Corriente Socialista Revolucionaria – El
Topo Obrero
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El gobierno nacional acaba de dar un paso
más que coloca al pueblo trabajador en la punta del abismo de la crisis
capitalista. No se trata de una devaluación más sino de una en medio de una
guerra sin cuartel entre las potencias imperialistas por un reordenamiento del
mercado mundial, en medio de la profundización de la crisis de los países
imperialistas, “quebrados” por los miles de millones de dólares y euros
entregados a la banca imperialista en forma de subsidios. Una devaluación aplicada en medio de una recesión general en
los países de la Unión Europea , un decrecimiento del crecimiento de las
economías China e India y un crecimiento raquítico de lo que fue el motor de la
economía mundial, los EEUU. Una medida tomada cuando todos los pronósticos
señalan un mayor debilitamiento de la economía mundial que pone a la orden del
día un Crack que hunda a todo el capitalismo y con ello a los pueblos del mundo
en una mayor ola de hambre, miseria y muerte.
Una devaluación que tiene dos objetivos. El
primero el permitirle al gobierno nacional el manejo de una mayor cantidad de
Bolívares por cada dólar que entra al país y el segundo es abaratar el costo de
la mano de obra asalariada en beneficio de los capitalistas y muy
particularmente a su sector exportador ubicado principalmente en el energético
y minero extractivo a través directamente de empresas imperialistas o de
empresas mixtas con el gobierno. Ahora por cada barril de petróleo, onza de
oro, construcción de obras cotizada en dólares esas empresas pagarán menos a
los trabajadores y ganarán más, pues pagan en bolívares y cobran en dólares. El
gobierno nacional acaba de complacer al capital imperialista que exige una
mayor plusvalía por dólar invertido.
La devaluación es la demostración del fracaso de una política capitalista reformista, que como bien lo dicen un Vicepresidente Maduro, un Jorge Giordani, Planificación y un Merentes, Presidente del BCV, Venezuela les fue impuesta por “toda una conspiración de los especuladores” (léase capital financiero internacional), que el gobierno con sus medidas reformistas burguesas no ha podido contrarrestar, ni podrá, pues nada puede hacer una economía semicolonial como la de Venezuela contra la fuerza del capital financiero internacional si se le trata de contener y derrotar con medidas capitalistas. Solo medidas de corte socialista, basadas en el desarrollo del poder de la clase obrera desde sus organismos de tipo soviético puede derrotar ese poder transnacional imperialista.
La clase obrera ha visto en esa medida un
golpe a sus debilitados ingresos y que ha sido tomada por un gobierno que se
parece cada vez más a los de AD y COPEI. Por experiencia saben que ellos van a
ser los paga platos de esa medida y que si no pelean organizadamente,
sencillamente verán deteriorar su nivel de vida y la de sus familiares. Saben
que no se van a crear nuevos puestos de trabajo y por ningún lado se van a
elevar las exportaciones, porque la burguesía venezolana no tiene ningún interés
en entrar a pelear con otros sectores burgueses que hoy son los dueños del
mercado mundial. Para añadidura, al escuchar a voceros del gobierno como
Giordani que llegó la hora de acabar con la política de subsidios, sienten que
por allí viene un aumento de la gasolina y un deterioro del sistema educativo y
médico asistencial, es decir de un serio deterioro de las condiciones de
bienestar social alcanzado en los últimos años.
Desde la Corriente Socialista
Revolucionaria – El Topo Obrero señalamos que el gobierno nacional, producto de
su propia política de pretender desarrollar el aparato productivo nacional
conviviendo con el capital nacional e imperialista, no podía obtener otro
resultado que ver crecer la corrupción, la violación de la propias leyes
burguesas, destrucción del parque industrial, fuga de capitales y una nueva
devaluación, a la cual le seguirán otras. Es la dinámica del “libre mercado”
controlado por un centenar de multinacionales basados en varios países
imperialistas al cual solo se le puede oponer una política de destrucción del
capitalismo y la construcción del socialismo. Para lograr esto es menester
levantar un programa de lucha que nos permita aglutinar a los mejor de la
vanguardia obrera y popular, que sea el motor de la lucha de los millones de
trabajadores que organizados y no en sindicatos, pueda derrotar esa política
reformista y a quienes la sustentan desde el campo de la burguesía y del propio
seno de los trabajadores.
Proponemos luchar por un Aumento General de
sueldos, salarios y pensiones del 100%, Un nuevo salario mínimo que cubra la
canasta básica alimentaria que sean, ambos, revisados cada seis meses y
aumentados de acuerdo a como crezca la inflación que debe ser determinada por
Comités obreros que lleven estadísticas de los aumentos de precios al
consumidor. Proponemos que es necesario luchar y conquistar medidas que ataquen
los factores que provocan el debilitamiento de la economía y de allí del
bolívar, por ello es necesaria la expropiación sin pago del sistema bancario
financiero en su totalidad, sin pago y bajo control obrero. Debe estatizarse el
mercado externo bajo control obrero, así como los monopolios que determinan el
precio final al pueblo.
DESECHAR LAS ILUSIONES Y PREPARARSE PARA LA
LUCHA
La solución a medidas como la devaluación,
aumento precios, eliminación de los subsidios al pueblo como anuncia Giordani,
no nos caerán del cielo, no la van a aplicar los burócratas puestos a dedo para
dirigir las empresas nacionalizadas, así como tampoco vendrán ni de los
empresarios privados ni de los ministros. Ello será obra de los trabajadores
unidos en la lucha.
Proponemos impulsar un gran frente de
organizaciones y luchadores obreros y revolucionarios para impulsar la
discusión de este plan de movilización en cada centro de trabajo y barrio, a
fin de que sean los trabajadores y el pueblo los que se apropien de la lucha
contra la política capitalista que ha originado la devaluación. Solo la clase
obrera organizada desde la base, podrá poner una solución definitiva a los
problemas económicas que nos han caído encima y los que nos anuncia el
gobierno. SOLO LA CLASE SALVA A LA CLASE y ello tiene que hacerse sobre la base
de sus organizaciones democráticamente gestionadas, desde donde se elijan
delegados mandatados revocables que constituyan organismos regionales y
nacional para centralizar la lucha.
Invitamos a todas las organizaciones
obreras y populares, a los militantes clasistas y revolucionarios a abrir la
discusión para impulsar estas medidas que coinciden con las planteadas ya por
otros camaradas y compañeros de lucha.
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