Por Rafael Iribarren
Caracas 25.01.12
Unos comentarios previos
No me involucré ni en
las conspiraciones previas ni en la ejecución del golpe del 4 de febrero de
1992. Estuve sí vinculado a algunos de los civiles participantes claves con los
cuales anteriormente había tenido alguna
militancia; pero aparte de sí estar enterado en algún grado sobre en qué
andaban; mi conocido rechazo a la inconsistente tesis de la “unidad
cívico-militar”, para mí, puchismo puro; y al militarismo; en mucho habrá hecho
que nunca se me hiciera la propuesta concreta de incorporarme; y que yo tampoco
lo intentara. Sin embargo, dichas relaciones además de vínculos e intercambios
posteriores con varios de los protagonistas de ese golpe, civiles y militares,
junto a todo lo escrito y hablado sobre él, me dan suficientes elementos para
sostener que se trató de una acción pragmática, estrictamente militar y
militarista, solo en función pragmática del Poder sin ningún contenido
ideológico-político concreto y menos progresista ni revolucionario; y disponer
de información sobre hechos que lo
caracterizan de esa forma; y que obviamente, como hasta ahora ha sido,
oficialmente ni se recuerdan ni se celebran, como fueron; soslayando la
significación que tuvieron en el
desarrollo de los acontecimientos y en su desenlace final.
De antes del 4F
1.-* “Conspiraderas” de militares y civiles
Durante años, no ya de conspiración sino de “conspiraderas”,
como alguien la calificó para explicar por qué las muchas y sabidas
conspiraciones previas se subestimaron y el golpe hasta el mismo momento de su
inicio tomó desprevenido al gobierno; los diferentes protagonistas militares se
vinculaban y desvinculaban sucesivamente a las fracciones persistentes de las
organizaciones de izquierda y progresistas y movimientos populares de los años
70 y 80; aunque entonces ya imparablemente fragmentados y dispersos;
principalmente del Partido de la Revolución Venezolana ,
(PRV) y de Bandera Roja; de la Liga Socialista y el MEP; y a grupos y cuadros
salidos o diferenciados dentro de aquellas, como el “Grupo Occidente” “Tendencia Revolucionaria” y “Desobediencia” y de la CR ; así como a centenares de
cuadros de izquierda salidos de aquellas pero que, independientes y dispersos,
seguían activando por su cuenta en diferentes áreas en los sectores populares,
en barrios comunidades y universidades y liceos; en zonas rurales.
Igualmente dentro de las FFAA, particularmente en el
Ejército, se fueron sumando, igual vinculándose y desvinculándose en sucesión, según, centenares de oficiales medios de diferente
graduación que llegaron a identificarse genéricamente, entre ellos mismos y ante ajenos a sus
conspiraciones, como los COMACATES, (comandantes, mayores, capitanes y
tenientes).
2.-* Kléber Ramírez “La IV República ” y el
movimiento cívico-militar
Como resultado de una de las relaciones mas permanentes y
consistentes de algunos de los comandantes con los referidos grupos de
izquierda; la que hubo con el “Grupo Occidente” y con su promotor y activista
principal, el ingeniero merideño Kléber Ramírez, se elaboraron, mayormente por
el mismo Kleber, varios decretos y proyectos de leyes revolucionarias para la
construcción de la “Cuarta República”, que serían lanzados de facto al no mas
imponerse en el poder la conspiración, el movimiento “civico militar” por la
acción combinada, conjunta, de los efectivos militares movilizados controlando
los centros y espacios estratégicos del
poder fáctico, militar y político, comunicacional y de servicios públicos; con
el avance de los sectores populares ocupando masivamente, con capacidad civil
de autodefensa popular armada, los espacios públicos de las principales
ciudades y conurbaciones del país..
