Por Rafael Iribarren
En Los Cabos, México, terminó la Cumbre del G20 con
desarrollos y conclusiones que no cuadran con ningún enfoque convencional
polarizado criollo en relación a la crisis mundial, hasta ahora, del euro; y en
la que independiente de cualquier circunstancia local, estamos inmersos todos
los habitantes de la
Tierra. Unas conclusiones sin precedentes determinadas por la fuerza con que la gente viene
reaccionando ante las pretensiones, aunque disparejas, de las cúpulas
mundiales, financieras, “los mercados”,
y políticas, de que, como históricamente ha sido, ella la gente, fuera quién
pagara los costos de la salida a la crisis que ellos causaron. La tesis de “la
austeridad”, de desmantelar el “Estado de Bienestar” recortando gasto público
social para pagar la deuda, a “los mercados”, terminó siendo descartada
asumiendo al contrario la de que de la crisis se saldrá impulsando el
crecimiento y no frenando la economía ni encogiendo el consumo como venían preconizando
Merkel Zarkosy y Camerún, el FMI el BCE; e inicial y pos-electoralmente
el PP y Rajoy. En el G20 se asumió y globalizó lo que ya los españoles franceses
y griegos pautaron, al rechazar y frenar desde la calle las políticas
neoliberales de Rajoy; en España al sacar a Zarkosy y poner a Hollande en la
presidencia de Francia; y al tumbar el gobierno conservador del Pasok en Grecia forzando
nuevas elecciones parlamentarias en las que la izquierda, determinante,
apuntó hacia ganarlas. Que los representantes de la economía mundial, 91% del
PIB mundial, en consenso hayan tenido que asumir que no es la gente sino el
capital y las cúpulas del poder trasnacionales quienes asuman los costos de la
crisis y que es a ellos a quienes toca resolverla; es resultado concreto de esa
presión de la gente sobre el Poder; de la que se ya manifestó abiertamente,
huelgas generales y movilizaciones masivas de calle en España Francia y Grecia;
y de la que crecientemente se
continuarían, y continuarán, dando contra las posibilidades y pretensiones de
regreso de la hegemonía neoliberal en el Mundo. Los resultados del G20 de Los
Cabos independientemente de su alcance y
perspectivas fueron un triunfo de la
gente sobre el poder; y de la izquierda; que existiendo por lo demás, fue y
está siendo un factor determinante en cuanto a la dirección que han tomado las
cosas.
Uno de los aspectos notables del desarrollo y los resultados
de la Cumbre
de Los Cabos fue lo que la presidente
Lagarde del FMI llamó “el cortafuegos”, una recapitalización financiera del
ente contra la profundización y
expansión de la crisis en Europa y mas allá; que superando ampliamente
sus expectativas, como declaro, recibió
456.000 millones de dólares adicionales; de los que casi un tercio fue aportado
por las economías emergentes; entre ellas las del BRIC que suscribieron 43.000 millones China, Brasil
Rusia e India 1.000 cada uno; así
como y entre otros, Mexico también 1.000 millones.
En el G20 participan China y Rusia; y cuatro países
latinoamericanos, México y Chile, y Brasil y Argentina. Venezuela no. Lo
indicativo de tal participación latinoamericana, es que éstos dos últimos países junto con los
dos asiáticos referidos son los grandes socios y aliados financieros
comerciales militares políticos, etcétera, de Chávez en su estrategia de un
anticapitalismo y antiimperialismo clientelares; de salvación del Mundo; en su
lucha revolucionaria por liquidar el capitalismo, el local, el criollo, hacia convertir
a Venezuela en “una potencia” e imponerle al Mundo una multipolaridad de la cual nosotros como
potencia seamos clave.
Lo anterior explica que hasta ahora, y probable que
definitivamente, Chávez en sus actuales
largas cadenas diarias sorprendentemente no haya hecho mención al G20
capitalista; por lo visto al no encontrar soporte, sin “escupir hacia arriba”,
para su retórica barata de llamar a “comparar
crisis capitalista de Europa y los EEUU” que fue la agenda del G20, con
la situación de Venezuela cuya economía “socialista”, según, crece aumentando
el empleo y la inversión social etcétera con un gasto público creciente;
mientras en esos países se plantea recortarlo. Sobretodo, porque
precisamente ese G20 apunta a que no
sigan cayendo los mercados mundiales entre otros el petrolero del que el
socialismo rentista bolivariano recibe mas el 90% de su ingreso, Y porque en
Los Cabos se hizo patente que hoy ninguna crisis es específica ni particular
sino global; que la sociedad humana hoy es una sola mundial; que la economía es
una sola; y que nada ni nadie es lo suficientemente endógeno como para
sustraerse o escapar de las
determinaciones globales.
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