque hay la
conciencia de que a pesar de todo, la participación masiva ciudadana
antichavista antiautoritaria, contra el Poder; a pesar de la simetría el fraude
el ventajismo el chantaje y el clientelismo; es una afirmación de beligerancia
ciudadana. Es un triunfo de la gente sobre el Poder.
Caracas abril 2013
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