3.-* Comandantes “en
tres y dos” por los “comacates”
Luego de años de brujuleo conspirativo intensificado a
partir del 27F
el 89, de “el Caracazo” y del inicio del 2º gobierno de CAP; de brujuleo y
posposiciones de los que entre los “comacates” oficiales subalternos se
responsabilizaba a la indefinición y vacilaciones de los comandantes, de Chávez
Arias Cárdenas, y de los otros tenientes coroneles identificados como tales;
hacia mediados de 1991, un grupo de mayores y capitanes de diferentes
guarniciones, quienes en ese momento tenían “mando de tropa” concreto, aunque
jerárquicamente bajo las órdenes de aquellos; concluyeron en que injustificada
y riesgosamente se dejaban pasar momentos propicios para actuar; y que si sus
superiores no se decidían entonces ellos prescindiendo de los mismos, por su
parte asumirían la responsabilidad de lanzar el golpe mismo antes de terminar ese
año de 1991. Con esa motivación presionaron una reunión que se realizó en el
último trimestre de ese año, en la que voceros de los oficiales medios
conminaron terminantemente a sus superiores representados en ella por Chávez y
dos mas, si continuaban comprometidos con el golpe, a aceptar y asumir su
ejecución y conducción inminentemente
para ese mismo diciembre; pues de lo contrario, ellos, mayores capitales y
tenientes, lo tenían decidido, actuarían por su cuenta. En dicha reunión,
puestos “en tres y dos”, bajo la presión de los oficiales medios que
disponiendo del mando concreto de tropas sí estaban en condiciones de actuar
por su cuenta como amenazaban, los comandantes aceptaron proceder sobre la
marcha. con la sola variante de que en vez de que el golpe fuera en diciembre
se ejecutara a fines de febrero siguiente, de 1992; como efectivamente sucedió,
aunque luego y por circunstancias concretas, no se ejecutó a fines de ese mes
como se había convenido inicialmente, se decidió adelantarlo unas semanas, al 4F como efectivamente fue.
4.-* Civiles y movilización popular estaban de mas
Admitido a fines de
año por los oficiales superiores
“comacates” que el golpe fuera en febrero se realizó ya iniciado el 1992
en Yaracuy una reunión de algunos de los comandantes, Chávez y otros, con
varios civiles de los mas comprometidos y seguros, mayormente de los grupos
identificados como “Tendencia Revolucionaria” y “Grupo Occidente”, presente
como su principal responsable, el mencionado ingeniero Kléber Ramírez. Chávez
expuso las líneas y acciones
generales del plan de acción que
en solo días se ejecutaría; la geografía y la distribución y tamaño de los
efectivos y armamento que se movilizarían y la asignación concreta de los
mandos en cada una de las cuatro plazas en que se actuaría. El plan expuesto
era solo y absolutamente militar sin que en su exposición hubiera la menor
mención a incorporación ni participación de civiles, ni a movilización popular
alguna. Escuchada la exposición uno de los civiles presentes, directamente e
invocando el supuesto contenido “cívico-militar”, no exclusivamente militar,
que debería tener la acción a realizar, preguntó por su papel, por el de los
civiles que en los principales centros urbanos del país estaban organizados y a
punto, para actuar como grupos civiles armados
de autodefensa y para movilizar a los sectores populares hacia la
ocupación masiva de los centros públicos estratégicos; única garantía del éxito
fáctico y del contenido popular revolucionario del movimiento. A lo que Chávez
respondió claramente y sin relativismos, que en el plan a ejecutar no estaba
contemplada ninguna participación de civiles; ni la movilización popular de los
barrios urbanos; que los jefes militares consideraban que los civiles
complicarían las cosas y que la movilización popular podría significar que en
su desarrollo el movimiento se le fuera
de las manos.
Cómo anunciaron los jefes “comacates” en la referida reunión
de Yaracuy; en ninguno de los escenarios del golpe en ninguna parte del país
participaron organizados ni fueron incorporados civiles por los militares
golpistas; llegando a quedar embarcados algunos dirigentes de izquierda,
civiles, que por alguna razón asumieron considerarse o que serían considerados
casos excepcionales y que se presentaron en sitios convenidos en la madrugada
del 4F ; y a
darse casos como el de Puerto Cabello donde varios universitarios de la UC que, por desinformación o
voluntarismo y a su riesgo, pero contando con que formaban parte de una acción
supuestamente civico-militar, junto a los militares golpistas a los que estaban
desde tiempo atrás vinculados y que presumiblemente estarían movilizados,
hicieron por atacar instalaciones de la Base Naval , siendo masacrados.
