Salva
Si no votas
cállate!, no te quejes, acéptalo, son "cliché" del lenguaje
político-electoral basados al parecer en refranes que intentan lapidar
las situaciones humanas, "el que calla otorga". El voto es decisivo,
vital, son afirmaciones que rondan en el discurso y el imaginario del acto
electoral, el voto nos convierte en héroes, o más bien superestrellas pues
"tu participación es estelar", en un acto de grandeza y heroísmo,
eres libre de elegir el próximo gestor, el representante político de la nación,
el Salvador. Ante tal escenario parecemos estar condenados a ejercer el
derecho a votar, nuestra vida depende de ello, es el momento histórico,
definitivo, la batalla final. Si votas harás bien, en la fiesta de la
democracia todos ganamos, pues los ganadores representan la voluntad
popular, el triunfo y la decisión de la inequívoca mayoría, pues el pueblo no
se equivoca, la voluntad popular no la puede detener nadie; Vota, por tu país,
VOTA!
Pues ni voto, ni
me callo, no voy a legitimar su juego de jerarquía política, donde me llaman a
participar solo votando, otorgándoles la libertad para que las viejas/nuevas
élites decidan como ha de transcurrir nuestra vida, le den al mercado o al
estado la distribución de la riqueza, por una supuesta eficiencia o una
justicia social. Por qué no me llaman a "votar" para decidir como
distribuir la riqueza, para decidir si quiero un terreno para montar un Mc Donalds
o un Banco multinacional, para escoger no destinar las paredes y los medios de
comunicación a publicidad que venden un mundo de felicidad conforme.
No entraré en su
circo electoral, pagado y estructurado directa e indirectamente por las élites
políticas, económicas y religiosas, que promueven una falsa polaridad entre el
bien y el mal, deciden lo correcto y lo incorrecto, y quieren dictar los
valores y "anti-valores"; el voto le cede a un líder tu palabra
y poder de decisión, pues con tu voto te representa, legal y legítimamente te
gobierna, ya le has votado. Deciden entonces qué, cómo, para quién y cuánto
producir, monopolizando así la forma de producción y distribución de la
"riqueza", con una supuesta competencia de empresas o mediante
un ente superior regulador, dotado de autoridad, llámese "la
aristocracia de la inteligencia" o los "revolucionarios" , los
"realmente" capaces para lograrlo, y en nuestro país el petróleo
continua alimentando esta dinámica. No les legitimaré el hecho de seguir alimentando
una máquina donde el trabajo explotador que "dignifica" con ocho
horas alienantes para poder pagar la supervivencia, y obtener el medio
para sobrevivir, el dinero, y quien no trabaje no merece comer, pues no
es útil. El crecimiento de la economía, el aumento de los ingresos y la mejora
de los mercados priven sobre la satisfacción de necesidades, la preservación de
los recursos y la vida en colectivo, la competencia se impone al apoyo mutuo,
pues producimos para competir en los mercados, donde los ganadores prevalecerán
y los perdedores desaparecerán, configurándose así un imperialismo trasnacional
con Megacorporaciones que "compiten" por los mercados, incrementando
continuamente su producción sin importar que los recursos se extraigan
destruyendo el planeta y afectando a miles de comunidades, pues "nadie
puede detener el Progreso"; A su vez se explotan a los trabajadores, sobre
todo en el llamado Tercer Mundo. Un(@) elite ejecutiva (que puede estar
en "cualquier" parte del mundo) decidirá si una niña de 12 años, un
hombre de 30 años, o cualquiera de las almas condenas a dignificarse por unas
horas para obtener el pan, y a veces poder pagar el circo, debe seguir o no
siendo parte de su fuerza productiva, pues ahora su trabajo puede hacerlo
alguien por menos, o ha llegado una máquina mas capaz, que no duerme y come,
una tecnología “más eficiente". Sin embargo las tecnologías pueden servir
para la satisfacción de necesidades sin exclusión, más el uso y la naturaleza
de los sistemas tecnológicos lo deciden (e imponen) las jerarquías (elegidas
por nosotros en la fiesta democrática directa e indirectamente). No se discute
realmente con las comunidades sociedades su aplicabilidad, viabilidad y
deseabilidad, pues son los expertos en sus grandes ministerios o respaldados
por grandes doctores quienes saben como solucionar los problemas generados por las
tecnologías, y/o los destinos de las mismas, pues la mayoría debe atenerse a su
opinión experta, y la participación de la comunidad calificada como "no
experta" (carente de medios para coacción política) es omitida y relegada, la
participación se convierte en la libertad de elegir propuestas que
se adapten al status quo, así lo han
decidido los los ganadores del juego democrático y su tecnocracia
Contrario al voto
llamo a la acción directa y la discusión comunitaria y plural. Al poder le
preocupan las reuniones autogestionadas y sin jerarquías que propongan un nuevo
modo de vida, donde se decidida horizontalmente y se rechace el status quo por representar un mundo
desigual y violento; ante una sociedad alternativa la élite política económica,
religiosa y militar se sirven de la policía, los militares, la religión, la
escuela, la publicidad y todos aquellos Aparatos Ideológicos del Estado, el
voto sigue legitimándolos, siguen acentuándose las desigualdades.
No legitimaré su
oda a la autoridad: obedece al Estado, al maestro, al cura, al experto, al
policía, al militar, respeta la autoridad, pues ella nos llevará ser una
sociedad de ganadores. Por eso no votare ni hoy ni luego, si quieres un
cambio, empieza transformando tu realidad, la acción directa contra la
legitimación de la autoridad mediante el voto; decidamos en colectivo como
distribuir riquezas y satisfacer las necesidades que se presenten, empecemos a
vivir más y trabajar menos, la tecnología puede ser una aliada para
emanciparnos del trabajo y satisfacer las necesidades de hoy y del futuro sin
acabar con la tierra, de forma incluyente y plural. Esta sociedad esta llena de
instituciones, definiciones y lenguajes jerárquicos que nos quieren imponer un
único modo de vida (progreso o patria), esa es su sociedad de ganadores; llaman
a la unión del sector privado (empresas) sector público (Estado), la unión para
la imposición de su desarrollo (el de los bancos, los políticos, las
farmacéuticas trasnacionales, los curas, los militares, y todos aquellos
cuerpos de autoridad). Buscan gestionar nuestra vida, el “pan y el circo” provienen
de estos entes "adecuados", quienes no dudan en llamar al Voto, y
patrocinar a los participantes-candidatos para obtener futuras cuotas de poder, continuando el clásico "quítate tu pa' poneme yo".
Construyamos una
utopía, "revolucionando" nuestra sociedad y sus bases, revolucionemos
nosotros mismos, la utopía como modo de vida debe reinventarse sin vanguardias
ni jerarquías con decisiones lapidarias e indiscutibles, creemos una sociedad
colectiva de iguales, donde el objetivo no es ganarle al otro sino apoyarnos
mutuamente, para decidir la distribución de la riqueza, para que esta permita a
las comunidades satisfacer las necesidades acordadas por ell@s, considerando
siempre sus vecin@s, sin policías ni militares opresores, pues debemos expandir
nuestra libertad con la del otro, no limitarla. Participemos entonces con la
acción directa, disidencia, discusión, lucha, apoyo y resistencia, la
construcción de la utopía no esta a la vuelta de la esquina, el cambio no puede
ser inmediato y fácil, los Mesías terminan generando sectarismo y falsas
polarizaciones. Ni Dios ni amo, ni Estado ni patrón.
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