5.-* Arias Cárdenas candidato presidencial y la cobardía de
Chávez
Aunque se produjeron muy posteriormente; pero estando
referidas a los prolegómenos del 4F ,
vale traer a colación referencias concretas a ellos; cuando siendo gobernador
del Zulia, fue candidato de oposición, concretamente contra Chávez, en aquella
campaña en la que la idea central era que votar por éste era votar por un
cobarde; por una gallina; Arias Cárdenas tenido como igual como “el ideólogo”
hasta superior que éste entre los “comacates” y en la jefatura y el montaje del
golpe; reiteradamente hizo señalamientos mas que insinuantes, acusatorios,
sobre su insistencia en ser quién comandara, precisamente, la acción y toma de
Caracas que luego con su “inexplicable” inacción al no apoyar a quienes
atacaron y tomaron Miraflores, con su rendición y entrega en el Museo Militar
de La Planicie ,
derrotó el golpe, para ese momento triunfante en el resto del país y en Caracas
mismo donde controlaba La
Base Aérea de La
Carlota y Miraflores; mientras se mantenían neutrales o
inactivas las comandancias de las diferentes fuerzas con sede en la Capital y Vargas,
Mindefensa y Fuerte Tiuna.
** Del 3 y el 4 de Febrero
6.-* En Tejerías Chávez deja el comboy y se “adelanta” vía
Los Teques
Ya bien avanzada la noche del 3 de febrero salió de Maracay
rumbo a Caracas por la
Autopista Regional del Centro el comboy de blindados medianos
y ligeros con la que se tomarían y reforzaría la toma y el control de de centros clave de La Capital , La Carlota Miraflores
La Casona ,;
este comboy comandado por Chávez y
subcomandado por otros “comacates” siguiendo por la autopista hasta Hoyo de La Puerta y bajando por Tazón,
inevitablemente tendría que dar, como efectivamente fue, un largo rodeo de
varios kilómetros por el perímetro encajonado y encaramado sur-oeste del Fuerte
Tiuna hasta llegar a las puertas por los que los blindados eventualmente no
expuestos sí podrían operativamente acceder al Fuerte y continuar hacia el Este
de Caracas particularmente hacia La Carlota. Al llegar la columna blindada al
distribuidor de Tejerías, Chávez la hizo detener; les entregó el mando al
teniente coronel y al capitán que lo seguían; y ordenándoles continuar
avanzando por la autopista vía Hoyo de La Puerta ; se separó del mismo “adelantándose” a
Caracas con una pequeña avanzada ligera por la Carretera Panamericana ,
vía Los Teques.
7.-* Chávez ni avanzó a Miraflores ni quiso quedarse solo en
“La Planicie ”.
En la madrugada del 4F , bajo control precario
Miraflores y el Palacio Blanco, según, con tanquetas pero sin municiones, en el
sector Agua Salud de la
Avenida Sucre estaba formada y presta a las órdenes de Chávez
instalado en La Planicie ,
la columna de tanquetas de paracaidistas que debía avanzar hacia Miraflores
ocuparlo y mantenerlo blindado y defenderlo de contraataques y eventuales
bombardeos. El oficial subalterno al
mando de la misma, luego de haberlo frustradamente intentado varias veces a
conciencia de que se dejaba pasar injustificadamente un tiempo estratégicamente
clave, volvió a pedirle a Chávez permiso
para avanzar hacia el palacio presidencial asumiendo comandar la acción,
mientras, él Chávez, permaneciera en el comando instalado en La Planicie. Se
describió como descompuestamente reactivos el gesto y la negativa del permiso a
que los blindados se movieran mientras él quedaba o esperaba en el Museo
Militar; desde donde, sin embargo, tendría visión completa del desarrollo de
las acciones que se produjeran allí.
Unos comentarios finales
Uno: Es claro que Chávez no participó, ni comandó en
concreto, en ninguna de las acciones y combates que formalmente jefatureaba y
en las que sí participaron sus subordinados y efectivos; igualmente que a todo
trance evitó estar en esos escenarios aunque ellos significó, como en
Miraflores, la rendición de quienes lo tomaron al no recibir el apoyo
planificado que de él esperaban. Hay que
concluir y los hechos referidos, ni recordados ni celebrados por él, indican
que Chávez no salió de Maracay a combatir sino a rendirse en Caracas
Dos: Aparte de si la
evaluación de esa coyuntura resulta positiva o negativa y de si con un
desarrollo diferente era o no deseable; el hecho es que el golpe del 4F se perdió y fue derrotado en
horas determinantemente por la rendición de Chávez.
Tres: Había conciencia en los comandantes de que la
participación de civiles y concretamente la movilización popular probablemente
hubiera determinado un desenlace diferente; al implicar una real acción
cívico-milita que hubiera impedido que la rendición parcial o total de los
militares conllevara la derrota del movimiento
Cuatro: Como se vuelve a demostrar la “unidad
cívico-militar” es una ficción retórica encubridora de puchismo y oportunismo;
y no es posible sino bajo la aceptación del autoritarismo militar.
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